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Fadrique de Castilla
Fadrique de Borgoña y Suabia (1223 - † Burgos, 1277) Infante de Castilla, hijo de Fernando III el Santo, rey de Castilla y León, y de su primera esposa, Beatriz de Suabia. Fue ejecutado en 1277 por orden de su hermano, Alfonso X el Sabio.
Contenido
Orígenes familiares y primeros pasos
Hijo de Fernando III el Santo, rey de Castilla y León, y de su primera esposa, la reina Beatriz de Suabia, era por parte paterna nieto de Alfonso IX de León y de Berenguela I de Castilla, reina de Castilla, que renunció al trono que había recibido por la muerte de su hermano, Enrique I de Castilla, siendo ambos hermanos hijos del rey Alfonso VIII de Castilla. Por parte materna era nieto de Felipe de Suabia, rey de Romanos y duque de Suabia, y de Irene Ángelo, hija de Isaac II Ángelo, emperador del Imperio Romano de Oriente.
Fueron sus hermanos, entre otros, Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León, Enrique de Castilla "El Senador", y Manuel de Borgoña y Suabia, padre de Don Juan Manuel.
Desde el primer momento participó junto a su padre Fernando III y sus hermanos en la labor guerrera que suponía la Reconquista. Cuando se inició el asedio a la ciudad de Jaén, en 1245, Fadrique fue convocado junto a su hermano el heredero Alfonso, y también junto a su hermano Enrique de Castilla. La ciudad de Jaén capituló al año siguiente, en 1246.[1]
En el repartimiento de Sevilla, a diferencia del infante Enrique "el Senador", su hermano, el infante Fadrique recibió cuantiosos bienes, seguramente como compensación por su renuncia al ducado de Suabia, entre los que se contaban, además de los palacios que ya ocupaba en Sevilla, en la zona llamada de la "Abadía", donde Fernando III había concedido extensas propiedades a las órdenes de Calatrava y San Juan, y que el infante remodelaría y de los que subsisten en la actualidad, además de la Torre que lleva su nombre, otros restos importantes incorporados al clausurado Convento de Santa Clara de Sevilla, además de numerosas villas y alquerías repartidas por toda la provincia. En 1257 fue candidato a la mano de la princesa Cristina de Noruega, hija del Haakon IV de Noruega, junto con su hermano el infante Felipe. Los embajadores noruegos relataron que la princesa Cristina rechazó al infante Fadrique a causa de una cicatriz que tenía en el labio, producida en un accidente venatorio, que le afeaba mucho el rostro.[2] Lo cierto es que el propio Alfonso X, como confesó él mismo en un documento de 1273, fue quien decidió que la princesa escandinava contrajese matrimonio con el infante Felipe de Castilla.
Campañas exteriores y actuaciones internas durante el reinado de Alfonso X el Sabio
Descontento durante el reinado de su hermano Alfonso X el Sabio, con quien siempre había mantenido unas frías relaciones, es posible que participase en la rebelión de su hermano Enrique "el Senador" en 1255, urdida contra su otro hermano Alfonso X el Sabio. Abandonó Castilla en algún momento comprendido entre mayo y julio de 1260,[3] ya que no le resultaba fácil estar a la sombra de su hermano, llevando al mismo tiempo una existencia retirada en sus posesiones. Es probable que su salida fuera ocultada a Alfonso X, o en contra de la voluntad de éste, ya que a los pocos meses de la partida del infante, el rey comenzó a disponer de sus bienes.[4]
Al abandonar Castilla se unió al infante Enrique, su hermano, como mercenario para luchar en Túnez. Sirvió a Manfredo de Sicilia, y luchó en la Batalla de Benevento (1266). Escapó de la derrota y volvió a Túnez. El estallido de una rebelión en Sicilia en 1267 le proporcionó una oportunidad para acudir de nuevo, y ayudó a la recuperación de la isla por Conradino de Hohenstaufen, mientras que el infante Enrique, ahora senador de Roma, también declaró legítimas las aspiraciones de Conradino. Luchó en Sicilia con Federico Lancia tras la derrota de Conrado e incluso después del encarcelamiento de su hermano Enrique, pero les forzaron a rendirse y entregarse en Girgenti en 1269. Sin embargo, consiguieron escapar a Túnez y prefirieron eso a ser encarcelados. Allí sirvieron a los tunecinos contra los soldados de la Novena Cruzada(1270).
A finales de 1271 volvió a Castilla y se reconcilió con su hermano el rey. Al mismo tiempo, Alfonso X le devolvió las villas sevillanas de Brenes y Sanlúcar de Albaida (hoy Albaida del Aljarafe), que en su día le habían pertenecido. Además le encomendó la gobernación de Villa Real (hoy Ciudad Real), lo cual, en cierto modo, constituía una especie de destierro o alejamiento de la corte sevillana.[5]
Las ausencias, documentadas, del infante Fadrique y de su yerno, Simón Ruiz de los Cameros, a las Cortes de Burgos de 1274, llamaron la ateción en la época.[6] En dichas cortes Alfonso X solicitó fondos para proseguir el fecho del imperio,[7] empresa en la que el rey Sabio invirtió numerosos recursos. En las Cortes de Burgos de 1276, el infante Fadrique, apoyado por los principales ricoshombres del reino, solicitó a Alfonso X que el infante Sancho fuese proclamado heredero de forma oficial, en detrimento de Alfonso de la Cerda, nieto de Alfonso X, que debía sucederle a su muerte, por ser el hijo primogénito de Fernando de la Cerda, hijo primogénito de Alfonso X, y fallecido en Ciudad Real en 1275. Sin embargo, Alfonso X le negó a su hijo Sancho (futuro Sancho IV el Bravo), el título de heredero, lo cual, a la larga, ocasionaría la muerte del infante Fadrique, partidario de su sobrino el infante Sancho, y de su yerno, el señor de los Cameros.
Ejecución del infante Fadrique
En junio de 1277, la situación general del reino era lamentable. A las desavenecias en en seno de la familia real, ocasionadas por la muerte del heredero, Fernando de la Cerda, se unía la enfermedad del rey, que sufría continuos ataques de furor.
A raíz de una conspiración (que según la versión más extendida se proponía declarar a Alfonso X incapacitado para gobernar y sustituirle en el gobierno del reino por su hijo, el infante Sancho), el rey ordenó el apresamiento del infante Fadrique y de su yerno, el Señor de los Cameros. Éste último fue quemado en la hoguera por orden del futuro Sancho IV, quien obedecía las órdenes recibidas de su padre.
El infante Fadrique, según una de las versiones, fue encerrado en el Castillo de Burgos, y colocado dentro de un arca con hierros puntiagudos, donde murió. No obstante, otra versión difiere de la anterior y maniiesta que el hijo de San Fernando fue ahogado o asfixiado. La Crónica de Alfonso X describe así la muerte de los dos infantes:
E porque el rey sopo algunas cosas del infante Fadrique, su hermano, e de don Ximón Ruyz de los Cameros, el rey mandó al infante Don Sancho que fuese a prender a Don Ximón Ruyz de los Cameros et quel fiziese luego matar. Et don Sancho salió luego de Burgos e fue a Logronno e falló allí a Don Ximón Ruyz et prísol. Et ese mismo día que lo prisieron, priso Diego López de Salcedo en Burgos a Don Fadrique por mandado del rey. E don Sancho fue a Treuinno e mandó quemar allí a don Ximón Ruyz. Et el rey mandó afogar a don Fadrique[8]
En el texto anterior no se mencionan cuáles fueron las verdaderas causas que hicieron que Alfonso X condenase a muerte a su hermano y al yerno de éste. La versión que dan los Anales del reinado de Alfonso X, posteriores a la Crónica de Alfonso X, es la siguiente:
Era de mill e trezientos e diez e seis eños, el ynfante don Sancho, fijo del rey don Alfonso e heredero, presó a don Ximón Ruiz de los Cameros en Logroño por mandado del rey su padre. E en este año presó el rey don Alfonso a don Fadrique, su hermano, en Burgos, e mandólo le meter en el castillo e meterlo en vna arca que estava llena de fierros agudos e allí murió[9]
Tal acción por parte de Alfonso X, que dió muestras de clemencia y magnanimidad a lo largo de su vida, ordenase ejecutar a su propio hermano, hubo de estar motivado por algo más que una simple conjura nobiliaria, algo en lo que coinciden todos los historiadores. La ejecución del infante Fadrique puede intentar explicarse considerando la teoría que afirma que el infante Fadrique, en vista de la enfermedad de su hermano, y teniendo en cuenta la minoría de edad del infante Sancho, aspirase, declarando previamente a Alfonso X incapacitado, o tal vez haciéndolo ejecutar, a asumir la regencia del reino, o, llegando más lejos, proclamarse rey, ya que en el caso de producirse las circunstancias anteriores, por ser el hermano mayor del rey, debería sucederle, siguiendo con ello la misma lógica que Sancho IV utilizó con sus sobrinos, los infantes de la Cerda, que tantas perturbaciones ocasionarían al reino de Castilla durante su mandato.[10]Esta teoría se contradice con la que afirma que Don Fadrique deseaba declarar incapacitado a su hermano Alfonso para que lo sustituyese su joven sobrino Sancho. En cualquier caso, es una de las pocas teorías que engloban todos los hechos acaecidos y que permiten justificar, al menos a los ojos de la época, la adopción de tan terribles medidas por parte del que ha pasado a la historia con el sobrenombre de "el Sabio".
Por otra parte, otra teoría manifiesta, apoyándose en la cantiga 235, compuesta por el rey sabio, que en realidad Fadrique y su yerno Simón Ruiz fueron ejecutados por haber cometido "el pecado nefando", es decir, por haber mantenido relaciones homosexuales, hecho que en la época era castigado y castigable, con la muerte. Tal teoría se basa en los rumores, recogidos en algunas crónicas, de que el infante Fadrique y su yerno, durante su estancia en Túnez, habían adquirido "ciertas costumbres muy extendidas entre los musulmanes", queriendo con ello hacer referencia a la homosexualidad, que ciertamente se practicaba, a muy altos niveles, en el mundo musulmán, aunque por supuesto de modo no oficial, ya que estaba prohibida en el Corán. Los versos de la Cantiga 235 que justifican tal teoría, propuesta por el profesor Kinkade, hacen referencia a una conjura en la que participan dos ricoshombres:
Hua vez dos ricos-omes / que segundo eu sei, se juraron contra ele / todos que non fosse Rey [vv. 21-22]
En la misma cantiga, más adelante, se vuelve a hablar de otra conjura encabezada por la mayor parte de los ricoshombres:
Ca os mais dos ricos-omes / se juraron, por com´eu sei, por deitarem do reyno / e que ficasse por seu, que xo entre ssi partissen [vv. 60-63]
Finalmente, en la misma cantiga se refiere que el rey se vengó de sus enemigos, los cuales:
E ben com´arde estadal ardeu a carne daqueles / que non querian moller [vv. 73 y 75]
A primera vista, existen ciertas similitudes entre ambos hechos que han llevado a algunos historiadores a la identificación de los dos ricoshombres con el infante Fadrique y su yerno. No obstante ello se contradice con el hecho de que Fadrique no fue quemado, sino ahogado, aspecto este en el que coinciden todas las crónicas de la época.[11]No obstante todo lo anterior, no se conservan pruebas fehacientes que indiquen la supuesta homosexualidad del infante, ni tampoco la de su yerno. Jesús Montoya Martínez, en su obra Composición, estructura y contenido del cancionero marial de Alfonso X, señala por una parte, que en esos versos de la Cantiga 235 no se alude a la conjura que llevó a la muerte a Fadrique, sino a la conjura de 1272-1273, también protagonizada por los ricoshombres, y por otra parte, que los dos ricoshombres mencionados en la Cantiga fueron condenados a la hoguera por ser simpatizantes de la herejía cátara o albigense. Por otra parte, como señala Joseph O´Callaghan, "en realidad no sabemos qué sucedió".[12]
Sepultura del infante Fadrique
Algunas fuentes coetáneas señalan que, a la muerte del infante Fadrique, su cuerpo fue arrojado a un lugar indigno, por lo que pudo ser arrojado a un estercolero o a una letrina. Algunos años después, su sobrino Sancho, ya rey de Castilla y León con el nombre de Sancho IV, ordenó que el cadáver recibiera sepultura en el Convento de la Santísima Trinidad de Burgos, hoy en día desaparecido.[13]
Algunas fuentes señalan que algunos años después de ser sepultado en el Convento de la Trinidad de Burgos, hecho en el que coinciden todas las fuentes de la época, los restos del infante Fadrique fueron llevados al Convento de San Francisco de Salamanca,[14] donde estuvieron provisionalmente los restos de su tío Alfonso de Molina, hijo de Alfonso IX, rey de León, y hermano de Fernando III el Santo, que posteriormente fueron trasladados al Castillo de Calatrava la Nueva, sede de la Orden de Calatrava. En su juventud, el infante Fadrique había sido benefactor del Monasterio de San Francisco de Salamanca.
El Convento de San Francisco de Salamanca fue destruído en el siglo XIX y nada ha quedado en pié de sus edificaciones, excepto la iglesia, en la que no existe constancia de que alguna vez los restos del infante se hallasen allí. El Convento de la Trinidad de Burgos fue demolido a comienzos del siglo XIX, y es posible que el sepulcro desapareciese junto con él, o tal vez, el sepulcro ya había sido destruído antes, durante la Guerra de la Independencia.
Entre los sepulcros situados en el pórtico del Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas, de la ciudad de Burgos, hay uno que ha sido adjudicado al infante Fadrique, por hallarse decorado dicho sepulcro con unas armas semejantes a las usadas por el infante en una etapa de su vida. En dicho sepulcro yace un hombre, ataviado con unas ropas que rivalizan en calidad con la de los reyes allí sepultados. Tal es la afirmación de Manuel Gómez Moreno en su obra El panteón real de las Huelgas de Burgos.[15]
No obstante, numerosos expertos, como el propio Manuel Gómez Moreno, niegan que el sepulcro y los restos mortales que contiene, sean los del infante Fadrique de Castilla. El mismo sepulcro fue también atribuído al infante Juan de Castilla, hijo de Alfonso X el Sabio, que se encuentra sepultado en la Catedral de Burgos, por poseer unos escudos parecidos a los ostentados por el infante.[16]
Matrimonio y descendencia
Durante sus numerosos viajes a Italia, el infante Fadrique contrajo matrimonio con una hija, cuyo nombre no se conoce con total seguridad, ya que algunas crónicas la llaman Catalina y otras Beatriz, de los marqueses de Malespina, de la alta nobleza italiana, y fruto de ese matrimonio nació su hija:
- Beatriz Fadrique, que contrajo matrimonio con Tello Alfonso de Meneses y posteriormente, con Simón Ruiz de los Cameros, señor de los Cameros, ejecutado en 1277. Beatriz Fadrique fue sepultada en el Monasterio Real de San Benito (Sahagún), frente al Altar Mayor de la Iglesia, hasta que en el año 1283, durante una visita realizada al Monasterio de Sahagún por Sancho IV, ordenó que su sepulcro fuera retirado de aquel lugar y depositado en otra Capilla de la Iglesia, ya que aquel sitio "no era convenible".[17]
Parece ser, pero no ha sido confirmado con seguridad, que el infante Fadrique se desposó por segunda vez con Catalina de Epiro, hija del Despota Niceforo Ducas Commeno. del déspota de Epiro. Sin embargo, numerosas fuentes no lo confirman.
Según algunas fuentes, tuvo el infante Fadrique otra hija, llamada Teresa de Castilla, la cual contrajo matrimonio con Juan Fernández de Villamayor, ricohombre, señor de la Casa de Villamayor y Adelantado Mayor de Castilla. Del matrimonio de ambos nació Pedro Fernández de Villamayor, que contrajo matrimonio con María Sarmiento.[18]
Referencias
Bibliografía
- Del Arco y Garay, Ricardo (1954). Instituto Jerónimo Zurita. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. (ed.). Sepulcros de la Casa Real de Castilla.
- Ballesteros y Beretta, Antonio (1963). Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Academia Alfonso X el Sabio (ed.). Alfonso X el Sabio. Murcia: Salvat.
- Gómez Moreno, Manuel (1946). Instituto Diego Velázquez. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. (ed.). El Panteón de las Huelgas Reales de Burgos.
- González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A.. ISBN 84-344-6758-5.
- Ibañez de Segovia Peralta y Mendoza, Gaspar; Marqués de Mondejar (1777). Joachin Ibarra (ed.). Memorias historicas del Rei D. Alonso el Sabio i observaciones a su chronica.
- Menéndez Pidal de Navascués, Faustino (1982). Instituto Luis de Salazar y Castro (ed.). Heráldica medieval española, Volumen I: La Casa Real de Castilla y León, Hidalguía. ISBN 8400051505.
- Ortiz de Zúñiga, Diego (1795). , Tomo I, Madrid: Anales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla.
- Quadrado, José María (1884). Ed. de Daniel Cortezo y Ca (ed.). Salamanca, Ávila y Segovia.
Notas
- ↑ González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «I», Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A., pp. 29 y 30. ISBN 84-344-6758-5.
- ↑ González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «IV», Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A., pp. 127. ISBN 84-344-6758-5.
- ↑ González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «V», Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A., pp. 140. ISBN 84-344-6758-5.
- ↑ González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «V», Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A., pp. 140 y 141. ISBN 84-344-6758-5.
- ↑ González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «VIII», Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A., pp. 233. ISBN 84-344-6758-5.
- ↑ González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «X», Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A., pp. 274. ISBN 84-344-6758-5.
- ↑ González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «I», Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A., pp. 233. ISBN 84-344-6758-5.
- ↑ González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «XI», Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A., pp. 317. ISBN 84-344-6758-5.
- ↑ González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «XI», Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A., pp. 317. ISBN 84-344-6758-5.
- ↑ González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «XI», Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A., pp. 316-321. ISBN 84-344-6758-5.
- ↑ González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «XI», Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A., pp. 321 y 322. ISBN 84-344-6758-5.
- ↑ González Jiménez, Manuel (octubre de 2004). «XI», Alfonso X el Sabio, 1ª edición, Barcelona: Editorial Ariel S. A., pp. 322. ISBN 84-344-6758-5.
- ↑ Ortiz de Zúñiga, Diego (1795). [1], Tomo I, Madrid: Anales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla, pp. 148.
- ↑ Quadrado, José María (1884). Ed. de Daniel Cortezo y Ca (ed.). Salamanca, Ávila y Segovia, pp. 105.
- ↑ Gómez Moreno, Manuel (1946). Instituto Diego Velázquez. Consejo Superior de Investigaciones Científicas (ed.). El Panteón de las Huelgas Reales de Burgos, pp. 12.
- ↑ Gómez Moreno, Manuel (1946). Instituto Diego Velázquez. Consejo Superior de Investigaciones Científicas (ed.). El Panteón de las Huelgas Reales de Burgos, pp. 12.
- ↑ Ibañez de Segovia Peralta y Mendoza, Gaspar; Marqués de Mondejar (1777). «III», Joachin Ibarra (ed.). Memorias historicas del Rei D. Alonso el Sabio i observaciones a su chronica, pp. 490.
- ↑ Ibañez de Segovia Peralta y Mendoza, Gaspar; Marqués de Mondejar (1777). «III», Joachin Ibarra (ed.). Memorias historicas del Rei D. Alonso el Sabio i observaciones a su chronica, pp. 490.
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