- Watchmen
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Watchmen Publicación Formato Serie limitada con posteriores recopilaciones en novela gráfica. Primera edición Septiembre de 1986 Última edición Octubre de 1987 Editorial DC Comics Editor Len Wein
Barbara KeselPeriodicidad Mensual ISBN TPB - Rústica:[1]
DC Comics Absolute Edition[4]
ISBN 0-930289-23-4
(Edición internacional)[2]
ISBN 978-1-4012-2266-6
TPB - Cartoné:[3]
ISBN 978-1-4012-1926-0
ISBN 1-4012-0713-8Contenido Tradición Estadounidense Género Aventuras, bélica, ciencia ficción, fantástica Personajes principales Rorschach
Búho Nocturno
Comediante
Doctor Manhattan
Espectro de Seda
OzimandiasDirección artística Guionista(s) Alan Moore Dibujante(s) Dave Gibbons Colorista(s) John Higgins Rotulador(es) Dave Gibbons Watchmen («Vigilantes» en español) es una historieta de superhéroes escrita por Alan Moore y dibujada por Dave Gibbons, ambos de nacionalidad británica, publicada por la compañía estadounidense DC Comics durante los años 1986 y 1987 como una serie limitada de 12 números.[5] Ha sido reeditada varias veces y traducida a distintos idiomas, entre ellos el español, además de obtener prestigiosos premios, como el Hugo.
La acción de Watchmen se desarrolla en el año 1985, en el marco de una ucronía en la que los Estados Unidos están a punto de entrar en una guerra nuclear con la Unión Soviética. En este escenario, se relata la historia de un grupo de superhéroes del pasado y del presente y los hechos que rodean el misterioso asesinato de uno de ellos. Watchmen presenta a los superhéroes como gente corriente que debe enfrentarse a sus propios conflictos éticos y a sus problemas personales, que lucha contra sus trastornos y fracasos y que, con la notable excepción del Doctor Manhattan, carecen por completo de superpoderes.
La inversión que la obra realiza del arquetipo convencional del superhéroe, combinado con el innovador uso de técnicas cinemáticas, de abundante simbolismo y de la metaficción, han ejercido una importante influencia sobre cómics y películas posteriores. Junto a Batman: The Dark Knight Returns dio origen a una de las dos vías de la novela gráfica contemporánea, la superheroica y comercial, frente a la independiente y autobiográfica, representada por Maus: Relato de un superviviente.[6]
Si bien todas las obras ya mencionadas, son consideradas como el inicio de las novelas gráficas, El Eternauta es considerada como un claro antecedente.
Tras varios proyectos cancelados, Zack Snyder se encargó de adaptar el proyecto a la pantalla grande.[7]
Contenido
Gestación
Alan Moore, que deseaba superar la percepción habitual del cómic como género destinado al consumo juvenil, creó Watchmen como un intento de realizar «una Moby-Dick de superhéroes; algo que tuviese esa clase de peso, esa clase de intensidad».[8] Moore citó a William Burroughs como una de sus «principales influencias» durante la gestación de la obra. El autor comentó que admiraba el uso que Burroughs hacía de «símbolos repetidos que acabarían repletos de significado» en la única tira que realizó, publicada en la revista británica Cyclops.[8]
Moore y Gibbons concibieron una historia que llevaría a «superhéroes convencionales y pasados de moda a un ámbito completamente nuevo».[9] Moore buscó inspiración en un principio en la difunta serie de superhéroes de MLJ Comics. Pensaba que presentar la muerte de uno de esos superhéroes poco convincentes de los sesenta o setenta era un buen punto de partida para un cómic que quisiese mostrar una imagen poco habitual de estos personajes.[10]
Dick Giordano, que había trabajado para Charlton Comics, sugirió usar un reparto formado por viejos personajes de Charlton, que habían sido recientemente adquiridos por DC Comics. No obstante, los héroes de Charlton estaban siendo paulatinamente integrados en el Universo DC. Como Moore y Gibbons deseaban trabajar en un guion serio, en el cual algunos de los protagonistas morirían, usar los héroes de Charlton no era factible. Giordano sugirió entonces que los dos autores comenzasen desde cero, creando a sus propios personajes. Así, aunque varios de los héroes de Watchmen están ligeramente basados en los de Charlton (el Doctor Manhattan estuvo inspirado por el Capitán Átomo, Rorschach se basó en la Pregunta y Búho Nocturno -Nite Owl- se basó ligeramente en Blue Beetle), Moore decidió crear personajes que sólo recordasen en última instancia a sus homólogos.
Originalmente Moore y Gibbons tenían únicamente material para seis entregas, por lo que optaron por «intercalar entre los números dedicados a dirigir la trama otros que realizasen un retrato biográfico de alguno de los protagonistas principales».[11] Durante este proceso, Gibbons tenía una gran autonomía para desarrollar la apariencia visual de Watchmen. Introdujo detalles en la obra en los que Moore no reparó hasta más adelante pues, en opinión de este último, Watchmen estaba escrito para ser comprendido sólo después de varias lecturas.[8]
Título
El título del cómic está tomado de la frase quis custodiet ipsos custodes? (que a menudo se traduce por «¿quién vigila a los vigilantes?»; en inglés: «who watches the watchmen?»), perteneciente a la Sátira VI del poeta Décimo Junio Juvenal (siglo I - siglo II). La composición trata acerca de las mujeres. En su contexto original, la cita alude a la dificultad de forzar a la mujer a tener un comportamiento moral adecuado debido a la corruptibilidad de los hombres que la custodien:
audio quid ueteres olim moneatis amici,
«pone seram, cohibe».
sed quis custodiet ipsos custodes?Oigo lo que me aconsejáis desde hace tiempo mis viejos amigos:
«Echa el cerrojo y mantenla encerrada».
Pero ¿quién vigilará a los propios vigilantes?Juvenal, Sátiras, VI 346-348Juvenal muestra en sus sátiras los vicios de la sociedad de la Antigua Roma. Por su parte, en Watchmen los autores se centran en exponer las debilidades de los superhéroes enmascarados, lo que contrasta con el enfoque tradicional de la mayoría de los cómics en sus poderes y en su fortaleza. En este sentido, Moore intenta adoptar un punto de vista más «valiente» que el que se suele encontrar en el género.[12]
El grafiti «¿quién vigila a los vigilantes?» aparece varias veces en la historia escrito en las paredes de la ciudad de Nueva York (aunque la frase completa nunca se ve, sino que está siempre parcialmente oculta, cortada por el borde de la viñeta o inacabada). Estas pintadas se producen debido a la existencia de una ley, el «Acta de Keene» (sic), que prohíbe las actividades de los héroes. Dicha ley surgió impulsada por las protestas de los ciudadanos y una huelga de policías. Por tanto, el grafiti es una muestra del cambio que se ha producido en la opinión pública ante este asunto.[13] En una de las escenas del cómic, tras un enfrentamiento con manifestantes opuestos a los enmascarados, el Búho Nocturno II le pregunta al Comediante: «¿de quién los estamos protegiendo?», a lo que este último contesta: «de ellos mismos».[14]
Estructura y punto de vista
Esta novela gráfica está dividida en doce capítulos. Cada uno de ellos constituyó una entrega de la serie limitada elegida para editar por primera vez la obra. Los primeros números comenzaron a publicarse en el año 1986. Cada capítulo arranca con un primer plano de algún detalle de la primera viñeta, que sirve de portada en la edición original. También hay un epígrafe al comienzo de cada número, que aparece abreviado y se emplea como título del capítulo. La cita se reproduce íntegra al final del número, mencionando al autor de la misma: cumple entonces la función de resumir los hechos que acaban de tener lugar.
Watchmen contiene una serie de documentos ficticios acerca de la biografía de los protagonistas que se presentan como apéndices al final de cada capítulo, con la excepción del último. Escritos como el retrospectivo Bajo la máscara (en inglés: Under the Hood), dedicado al primer Búho Nocturno, ayudan al lector a situar cronológicamente diversos hechos a los que aluden los personajes y a comprender los cambios que se produjeron en la percepción de los enmascarados por parte de la opinión pública a lo largo de las décadas. En ocasiones, estos documentos revelan detalles personales de la vida privada de los aventureros, como los informes de arresto y evaluación psiquiátrica de Rorschach. También se incluyen informes militares y artículos de prensa y revistas.
Al leer Watchmen, el lector se encuentra mayoritariamente con un punto de vista objetivo: se le permite conocer las acciones, diálogos, expresiones faciales y lenguaje corporal de los personajes. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedía en la mayoría de cómics del momento, Moore no empleó bocadillos para mostrar los pensamientos de los protagonistas,[15] No obstante, en muchos capítulos se incluyen largas secciones que muestran los recuerdos de los personajes o se incluyen entradas de diarios, lo que, junto a los documentos de los apéndices, ayuda a aclarar los pensamientos y sentimientos de los protagonistas a lo largo de la novela. Esta opción es una muestra del enfoque cinemático con el que se presenta la acción en Watchmen.
La primera persona narrativa se utiliza en la novela, aunque de modo menos frecuente. Así, se usan flashbacks para ayudar al lector a entender los hechos que suceden en la narración, pero también para comparar las diferencias existentes entre la historia alternativa de Watchmen y la real. Por ejemplo, los recuerdos del Dr. Manhattan acerca de la Guerra de Vietnam recalcan cómo la existencia de este personaje y la del Comediante contribuyó a alterar la historia del mundo.[16]
En cada página de Watchmen se suelen disponer las viñetas en un mosaico tres por tres, con escasas concesiones. El objetivo es «dar menos pistas al lector acerca de cómo va a reaccionar ante cada escena; de igual modo, se aumenta la sensación de realismo y se distancia a la novela de los estándares habituales en los cómics».[17] El capítulo V, Aterradora simetría está dibujado de tal modo que la disposición de viñetas de la primera página es la imagen especular de la disposición de la última, la segunda lo es de la penúltima, etc. El efecto culmina en las dos páginas que se muestran al abrir por la mitad el capítulo, la 14 y la 15, que también se reflejan en este sentido. Además, la primera viñeta y la última de Aterradora simetría son prácticamente idénticas.
En Watchmen es frecuente que se desarrollen de modo paralelo dos secuencias de hechos diferentes con alguna relación. Por ejemplo, el momento que vive un personaje y lo que está recordando o el cómic que lee un personaje y lo que sucede a su alrededor. Las viñetas de una de las secuencias se intercalan entre las de la otra y, con frecuencia, los diálogos o comentarios que pertenecen a una de ellas aparecen en la segunda. En estos casos, el texto toma pleno sentido en ambas secuencias, aunque su significado difiere en cada una.
Argumento
La historia está ambientada en una realidad alternativa, en una época con muchas similitudes con la Guerra Fría de los años ochenta. La principal diferencia es que se desarrolla en un mundo donde viven varios superhéroes. Su existencia ha alterado el desarrollo de diferentes acontecimientos históricos reales, como la Guerra de Vietnam o la presidencia de Richard Nixon en los Estados Unidos.[18] A pesar de que se suele aludir al reparto de Watchmen usando el calificativo de superhéroes, prácticamente todos ellos son personas corrientes sin más poderes que los que les proporciona el entrenamiento o los inventos que desarrollan ellos mismos. El único personaje con capacidades sobrehumanas es el Dr. Manhattan.[18] En el cómic, los protagonistas se refieren a ellos mismos con calificativos como «aventureros enmascarados».[19]
Como se ha comentado anteriormente, el reparto de la novela se basó en un principio en los viejos personajes de MLJ Comics y, con posterioridad, en los de Charlton Comics. El Comediante (Edward Blake) está basado en Peacemaker, el Dr. Manhattan (Jon Osterman) partía del personaje del Capitán Átomo, mientras que los dos Búhos Nocturnos (Hollis Mason y Dan Dreiberg) estaban basados en los dos primeros Blue Beetle. Peter Cannon sirvió de inspiración para Ozimandias (Adrian Veidt), mientras que la Pregunta y Mr. A lo fueron para Rorschach (Walter Kovacs). Finalmente, los dos Espectros de Seda (Sally Jupiter y Laurie Juspeczyk) sólo tienen en común con Nightshade la condición de ser mujeres. Moore ha afirmado que los dos Espectros están más relacionados con diferentes aspectos de Canario Negro y de Phantom Lady.[10]
Resumen de la trama
La novela empieza con el asesinato de Edward Blake, aventurero retirado, que tiene lugar en Nueva York el 12 de octubre de 1985. La descripción de los hechos y la investigación que realiza una pareja de detectives no arroja mucha luz sobre el caso: Blake, que había estado a sueldo del gobierno estadounidense, podría haber sido asesinado por comunistas soviéticos, aunque ésta hubiese sido una acción temeraria dada la superioridad que en la historia poseen los Estados Unidos en la carrera armamentística; además, Blake se mantenía en una excelente condición física, por lo que resulta difícil de concebir que alguien hubiese podido enfrentarse a él y terminar arrojándolo por la ventana. Los detectives discuten la necesidad de llevar la investigación con discreción, por temor a atraer la atención del último de los aventureros en activo, Rorschach.[20]
Rorschach comienza a realizar sus pesquisas y pronto descubre que Blake es el Comediante, uno de los dos únicos aventureros amparados por el gobierno bajo el Acta de Keene, que por lo demás había prohibido este tipo de actividades a partir del año 1977 (Rorschach actúa al margen de la ley). Creyendo que el asesinato de Blake es parte de una conspiración para eliminar a enmascarados, Rorschach se dedica a advertir a otros héroes. Así se nos presenta al resto de los justicieros: Jon Osterman (el Dr. Manhattan, aventurero autorizado por el gobierno) y su amante, Laurel Jane Juspeczyk (el segundo Espectro de Seda), Daniel Dreiberg (el segundo Búho Nocturno y antiguo compañero de Rorschach) y Adrian Veidt (Ozimandias, con fama de ser el hombre más inteligente del mundo, retirado desde el año 75 y dueño de un imperio comercial).
En la ucronía en la que tiene lugar el relato, la confrontación entre los Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría experimentó un punto de inflexión tras el accidente nuclear de 1959 que transformó a Osterman en el poderoso Dr. Manhanttan. Al poner su poder al servicio de la administración de Estados Unidos, el Dr. Manhattan ha quebrado, al menos temporalmente, el principio de destrucción mutua asegurada, gracias a su capacidad de neutralizar proyectiles nucleares en pleno vuelo o de destruir grandes extensiones de territorio.[21] Con este as en la manga, los estadounidenses jugaron con ventaja y pudieron conseguir la victoria en varios conflictos, incluyendo la Guerra de Vietnam. Richard Nixon usó este triunfo para superar el escándalo Watergate (en un flashback, el Comediante da a entender que Nixon asesinó a los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein, que descubrieron el escándalo)[22] y para modificar la 22ª Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, lo que le permite disfrutar de un quinto mandato sin precedentes durante la acción de la novela.
La existencia del Dr. Manhattan ha acelerado la carrera nuclear e incrementado dramáticamente la tensión global. Anticipándose en cierto modo a una posible guerra, la sociedad estadounidense ha adquirido un cierto fatalismo acerca del futuro. Así lo reflejan los grafitis inspiradas en los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki o la designación de muchos edificios en Nueva York como refugios nucleares.[23]
En el transcurso de su investigación, Rorschach es incriminado en el asesinato de Moloch, un antiguo enemigo a cuyo encuentro había acudido en busca de información. Tras ser capturado por la policía, es encarcelado y sometido a análisis psiquiátricos que nos dan a conocer su historia. Adrian Veidt sufre el ataque de un pistolero, pero sobrevive al intento de asesinato. El Dr. Manhattan decide exiliarse cuando se encuentran pruebas de que algunos de sus colaboradores, incluyendo su antigua novia Janey Slater, han desarrollado cáncer debido al contacto con él. Decide transportarse a Marte; allí se desarrolla un capítulo en el que se revela que no percibe el tiempo de una forma lineal. El exilio también está causado por su cada vez menor habilidad para relacionarse con seres humanos convencionales y, en particular, con Laurie.[24] Su ruptura con el gobierno de los Estados Unidos provoca que la URSS decida aprovechar la coyuntura para lanzar una ofensiva sobre Afganistán, en lo que constituye una versión atrasada de la guerra real. Esta acción agrava la crisis mundial y lleva a Nixon a plantearse posibles represalias nucleares.
El relato de estos hechos está acompañado por la intervención de un elenco de personajes secundarios: un adolescente negro que lee el cómic Relatos del navío negro (en inglés: Tales of the Black Freighter), el quiosquero al que el muchacho le compra dichos cómics, el psiquiatra que evalúa a Rorschach, los policías que investigan el asesinato del Comediante y otros.
Dan Dreiberg, que se siente atraído por Laurie, le ofrece alojamiento a Laurie tras la marcha de Manhattan. Ambos intiman en el apartamento de Dan, donde este descubre que sus sentimientos son correspondidos. La pareja incluso sale de patrulla vistiendo sus viejos uniformes y acuden al rescate de los habitantes de un edificio en llamas. Dan también revela que los últimos acontecimientos le han hecho comenzar a creer en la teoría de Rorschach acerca de una conspiración contra ex-aventureros. Por ello concluye que deben acudir a rescatar a su antiguo compañero a la penitenciaría en la que está recluido. Precisamente en dicho lugar ha estallado un sangriento motín como consecuencia de la violencia con la que Rorschach respondió al ataque de otro recluso. Las noticias que llegan de estos incidentes reavivan los antiguos sentimientos de odio hacia los aventureros: una multitud indignada asesina por error al primer Búho Nocturno en lugar de al segundo.
El Dr. Manhattan vuelve a la Tierra para recoger a Laurie, con quien mantiene una conversación en la que ella le pide que regrese y salve a la humanidad, lo que finalmente consigue. En este capítulo Laurie descubre a partir de las vivencias que rememora hablando con Jon un hecho de su vida que desconocía: el Comediante, a quien odiaba por haber intentado violar a su madre, también fue amante de esta última y era el padre de Laurie.[25]
Mientras tanto, Rorschach y Búho Nocturno investigan en los bajos fondos de Nueva York, buscando pistas acerca de quién encargó el atentado contra Veidt. El rastro les conduce hasta el propio Adrian, que resulta ser el hombre que ha estado manejando los hilos en la sombra: una de sus empresas dio empleo a todos los antiguos colaboradores de Manhattan que desarrollaron cáncer.[26]
Ante sus descubrimientos, Rorschach y Búho Nocturno viajan al refugio de Veidt en la Antártida, donde tratan de reducirlo sin éxito. Veidt les explica entonces sus motivaciones y sus planes. Les cuenta su admiración por Alejandro Magno y Ramsés II, cuyo nombre en griego es Ozimandias, así como su deseo de poder comparar algún día las hazañas de estos hombres con las suyas propias. Acto seguido, les relata cómo se dio cuenta de que la carrera armamentística y los problemas medioambientales conducirían a la humanidad al desastre en los años noventa. Acabó por concluir que alguien tenía que salvar el mundo y que ese alguien debía ser él. Confiesa a continuación sus planes, que el Búho Nocturno no cree por considerarlos delirantes: decidió crear, usando técnicas de ingeniería genética, un enorme monstruo con capacidades telepáticas y teletransportarlo a la ciudad de Nueva York. El proceso provocaría la muerte de la criatura, que emitiría una intensa onda psíquica que mataría a tres millones de habitantes, convertiría a muchos de los supervivientes en dementes y todo ser sensible tendría malos sueños durante muchos años. Adrian pensaba que Estados Unidos y Rusia, tras interpretar el ataque como obra de seres extraterrestes, aparcarían su rivalidad y se unirían en defensa del planeta.[27] Veidt también revela que asesinó al Comediante debido a que éste, por mera casualidad, fue a parar a la isla donde la criatura estaba siendo creada. Incluso encargó a través de un intermediario su propio asesinato para «confirmar» la teoría de Rorschach del asesino de vigilantes.
Incrédulo ante el relato que acaba de escuchar, el Búho Nocturno le pregunta a Adrian cuándo pensaba llevar a cabo su supuesto ataque. Veidt le responde que no padece la típica debilidad de los villanos de confesar los planes antes de ejecutarlos: lo hizo treinta y cinco minutos antes.[28]
Laurie y el Dr. Manhattan llegan a una Nueva York devastada. Las calles están llenas de cadáveres, entre ellos los de la mayoría de los personajes secundarios. De allí se teletransportan a Karnak, a donde llegan noticias que confirman el éxito del plan de Veidt: los Estados Unidos y la URSS se muestran dispuestos a aparcar su contienda. Sólo los cinco antiguos aventureros conocen toda la verdad acerca de lo sucedido. Dan, Laurie y Jon acuerdan mantenerla en secreto, conmocionados por las muertes de millones de neoyorquinos, pero deseosos también de acabar con el riesgo de una guerra nuclear. Únicamente Rorschach piensa de manera diferente, por lo que abandona al grupo decidido a regresar a Estados Unidos y a hacer públicos los hechos.[29] Jon intenta persuadirlo una última vez, tras lo que le advierte de que no puede dejarle marchar. Rorschach deja claro que no transigirá, se quita su máscara y exige a Jon que lo mate. El Dr. Manhattan accede.[30]
Después de matar a Kovacs, Osterman habla brevemente con Veidt. Mostrando un atisbo de culpa y duda, Adrian le pregunta a Jon si obró correctamente, ya que, en su opinión, todo funcionó al final. Jon le contesta que nada termina nunca, tras lo cual desaparece, abandonando la Tierra para siempre.[31]
Antes de partir hacia Karnak a enfrentarse con Veidt, Rorschach había enviado por correo su diario a The News Frontiersman, una publicación de extrema derecha que leía con frecuencia. Allí se detallaba toda su investigación y las sospechas acerca de Adrian. La última página del cómic muestra a un empleado de la revista tratando de decidir qué historia de la «pila de los pirados» usar como relleno en el siguiente número. El editor de la revista se muestra totalmente indiferente ante cuál incluir: le dice a su subordinado que deja el asunto totalmente en sus manos. En la última viñeta, se ve la mano del empleado dirigiéndose al montón de papeles, entre los que se distingue el diario.[32]
Relatos del navío negro es el nombre del cómic que lee uno de los personajes secundarios en el relato de Watchmen. Constituye un ejemplo de metaficción postmodernista. Los números de este cómic que muestran narran los intentos desesperados de un náufrago para regresar a casa y advertir a su familia de la inminente llegada del Navío Negro, un barco pirata tripulado por las almas de los muertos. Para marcharse de la isla desierta en la que se encuentra, el náufrago usa los cuerpos de sus antiguos compañeros de tripulación para construir una balsa. Tras una tormentosa travesía, en la que incluso tiene que hacer frente al ataque de un grupo de tiburones, el hombre finalmente consigue llegar a una playa cercana a su destino. Pensando que su ciudad ya debe estar bajo control pirata, asesina a una pareja a caballo y se infiltra vistiendo la ropa del hombre. A fin de salvar a su familia, ataca a un supuesto vigilante nocturno en su casa. No obstante, este guardia resulta ser su propia mujer: el náufrago se da en cuenta que no se ha producido ningún ataque y que la desesperación y la ira le han hecho perder el juicio. El hombre regresa a la playa, donde divisa finalmente al Navío Negro acercándose hacia él. Comprende entonces que la única vida que el navío desea reclamar es la suya.
La idea de un cómic de piratas fue concebida por Moore porque Gibbons y él pensaron que ya que en la historia de Watchmen los superhéroes forman parte de la vida cotidiana de los ciudadanos, estos «probablemente no estarían interesados en absoluto por los cómics de superhéroes».[33] Gibbons sugirió la idea de un tema de piratas, con lo que Moore se mostró de acuerdo ya que él era un gran fan de Bertolt Brecht. El «Navío Negro» alude a la canción Seeräuberjenny, de la obra con libreto de Brecht Die Dreigroschenoper. Un dibujante de cómics real, Joe Orlando, se menciona en Watchmen como uno de los autores principales de Relatos del navío negro.
El cómic lo lee un adolescente que se sienta al lado de un quiosco, cuyo propietario suele aparecer hablando de las últimas noticias y comentándolas con sus clientes. Como ya se ha comentado, diversos fragmentos del cómic se yuxtaponen a sucesos que tienen lugar en la historia principal de Watchmen y los comentarios de los primeros frecuentemente se incluyen en las viñetas correspondientes a los segundos. Moore ha comentado que la historia del navío termina describiendo la historia del propio Adrian Veidt, quien en su diálogo final con Jon admite tener una recurrente pesadilla en la que «sueño que nado hacia un asqueroso... [navío]».[31] Además, la historia del cómic también está relacionada con «Rorschach y su captura, se relaciona con el exilio del Dr. Manhattan a Marte; se puede usar como contraposición para todas estas partes de la historia».[33] Moore comentó que pensaba que la viñeta inicial del tercer capítulo, en la que aparecía el símbolo de contaminación radiactiva se parecía al «dibujo estilizado de un barco negro». Así, dicho símbolo representaría a «un barco negro bajo un cielo amarillo».
Temas tratados
Watchmen se caracteriza por el realismo con el que aborda el mundo de los superhéroes. Los temas que se tratan en la obra destacan ante el lector la condición humana de los protagonistas. Uno de ellos es el de la percepción social de la autoridad, especialmente en el contexto de EEUU (ver Movimiento de Milicias en EEUU). El tratamiento que la novela realiza de esta temática se puede resumir en la frase «¿quién vigila a los vigilantes?». Desde el punto de vista weberiano, el ejercicio de la autoridad es raramente aprobado moralmente por aquellas personas que no la poseen; la autoridad institucionalizada simplemente se tolera debido a su poder social. Los aventureros de Watchmen, antes de la aprobación de la ley de Keene, son los representantes de la institución de los superhéroes. En un principio, su autoridad es respetada, aunque finalmente es puesta en duda y surgen peticiones de responsabilidad. Este cuestionamiento de la autoridad se inspira en la oposición a la Guerra de Vietnam y en el movimiento por los derechos civiles, tratados en Watchmen.
Estas ideas también aparecen en la «antiveneración» con la que, en palabras del postmodernista Gregory J. Golda, se presenta a los superhéroes en la novela (como personas «irritadas e ineptas, chapadas a la antigua»). Según Golda, la antiveneración «atribuye al lector la responsabilidad directa de las normas sociales destructivas al atacar los principios más queridos por la sociedad. Esta falta de respeto por el pasado es el quid de Watchmen».[34]
En la obra se muestra cómo los superhéroes son percibidos en un primer momento como auténticos dioses merecedores de adoración, en especial el Dr. Manhattan, para después realizar una deconstrucción de dichos personajes, que revela defectos que los hacen menos valiosos a ojos de la gente. En uno de los apéndices incluidos al final de cada capítulo, el antiguo jefe de Osterman, Milton Glass, señala que ante el conocimiento de la existencia del Dr. Manhattan declaró que «Dios existe y es americano». No obstante, a pesar de las críticas que van surgiendo en torno a las figuras de los héroes, todavía hay espacio para su culto en la forma descrita por el ensayista e historiador Thomas Carlyle, recogida en Watchmen.[35] Carlye, que influyó en la temprana filosofía fascista, opinaba que el heroísmo no residía en los defectos o en la falta de «perfección moral» de una persona, sino en la capacidad de la misma para enfrentarse a estas dificultades.[36] Para Carlyle, atacar a los héroes por sus puntos débiles es el comportamiento propio de aquellos que buscan consuelo en lo convencional (de los «criados», de acuerdo con la frase «ningún hombre es un héroe para su criado»). En sintonía con este punto de vista, en la novela Rorschach incluso llega a calificar de «lapsos morales de un hombre que murió por su patria» al intento de violación del Comediante al primer Espectro de Seda.[37] Estas ideas inspiradas por Carlyle también se manifiestan cuando Ozimandias, durante una conversación con Rorschach, se refiere al Comediante como «un nazi».[38] Además, para abundar en esta presentación de los superhéroes como fascistas, la publicación de extrema-derecha New Frontiersman aparece como la más ardiente defensora de sus actividades, llegando a publicar un artículo en su portada con el títular «El honor es como el halcón: a veces debe ir encapuchado».[39]
El fin de la civilización y las teorías conspirativas están presentes en el argumento de la serie. La amenaza de una guerra nuclear que lleve a la humanidad a su fin se palpa durante toda la novela. De acuerdo con la interpretación que ofrece el director de cine Darren Aronofsky, «toda la motivación de Ozimandias consiste en impedir el fin del mundo».[40] Por otro lado, el argumento está dirigido por una trama conspirativa principal. Rorschach está obsesionado con este tipo de teorías, con las que parece haberse familiarizado a través del New Frontiersman. Aronofsky sostiene que el tratamiento que Watchmen hizo de este tema fue pionero, aunque desde entonces «se ha convertido en muy popular debido a JFK y a The X-Files, ha entrado a formar parte de la cultura popular, por lo que el pensamiento de Rorschach ya no resulta tan excéntrico».[40]
Otro de los temas que se tratan en la obra es el del determinismo. Golda describe la relación entre esta doctrina filosófica y el Dr. Manhattan, quien «vive su vida inmortal percibiendo tiempo y de los sucesos como inevitables. Se convierte en el símbolo del determinismo».[34] En alusión a la analogía del relojero, empleada por William Paley para defender la existencia de dios, el Dr. Manhattan fue educado para desempeñar dicha profesión.[41] Con frecuencia, es el propio Manhattan el que opina sobre los temas del determinismo y del libre albedrío, como cuando le comenta al segundo Espectro de Seda: «Todos somos títeres, Laurie. Yo sólo veo los hilos».[42]
La megalomanía se aborda en la novela, pero no por medio de los villanos convencionales. En su lugar, Ozimandias se presenta como un idealista que busca en el pasado inspiración a fin de utilizar mejor su intelecto para ayudar a la humanidad. Veidt idolatra a Alejandro Magno y a Ramsés II, cuyo nombre en griego adopta para su identidad secreta. Otro personaje de DC, el Hombre Halcón también creía ser la reencarnación de un príncipe egipcio.
Un último tema del que se ocupa la novela es el de la moral, particularmente el debate entre absolutismo, consecuencialismo y relativismo moral. Cada uno de los aventureros parece adoptar una postura diferente ante este conflicto. Rorschach es un seguidor radical de la doctrina absolutista: cree que todos los criminales deben ser castigados por sus delitos y no vacila en recurrir a métodos extremos para lograrlo (por ejemplo, asesina a un violador múltiple). También niega toda influencia a la cultura o al contexto en sus actos. Muestra de ello es el mantra que pronuncia varias veces a lo largo del libro: «Ni siquiera delante del Armagedón. Nunca me rendiré». Veidt expresa lo siguiente sobre Rorschach : «Creo que es un hombre de gran integridad, pero ve el mundo en blanco y negro, en términos maniqueos».
El Comediante adopta posturas opuestas a las de Rorschach. El código moral de este personaje recibe diferentes calificativos a lo largo de la novela. El Dr. Manhattan lo describe como «deliberadamente amoral» y en algunos momentos el personaje parece prácticamente nihilista. En la primera reunión de los Vigilantes, el propio Comediante se retrata cuando explica que tratar de combatir al crimen organizado no tiene sentido ya que «dentro de treinta años las nucleares van a volar como insectos».
Ozimandias representa en la novela la visión utilitarista. Sus puntos de vista parecen reafirmarse al final de la obra: a pesar de que sus planes precisaban de la muerte de tres millones de neoyorquinos (y de un centenar de artistas y científicos de talento), los demás aventureros acceden a guardar silencio. Únicamente Rorschach se resiste a transigir: su fidelidad a sus principios acaba con su muerte a manos del Dr. Manhattan.
Ilustraciones
El ilustrador en lápiz y tinta Dave Gibbons y el colorista John Higgins fueron los encargados de dar vida a los diferentes personajes de Watchmen. Para ello emplearon una serie de técnicas innovadoras, hicieron uso de un estilo que contenía elementos del cómic estadounidense de los años 40 y 50 y le transmitieron dosis de realismo a la obra. Gibbons, que había trabajado con Moore con anterioridad (por ejemplo, en un notable número de Superman: Para el hombre que lo tiene todo), evitó recurrir a la convenciones del género y desarrolló un estilo inspirado en los storyboards para plasmar el guion escrito por Moore. Prácticamente todas las viñetas contienen detalles significativos o símbolos, como triángulos y pirámides, relacionados con la trama.[43] Gregory J. Golda describe el trabajo de ilustración como «un homenaje a los estilos de las épocas de oro y plata de los cómics de superhéroes». También señala que «hay símbolos incluidos en esta obra que necesitan de todo un libro para ser dilucidados».[34] Gibbons usó otras técnicas cinemáticas, como ocultar a los personajes principales tras objetos u otras personas, o incluso dejarlos fuera de la viñeta, concentrándose en otros elementos del entorno, a fin de evitar la atención extrema sobre los personajes principales que suele producirse en la mayoría de los cómics.[44] Además, apenas usó trazos para indicar el movimiento, otra técnica corriente en la industria del cómic. En Watchmen, tan sólo aparecen líneas de movimiento acompañando a las pequeñas acciones, pero no están presentes en las escenas de lucha. En su lugar, Gibbons recurre a la «postura y a la sangre» para dotar de acción a los personajes, lo que «contribuye a la sensación de realismo [...] y constituye otra forma de distanciar a Watchmen de los cómics convencionales».[17] Tampoco se incluyen los sonidos onomatopéyicos habituales.
Gibbons afirmó que la apariencia de los personajes fue obra suya, tomando como punto de partida las notas elaboradas por Moore. Por su parte, Moore atribuyó a Gibbons la creación de muchos de los iconos que aparecen en la obra, como el «smiley» que lleva el Comediante en su uniforme.[8] Respecto a Rorschach, Gibbons sostuvo que es el sutil lenguaje corporal del personaje y no su máscara inspirada en el test de Rorschach el que indica el estado de ánimo del personaje.[45] Además, el color empleado por John Higgins se apoyó principalmente en los colores primarios en lugar de usar una gama más amplia, de nuevo en un intento de imitar el estilo de los cómics clásicos.[46]
Gibbons, que no fue educado en ninguna institución artística, menciona entre sus fuentes de inspiración a Norman Rockwell y a Jack Kirby.[45] Su trabajo también muestra influencias de otros predecesores, como Will Eisner y Wally Wood (ambos mencionados por Gibbons), pero sin dejar de ser por ello menos original. Se le considera el precursor de artistas realistas del cómic más recientes como Alex Ross.
Alusiones a iconos, arte e historia
El «smiley» manchado de sangre es una imagen que se presenta con recurrencia a lo largo de la historia, tanto en su forma original (como una insignia que lleva el Comediante, como la cara del comediante después de que una mujer vietnamita le realice un corte o en una camiseta manchada de kétchup) como sugerida (aparece en el cráter Galle de Marte, donde se derrumba el vehículo del Dr. Manhattan.[47] También se presenta en el enchufe eléctrico manchado de sangre del cargador de vehículos situado al lado del quiosco y en la pantalla del radar de una base militar a la que acude Nixon.[48] Además, el tiburón de Relatos del navío negro es herido en un ojo, justo donde el «smiley» tiene la mancha de sangre). En el ficticio intento de asesinato de Adrian Veidt también se ve en la rosa amarilla en su chaqueta.
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«Smiley» con una mancha de sangre en su ojo derecho, similar al que usa el Comediante como insignia.
En las portadas de las entregas originales aparecía un reloj que se adelantaba un minuto por número hasta las doce en punto (medianoche). Esta es una referencia al Reloj del Apocalipsis, que aparece en la publicación The Bulletin of the Atomic Scientists de la Universidad de Chicago y que es un símbolo creado para alertar a la sociedad de los peligros de las armas nucleares. En una de las viñetas, se puede ver un periódico encima de la mesa del despacho de Adrian Veidt en el que se señala que este reloj se ha colocado a cinco minutos de la medianoche.[49]
En la historia se encuentran muchas referencias a relojes. Por ejemplo, Jon Osterman fue educado en un principio para ser relojero, el oficio de su padre (en la cita de Albert Einstein que acompaña al capítulo IV, este físico confiesa ante los peligros de la energía atómica que «de haberlo sabido, me habría hecho relojero»). Además, el accidente que provoca la transformación de Jon Osterman en el Dr. Manhattan se produce porque Janey Slater se olvida su reloj. También aparecen muchos relojes marcando las 11:25 justo en el momento en el que se teletransporta al «alienígena».[50] Por otra parte, la técnica de teletransporte usada por Veidt emplea taquiones, unas partículas hipotéticas muy socorridas por los autores de ciencia-ficción. Los taquiones se desplazarían a velocidades superlumínicas y tendrían un «tiempo propio» imaginario. En la obra se encuentran varios relojes señalando las 11:55, en referencia a la hora del Reloj del Apocalipsis. El «smiley» también recuerda a un reloj; la alargada mancha de sangre sería el minutero y estaría indicando los 55 minutos.
En el cómic, Adrian Veidt menciona el hecho de que Richard Nixon estaba en Dallas el día que el presidente John Fitzgerald Kennedy fue asesinado. Esto sucedió en realidad. Además, se sugiere que los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein fueron asesinados, lo que evitó que en la historia de la novela se produjese el escándalo del Watergate.
A lo largo del capítulo Aterradora simetría hay algunas alusiones a la simetría, como cuando se ve un póster del álbum Aoxomoxoa, cuyo nombre es un palíndromo, del grupo Grateful Dead.[51] Es más, dado el interés de Moore en la estructura narrativa, en la magia y en la historia del Reino Unido, es posible que este capítulo sea un homenaje al libro Fearful Symmetry: A study of William Blake, escrito en 1947 por Northrop Frye, un brillante teórico y crítico literario. En el libro, Frye revela el sistema oculto en el que se basan las obras de William Blake, bajo la influencia del poema de John Milton El paraíso perdido y de la Biblia. Aunque la obra de Blake fue despreciada debido a que se consideraba que dicho autor estaba loco, el trabajo de Frye consiguió revalorizarla. El epígrafe que figura al final del capítulo es un fragmento del poema de Blake El tigre:
Tyger Tyger, burning bright,
In the forests of the night:
What immortal hand or eye,
Could frame thy fearful symmetry?[52]Tigre tigre, de ardiente brillo,
en los bosques de la noche:
¿qué mano inmortal o qué ojo,
pudo idear tu aterradora simetría?El tigre epígrafe de William Blake.Kitty Genovese, cuya historia relata Rorschach, fue una persona real que murió apuñalada sin que los numerosos testigos del crimen hiciesen nada para evitarlo. El comportamiento de los vecinos de Genovese ante su violación y asesinato inspiró los estudios psicológicos sobre lo que vendría a conocerse como el efecto espectador. Precisamente, en otro trabajo de Moore, V de Vendetta, se menciona el experimento de Milgram sobre obediencia a la autoridad, otro conocido estudio sobre psicología social.
Existen otras referencias culturales en la obra. Por ejemplo, entre los objetos que se ven en el suelo de la casa de Hollis Mason después de la irrupción de la turba, se encuentra un ejemplar de la novela Gladiator, de Philip Wylie, considerada como una fuente de inspiración en la creación de Superman.[53] También hay varios anuncios e incluso comentarios respecto de la película de 1951 The Day the Earth Stood Still. Finalmente, Nova Express, la revista de Veidt que acusa al Dr. Manhattan de provocar cáncer, es el título de una novela de William Burroughs.
Recepción y crítica
Su éxito comercial ayudó a que DC tuviera durante un breve período más ventas que la editorial Marvel Comics,[18] recibiendo elogios de toda la industria estadounidense del cómic, incluso de aquellos que trabajaban en otras editoriales, como Stan Lee, quien declaró que era su «cómic favorito de todos los tiempos no publicado por Marvel».[54]
En la crítica anglosajona, se ganó la fama de ser la novela que permitió al cómic ser reconocido como un arte por derecho propio, en lugar de un medio menor o alternativo.[55] La revista Time, que afirmó que Watchmen era, por consenso, lo mejor de la nueva generación de cómics del momento, alabó la serie como «un hito con mayúsculas de la imaginación, que combina ciencia-ficción, sátira política, guiños al pasado de los cómics y atrevidas reformulaciones de los formatos gráficos actuales en una historia de misterio y distopía».[56] En palabras de Ricardo Aguilera y Lorenzo Díaz, "es la obra definitiva del tema porque acaba convirtiéndole en humano".[57]
La serie también fue blanco de algunas críticas. Tom Shone cuestionó la complejidad de Watchmen, así como la participación de Gibbons en ella, criticando tanto la influencia ejercida por la obra como a Moore en general, preguntándose si realmente el «género de los cómics tenía que crecer».[58] El propio Moore reconoce que el argumento recuerda mucho a un episodio de Más allá del límite titulado los arquitectos del miedo. Según él, cuando estaba elaborando la décima entrega, se encontró con una guía de programas de televisión de culto que destacaba dicho episodio y se sorprendió al comprobar las semejanzas con el final que ya había planeado.[59] En el último número de Watchmen se incluye una alusión a dicho episodio: una televisión lo promociona.[60] Moore también acepta su responsabilidad por la proliferación de historias sombrías protagonizadas por personajes clásicos del cómic que se produjo tras la publicación de la serie. En su crítica con motivo de la reedición de la obra, Dave Itzkoff, de The New York Times, afirma que seguramente Moore nunca persiguió ese propósito, sino que «es un terreno que en gran medida ha cedido a escritores y artistas que comparten su fascinación por la brutalidad, pero no su interés por sus consecuencias, su impaciencia por derrumbar viejas fronteras, pero no su instinto para encontrar otras nuevas».[61]
Premios
La obra fue galardonada con varios premios correspondientes a diversas categorías y géneros, incluyendo: el Premio Kirby en las categorías de «mejor serie limitada», «mejor serie nueva», «mejor escritor» y «mejor escritor/artista»; el Premio Harvey al «mejor escritor», «mejor dibujante», «mejor serie continuada o limitada», «mejor número dentro de una serie», «mejor novela gráfica», «mejor colorista» y «el Premio Harvey a la excelencia en la producción»;[62] el Premio Eisner en las categorías de «mejor serie limitada», «mejor novela gráfica», «mejor escritor» y «mejor autor completo»; un Premio Hugo en la categoría de «otras formas».[63]
Watchmen se convirtió en 1988 en la primera novela gráfica en conseguir un Premio Hugo, galardón otorgado a escritores de los géneros de ciencia ficción y fantasía.[64] Además, es la única obra de su género que aparece en la lista elaborada en el año 2005 por la revista Time 100 best novels. 1923 to the present, que incluye una selección de cien novelas en lengua inglesa publicadas desde el año 1923, afirmando que estaba «contada con despiadado realismo psicológico, en una fuga de tramas que se entremezclan y con magníficas viñetas ricas en movimiento con temas que se reiteran ... una palpitante lectura que quita el aliento y que marca un hito en la evolución de un arte joven». Watchmen fue la única novela gráfica incluida en la lista.[65]
Reediciones
Watchmen se publicó originalmente como una serie limitada formada por doce entregas. Con posterioridad, fue reeditada como una novela gráfica. Graphitti Designs publicó una edición especial en tapa dura en el año 1987, que incluye 48 páginas adicionales con las propuestas originales presentadas por los artistas, fragmentos del guion de Moore y bocetos de Gibbons. El 5 de octubre de 2005, cuando estaba a punto de cumplirse el vigésimo aniversario de la obra, DC publicó Absolute Watchmen, una edición en tapa dura en el formato «Absolute» de la editorial. Este libro incluye un nuevo trabajo de color realizado por John Higgins bajo la dirección de Dave Gibbons. Además, se recoge el material adicional presente en la edición de Graphitti Designs.[66]
La obra fue publicada en España por primera vez por Zinco a finales de los 80 y posteriormente en un único tomo por Norma Editorial. Conoció en el año 2007 una reedición en formato Absolute por parte de Planeta DeAgostini.
Artículos comerciales y adaptaciones
Juego de rol
En el año 1987, Mayfair Games puso a la venta dos módulos y un libro de consultas basados en Watchmen para su juego de rol DC Heroes. Los módulos se titulaban Who Watches the Watchmen? («¿quién vigila a los vigilantes?») y Taking out the Trash («tirando la basura») y aportaban información aprobada por Moore sobre el universo ficticio del cómic. El libro de consulta, Watchmen Sourcebook (1990) incluía todavía más datos acerca de los personajes. En 1987, Grenadier Miniatures realizó una serie de miniaturas metálicas para que fuesen utilizadas en el juego de rol. Las figuras incluían a los personajes el Comediante, Búho Nocturno, el Espectro de Seda, Ozimandias, Rorschach, el Capitán Metrópolis, el Dr. Manhattan, Justicia Enmascarada, Moloch y la nave Arquímedes. La aprobación de Moore hizo que estos productos fuesen valorados por los seguidores de Watchmen como la única fuente externa de información acerca de la obra (especialmente en lo que se refiere a personajes secundarios, como los Minutemen o Moloch).[67]
Muñecos de DC Direct
DC Direct, una sección de DC, iba a producir una línea de muñecos basados en Watchmen con motivo del 15º aniversario de la obra. Concretamente, se planeaba realizar reproducciones del Dr. Manhattan, Espectro de Seda y el Comediante. Incluso se llegaron a mostrar prototipos en la Comic-Con del año 2000.[68] No obstante, la línea fue finalmente cancelada debido a la falta de apoyo por parte de los autores de la serie limitada. DC señaló en un comunicado de prensa que no seguirían adelante sin la aprobación de los mismos.[69]
A pesar de la polémica anterior, a principios de 2009 DC Direct tenía prevista la venta de una nueva gama de figuras. En esta ocasión se publicitaron como muñecos de «Watchmen, la película».[70]
Otros productos
DC Comics también puso a la venta una edición limitada de insignias en las que aparecían personajes y escenas de la serie, además de una réplica del «smiley» manchado de sangre del Comediante. Estas insignias provocaron la aparición de un conflicto entre Moore y DC Comics, ya que la editorial sostenía que se trataba de «artículos promocionales» del cómic y no de productos comerciales, por lo que no debía pagar derechos de autor a Moore o a Gibbons.[71] Además, DC también puso en circulación un reloj de pulsera, de nuevo con el «smiley». En 1988 DC publicó un conjunto de doce láminas de 25 x 38 cm, que incluían seis portadas de la edición francesa y seis carteles promocionales.
Película
Warner Bros. confirmó en junio de 2006 que Zack Snyder dirigiría una adaptación a la gran pantalla de Watchmen, la cual se estrenó entre el 5 y 6 de marzo del 2009, dependiendo del país y el cambio horario.[72] El reparto incluye a Patrick Wilson, Malin Akerman, Jackie Earle Haley, Billy Crudup, Matthew Goode y Jeffrey Dean Morgan.[72] [73] Con anterioridad, directores como Paul Greengrass, Terry Gilliam o Darren Aronofsky y el guionista David Hayter habían sido vinculados con el proyecto.[74] [75] [76]
Aunque Moore pensaba que el guion de Hayter era fiel a la obra, afirmó que aun así no pretendía ver la película si esta llegaba a filmarse.[77] «Moore rechaza tener su nombre relacionado con cualquier película».[78] No obstante, Gibbons ha señalado que piensa que Snyder puede hacer una buena película y que él lo apoya.[79]
El primer tráiler de la película se dio a conocer en julio de 2008 en la página web de Apple.[80]
Véase también
- Anexo:Personajes de Watchmen
- Watchmen (película)
Referencias
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Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Watchmen. Commons
- Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Watchmen. Wikiquote
- «Watchmen (2009)» (en inglés). IMDb. Consultado el 02-03-2009. «Ficha de la versión cinematográfica en IMDb».
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