- Ciro Alegría
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Ciro Alegría
Detalle de la portada del libro autobiográfico póstumo Mucha suerte con harto palo (Losada, Buenos Aires, 1976).Nacimiento 4 de noviembre de 1909
Perú, Hacienda Quilca, Distrito de Sartimbamba, Provincia de Sánchez Carrión,[1] Departamento de La LibertadDefunción 17 de febrero de 1967
Perú, Chaclacayo, LimaOcupación Escritor, educador, periodista Nacionalidad Peruana Período Contemporáneo Género Novela, cuento, poesía Movimientos Indigenismo Ciro Alegría Bazán, más conocido como Ciro Alegría (n.Sartimbamba, departamento de La Libertad, 4 de noviembre de 1909[2] - m. Chaclacayo, 17 de febrero de 1967) fue un escritor, político y periodista peruano. Es uno de los máximos representantes de la narrativa indigenista, marcada por la creciente conciencia sobre el problema de la opresión indígena y por el afán de dar a conocer esta situación, cuyas obras representativas son las llamadas “novelas de la tierra”. En ese sentido es autor de las siguientes novelas: La serpiente de oro (1935), Los perros hambrientos (1939) y El mundo es ancho y ajeno (1941), siendo esta última su obra cumbre y la novela capital de la literatura hispanoamericana, que ha tenido innumerables ediciones y traducciones a muchos idiomas.
Al margen de sus méritos literarios, se le recuerda por su calidad humana y su bonhomía,[3] salpicada de un humor muy peculiar. Hijo de hacendados ricos y blancos, él se consideraba un cholo serrano, ya que nació en la sierra y convivió durante sus primeros años con indios y cholos, peones y empleados de los inmensos latifundios pertenecientes a su familia. De ese recuerdo de su infancia y de los relatos que oyó entonces nacieron sus grandes novelas indigenistas. De sus padres recibió una educación liberal, que contrastaba con aquel ambiente en que creció.
Microbiografía
Ciro Alegría nació en la hacienda Quilca, cerca de Huamachuco, en el año de 1908, aunque fue inscrito recién en 1909, por lo que el escritor usó este año en la fecha oficial de su nacimiento. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Nacional San Juan de Trujillo, donde tuvo como profesor al entonces joven poeta César Vallejo. En 1927 fundó la Tribuna Sanjuanista, periódico escolar que dirigió; integró el Grupo Norte, ya en su fase final; y en 1930 tuvo activa participación en la formación de la célula aprista de Trujillo, junto con Antenor Orrego.
Por su actividad proselitista, fue perseguido y torturado y, luego de la debelada revolución aprista de 1932, fue encarcelado, pero liberado al año siguiente, en 1933, por una ley de amnistía. En esta época empezó a publicar algunos relatos, pero en 1934 fue deportado a Chile. En 1935, su novela La serpiente de oro ganó el concurso de la editorial Nascimento de Chile, y en 1939 obtuvo, con su novela Los perros hambrientos, el segundo premio de novela de la editorial Zigzag, también de Chile. Dos años después, en 1941, con su gran novela indigenista, El mundo es ancho y ajeno, ganó el primer premio convocado a nivel continental por la editorial estadounidense Farrar & Rinehart.
Después de recibir este premio se estableció en Estados Unidos, primero, y luego en Cuba y Puerto Rico. Se dedicó al periodismo, la traducción y la enseñanza universitaria, así como a la literatura, aunque no publicó nada por estos años. En 1960 retornó al Perú, donde a sus actividades usuales sumó la carrera política: se afilió al partido Acción Popular en 1963 y llegó a ser elegido diputado ante el Congreso de la República. En 1963 publicó su última obra: Duelo de caballeros (libro de cuentos). Falleció en 1967, en la localidad de Chosica. Dejó varias novelas inconclusas así como varios relatos inéditos, que fueron publicados por su viuda, Dora Varona, quien se convirtió en una gran estudiosa de su vida y obra literaria.
Biografía ampliada
Nacimiento y niñez
Ciro Alegría nació en el caserío de Quilca, uno de los 7 "pungos" (casas de administración y gestión), en que se dividía Marcabal Grande, la extensísima hacienda de su familia (más de 75.000 hectáreas), en la sierra del departamento de La Libertad, cerca de la ciudad de Huamachuco.
Su padre, José Eliseo Alegría Lynch, natural de Huamachuco, fue un joven intelectual, lector del anarquista peruano Manuel González Prada, que desafió la autoridad del abuelo del novelista, Don Teodoro Alegría, casándose con la hija del capataz de la hacienda (María Herminia Bazán Lynch), e intentando una pequeña reforma agraria entre los campesinos de Marcabal Grande. Don Teodoro, que había dejado a José Eliseo al frente de la Hacienda y vivía en Lima como Diputado, regresó a sus tierras y deportó a su hijo a Quilca, un modesto caserío en las estribaciones de la Cordillera de los Andes, y ahí nació y vivió su primera infancia Ciro Alegría, rodeado de indios, hasta la edad de cinco años, cuando se trasladó con sus padres a Marcabal Grande.
Algún tiempo después, el abuelo recordó que su nieto tenía que escolarizarse y lo separó de sus padres para enviarlo a Trujillo (capital del departamento de La Libertad, en la costa), donde se matriculó en el primer año de primaria en el Colegio San Juan, siendo su primer maestro, el que le enseñó a leer y escribir, el poeta peruano César Vallejo[4] (1917). Durante esos años escolares vivió en casa de su abuela paterna Elena Lynch Calderón de la Barca de Alegría.[5]
En 1920 enfermó de paludismo y volvió a la sierra, prosiguiendo su educación primaria en el Instituto Moderno de Cajabamba. Vivió entonces en casa de su tío Gerardo Falcón, de dicha ciudad. En 1923 permaneció en la hacienda Marcabal Grande, donde se dedicó a las tareas agrícolas, a la cabeza de los peones. Aprendió entonces mucho de las costumbres y maneras de vivir de los indios.
Adolescencia
En 1924 su padre lo envió de nuevo a Trujillo, para cursar la secundaria en el Colegio San Juan. Por entonces definió su vocación y escribió, alentado por su familia, sus primeros relatos y poemas. En especial su madre fue la que tuvo mucha influencia en su vocación literaria, pues a ella solía leerle sus primeras producciones, tomando muy en cuenta sus cariñosos y atinados comentarios.
Las vacaciones de 1925 las pasó en la Hacienda Galindo, en las cercanías de Trujillo, en casa de su tío Constante Bazán Lynch. Tuvo entonces la oportunidad de ver como era la vida en una hacienda de caña de azúcar.
En 1926 falleció su madre, víctima de una penosa enfermedad. A mediados de ese año se escapó a Lima con un compañero de colegio apellidado Rojas, quien había inventado un acumulador y planeaba aprovecharlo comercialmente. Pero el amigo no logró su propósito y volvió a Trujillo mientras Ciro decidió permanecer en Lima, intentando publicar un artículo y varios cuentos. Pero igual que su amigo fracasó, no consiguiendo trabajo; sin dinero, tuvo que dormir a la intemperie, en las bancas del zoológico. Un tío suyo lo encontró y lo convenció de retornar a Trujillo. Ciro volvió entonces y reingresó al colegio para continuar cursando el tercer año de secundaria, logrando aprobar los exámenes finales, pese al tiempo perdido.
En 1927, cursando el cuarto año de secundaria, fue nombrado director de un pequeño periódico del Colegio, llamado Tribuna sanjuanista. La publicación llamó la atención de Antenor Orrego, entonces director del diario El Norte de Trujillo, quien convocó a Ciro para que trabajara con él como periodista, durante el período vacacional escolar de enero a marzo de 1928. Ciro trabajó como reportero policial, anotándose algunos éxitos, y publicando por primera vez sus versos, de tendencia vanguardista.
En 1928 siguió sus estudios, ya en el último año de la secundaria, aunque continuó trabajando en El Norte, después de clases, en trabajos especiales y que no le demandaban demasiado tiempo.
Estudiante universitario
En 1929 estuvo trabajando en una compañía de construcción, que hizo una carretera y el puente llamado Virú. Luego volvió a la redacción de El Norte. Ese mismo año enfermó de malaria.
En 1930, tras discutir con Orrego, abandonó El Norte e ingresó a la redacción de otro diario trujillano, La Industria. También ese mismo año ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo. A fines del año participó junto con otros estudiantes en un movimiento de intento de reforma universitaria. El movimiento fracasó y junto con otros dirigentes fue expulsado de la Universidad.
Militante aprista
A comienzos de 1931 se afilió al Partido Aprista, formando parte del Comité Ejecutivo del Primer Sector del Norte, con sede en Trujillo. Durante todo ese año estuvo dedicado a labores de propaganda política que luego pasaron a ser de oposición al naciente gobierno de Luis Sánchez Cerro.
En diciembre de 1931 fue apresado y estuvo en la cárcel de Trujillo hasta el 7 de julio de 1932, fecha que la revolución ocurrida en esa ciudad lo liberó. Tomó parte en la revuelta, que fue bárbaramente reprimida por las fuerzas del orden. Huyó rumbo al norte y tras varios meses de burlar a la policía, al fin fue capturado en la provincia de Celendín.
Fue trasladado a Trujillo, donde el tribunal encargado de juzgar a los rebeldes ya lo había sentenciado a diez años de prisión, en ausencia. Fue torturado y luego enviado a Lima donde fue recluido en la Penitenciaría. Allí estuvo hasta que el nuevo régimen del general Óscar R. Benavides dio una ley de amnistía para los presos sin proceso y los que todavía seguían enjuiciados. Como ya había sido sentenciado, aparentemente no le beneficiaba la amnistía, pero un jurista descubrió un decreto que consideraba ilegales las condenas en ausencia. En tal caso Ciro quedaba como enjuiciado y le correspondía entonces la amnistía. Salió en libertad en octubre de 1933.
Enseguida ingresó a la redacción del diario aprista La Tribuna de Lima, donde hizo varias crónicas, reportajes y ocasionalmente la “Sección Barricada”. Tras intervenir en el llamado “complot de El Agustino” (intentona revolucionaria aprista en Lima), en diciembre de 1934 fue desterrado a Chile.
Destierro en Chile y sus primeras novelas
Arribó a Santiago el mismo día en que era asesinado su compatriota, el poeta José Santos Chocano.
En 1935 se casó con su tía Rosalía Amézquita y transformó su cuento “El Marañón” en la que sería su primera novela: La serpiente de oro, con la cual ganó en Chile el concurso literario convocado por la Editorial Nascimento. Al año siguiente fue elegido miembro del directorio de la Sociedad de Escritores de Chile y comenzó a trabajar en la Editorial Ercilla, como corrector de originales. Asimismo tradujo obras de Stefan Zweig e Ilya Ehrenburg, para la Editorial Zig-Zag.
A fines de 1936, como consecuencia de la dura vida de prisión y persecución política, enfermó de tuberculosis pulmonar. Se recluyó en el sanatorio de San José de Maipo y allí estuvo dos años. Antes de darle de alta le aplicaron un neumotórax. Una burbuja de aire le produjo entonces una embolia cerebral, lo que a la vez le causó una parálisis temporal de la mitad de su cuerpo, lo que le anuló momentáneamente la capacidad de escribir. Durante su recuperación y a manera de terapia, compuso su novela Los perros hambrientos, tarea que le demandó un mes de labor. Presentó la obra al concurso convocado por la Editorial Zig-Zag. De las 62 obras presentadas, la suya obtuvo el segundo puesto, siendo el fallo del jurado muy discutido. La novela se publicó en agosto de 1939.
El mundo es ancho y ajeno, su gran novela
Luego se dedicó a componer su novela más extensa, El mundo es ancho y ajeno, que ganó en 1941 el Concurso Latinoamericano de Novela, convocado desde Estados Unidos por la prestigiosa Editorial Farrar & Rinehart y auspiciado por la Unión Panamericana de Washington. Fue invitado a Nueva York para recibir el premio, que le fue entregado en un banquete que se le ofreció en el Hotel Waldorf Astoria, el Día de las Américas, el 14 de abril de ese año. Dicha obra se ha convertido en un clásico de la literatura peruana e hispanoamericana en general.
El 19 de abril de 1941, en compañía del ensayista venezolano Mariano Picón Salas, Alegría viajó a Puerto Rico y participó en la Conferencia Interamericana de Escritores. Concurrió posteriormente al Congreso de Escritores Americanos de Washington, donde conoció al escritor norteamericano Waldo Frank, con quien mantuvo desde entonces una gran amistad. En octubre de 1941 apareció la traducción al inglés de El mundo es ancho y ajeno (Broad and alien is the world) y su libro fue ubicado por la prensa en el cuarto lugar de ventas.
Estancia en EE.UU. y Puerto Rico
Después del ataque a Pearl Harbor y al impedírsele volver a Chile por motivo de la guerra, trabajó unos meses en la revista Selecciones del Reader's Digest (1942). Ocupó además un puesto en la sección de prensa de la oficina encargada de la propaganda de guerra de los Estados Unidos en América Latina, con sede en Washington. En 1943 fue trasladado a la sede de la oficina en Nueva York, trabajando en la sección de Radio, y eventualmente, en la de Prensa.
Durante 1945 se dedicó a trabajar como traductor en la compañía cinematográfica Metro-Goldwyn-Mayer. Se divorció de Rosalía Amézquita, de mutuo acuerdo. Asimismo fue llamado por don Federico de Onís para dictar un curso sobre la novela hispanoamericana en la Universidad de Columbia. Su amiga Gabriela Mistral lo invitó desde San Francisco (1946) y esta visita le sirvió para su libro póstumo Gabriela Mistral íntima.
En 1948 le recrudeció una vieja dolencia al hígado contraída en la Penitenciaría de Lima, debido a la comida grasienta que se le dio allí. Fue operado con éxito de la vesícula. Ese mismo año se separó pública e irrevocablemente del partido aprista, explicando su actitud en unas declaraciones y artículos publicados en El Diario de Nueva York. Aparte de este diario, colaboró también en La Prensa de la misma ciudad y en revistas en inglés como Red-Book, Encore, Free Woorld, The Nation y otras más.
En 1949 fue contratado por la universidad de Puerto Rico, donde dictó durante cuatro años, cursos sobre Literatura Hispanoamericana y Técnica de la Novela, en el Departamento de Estudios Hispánicos, y un curso sobre Problemas Contemporáneos en la Facultad de Pedagogía. En esos años colaboró también en el diario El Mundo de San Juan de Puerto Rico y la revista Asonante.
En 1950 presentó al Congreso de Literatura Ibero-americana celebrado en Albuquerque, Nuevo México, un trabajo sobre “El Personaje de la Novela Hispanoamericana”. Se publicó en las Memorias de dicho Congreso.
Estancia en Cuba
En 1953 fue invitado al Congreso de Escritores Martianos en La Habana, donde se reunió más de un centenar de escritores de Europa y América. Fue nombrado vicepresidente de la Comisión II de dicho Congreso, dedicada a examinar los temas literarios y artísticos. Renunció a su cátedra de la Universidad de Puerto Rico y se estableció en Cuba, dedicándose intensamente a su trabajo como escritor y periodista. Trabajaba entonces en cuatro proyectos de novela. Desde Cuba colaboró también con la revista Letras Peruanas.
En 1956 fue invitado por la Universidad de Oriente (Santiago de Cuba) a dictar un curso sobre la novela y su técnica. Además, aceptó escribir la historia de la Casa Bacardi, productores del famoso ron del mismo nombre. Lo tituló Cien años de vida productiva y fue publicado en 1959.
También en 1956 conoció a la poetisa cubana Dora Varona Gil, con quien contrajo matrimonio el 25 de mayo de 1957. Con ella viajó por Estados Unidos, México, Puerto Rico, Santo Domingo y Jamaica.
Retorno al Perú. Incursión en la política
En ese año de 1957 fue invitado al Festival del Libro Peruano, organizado por los editores Juan Mejía Baca, P. L. Villanueva y Manuel Scorza. Tras una larga ausencia de 23 años arribó al Perú el 4 de diciembre de 1957. Este retorno se había truncado en múltiples ocasiones a causa de la concatenación de dictaduras y gobiernos oligárquicos que le negaron su derecho a volver a su patria. Fue objeto de un recibimiento multitudinario, lo que le resultó abrumador debido a su natural timidez. Su obra alcanzó una difusión popular con el Festival del Libro Peruano, al que asistieron escritores amigos como Pablo Neruda, Jorge Icaza y Enrique López Albújar.
Con su esposa Dora Varona viajó por todo el Perú dando conferencias en Universidades y centros culturales. Fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Trujillo. Luego volvió a Cuba con la idea de volver pronto al Perú. En la isla caribeña terminó su libro sobre la Casa Bacardi, por el cual recibió un buen pago. Entonces residía con Dora en el pueblo de San Vicente, Dos Bocas, Oriente, en una casa de campo de su cuñado. Desde febrero de 1958 colaboró asiduamente en el diario El Comercio de Lima. En diciembre de 1958 nació su hija Cecilia. Pero al agravarse la situación política de la isla con motivo de la revolución cubana, decidió retornar al Perú con su familia.
El 12 de enero de 1960 arribó una vez más al Perú. En abril de ese año enfermó gravemente de úlcera duodenal. Al mes siguiente fue operado en el Hospital Obrero de Lima (hoy Hospital Guillermo Almenara), donde estuvo tres meses convaleciente. Aprovechó entonces para escribir varios cuentos y leyendas.
El 23 de abril de 1960 la Academia Peruana de la Lengua –dirigida por Víctor Andrés Belaunde– lo eligió por unanimidad como miembro de número. En octubre asistió al Tercer Festival del Libro de América, en Buenos Aires. Viajó a Montevideo y entretanto colaboró con el afamado diario argentino La Nación. En 1961 dejó de colaborar para El Comercio y empezó a escribir para el diario Expreso, y para la revista Caretas de Lima.
Se afilió al partido Acción Popular, liderado por su amigo, el arquitecto Fernando Belaúnde Terry. En 1962, con motivo de la campaña electoral, viajó por todo el país en gira política. Sufrió agresiones de sus antiguos correligionarios políticos, los apristas. A comienzos de 1963 ganó una diputación por Lima. En setiembre del mismo año se publicó su libro de relatos Duelo de caballeros, en la editorial Populibros de Manuel Scorza, obra que tuvo gran acogida.
Fue invitado al Segundo Encuentro Internacional de Escritores, celebrado en Berlín en 1964 y al que asistieron –entre otros– Jorge Luis Borges y Julio Ramón Ribeyro. Por invitación del Parlamento francés, viajó a Francia y después a Italia, país este por el que quedó fascinado (1965). Estando allí recibió una invitación especial de la Universidad de Yale y viajó a Nueva York, donde dictó varias charlas y conferencias. De retornó al Perú, pasó por Brasil.
Ya en el Perú se mudó a Chaclacayo, en busca de mejor clima, y asistió al Primer Encuentro de Narradores Peruanos, convocado por la Casa de la Cultura de Arequipa, que dirigía el crítico Antonio Cornejo Polar. El 28 de mayo de 1966 fue elegido presidente de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas (ANEA), venciendo a Luis Alberto Sánchez, por entonces rector de la Universidad de San Marcos.
Bohemio y fumador empedernido, Alegría –quien se consideraba miembro de la “generación del 30”– frecuentó a artistas de diversas generaciones. Fue asiduo concurrente a las tertulias que organizaba el librero Juan Mejía Baca, alternando con Martín Adán, Arturo Hernández y Francisco Izquierdo Ríos.
Fallecimiento
Falleció el 17 de febrero de 1967, a la 1 y 30 de la mañana, a causa de una hemorragia cerebral, tras una agonía dolorosa. Su muerte fue sorpresiva, cuando aparentemente gozaba de buena salud y recién cumplidos los 58 años de edad. El Presidente Belaunde, como homenaje póstumo, decretó que le fueran tributados honores de Ministro de Estado. Fue también condecorado con las Palmas Magisteriales en su grado más alto: el de Amauta.
Descendencia
En su exilio en Santiago de Chile, Ciro Alegría se desposó con su tía segunda, Rosalía Amézquita Alegría, con la que tuvo dos hijos, Ciro y Alonso. Se divorció de Rosalía por mutuo acuerdo, desde Nueva York, en 1945. El segundo hijo de este matrimonio, Alonso Alegría, ha llegado a ser un considerado dramaturgo peruano.
Luego Ciro se casó con una portorriqueña, con la que no tendría hijos, Ligia Marchand. Por último, desposó en terceras nupcias con la poetisa peruano-cubana Dora Varona (que llegó a ser la gran recopiladora y estudiosa de su obra) con la que tuvo cuatro hijos: Cecilia, Ciro, Gonzalo y Diego; éste último nació póstumamente, cinco meses después de la muerte de padre, y falleció a la edad de 14 años, durante un accidente ocurrido durante una excursión escolar.
Gonzalo Alegría Varona, economista y sociólogo, residente por varios años en España e Inglaterra, es fundador y presidente de la Fundación bMundi, dedicada a la investigación y al desarrollo de la Nueva Economía; en el año 2005 retornó al Perú y en el 2010 lanzó su candidatura a la alcaldía de Lima por el partido Acción Popular, el mismo donde militara su padre.
Contexto literario
Ciro Alegría es, junto a José María Arguedas, el escritor más importante de la corriente indigenista en el Perú. Aunque hay que deslindar que Ciro pertenece al indigenismo primigenio, de los años 1930, mientras que Arguedas representa el llamado neo-indigenismo. Coincidentemente, en el año 1941, cuando Alegría publicaba su última gran novela, Arguedas daba a la luz su primera novela, Yawar Fiesta. Ambos autores sintieron una estimación recíproca y se defendieron de inútiles competencias que algunos quisieron establecer entre ellos. Alegría narra la vida de los indígenas del norte del Perú, diferentes a los indios del sur que reflejan las novelas de Arguedas. El indio del norte es más aculturado y mestizado, y desconoce por lo general el quechua, pero, obviamente, no por ello es menos representativo del Perú.
El trabajo literario de Ciro Alegría trascendió muy tempranamente las fronteras, puesto que escribió febrilmente desde el exilio en varios países. En Chile escribió y publicó sus dos primeras novelas, La serpiente de oro y Los perros hambrientos, así como su obra cumbre, que ganó el Concurso Latinoamericano de Novela convocado por la Editorial Farrar and Rinehart de Nueva York: El mundo es ancho y ajeno, novela de la cual Mario Vargas Llosa ha afirmado que constituye "el punto de partida de la literatura narrativa moderna peruana y su autor nuestro primer novelista clásico".[6] Dicha novela fue traducida a 14 idiomas.
El mundo es ancho y ajeno refleja las bases de un Perú moderno, mestizo, y rico en regiones, culturas y costumbres diversas. Sus personajes abandonan su comunidad andina (Rumi) obligados por el injusto expolio que de sus tierras realiza un cruel hacendado (Don Álvaro Amenábar) y se desplazan por todo el Perú, intentando ganarse la vida. La historia cuenta con dos personajes centrales o héroes: Rosendo Maqui, que representa al indio sabio, mayor y tradicional, y Benito Castro, el cholo joven que vuelve a su comunidad cuando muere Rosendo con el fin de defender el derecho de sus gentes a vivir en sus tierras.
En general, todas las novelas de Alegría defienden la integración de todos los peruanos en la sociedad, y denuncian las miserias y la injusticia social sufrida por los más humildes, especialmente, por los indios. Sus obras poseen un tono épico, en donde destacan especialmente la naturaleza y las tradiciones culturales peruanas, conjuntamente con la lucha de sus gentes por su subsistencia. En ellas la narración se desarrolla hilvanando hábilmente las historias de varios personajes de la misma comunidad en torno a un núcleo central.
Luego de sus tres grandiosas novelas indigenistas, en sus 27 años de vida restante Alegría solo publicó un libro de cuentos, que la crítica ha considerado muy inferior en comparación con su obra precedente: Duelo de caballeros. Estuvo también trabajando en cuatro proyectos de novelas: Siempre hay caminos, Lázaro, El dilema de Krause y El hombre que era amigo de la noche. De ellas solo concluyó la primera, publicada póstumamente, la cual es una novela corta considerada por la crítica como una joya literaria. Las tres restantes quedaron inconclusas y sus fragmentos han sido también publicados de manera póstuma. De todas ellas, se debe destacar Lázaro, un ambicioso proyecto que el autor abandonó en 1954, pero que bien pudo convertirse en una gran novela de temática proletaria, teniendo como protagonistas a los trabajadores de las grandes haciendas azucareras de la costa norte del Perú. Habría sido una especie de continuación de El mundo es ancho y ajeno. Se ha dicho que la razón del abandono de sus proyectos novelísticos fue la falta de un estímulo editorial, sumada a su recargada labor periodística y docente, así como su precaria salud, todo lo cual influyó negativamente en su voluntad creadora.
Obras
Aparte de las novelas y cuentos que Ciro Alegría publicó en vida, cabe señalar que, producto a la intensa actividad política y periodística que ocupó gran parte de su vida, el grueso de su producción escrita se encuentra en distintos periódicos de la época, y aún no hay un estudio sistematizado que la recoja. Por otra parte, una parte también significativa de la obra de Ciro Alegría (una novela breve, fragmentos de otras novelas, cuentos, memorias, etc.) ha sido publicada después de su muerte, gracias a la labor de recogida y selección de quien fuera su última mujer, la poetisa Dora Varona.
En vida, Alegría publicó las siguientes obras:
- La serpiente de oro (Santiago de Chile, Editorial Nascimento, 1935), novela Primer premio del concurso de novela convocado por la Editorial Nascimento de Chile.
- Los perros hambrientos (Santiago de Chile, Editorial Zig Zag, 1939), novela, Segundo premio del concurso de novela convocado por la Editorial Zig-Zag de Chile.
- La leyenda del nopal (Santiago de Chile, Editorial Zig Zag, 1940), cuentos ilustrados para niños.
- El mundo es ancho y ajeno (Santiago de Chile, Editorial Ercilla, 1941), novela. Primer premio del concurso Latinoamericano de Novela convocado por la Editorial Farrar & Rinehart de Nueva York.
- Duelo de caballeros (Lima, Populibros, 1962), colección de 7 cuentos y 2 relatos.
Después de su muerte y a base de escritos insertos en la prensa periódica o manuscritos inéditos, su viuda Dora Varona editó las siguientes obras:
- Panki y el guerrero (Lima, 1968), cuentos y leyendas amazónicas para niños. Premio Nacional de Literatura Infantil "José María Eguren".
- Gabriela Mistral íntima (Lima, Editorial Universo, 1969), ensayo.
- Sueño y verdad de América (Lima, Editorial Universo, 1969), relatos de hechos históricos basados en los cronistas y en Ricardo Palma.
- La ofrenda de piedra (Lima, Editorial Universo, 1969), tres cuentos, un relato, cuatro fragmentos de novelas y completa la magistral novela corta Siempre hay caminos.
- Siempre hay caminos (Lima, Editorial Universo, 1969), novela corta.
- El dilema de Krause (Lima, Ediciones Varona, 1969), novela inconclusa, de carácter testimonial y autobiográfico sobre su paso por la Penitenciaría de Lima.
- La revolución cubana: un testimonio personal (Lima, Editorial PEISA, 1971), ensayo.
- Lázaro (Buenos Aires, Editorial Losada, 1973), novela inconclusa.
- Mucha suerte con harto palo (Buenos Aires, Editorial Losada, 1976), memorias armadas a base de distintos escritos periodísticos, autobiográficos y ficcionales.
- Siete cuentos quirománticos (Lima, Ediciones Varona, 1978), narraciones urbanas ambientadas en Nueva York y ciudades hispanoamericanas (cinco cuentos, un fragmento de novela y la notable novela inconclusa El hombre que era amigo de la noche).
- El sol de los jaguares (Lima, Editorial Varona, 1979), cuentos amazónicos,
- Fábulas y leyendas americanas (Madrid, Editorial Espasa-Calpe, 1982).
Posteriormente se publicaron una serie de selecciones de leyendas y cuentos (muchos de ellos procedentes de El mundo es ancho y ajeno) para el público infantil y juvenil:
- Sueño y verdad de América (Madrid, Alfaguara, 1985).
- Fitzcarraldo, el dios del oro negro (Madrid, Alfaguara, 1986), cuentos.
- Sacha en el reino de los árboles (Madrid, Alfaguara, 1986), cuentos.
- Nace un niño en los Andes (Madrid, Alfaguara, 1986), cuentos.
- Once animales con alma y uno con garras (Madrid, Alfaguara, 1987), libro de cuentos armado a base de fragmentos de las tres primeras novelas de Ciro.
- El ave invisible que canta en la noche (Madrid, Alfaguara, 1989), cuentos extraídos íntegramente de El mundo es ancho y ajeno.
- Mi alforja de caminante (Lima, Editorial Norma, 2007), cuentos y relatos.
- El zorro y el conejo (Lima, Editorial Norma, 2008).
Referencias
- ↑ Esta provincia hasta 1976 se llamó Huamachuco, y es por eso que muchas biografías del escritor mencionan a la “provincia de Huamachuco” como el lugar de su nacimiento.
- ↑ Una investigación realizada por Dora Varona Vda. de Alegría ha llegado a la conclusión que el año de nacimiento del escritor fue 1908, y no 1909. Dora Varona recibió el testimonio de Constante Bazán, tío de Alegría, quien fue quien apadrinó a Ciro en un bautismo de urgencia a los 21 años, ya que el muchacho no tenía ningún documento y necesitaba la partida de bautismo para ingresar a la Universidad de Trujillo. La madrina fue su abuela Elena Lynch Calderón de la Barca. Por error fue inscrito como nacido en el año 1909; no obstante, Ciro terminó por adoptar dicha fecha, ya que así hacía menos complicado el asunto (“Ciro Alegría en sus 87 años”. Entrevista a Dora Varona por el Dr. José Cernicharo. Publicado en el suplemento “El Dominical” del diario El Comercio, pág. 10-11. Lima, 12 de noviembre de 1995).
- ↑ Se entiende por bonhomía a la conjunción de bondad, sencillez y honradez en el carácter y en el comportamiento. Es un galicismo.
- ↑ Sobre este episodio Alegría escribió después El César Vallejo que yo conocí. Publicado originalmente en Cuadernos Hispanoamericanos (México, año III, vol. XVIII, núm. 6, noviembre-diciembre de 1944).
- ↑ Elena Lynch de Alegría y la otra abuela (materna) del escritor, Juana Lynch Mesía, eran primas hermanas, hijas de don Manuel Lynch, apellido éste de origen irlandés. Ciro siempre sostuvo con orgullo que su sangre indígena provenía de su abuela Juanita, hija de don Manuel en Paula Mesía, natural de Chachapoyas. En cuanto a la abuela Elena, el escritor la menciona en su novela El mundo es ancho y ajeno, describiéndola como una señora blanca, fina y compasiva (capítulo 4: “El fiero Vásquez”).
- ↑ Vargas Llosa, Mario (marzo de 1967). «Ciro Alegría según Mario Vargas Llosa». Revista Caretas.
Bibliografía
- Alegría, Ciro (1976). Mucha suerte con harto palo. Buenos Aires: Losada.
- García Montero Koechlin, María Luisa (1963). Detrás de la máscara (1º edición). Lima: Latinoamericana.
- Alegría, Ciro: Breve Autobiografía. Inserta en: La serpiente de oro. Tomo 3 de la Biblioteca Peruana. Lima, Ediciones PEISA, 1973.
- Cornejo Polar, Antonio: Historia de la literatura del Perú republicano. Incluida en “Historia del Perú, Tomo VIII. Perú Republicano”. Lima, Editorial Mejía Baca, 1980.
- Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tercera Edición. Tomo 1. AAA-ANG. Lima, PEISA, 2001. ISBN 9972-40-150-2
- Varios autores: Grandes Forjadores del Perú. Lima, Lexus Editores, 2000. ISBN 9972-625-50-8
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