Álvaro Pérez de Castro el Castellano

Álvaro Pérez de Castro el Castellano
Álvaro Pérez de Castro
Señor de la Casa de Castro
Escudo de Castro.svg
Escudo de armas de la Casa de Castro
Otros títulos Mayordomo mayor del rey
Fallecimiento 1240
Orgaz, provincia de Toledo
Entierro Monasterio de Santa María de Valbuena
Heredero Elo Pérez de Castro
Cónyuge/s Véase Nupcias
Casa Real Casa de Borgoña
Padre Pedro Fernández de Castro "el Castellano"
Madre Jimena Gómez

Álvaro Pérez de Castro "el Castellano" (¿? - Orgaz, 1240). Noble castellano. Hijo de Pedro Fernández de Castro "el Castellano", señor de la Casa de Castro, y de Jimena Gómez, hija de Gómez González de Manzanedo.

Fue señor de la Casa de Castro y conde de Urgel por su matrimonio con Aurembiaix, condesa de Urgel e hija de Ermengol VIII de Urgel, y desempeñó además los cargos de Alférez del rey y Mayordomo mayor del rey Alfonso IX de León. Posteriormente, fue el representante del rey Fernando III el Santo en la ciudad de Córdoba, en cuya conquista tomó parte en 1236, y en las fortalezas de la frontera de Andalucía.

Fue bisnieto de Alfonso VII el Emperador, rey de Castilla y León.

Contenido

Orígenes familiares

Fue hijo de Pedro Fernández de Castro "el Castellano", miembro de la Casa de Castro, y de su esposa Jimena Gómez. Por parte paterna eran sus abuelos Fernando Rodríguez de Castro "el Castellano", señor de la Casa de Castro y del Infantazgo de León, y su esposa Estefanía Alfonso "la Desdichada", hija ilegítima de Alfonso VII el Emperador, rey de Castilla y León. Por parte materna eran sus abuelos Gómez González de Manzanedo, quien fue Alférez del rey Sancho III el Deseado, y Mayordomo mayor de los reyes Sancho III, Fernando II de León y Alfonso VIII de Castilla, y su esposa Milia Pérez de Lara, hija del conde Pedro González de Lara (cuya filiación queda demostrada en varios documentos, especialmente en uno del 31 de enero de 1147 en la Catedral de Burgos cuando, junto con sus hermanos, confirma documento de su madre, la condesa Ava, en la que da fueros al pueblo y hospital de San Juan de Tardajos, Comes Malricus, una cum fratribus et sororibus nostris Albar Petriz. Fernan Petriz, Comitissa domna Elvira, Mari Petriz, Milia Petriz).[1]

Fue hermano de Elo Pérez de Castro y Estefanía Pérez de Castro, siendo ésta última la única de sus hermanas que permaneció soltera, según las documentos de la época.[2]

Biografía

En 1204 su padre, Pedro Fernández de Castro "el Castellano" ingresó como familiar en la Orden de Calatrava, junto a su esposa Jimena Gómez, y sus hijos Álvaro Pérez de Castro y Elo Pérez de Castro.[3]

En 1212, año en que se produjo la Batalla de las Navas de Tolosa, contrajo matrimonio con la condesa Aurembiaix de Urgel, hija del difunto conde Ermengol VIII de Urgel y de Elvira Pérez de Lara, y que en el año 1209 había sido prometida en matrimonio al infante Jaime de Aragón, que llegaría a reinar como Jaime I el Conquistador, pasando a convertirse en conde consorte de Urgel.[4]

Su padre, Pedro Fernández de Castro "el Castellano", falleció el 18 de agosto de 1214,[5] mientras se hallaba en el reino de Marruecos.

La campaña de 1225 y la tenencia de Andújar y Martos

En 1225 Álvaro Pérez de Castro, leal a los musulmanes, participó junto con 160 caballeros cristianos en la defensa de la ciudad de Jaén, que fue sitiada por Fernando III el Santo, quien no pudo tomar la plaza por la carencia de máquinas de asedio.[6]

Emblema de la Orden de Calatrava, en la que Álvaro Pérez de Castro ingresó como familiar en 1204.

En 1225, tras la toma de la ciudad de Loja por los castellanos, Fernando III el Santo se dirigió a devastar la Vega de Granada, pero Álvaro Pérez de Castro actuó de mediador entre los cristianos y los granadinos, logrando que Fernando III suspendiese los ataques, siéndole entregados entonces al rey 1.300 cautivos cristianos que se hallaban en manos de los granadinos. Después de alcanzar dicho acuerdo, Álvaro Pérez de Castro recuperó el favor del rey Fernando III y retornó junto a él hacia tierras cristianas.[7] En 1225 el rey musulmán de Baeza entregó a Fernando III el Santo, entre otros, los castillos de Jaén , Andújar y Martos, aunque algunos autores sostienen que dicha entrega fue realizada en otro momento,[8] encomendando a continuación el rey la tenencia, cuyas rentas ascendían a 50.000 maravedíes alfonsíes, de las fortalezas de Andújar y Martos a Álvaro Pérez de Castro, al tiempo que en la zona se asentaban tropas de las Órdenes de Santiago y Calatrava,[9] pasando a convertirse la localidad de Martos en el centro del dispositivo cristiano de defensa en la zona.[10]

Desde que fue entregada al rey Fernando III, la localidad de Andújar se convirtió en el punto de reunión de los ejércitos cristianos que combatían al sur de Sierra Morena, y Álvaro Pérez de Castro desempeñó la tenencia de las fortalezas de Martos y Andújar entre el 5 de septiembre de 1225 y el 16 de enero de 1227, fecha en la que deja de aparecer como tenente de las fortalezas en los documentos regios.[11] Desde el momento en que tomó posesión de la tenencia de ambas fortalezas, Álvaro Pérez de Castro comenzó a realizar incursiones de devastación y saqueo en las tierras que rodeaban sus castillos y que permanecían leales al gobernador almohade de Sevilla, quien reunió un ejército con tropas reclutadas en Córdoba, Sevilla, Jerez de la Frontera y Tejada, y que fue derrotado por Álvaro Pérez de Castro en una batalla campal en la que ocasionó graves pérdidas a los almohades, lo que ocasionó que la mayoría de las villas situadas entre Sevilla y Córdoba, a fin de evitar los ataques cristianos, reconociesen al rey de Baeza como a su señor, pues era aliado del rey de Castilla.[12]

Poco después de su victoria, los musulmanes sitiaron y tomaron el castillo de Garcíez, en el que se hallaba un caballero llamado Martín Gordillo, a pesar de que Álvaro Pérez de Castro acudió en su socorro. Pero no llegó a tiempo de impedir que fuera ocupada por los almohades, lo que provocó que Fernando III el Santo, acompañado por varios magnates y prelados se dirigiese hacia Andújar, lo que sorprendió a Álvaro Pérez de Castro, que se hallaba en la ciudad de Córdoba en compañía del rey de Baeza.[13] Una vez reunidos el rey de Baeza y Fernando III en Andújar, acordaron que el de Baeza entregaría al soberano castellano otros tres castillos, y que hasta que le fuesen entregados, el castillo de Baeza sería ocupado por tropas castellanas, instalándose en él a continuación los Maestres de las Órdenes de Santiago y de Calatrava, y mientras tanto Fernando III sitiaba la localidad de Capilla, situada en la actual provincia de Badajoz, al tiempo que, en el mes de julio de 1226, el rey de Baeza, conocido como "el Baezano", era ejecutado por traición por los almohades en la localidad cordobesa de Almodóvar del Río.[14]

La ejecución del rey de Baeza provocó que el señor de Jaén atacase la guarnición cristiana que se hallaba en el Alcázar de Baeza, la cual resistió en el interior del alcázar, a pesar de que los musulmanes dominaban el resto de la ciudad. A pesar de ello, el señor de Jaén, temeroso de que acudiesen a la zona refuerzos cristianos, abandonó la ciudad sin haber sitiado el alcázar, provocando con ello que la población musulmana de las localidades de Baeza, Martos y Andújar, entre otras, abandonasen sus ciudades a finales de 1226, quedando desocupada Baeza de musulmanes en el segundo semestre de ese año.[15] En 1227 Fernando III el Santo nombró a Lope Díaz de Haro tenente de Baeza. Los primeros pobladores cristianos comenzaron a llegar a las localidades de Baeza, Andújar y Martos, al tiempo que en ésta última la tenencia de Álvaro Pérez de Castro se vio reforzada por la presencia de Tello Alfonso de Meneses, hijo de Alfonso Téllez de Meneses y sobrino de Tello Téllez de Meneses, obispo de Palencia.

El sitio de Martos (1227)

En el primer semestre de 1227, hallándose fuera de Martos tanto Álvaro Pérez de Castro como Tello Alfonso de Meneses, pues éste último se encontraba avituallándose en las localidades cordobesas de Lucena, Baena y Castro del Río, la localidad de Martos fue atacada por las tropas musulmanas del reino de Sevilla, lo que provocó el temor de Tello Alfonso de Meneses, que sabía que la ciudad de Martos no se hallaba en condiciones de ofrecer una resistencia prolongada al enemigo.

Fotografía de la Peña de Martos, cuya localidad fue sitiada por los musulmanes en 1227.

Por ello, a pesar de que la localidad estaba cercada, logró introducirse en ella junto con la mayor parte de sus tropas y resistir en la ciudad, a pesar de que el castillo de la Peña de Martos, situado en la cumbre de la Peña que domina la localidad, había sido ocupado por los musulmanes.[16]

Según refiere la tradición, aunque ello ha sido negado por varios historiadores modernos, la condesa Aurembiaix de Urgel, esposa de Álvaro Pérez de Castro, que se encontraba en Martos a pesar de que su esposo se hallaba en Toledo junto al rey Fernando III, se valió de un ardid a fin de impedir que los musulmanes tomasen la ciudad, consistiendo dicho ardid en vestir a varias mujeres con ropas militares para hacer creer al enemigo que la fortaleza se hallaba bien defendida, y, según el relato, la acción de la condesa evitó el ataque de los musulmanes y procuró con ello el tiempo que Tello Alfonso de Meneses precisaba para introducirse con sus tropas en la localidad, con el fin de reforzar la guarnición.[17]

Poco después acudió a socorrer la localidad sitiada Gonzalo Yáñez, hijo del conde Gómez, acompañado de setenta caballeros, al tiempo que el rey Fernando III ordenaba a Álvaro Pérez de Castro, a Alfonso Téllez de Meneses y a los Maestres de las Órdenes de Santiago y Calatrava que acudiesen junto con sus huestes en socorro de la localidad sitiada, que se vio libre del cerco musulmán cuando las tropas de Álvaro Pérez de Castro y sus acompañantes rompieron el cerco, obligando a huir a los musulmanes sevillanos, que no obtuvieron ninguna ganancia territorial con la empresa.[18] El 8 de diciembre de 1228, un año después, la localidad de Martos fue entregada a la Orden de Calatrava por el rey Fernando III el Santo, lo que pudo estar motivado por el cerco al que había sido sometida la localidad en el año anterior.[19]

Durante la campaña emprendida por el rey de Castilla contra Jaén en 1228, a pesar del propósito inicial de combatir al reino de Sevilla, Álvaro Pérez de Castro no pudo acompañar a su rey por hallarse enfermo, siendo probable que entonces comenzase la repoblacíón de la localidad de Andújar llevada a cabo por el rey Fernando III, y dos años después, en 1230, Álvaro Pérez de Castro acompañó a Fernando III cuando se dirigía a tomar posesión del reino de León, pues había fallecido su padre, el rey Alfonso IX de León, pasando con ello a reunificarse los reinos de Castilla y León en la persona de Fernando III el Santo.[20]

Campaña en Andalucía y Batalla de Jerez (1231)

En 1231, mientras Fernando III recorría las principales ciudades del reino de León después de haber tomado posesión de él, el soberano castellano-leonés envió a su hijo el infante Alfonso, que contaba nueve años de edad y se hallaba en Salamanca, a devastar los reinos musulmanes de Córdoba y Sevilla, acompañado de Álvaro Pérez de Castro y del magnate Gil Manrique. No obstante, varios historiadores han señalado que el infante Alfonso al que se refieren las crónicas de la época no fue el hijo de Fernando III el Santo, sino su hermano, el infante Alfonso de Molina, hijo del difunto Alfonso IX de León.[21] No obstante, según la versión que sostiene que el infante Alfonso presente en la batalla era en realidad el hijo del rey, Fernando III:

Vista del Alcázar de Jerez de la Frontera. La batalla de Jerez, librada en 1231, supuso la derrota de las tropas del rey musulmán de Sevilla.

"Mandó a don Alvar de Castro, el Castellano, que fuese con él, para guardar el infante y por cabdillo de la hueste, ca el infante era muy moço e avn non era tan esfforçado, e don Alvar Pérez era omne deferido e muy esforçado."[22]

Desde Salamanca y pasando por Toledo, donde se se les unieron cuarenta caballeros toledanos, se dirigieron hacia Andújar, y desde allí, se encaminaron a devastar la tierra de Córdoba, y posteriormente, al municipio cordobés de Palma del Río, donde exterminaron a todos los habitantes y tomaron la localidad, dirigiéndose a continuación hacia el reino de Sevilla y hacia Jerez de la Frontera, donde instalaron el campamento cristiano en las cercanías del río Guadalete.[23] El emir Ibn Hud, que había reunido un numeroso ejército dividido en siete cuerpos, se interpuso con él entre el ejército cristiano y la ciudad de Jerez de la Frontera, obligando a los castellano-leoneses a combatir. Durante la batalla que se libró a continuación, conocida como la batalla de Jerez, los castellano-leoneses derrotaron a las tropas musulmanas, a pesar de la superioridad numérica de éstos últimos. Alfonso X el Sabio se refirió posteriormente a la batalla de Jerez, librada en el año 1231, y en la que Álvaro Pérez de Castro acaudilló las huestes cristianas, del siguiente modo:

"Conviene que sepades los que esta estoria oyredes que la cosa del mundo que más quebrantó a los moros, por que el Andaluzía ovieron a perder e la ganaron los christianos dellos, fue esta cabalgada de Xerez, ca de guisa fincaron quebrantados los moros, que non pudieron después auer el atreuimiento nin el esfuerço que ante avíen contra los christianos, tamaño fue el espanto e el miedo que tomaron desa vez."[23]

Después de su victoria en la batalla de Jerez, Álvaro Pérez de Castro se dirigió al reino de Castilla y entregó al infante Alfonso a su padre el rey, que se hallaba en la ciudad de Palencia. En enero de 1233 la ciudad de Trujillo, que en el pasado había pertenecido a Pedro Fernández de Castro "el Castellano" y a Fernando Rodríguez de Castro "el Castellano", padre y abuelo respectivamente de Álvaro Pérez de Castro, fue conquistada definitivamente por las tropas de la Orden de Santiago y del obispo de Plasencia, y varios meses después, en julio de 1233, la ciudad de Úbeda fue ocupada por las tropas de Fernando III el Santo, después de varios meses de asedio.[24]

Conflictos con Fernando III el Santo y conquista de Córdoba (1234-1236)

En 1234 estalló un conflicto entre el rey Fernando III y dos de sus principales magnates, Álvaro Pérez de Castro y Lope Díaz II de Haro, señor de Vizcaya, pues éste último se había sentido ofendido por el rey durante el asedio de Úbeda. Por ello, y sin contar con el beneplácito del monarca, que era tío de las hijas de Lope Díaz II de Haro, pues la esposa de éste último, Urraca Alfonso de León, era hermanastra del rey, Álvaro Pérez de Castro contrajo matrimonio con Mencía López de Haro, hija del magnate agraviado por el rey, lo que provocó que el soberano despojase a Álvaro Pérez de Castro de las tenencias y tierras que le habían sido concedidas por la Corona, aunque el conflicto se resolvió mediante la resolución arbitral concedida por las reinas Berenguela I de Castilla y Beatriz de Suabia, madre y esposa respectivamente de Fernando III el Santo.[25]

Estatua que representa a Fernando III, ubicada en la ciudad de Baeza. La ciudad de Córdoba fue conquistada por las tropas de Fernando III el Santo en 1236.

Una vez solventada la disputa entre el rey y Álvaro Pérez de Castro, a quien el monarca había devuelto las propiedades que le habían sido confiscadas, entre ellas la tenencia de Andújar, en la que ejercía como alcaide Martín Gómez de Mijangos en nombre del señor de la Casa de Castro, el rey Fernando puso a Álvaro Pérez de Castro al frente de una expedición cuyo objetivo era la tala y el saqueo de las tierras de los reinos de Jaén y de Arjona, aunque la expedición no se limitó a la devastación de las tierras del enemigo, ya que se conquistaron los castillos de Santisteban del Puerto y de Iznatoraf, que se rindieron a los cristianos sin apenas ofrecer resistencia.[26]

En 1235 comenzó a fraguarse la conquista de la ciudad de Córdoba, pues varios caballeros de Andújar capturaron un grupo de musulmanes, quienes les informaron de que las murallas de la ciudad de Córdoba no se hallaban bien vigiladas y de que sería fácil apoderarse de la ciudad y de la Ajarquía por sorpresa. Por ello, los habitantes de Andújar comunicaron su plan a Álvaro Pérez de Castro, que se encontraba en Martos, al tiempo que los soldados cristianos decididos a apoderarse de Córdoba, aprovechando una noche oscura y de mal tiempo, probablemente a finales de diciembre de 1235, situaron sus escalas al pie de las murallas de Córdoba y eligieron de entre ellos a los que mejor hablaban árabe y los vistieron como musulmanes, y de ese modo consiguieron apoderarse, sin alertar a los cordobeses, de las torres que había hasta la Puerta de Martos y, al amanecer, los cristianos eran ya dueños de las torres, del muro y de la puerta de Martos, que abrieron a fin de dar paso a la caballería cristiana, que aguardaba fuera de la ciudad, lo que provocó la huida de la población musulmana de la Ajarquía, que intentó refugiarse en la zona de la villa, al tiempo que los cristianos, en espera de refuerzos, comenzaron a atrincherarse, pues su inferioridad numérica era patente, al tiempo que enviaban mensajeros con el fin de ser socorridos en la empresa, siendo enviado un mensajero a Álvaro Pérez de Castro "el Castellano", que se hallaba en Martos, y otro a Fernando III el Santo.[27]

El primer socorro recibido por los cristianos que intentaban apoderarse de Córdoba fue el proporcionado por un mesnadero del rey, llamado Ordoño Álvarez, al tiempo que acudía junto con sus tropas Álvaro Pérez de Castro. Por su parte, el obispo de Baeza, Fray Domingo de Baeza, puso rumbo hacia Córdoba con sus tropas, y el obispo de Cuenca hizo lo propio con su mesnada. El 7 de febrero de 1236 llegó a Córdoba el rey Fernando, que había tenido noticias de lo que acontecía en Córdoba en Benavente y, rápidamente, se puso en marcha hacia Córdoba con los caballeros que le acompañaban, al tiempo que cursaba órdenes para que los magnates, concejos, prelados y Maestres de las Órdenes Militares reuniesen sus huestes y se dirigiesen a Córdoba, a fin de socorrer a los cristianos que se hallaban sitiados en la Ajarquía.[28]

Finalmente, después de un asedio de varios meses y perdidas las esperanzas de recibir ayuda, los cordobeses rindieron la ciudad a Fernando III de Castilla, con la condición de respetar la vida de la población, que no debería ser atacada mientras abandonaba el territorio. Las tropas de Fernando III hicieron su entrada en la ciudad de Córdoba el día 29 de junio de 1236 y, mientras tanto, se enviaron mensajeron por todo el reino de Castilla a fin de que acudiesen cristianos con los que poder poblar la ciudad, pero, según relatan las crónicas de la época:

"...que luego las gentes, oydo el pregón desta çibdad, de todas las partes d´España pobladores a morar e poblar, e corrieron allí, así commo dize la estoria, commo a bodas de rrey. E tantos eran los que viníen que fallesçieron casas a los pobladores e non pobladores, ca más eran los moradores que non las casas…E la çibdat de Córdoua afortalada de moradores e de omnes de armas e puesta en rrecabdo de cómo se mantouiese, el rrey don Ferrando tornóse bienandante e onrrado a Toledo."[29]

Desde que la ciudad fue conquistada numerosas localidades fueron conquistadas por los castellanos, mientras que otras les abrieron sus puertas, al tiempo que los cristianos organizaban expediciones de saqueo y devastación en la Andalucía musulmana.[30]

Representante del rey en Córdoba y en los castillos de la frontera de Andalucía (1236-1239)

Después de la conquista de la ciudad de Córdoba, Álvaro Pérez de Castro siguió estando al frente de toda la frontera de Andalucía como representante del rey en la ciudad de Córdoba y en las fortalezas de la frontera, aunque la tenencia de Córdoba fue concedida a Tello Alfonso de Meneses, siendo el cometido de Álvaro Pérez de Castro de carácter militar en su mayor parte, lo que ha llevado a varios historiadores a considerarle el primer Adelantado de la frontera de Andalucía, pues sus competencias eran análogas, aunque nunca recibió oficialmente dicho título, que no fue creado hasta el reinado de Alfonso X el Sabio.[31]

Vista del Puente Romano de Córdoba. La ciudad de Córdoba padeció una hambruna en el año 1238.

La Primera Crónica General, compuesta durante el reinado de Alfonso X el Sabio, describe las responsabilidades y atribuciones de Álvaro Pérez de Castro en la frontera de Andalucía de un modo similar al utilizado en la Partida II del Código de las Siete Partidas para describir las funciones del representante del monarca en la frontera, correspondiéndose esto último con las atribuciones propias de un Adelantado de la Frontera.[32]

En 1237 Álvaro Pérez de Castro vendió a su segunda esposa, Mencía López de Haro, su villa de Paredes de Nava y toda su heredad en el reino de León por 15.000 maravedíes.[33]

En 1238 se produjo una hambruna en la ciudad de Córdoba, provocada por la sobrepoblación de la ciudad, a la que habían acudido demasiados habitantes en espera de poder establecerse en ella, y también como consecuencia de las destrucciones ocasionadas por la guerra y por el abandono de las tareas agrícolas en la zona, cuyos campos se hallaban sin cultivar. Por ello, Álvaro Pérez de Castro acudió a entrevistarse con el rey, a fin de que éste último dispusiese medidas para socorrer a la población cordobesa, a lo que accedió el rey, disponiendo el envío de caudales de su tesoro, así como granos y provisiones, que deberían ser distribuidos a la población por Álvaro Pérez de Castro, a quien el rey concedió nuevos poderes.[34]

El día 15 de mayo de 1239 Álvaro Pérez de Castro, vendió a la Orden de Calatrava y a su maestre Gonzalo Ibáñez la villa de Paredes de Nava por 7.000 maravedíes, con la condición de mantener la tenencia vitalicia de la villa y la posibilidad de que sus hijos, que aún no había tenido, la recuperasen si devolvían esa cantidad al cumplir los 14 años de edad.[33]

Álvaro Pérez de Castro falleció en el municipio toledano de Orgaz en el año 1240, cuando se dirigía hacia Andalucía, después de haber conferenciado en el municipio segoviano de Ayllón con Fernando III el Santo.[35]

Tras la defunción de Álvaro Pérez de Castro, Fernando III el Santo se dirigió a Andalucía a fin de evitar que cundiera el desánimo entre las tropas castellano-leonesas allí apostadas, que habían perdido a su comandante, al tiempo que recompensaba a los que en el pasado se habían destacado en la conquista de la ciudad, y procedió además a realizar varias expediciones de saqueo y conquista, consiguiendo con ello que durante la campaña de ese año cayeran en sus manos, entre otras, las ciudades de Osuna, Marchena, Porcuna y Montoro.[36]

Sepultura de Álvaro Pérez de Castro

Después de su defunción en Orgaz, el cadáver de Álvaro Pérez de Castro fue trasladado a la actual provincia de Valladolid, en el reino de Castilla, donde sus restos mortales recibieron sepultura en el Monasterio de Santa María de Valbuena, donde había recibido sepultura su padre, Pedro Fernández de Castro "el Castellano", cuyo cadáver fue trasladado desde Marruecos a la Península Ibérica e inhumado en dicho monasterio.[37]

En el mismo monasterio recibió posteriormente sepultura Elo Pérez de Castro, hija de Pedro Fernández de Castro "el Castellano" y hermana de Álvaro Pérez de Castro.[38]

Nupcias

Se desposó por primera vez en el año 1212 con Aurembiaix, futura condesa de Urgel e hija del conde Ermengol VIII de Urgel, pero el matrimonio fue anulado en el año 1228.

Contrajo matrimonio por segunda vez en el año 1234 con Mencía López de Haro, futura reina de Portugal e hija de Lope Díaz II de Haro, señor de Vizcaya, y de su esposa Urraca Alfonso de León, hija de Alfonso IX de León. Murió sin haber dejado descendencia de ninguno de sus dos matrimonios.

Notas

  1. Torres Sevilla-Quiñones de León (1999), p. 84
  2. «Foundation for Medieval Genealogy» (2000). Consultado el 20 de febrero de 2010.
  3. Documentos para el estudio de la Orden de Calatrava en la Meseta meridional castellana (1102-1302). Página 85
  4. «Foundation for Medieval Genealogy» (2000). Consultado el 20 de febrero de 2010.
  5. «Foundation for Medieval Genealogy» (2000). Consultado el 11 de noviembre de 2009. «"don Pedro Fernández de Castro ([1170]-Marmelos, Morocco 18 Aug 1214, bur Bernardine monastery of Santa María de Valbuena)."».
  6. Eslava Galán, Juan (1987). «La campaña de 1225 y el primer cerco de Jaén por Fernando III». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (132):  pp. 30-31. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1197211. Consultado el 26 de febrero de 2010. «"El número de combatientes que defendían Jaén, según las crónicas cristianas, era de 3.000 caballeros cristianos y 50.000 peones musulmanes y 160 caballeros cristianos al mando de Don Alvar Pérez de Castro."». 
  7. González González, Julio (2006). Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Jerónimo Zurita. ed. Las conquistas de Fernando III en Andalucía. Edición facsímil. Valladolid: Editorial Maxtor. pp. 41-42. ISBN 84-9761-277-9. http://books.google.es/books?id=QkzGX5wYungC&printsec=frontcover&dq=conquistas+fernando&cd=2#v=onepage&q=&f=false. 
  8. Eslava Galán, Juan (1987). «La campaña de 1225 y el primer cerco de Jaén por Fernando III». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (132):  pp. 37-38. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1197211. Consultado el 26 de febrero de 2010. 
  9. González González, Julio (2006). Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Jerónimo Zurita. ed. Las conquistas de Fernando III en Andalucía. Edición facsímil. Valladolid: Editorial Maxtor. pp. 43. ISBN 84-9761-277-9. http://books.google.es/books?id=QkzGX5wYungC&printsec=frontcover&dq=conquistas+fernando&cd=2#v=onepage&q=&f=false. 
  10. Eslava Galán, Juan (1990). «El castillo de la Peña de Martos y la Orden de Calatrava». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (142):  pp. 154. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2059846. Consultado el 26 de febrero de 2010. «"...Martos pasó de este modo a ocupar el centro estratégico de las fronteras cristianas."». 
  11. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 616 y 623. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. «"...suscribirá la mayor parte de los diplomas de Fernando III hasta el 16 de enero de 1227, fecha tras la cual desaparece en los diplomas regios toda mención de las tenencias ejercidas por este vástago de la Casa de Castro."». 
  12. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 624. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. 
  13. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 624-625. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. 
  14. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 625-628. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. «"Ante el peligro que corría su vida, el rey de Baeza salió huyendo de Córdoba en compañía de unos pocos de sus fieles; los cordobeses salieron en su persecución, dándole alcance junto al castillo de Almodóvar, donde lo decapitaron enviando su cabeza al califa almohade, que unos días antes se había trasladado de Sevilla a Marruecos."». 
  15. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 628-629. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. 
  16. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andújar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 630-632. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. 
  17. Eslava Galán, Juan (1990). «El castillo de la Peña de Martos y la Orden de Calatrava». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (142):  pp. 154. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2059846. Consultado el 26 de febrero de 2010. «"Julio González González llama al episodio «la fantasía de Martos». El tópico literario de unas damas defendiendo las almenas se encuentra también en otros relatos, tales como la Chronica Adelfonsi Imperatoris, donde es recurso de Teodomiro frente a Abdelazis en 713."». 
  18. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andújar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 632. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. «"...Parece que el propio Don Fernando (III) también se movió personalmente en socorro de Martos, pues la Crónica de Veinte Reyes nos dice que el mensajero con la noticia del levantamiento del asedio alcanzó al rey en Calzada, desde donde el rey volvióse para Toledo"». 
  19. Eslava Galán, Juan (1990). «El castillo de la Peña de Martos y la Orden de Calatrava». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (142):  pp. 154. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2059846. Consultado el 26 de febrero de 2010. 
  20. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andújar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 632-634. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. «"Es muy probable, como sugiere el Prof. Julio González González, que fuera en esta ocasión, en esta expedición del año 1228, cuando Fernando III iniciara la repoblación de Andújar y el asentamiento de los primeros vecinos castellanos de la ciudad."». 
  21. González Jiménez, Manuel. Alfonso X el Sabio (1ª edición). Barcelona: Editorial Ariel S. A.. ISBN 84-344-6758-5. «"No obstante, Gonzalo Martínez Díaz piensa que el infante don Alfonso citado en la Crónica debió ser el hijo de Fernando III y no su hermano don Alfonso de Molina, ya que de haber sido éste el que estuvo presente en la batalla de Jerez, el mando de la hueste debía haberle correspondido a él en razón de su dignidad y no a Alvar Pérez de Castro."» 
  22. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 633-634. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. «"Crónica de Veinte Reyes. Edición Burgos. 1991. Página 306."». 
  23. a b Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 634-635. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. 
  24. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 637-638. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. «"...Las capitulaciones se cumplieron, la ciudad fue evacuada y en el mes de julio de 1233 los musulmanes entregaron la ciudad vacía y la fortaleza de Úbeda al rey cristiano, que una vez posesionado de Úbeda y habiendo tomado las disposiciones necesarias para guarnecerla y aprovisionarla se volvió hacia Castilla, llegando a Arévalo el 20 de agosto."». 
  25. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 638-639. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. 
  26. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 639-640. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. «"Los dos castillos eran de la obediencia de Muhammad ibn Hud, pero en las treguas pactadas poco antes con este emir, habían sido excluidos nominalmente, pactándose que si el rey don Fernando quisiera asediar esas fortalezas, el musulmán no acudiría en su ayuda; este acuerdo explica la escasa resistencia que ofrecieron a las fuerzas cristianas."». 
  27. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 640-641. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. 
  28. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 641. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. «"...Al mismo tiempo había transmitido órdenes a magnates y concejos de reunir sus fuerzas y acudir tras él en auxilio de los cristianos de la Axarquía."». 
  29. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 641-642. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. 
  30. Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andujar: su integración en la Corona de Castilla». Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses) (176):  pp. 642-643. ISSN 0561-3590. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1146801. 
  31. Vázquez Campos, Braulio (2000). «Sobre los orígenes del Adelantamiento de Andalucía». Historia, instituciones, documentos (Sevilla: Universidad de Sevilla: Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas) 27:  pp. 17. ISSN 0210-7716. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=58368. Consultado el 26 de febrero de 2006. «"Según Pérez-Bustamante, Álvaro Pérez de Castro, llamado «el Castellano», habría sido el primer Adelantado de la Frontera."». 
  32. Vázquez Campos, Braulio (2000). «Sobre los orígenes del Adelantamiento de Andalucía». Historia, instituciones, documentos (Sevilla: Universidad de Sevilla: Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas) 27:  pp. 17. ISSN 0210-7716. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=58368. Consultado el 26 de febrero de 2006. «"...La Primera Crónica General, que dota a Álvar Pérez de la potestad de un alter ego en Córdoba y los castillos de la Frontera (limitada entonces al Alto Guadalquivir) entre 1236 y 1239, fecha de la repentina muerte del ricohombre. La descripción de los poderes de Álvar Pérez en esta crónica recuerda la representación del monarca ejercida por el adelantado según la Partida II."». 
  33. a b Rodíguez-Picavea Matilla, Enrique (1999). «Documentos para el estudio de la Orden de Calatrava en la Meseta Meridional Castellana». Cuadernos de Historia Medieval (Madrid) 2:  pp. 311. ISSN 1139-756X. http://www.uam.es/departamentos/filoyletras/hmedieval/especifica/cuadernos/coldoc/cd2.pdf. Consultado el 28 de febrero de 2010. 
  34. Ansón Oliart, Francisco (1998). Fernando III, rey de Castilla y León. Madrid: Ediciones Palabra S. A.. pp. 155. ISBN 84-8239-233-6. http://books.google.es/books?id=QkNDFghWgBYC&pg=PA155&dq=alvaro+perez+de+castro+1237&lr=&cd=2#v=onepage&q=&f=false. «Modesto Lafuente señala en su obra que Fernando III el Santo dió a Álvaro Pérez de Castro: "...amplísimas facultades y poderes, nombrándole su adelantado y como virrey, y mandando que en todo fuese obedecido como su misma persona."» 
  35. Patxot y Ferrer, Fernando (1853). «Libro XIX. Capítulo XLI.». Las Glorias Nacionales. Tomo III (1ª edición). Madrid: Librería de la Publicidad y de Cuesta (Madrid). pp. 453. http://books.google.es/books?id=iL0CAAAAYAAJ&dq=alvar+perez+de+castro+orgaz&source=gbs_navlinks_s. «"Pasados algunos días Don Alvar Pérez, general de la frontera de los moros, a cuyo oficio se decía adelantado, se vió en Aillon con el rey Fernando, sobre socorros que cada día eran menester en la frontera, especialmente en Córdoba, para donde el rey don Fernando le dió todo lo necesario, y caminando para la Andalucía, murió en Orgaz, casi en el año de mil y doscientos y treinta y nueve."» 
  36. Ansón Oliart, Francisco (1998). Fernando III, rey de Castilla y León. Madrid: Ediciones Palabra S. A.. pp. 155-156. ISBN 84-8239-233-6. http://books.google.es/books?id=QkNDFghWgBYC&pg=PA155&dq=alvaro+perez+de+castro+1237&lr=&cd=2#v=onepage&q=&f=false. «"Determinó, pues, el rey pasar el mismo a Córdoba para que con la falta de Alvar Pérez no se entibiase al ardor de sus soldados."» 
  37. Martin, Therese; Julie A. Harries (2005). Theresa Martin; Julie A. Harries. ed. Church, State, Vellum, And Stone: Essays on Medieval Spain in Honor of John Williams. Brill Academic Publishers. pp. 122. ISBN 9004147055. «"...Pedro Fernandez (who had died in August 1214), and to arrange for its conveyance to the peninsula and burial in the Castro family monastery of Valbuena"» 
  38. de Ayala Martínez, Carlos; Pascal Baresi; Philippe Josserand (2001). Casa de Velázquez. ed. Identidad y representación de la frontera en la España medieval (siglos XI-XIV) (1ª edición). Madrid: Universidad Autónoma de Madrid. pp. 289. ISBN 84-95555-21-2. http://books.google.es/books?id=z4A06Ev37s8C&pg=PA289&dq=pedro+fernandez+de+castro+valbuena&lr=&cd=41#v=onepage&q=&f=false. «"Según el manuscrito de la Col. Salazar y Castro de la Academia de la Historia, en el arca sepulcral que se dispone bajo este arco reposaba doña Elo, tataranieta de la fundadora del monasterio. Sin embargo, parece más lógico pensar que fue su hermano Alvar Pérez de Castro, muerto en Orgaz en el otoño de 1239 y enterrado también aquí, el propietario del sepulcro."» 

Bibliografía

  • Del Arco y Garay, Ricardo. Instituto Jerónimo Zurita. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.. ed. Sepulcros de la Casa Real de Castilla. Madrid. 
  • Martin, Therese; Julie A. Harries (2005). Theresa Martin; Julie A. Harries. ed. Church, State, Vellum, And Stone: Essays on Medieval Spain in Honor of John Williams. Brill Academic Publishers. ISBN 9004147055. 
  • Torres Sevilla-Quiñones de León, Margarita (1999). Linajes Nobiliarios en León y Castilla (Siglos IX -XIII), pág. 187. Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura. ISBN 84-7846-781-5. 

Enlaces externos

Véase también


Predecesor:
Pedro Fernández de Castro "el Castellano"
Escudo de Castro.svg
Señor de la Casa de Castro
1214 - 1240
Sucesor:
Elo Pérez de Castro
Predecesor:
Fernando Fernández de Cabrera
Mayordomo mayor del rey
1223
Sucesor:
Pedro de Portugal
Predecesor:
Gonzalo Núñez de Lara
Alférez del rey
1221
Sucesor:
Fernando Gutiérrez
Predecesor:
Fernando Gutiérrez
Alférez del rey
1221 - 1222
Sucesor:
Martín Sánchez de Portugal

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