- Contrarreforma
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La Reforma Católica o Contrarreforma fue la respuesta a la reforma protestante de Martín Lutero, que había debilitado a la Iglesia. Denota el período de resurgimiento católico desde el pontificado del Papa Pío IV en 1560 hasta el fin de la Guerra de los Treinta Años, en 1648. Sus objetivos fueron renovar la Iglesia y evitar el avance de las doctrinas protestantes.
Se esforzó sobre todo en cuatro temas:
- Doctrina.
- Reestructuración eclesiástica, con la fundación de seminarios.
- Modificación de las órdenes religiosas, haciéndolas volver a sus orígenes espirituales.
- Vigilancia de los movimientos espirituales, centrándolos en la vida piadosa y en una relación personal con Cristo. Esto incluía a los místicos españoles y a la escuela de espiritualidad francesa.
Contenido
Concilio de Trento
Fue un concilio general de la Iglesia, reunido de 1545 a 1563 en Trento, cerca de los Alpes, que aprobó una serie de decretos doctrinales con respecto a los dogmas, la disciplina, el papado y las órdenes religiosas, que permanecieron vigentes hasta que se reunió el siguiente concilio, más de tres siglos después. Asi se retiraron las dogmas y las indulgencias. Pero dados estos cambios, los protestantes seguian con sus creencias de que la iglesia no estaba lo suficientemente cambiada como para aceptarlo.
Fue convocado por Pablo III y estableció:
- Una jerarquía efectiva de supervisión para garantizar que el clero y los laicos observaran las nuevas normas de disciplina y ortodoxia que se esperaba de ellos.
- El fortalecimiento de la figura del Papa.
- La revitalización de la meditación y la oración, así como el control de las pasiones de los individuos.
- El examen cotidiano de la conciencia y la confesión.
- La celebración de fiestas anuales en honor de los santos y las advocaciones a la Virgen María.
- El impulso a la formación de más cofradías y hermandades donde se organizarían cajas de ahorro para ayudar a las viudas, los huérfanos, los ancianos y los enfermos, y para pagar los gastos funerarios.
- El castigo a los miembros de la Iglesia que abusaran de los bienes económicos de los fieles.
- Estas medidas, junto con la Inquisición y las guerras de religión, pretendían detener el avance del Protestantismo e infundir un nuevo entusiasmo y confianza a los católicos.
Hacia 1650, más de dos tercios de Europa prestaba de nuevo obediencia a la Iglesia de Roma: la Reforma protestante, en conjunto, sólo conservó su influencia en el norte.
Reforma Católica
La Contrarreforma, para algunos, no difería en forma sustancial de aquello que buscaba la Reforma protestante a la hora de renovar la Iglesia. Sin embargo, en cuestiones teológicas era completamente opuesta. Los esfuerzos reformistas de Pablo IV se basaron en el Derecho Canónico y las encíclicas papales. Dos de sus herramientas fueron la Inquisición, institución creada por el Papa Gregorio IX en el [siglo XIII] para investigar y juzgar a los acusados de herejía o brujería, y la censura, con la creación del índice de libros prohibidos.
Entre otras medidas efectivas sobre liturgia, administración y enseñanza religiosa, se tomaron las siguientes:
- Nombrar cardenales y obispos de gran integridad moral, como San Carlos Borromeo, arzobispo de Milán.
- Crear seminarios en muchas de las diócesis, lo que garantizó la uniformidad teológia.
El Concilio de Trento no aprobó ninguna de las reformas de Lutero u otros protestantes, sobre todo la justificación por la fe, lo que acentuó la división del cristianismo, con diferentes reformistas coincidiendo en que el papado era perjudicial. Esta actuación del Papa reflejaba el paso hacia el absolutismo que caracterizó al siglo XVI.
Por otra parte, el descubrimiento y colonización de América convirtió a muchos clérigos en misioneros, empeñados en la conversión de los nuevos pueblos conocidos y estableciendo escuelas confesionales.
Al mismo tiempo que la agresividad y militancia del catolicismo era palpable, surgió una ola de misticismo que proponía la meditación y el rezo personal, como el del rosario. La fe católica tras la contrarreforma tuvo dos vertientes:
- La idea de un Dios temible que utilizaba el castigo, que fue impulsada por Pablo IV,
- La piedad popular y la experiencia religiosa individual, que dio figuras como Teresa de Jesús, Juan de la Cruz o Ignacio de Loyola.
Pío V representó el esfuerzo de un sector eclesiástico para combatir el protestantismo impulsando la devoción popular y castigando la herejía. Era un dominico de fe sólida y férrea disciplina, que protegió a los pobres creando hospitales y escuelas y apoyando las misiones en el nuevo mundo, pero decidió aplicar la Inquisición para prevenir el aumento de herejes.
Sixto V representó la etapa final de la reforma católica, convirtiendo Roma y el Barroco en la representación visual del catolicismo.
Órdenes religiosas
Las nuevas órdenes religiosas constituyeron una parte fundamental de la reforma. Órdenes tales como los capuchinos, ursulinas, teatinos, paulistas o jesuitas consolidaron las parroquias rurales, ayudaron a consolidar la piedad popular por medio del ejemplo y el cuidado de pobres y enfermos, y sirvieron para contener la corrupción dentro de la Iglesia. Su dedicación a las obras de misericordia ejemplifica la reafirmación católica de la salvación a través de la fe y de las obras, y negando la idea luterana de salvación únicamente a través de la fe. No solamente hicieron la iglesia más eficaz, sino que reafirmaron las premisas fundamentales de la iglesia medieval.
- Capuchinos: formados a partir de los franciscanos, alcanzaron renombre por la protección dispensada a los pobres, decididos a practicar la caridad cristiana y vivir austeramente.
- Ursulinas: se centraron en la educación de niñas y jóvenes.
- Teatinos: decidieron acabar con la herejía a través de la regeneración del clero.
- Paulistas: sus actividades estaban dirigidas a la educación de los jóvenes, catequesis, y ejercían apostolado en las prisiones y hospitales.
- Jesuitas: además de hacer un voto de obediencia incondicional al papa, se centraron en la educación, la reflexión teológica y las misiones. Su gran preparación cultural los convirtió en directores espirituales de monarcas y en educadores de la alta sociedad.
Otros movimientos espirituales, como los espiritualistas italianos o los místicos españoles, intentaron reformar la iglesia a través del individuo. Un ejemplo fueron los oratorios.
Liturgia
Una consecuencia del concilio fue la unificación litúrgica:
- Se abolieron los ritos eucarísticos locales, salvo algunas excepciones, y se estableció un rito unificado conocido como Misa Tridentina, guiada por un Misal y que regula el ordinario de la misa, el santoral y las misas votivas y de difuntos. La Eucaristía se definió dogmáticamente como un auténtico sacrificio expiatorio, en el que el pan y el vino se transformaban en la carne y sangre auténticas de Cristo.
- Se regularon los Sacramentos y la fundación de nuevas parroquias.
- Se pidió la simplificación en la música usada en las iglesias, evitando la polifonía; esto llevó a una mayor difusión del canto gregoriano.
La revolución cultural
Algunos historiadores, como James Burke, han observado que algunas de las directrices de la contrarreforma provocaron consecuencias igual de graves que el cisma: por ejemplo, los estudios realizados para reformar el calendario juliano terminaron en la confrontación con Galileo y el mundo científico en general.
Se querían hacer atractivos los ritos, y se tomaron dos caminos:
- El del arte, con la aplicación de la decoración barroca.
- Las celebraciones festivas, para lo que era necesario acabar con la inexactitud del calendario, desfasado en diez días.
Se pidió a los astrónomos que lo reformaran, entre ellos a Nicolás Copérnico. En su obra, De Revolutionibus Orbium Coelestium, sustituye el modelo tolomeico por uno heliocéntrico, aunque pasó desapercibido. El libro fue evitado por oponerse a las teorías catolicas cuando otros científicos acumularon evidencias a su favor, llegando a ser la base de una revolución científica ajena a la Iglesia que culminó con la prohibición del estudio de los trabajos de Galileo Galilei.
Personalidades principales
- Leon X (1513-1521)
- Pío II (1503)
- Pablo III (1534-1549)
- Julio III (1550-55)
- Pablo IV (1555-59)
- Pío IV (1559-65)
- Pío V (1566-72)
- Gregorio XIII (1572-85)
- Sixto V (1585-90)
- San Carlos Borromeo
- San Ignacio de Loyola
- Santa Teresa de Avila
- San Juan de la Cruz
- San Francisco de Sales
- San Francisco Javier
- Santa Judith Díaz
Referencias
monitos capuchinos
Bibliografía
- D. W. Jones, Martin (trad. Palomo del Barrio, Federico). La contrarreforma: Religión y sociedad en la Europa moderna. Ediciones Akal. ISBN 84-460-1606-0.
- Jedin, Hubert (1981). Historia del Concilio de Trento. Universidad de Navarra. ISBN 84-313-0723-4.
- Emile Mâle (2001). El arte religioso de la contrarreforma. Encuentro. ISBN 9788474906431. http://books.google.es/books?id=YVZywjDQKJ8C.
Enlaces externos
- Enciclopedia Encarta. «Contrarreforma» (en español). Consultado el 17, 10 de 2007.
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