- Mancha de Montearagón
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La Mancha de Montearagón, también conocida como de Montaragón, o de Aragón, es una región o comarca histórica española, compuesta por las tierras meseteñas del sureste de Castilla, fronterizas con el Reino de Valencia, perteneciente a la antigua Corona de Aragón.
Hasta el siglo XVI, recibía este nombre el sector más oriental de La Mancha, la cual conformaba junto a la Mancha Alta y la Mancha Baja.[1]
La extensión real de la región histórica no está determinada de forma precisa, pues de hecho La Mancha de Montearagón nunca tuvo una dimensión política, sino geográfica. No obstante, la mayor parte de la misma se extendía por parte de las actuales provincias de Albacete y Cuenca, si bien también podrían incluirse en ella algunas localidades de las provincias de Ciudad Real, Toledo, Valencia, Alicante y Murcia.
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El origen de La Mancha de Montaragón
La mención más antigua del topónimo "Mancha de Montaragón" es del año 1237, y se da en un convenio entre la Orden de Santiago y la Orden de San Juan, en la que el comendador de Uclés (de la Orden de Santiago) paga con unas cabezas de ganado al de Consuegra (de la Orden de San Juan), "por la ayuda del agua de Guadiana que saco por la Mancha de Montaragón",[2] en referencia a la zona de las Lagunas de Ruidera.
Según el historiador Aurelio Pretel Marín, en este tiempo, es decir, a comienzos del siglo XIII, se designaría de forma imprecisa con el nombre de Mancha de Montaragón toda la zona incluida entre el dominio castellano al este de la actual provincia de Ciudad Real, incluidas las Lagunas de Ruidera, hasta los límites que según el Tratado de Cazola corresponderían a la Corona de Aragón, en los rebordes montañosos del oeste de la provincia de Valencia, integrando así un amplio territorio despoblado y meseteño que aún no había sido reconquistado, y que nominalmente pertenecía al reino musulmán de Murcia.
Así, el topónimo Montaragón provendría del hecho de que los castellanos que viajaran hacia Valencia (que ya había sido conquistada por Jaime I de Aragón en 1238) "montaban" (subían) hacia Aragón, al pasar por este territorio, situado a mayor altitud. Se trataría de una evolución similar a la del topónimo que designa a los Altos de Giravalencia, que también designaban el camino hacia ese territorio.
Otras teorías vinculan al topónimo Montaragón con la palabra ibera arrago, que significaría "esparto", y a la Mancha de Montaragón con el antiguo Campo Espartario o Espartaria, o con la Carthagena Espartera, extendiendo la Mancha de Montearagón hasta las costas de Murcia y Alicante, y relacionándola con la Cora de Tudmir. Dichas teorías son fuertemente rechazadas por Pretel Marín.
El Señorío de Villena y La Mancha de Montearagón
Con la conquista castellana de las tierras de la Mancha de Montaragón a lo largo del siglo XIII, se creó un espacio mesetario, manchego y fronterizo, caracterizado por su escaso poblamiento, sus extremas condiciones climatológicas y su altura sobre el nivel del mar. La corrupción del término Montaragón dio como resultado Montearagón, que dio nombre a la Cordillera de Montearagón, y a la localidad que se halla en su extremo, Chinchilla de Monte-Aragón.
La expansión del Señorío de Villena por las tierras de la antigua Mancha de Montaragón llevó a una identificación entre los mismos, y a una extensión del concepto de Mancha de Montearagón cuando la Tierra de Alarcón se incorporó a las tierras de don Juan Manuel, señor de Villena, a comienzos del siglo XIV.
Dicha identificación continuó produciéndose cuando el Señorío se convirtió en el Marquesado de Villena. Es por ello que, ya a finales del siglo XVI, diversos pueblos de la Tierra de Alarcón, tales como Garcimuñoz, La Alberca, El Peral, El Provencio o Quintanar del Rey se declaran situados en la Mancha de Aragón. También lo hacen, sin embargo, municipios que no pertenecieron al Marquesado de Villena, tales como Quintanar de la Orden y La Puebla de Almoradiel, enclavados actualmente en la provincia de Toledo.
El abandono del topónimo
A finales del siglo XV se convirtió en usual la abreviación del topónimo, de Mancha de Montearagón, a Mancha de Aragón, que se hizo muy frecuente en el siglo XVI. De hecho, es este topónimo, "Mancha de Aragón", el que aparece en la novela de Miguel de Cervantes, Don Quijote de La Mancha (de 1605). Sin embargo, este nombre resultaba impropio para un territorio que siempre había pertenecido a Castilla, hecho que, según Pretel Marín, ayuda a desterrar por completo dicho topónimo. De hecho, como él señala, en las Relaciones de los pueblos de España ordenadas por Felipe II, son muy pocos los pueblos de este territorio que utilizan el nombre de la Mancha de Aragón. En su lugar, era mucho más utilizada la demarcación del Marquesado de Villena.
Los límites de la Mancha de Montearagón
El resultado añadido del progresivo abandono del topónimo "Mancha de Montearagón", según Pretel Marín señala, es una creciente indefinición en la fijación de los límites de La Mancha de Montearagón, "cuestión que, enturbiada luego por eruditos y cronistas más o menos interesados, perdura hasta nuestros días".
En su trabajo monográfico sobre La Mancha de Montearagón, Pretel Marín (1984) trata de establecer "unos límites aproximados al topónimo Montaragón", en el que toma, "como núcleo base, las tierras de Chinchilla y, en general, todas las albacetenses que las rodean", y "en un sentido más amplio", que cree más correcto, "los dos partidos del señorío de Villena: el del obispado de Cartagena [...] y el de Cuenca". Toma así, como principales plazas del núcleo de la Mancha de Montearagón: "las de Alarcón, Belmonte, Villanueva de la Jara, Quintanar del Rey, San Clemente, El Provencio, Garcimuñoz, Iniesta, Motilla del Palancar, Pedroñeras, Las Mesas, La Roda, Albacete, Chinchilla, Jorquera, Alcalá del Júcar, Ves, Almansa, Tobarra, Hellín, Villena, Sax y Yecla". También incluye en la Mancha de Montearagón a Requena, y del antiguo Alfoz de Alcaraz, "a su parte más manchega: Lezuza, Munera, Villarrobledo, Barrax, y hasta Las Peñas", si bien no a la Sierra de Alcaraz, que "no es geográficamente manchega". Alhambra, Ruidera y Peñarroya las cita como "localizadas por la documentación del siglo XIII en la Mancha de Montearagón o inmediatamente junto a ella". El límite norte de la Mancha de Montearagón lo sitúa en la frontera del Marquesado de Villena con la Orden de Santiago y las tierras de Uclés, Huete y Cuenca. Al sur, el límite lo sitúa lindando "con las encomiendas santiaguistas de Yeste y Socovos y con las sierras meridionales del término de Alcaraz". El límite por el este sería aproximadamente la frontera entre los territorios de la Corona de Castilla y el Reino de Valencia.
Véase también
- La Mancha
- Castilla-La Mancha
- Provincia de Albacete
- Provincia de Cuenca
- Señorío de Villena
- Marquesado de Villena
Referencias
Bibliografía
- Pretel Marín, Aurelio (1984): "En torno al concepto y límites de un topónimo olvidado: La Mancha de Montaragón", Congreso de Historia de Albacete, Volumen II. Instituto de Estudios Albacetenses. Albacete. Págs. 263-271.
Notas
- ↑ Madoz, Pascual (1848), Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, tomo XI, Madrid: Imprenta del Diccionario geográfico, a cargo de D. José Rojas, p. 172.
- ↑ Derek W. Lomax (1965): La Orden de Santiago. CSIC. Madrid. Pág. 262.
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