- Sierra de Atapuerca
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Sierra de Atapuerca País(es) España Continente Europa Cordillera Sistema Ibérico Longitud 13 km Anchura 5 km Orientación NO-SE Cumbres Cumbre de San Vicente y Matagrande Piedemonte 890 msnm Máx. cota 1.085 msnm Coordenadas Coordenadas: Sitio arqueológico de Atapuerca
Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
Excavación de Atapuerca, España.País España Tipo Cultural Criterios iii, v N.° identificación 989 Región Europa y América del Norte Año de inscripción 2000 (XXIV Sesión) La Sierra de Atapuerca es un pequeño conjunto montañoso situado al norte de Ibeas de Juarros, en la provincia de Burgos (Castilla y León, España), que se extiende de noroeste a sudeste, entre los sistemas montañosos de la Cordillera Cantábrica y el Sistema Ibérico. Ha sido declarado Espacio de Interés Natural, Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad como consecuencia de los excepcionales hallazgos arqueológicos y paleontológicos que alberga en su interior, entre los cuales destacan los testimonios fósiles de, al menos, tres especies distintas de homínidos: Homo antecessor, Homo heidelbergensis y Homo sapiens.
Situación geográfica
Está limitada por el río Arlanzón al sur, río Vena al norte y la sierra de la Demanda, estribación del Sistema Ibérico, al este. Forma parte del denominado corredor de la Bureba, importante e histórico paso entre el valle del Ebro y la cuenca del Duero. Desde el punto de vista orográfico es una formación modesta, con una cota máxima de 1.079 metros sobre el nivel del mar en la Cumbre de San Vicente. Está formada por calizas cretácicas cubiertas por importantes masas de encinares (Quercus ilex), quejigales (Quercus faginea) y, sobre todo, monte bajo de aulaga (Genista scorpius), romero (Rosmarinus officinalis), espliego (Lavandula spica), tomillo (Thymus sp.) y salvia (Salvia sp.).
El paso de la Bureba ha sido utilizado a lo largo de toda su existencia como paso principal hacia el interior de la península Ibérica desde Europa. Como ya se ha indicado, une el valle del Ebro, vertiente mediterránea, con el valle del Duero, vertiente Atlántica, a la vez que se sitúa en la ruta, que proveniente de los pasos pirenaicos se dirigen hacía los demás lugares peninsulares, bien hacía el oeste (Galicia y Portugal) como hacia el sur (la meseta castellana, Andalucía, Extremadura, sur de Portugal y África). Una de las principales calzadas romanas pasaba por aquí al igual que el Camino de Santiago en la Edad Media, la carretera principal N-I a finales del siglo XIX y, hoy día, la autopista AP-1.
No sólo ha sido el ser humano, en cualquiera de sus especies, quien lo ha utilizado: la fauna y la flora también lo han elegido en sus expansiones. Esto ha dado lugar a una importante presencia de fauna y flora diversa y a la ocupación humana continuada desde hace más de 800.000 años, ayudada por la fertilidad de las tierras y la abundancia de recursos.
Geología
La sierra está compuesta de una pequeña colina —correspondiente a un anticlinal tumbado (vergencia NE y dirección ibérica NNW-SSE)— formada por calizas, arenas y areniscas de origen marino pertenecientes al Cretácico Superior (entre 80 y 100 millones de años), cubiertas por los materiales aportados por el río Arlanzón, que ha formado numerosas terrazas aluviales en época Cuaternaria. La parte más elevada de esta colina está totalmente plana, rasgo indicativo de que ha sufrido una fuerte erosión desde hace varios millones de años.[1]
Alrededor de la sierra, y sobre este anticlinal, existen materiales de origen continental más modernos, correspondientes a la época terciaria (hace entre 25 y 5 millones de años). Sus componentes son conglomerados de caliza y arcillas rojas del Oligoceno, bajo una secuencia de margas, arcillas, yesos y paquetes calizos y margosos, propios del antiguo ambiente lacustre de la Cuenca del Duero.
Durante finales del Plioceno e inicios del Pleistoceno, empieza a formarse el valle fluvial del Arlanzón, habiendo creado a su paso por la sierra, 15 niveles de terrazas cuaternarias muy asimétricas. La subidas de las aguas del río y la estructura caliza han dado lugar a un complejo kárstico con multitud de cuevas, muchas de ellas abiertas al exterior por diversas causas (derrumbes, cortes...). Por estas aberturas se han ido depositando diferentes sedimentos a los largo de los años: tierra, polvo, polen, restos animales, excrementos..., hasta llegar, en muchos casos, a colmatar las entradas y, en otros, éstas han quedado cegadas por derrumbes posteriores, preservando el interior intacto hasta que surgieron nuevas aberturas. Esto ha permitido la conservación de restos y fósiles de homínidos en las numerosas cuevas bajo los bosques de Atapuerca, protegiéndolos de cambios bruscos de temperatura y humedad.
Espacio Cultural de la Sierra de Atapuerca
El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León, en su reunión del día 26 de julio de 2007, ha acordado la declaración como Espacio Cultural del Bien de Interés Cultural "Sierra de Atapuerca" en Burgos.
Atapuerca constituye el primer Espacio Cultural declarado en la Comunidad. La figura se utiliza al amparo de la nueva Ley de Patrimonio de Castilla y León y en consonancia con las nuevas estrategias del Plan PAHIS 2004-2012 , que proponen la valorización de amplios espacios territoriales con valor cultural, de cara a su protección y a la promoción del desarrollo sostenible de las poblaciones en que se ubica.
Historia
Primeros descubrimientos. Siglo XIX
Las primeras exploraciones sistemáticas del sistema kárstico de Cueva Mayor se remontan a la mitad del siglo XIX. Sin embargo, esta cueva ya era conocida y visitada desde mucho tiempo antes. En 1863, Felipe Ariño solicita la concesión en propiedad de la cueva. Cinco años después, en 1868, se publica una descripción detallada de la cueva, de manos de Pedro Sampayo y Mariano Zuaznávar, en la que describen por primera vez la conocida actualmente como Sima de los Huesos. Ésta tiene una segunda referencia en 1890 en una demanda para obtener un permiso de exploración minera de otras zonas de Cueva Mayor. De una forma paralela a estas primeras investigaciones, suceden multitud de expoliaciones y destrucción de su interior.
El ferrocarril minero
A finales del siglo XIX, época en la que España se estaba incorporando a la Revolución industrial, se construyó un trazado de ferrocarril minero desde la Sierra de la Demanda hasta Burgos (concretamente hasta el enlace con la línea de ferrocarril Burgos-Bilbao). En aquellos años, las siderurgias vascas requerían de mucho mineral de hierro y carbón, más de la que los yacimientos de León y Asturias podían ofrecer por entonces. La Sierra de la Demanda tenía minas potenciales de mineral de hierro y hulla, sin embargo, no había ningún tipo de transporte que lo pudiera destinar a los altos hornos dedicados a la fundición situados en Vizcaya. Para solventar este problema, en 1896 se otorgó la autorización para construir esa línea férrea de vía estrecha a la compañía recién creada por Richard Preece Williams The Sierra Company Limited. Esta empresa se encargó del trayecto desde Monterrubio de la Demanda a Villafría, así como la inversión en varias minas localizadas en pueblos como Pineda de la Sierra, Riocavado de la Sierra, Barbadillo de Herreros, el mismo Monterrubio de la Demanda o Valle de Valdelaguna. La obra de ferrocarril, en la que participaron 1.500 operarios, comprendía un total de 65 kilómetros y se finalizó en 1901, 5 años después de su comienzo.
En un principio este trayecto no atravesaba la Sierra de Atapuerca. Sin embargo, y sin explicación conocida, el trazado del ferrocarril la atravesaba por su lado suroeste mediante una profunda trinchera de medio kilómetro de longitud y una profundidad que, en su mayor cota, alcanza casi los 20 metros. Este desfiladero creado, que sumaba un kilómetro de distancia extra respecto a los planes iniciales, pudo realizarse para explotar comercialmente la caliza de la sierra, puesto que ésta se había usado como material de construcción desde la Edad Media. Esta trinchera, a su paso, atravesó numerosas cuevas colmatadas con sedimentos pleistocenos (con huesos e industria lítica, aunque nadie reparó en ellos) exponiéndolos a la luz y mostrando claramente su estratificación.
El compromiso con la compañía fue que su carácter no sería exclusivamente minero; como condición para recibir la subvención de la Diputación, The Sierra Company Limited tuvo que comprometerse a transportar pasajeros y mercancías (para tal fin dicha compañía adquirió cuatro locomotoras de vapor y diverso material móvil). Sin embargo, la línea nunca llegó a consolidarse económicamente, debido a los elevados precios que impuso Ferrocarriles del Norte. Hacia 1910 la línea férrea dejó de funcionar, y en 1917 la sociedad Vasco-Castellana, heredera de The Sierra Company Limited, quebró y desapareció definitivamente. Aún hoy se conservan puentes, taludes, túneles y estaciones de aquel ferrocarril. En 1950 se aprovecha la trinchera del ferrocarril como cantera, lo que afectó negativamente a los yacimientos destruyendo una parte de ellos.
Primeras campañas
En 1964 el profesor Francisco Jordá Cerdá inicia las primeras campañas de excavaciones que se detendrían poco después. Ocho años más tarde un grupo de espeleólogos, el Grupo Espeleológico Edelweiss, descubre la llamada Galería del Sílex que contiene restos de rituales funerarios y de pinturas de la Edad del Bronce.
En 1973 el profesor J.M. Apellániz comienza las campañas de excavaciones en el Portalón de Cueva Mayor. Fueron once campañas.
Estudio actual
En 1976 el ingeniero de minas Trinidad de Torres Pérez-Hidalgo (Trino), que por entonces realizaba su Tesis doctoral en osos fósiles, acude a Emiliano Aguirre, antropólogo, con varios restos humanos encontrados en uno de los yacimientos de la sierra burgalesa: la Sima de los Huesos. En 1980 se inician las excavaciones en la Galería que durarán más de una década. En el 84 se comienzan las excavaciones sistemáticas en la Sima de los Huesos.
En 1990, Emiliano Aguirre, se jubila y la dirección pasa al equipo formado por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell Roura. Desde entonces se han encontrado instrumentos líticos del "Modo técnico 1", los más primitivos, en la base de la Gran Dolina (datados hace unos 900.000 años) y al poco tiempo, en 1992, se encuentran varios cráneos en la Sima de los Huesos, entre ellos el famoso cráneo número 5, bautizado como Miguelón en honor a Miguel Indurain, lo que da relevancia internacional y científica al yacimiento haciéndolo imprescindible en los estudios de la evolución humana.
Los años 1994 y 1995 dejarían un rico registro de herramientas de Modo 1 junto con restos humanos, todos ellos datados en 800.000 años lo que confirma una presencia humana muy antigua en Europa. Al año siguiente se confirma, mediante el estudio de las marcas en los huesos, que se practicaba un canibalismo ritual; ésta es la referencia sobre canibalismo más antigua de Europa. Se inician las excavaciones de la Sima del Elefante.
El año 1997 es de gran importancia para el yacimiento ya que se define una nueva especie humana, el Homo antecessor. Las investigaciones reciben varios premios de prestigio, entre ellos el Príncipe de Asturias y el de Ciencias Sociales de la Junta de Castilla y León.
El año 1998 dejaría la constancia de que los restos hallados en la Sima de los Huesos, asignados a Homo heidelbergensis, pertenecen a seres humanos, que además de tener capacidad de abstracción y simbología se plantean los problemas místicos inherentes al ser humano. Esto se confirma por el hallazgo de una herramienta bifaz (Modo 2) sin utilizar y realizada con un material muy apreciado, el llamado Excalibur, depositada como homenaje a algún miembro del grupo allí enterrado.
En el 99 se inician las excavaciones en la Cueva el mirador y al año siguiente se recibe la calificación de Patrimonio de la Humanidad a la vez que en la Sima del Elefante se encuentran restos de utensilios líticos que se datan en un millón de años. Se nombra una especie nueva de roedor, Microtus (Allophaiomys) lavocati, y se retoman las excavaciones del Portalón de Cueva Mayor.
La Gran Dolina daría una nueva especie de oso de las cavernas, el Ursus dolinensis cuyos restos se encontrarían en el nivel TD4.
Yacimientos de la Sierra de Atapuerca
En la segunda mitad del siglo XIX se realizaron algunos hallazgos que indicaban la riqueza arqueológica de la zona. No sería hasta el último cuarto del siglo XX cuando se realizaran estudios profundos y sistemáticos que determinaron a este conjunto de yacimientos prehistóricos como uno de los más importantes de Europa y de los más relevantes del mundo, donde se han hecho hallazgos que han cambiado la historia registrada de la humanidad. Se han encontrado restos desde una cronología perteneciente al Pleistoceno Inferior (con una antigüedad superior al millón de años) hasta el Holoceno (época actual), con datos sobre la fauna, flora y clima. Este complejo arqueológico está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (2000) y ha recibido el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (1997).
Los yacimientos son excepcionales por la abundancia de registro fósil, su buena conservación e importancia científica. Los útiles líticos que se han encontrado abarcan todos las etapas tecnológicas, desde las formas más primitivas del tallado de piedra hasta aquellas que pertenecen a la Edad del Bronce.
En cuanto a la fauna se ha hallado una nueva especie de oso de las cavernas, bautizado como Ursus dolinensis. El hallazgo más importante es el de los restos humanos. Los hay en varios yacimientos, algo que no suele ser habitual. Entre ellos se han encontrado los restos del antepasado más antiguo de Europa, el Homo antecessor, última especie común entre los neandertales, los Homo sapiens, y los del pre-neandertal Homo heidelbergensis.
A continuación se comentan los yacimientos más relevantes y que más información nos han aportado para entender la prehistoria. Entre ellos destacan los que se ubican en la Trinchera del Ferrocarril (como la Sima del Elefante, Galería y Gran Dolina), y aquellos pertenecientes al sistema kárstico de Cueva Mayor/Cueva del Silo (como Portalón, Galería del Sílex y Sima de los Huesos). Aparte se encuentra la Cueva del Mirador, una cueva situada en el extremo sureste de la sierra, y sin relación aparente con el sistema kárstico mencionado. Hay localizados más de 50 yacimientos exteriores (como el Valle de las Orquídeas y Hundidero, este último se ha comenzado a excavar recientemente) y un elevado número de monumentos megalíticos (dólmenes) por la zona, tanto en la sierra como en las cercanías, lo que atestigua que el complejo de Atapuerca es muy extenso, no limitándose únicamente a lo referente a la trinchera del ferrocarril y sus cercanías.
Trinchera del Ferrocarril
Sima del Elefante (TE)
El yacimiento de la Sima del Elefante, o Trinchera Elefante (TE) como también es conocido, se localiza en la Trinchera del Ferrocarril, siendo el primer yacimiento que nos encontramos al ir caminando desde la entrada sur de la trinchera. En el contexto del complejo kárstico de Cueva Mayor/Cueva del Silo, se localiza al final de la Galería Baja, desconociéndose aún la relación sedimentológica entre ambos sitios. Debe constituir una galería kárstica de más de 15 metros de altura y 18 metros de anchura máxima. Es una cueva colmatada de sedimentos, que quedó descubierta cuando se hizo la trinchera a finales del siglo XIX, quedando afloramientos de sedimentos en ambas paredes, siendos los situados en la pared este sobre los que se desarrollan las investigaciones. Su nombre se debe a la aparición en 2001 de unos fósiles que fueron inicialmente atribuidos a elefantes, aunque investigaciones posteriores demostraron que pertenecían a rinocerontes. Sin embargo, en campañas posteriores se descubrió un astrágalo que sí pertenecía a un elefante, confirmándose la presencia de estos animales en sus depósitos fosilíferos.
Es el yacimiento de la trinchera que más tarde se ha empezado a excavar de una forma sistemática. Los 21 metros de potencia de sedimentos que tiene abarcan todo el periodo de ocupación humana de la sierra correspondiente al Pleistoceno. Sus niveles inferiores son los más antiguos de toda la sierra -están próximos al subcron paleomagnético Jaramillo-, y se encuentran situados incluso 3,5 metros por debajo del nivel actual de la trinchera, con una edad superior al millón de años (Pleistoceno Inferior). En estos niveles se han hallado restos de fauna acompañados de instrumentos líticos, demostrando la presencia de homínidos en una época anterior en la que vivió Homo antecessor de Gran Dolina (unos 780.000 años). Además, en algunos restos óseos de animales, se han encontrado marcas de corte producidas por el contacto del instrumento lítico y el huesos en el momento de la descarnación, por lo que se puede inferir ciertos aspectos de la alimentación de aquellos homínidos. Por otro lado, en los niveles superiores, han aparecido instrumentos líticos del tipo Musteriense o modo 3, asociados a neanderthales, junto con fósiles de caballos y ciervos.
En marzo de 2008, se han dado a conocer nuevos restos de Homo antecessor, hallados en este yacimiento; se trata de parte de una mandíbula de un individuo de unos 20 años y 32 herramientas de sílex de tipo olduvayense (modo 1); han sido datados en 1,2 millones de años de antigüedad, mucho más antiguos que los restos originales de Gran Dolina, lo que hace retroceder considerablemente la presencia de homínidos en Europa.[2]
Secuencia estratigráfica y cronológica de TE
La Sima del Elefante se divide en una secuencia de 21 unidades estratigráficas, y al menos, 3 fases de relleno sedimentario, pudiéndolas distinguir según su cronología, color, textura y origen de los aportes. Las clasificamos desde la parte más inferior hacia la parte más superior, de lo más antiguo a lo más moderno.
- Fase 1: sus sedimentos pertenecen al Pleistoceno Inferior, ya que los estudios paleomagnéticos realizados en los niveles E-8 y E-12 dan una polaridad inversa atribuible al cron Matuyama; según los estudios bioestratigráficos, basados en la presencia de ciertos roedores típicos de esa etapa geológica —como Microtus (Allophaiomys) chalinei, Microtus (Allophaiomys) sp. nov., Microtus (Iberomys) aft. huescarensis, Ungaromys nanus, Pliomys episcopalis, Mimomys sp., Castillomys rivas, Apodemus sp., Eliomys quercinus, Myoxus sp., y Castor fiber— también se confirma. Esta fase tiene una profundidad de 9 metros, y se encuentra afectada por fracturas y hundimientos de todas las galerías infra-adyacentes a los depósitos. Está formada por un elevado número de debris flows provenientes del sur, distinguiéndose 7 niveles:
- E-8: es el nivel más bajo de la secuencia, con un color muy oscuro. Tiene gran cantidad de fósiles de microvertebrados y una gran abundancia de materia orgánica, debido principalmente a los excrementos de murciélagos.
- E-9: tiene una sucesión de coladas detríticas de piedras subangulosas, con la zona cortical modificada por disolución, con una matriz arcillosa oscura. Existen bandas de arcillas más plásticas y sin piedras, intercaladas en el nivel. Tiene gran cantidad de restos de macro y microvertebrados. En este nivel se han hallado parte de una mandíbula de Homo antecessor y 32 herramientas de sílex, con una antigüedad de 1,2 millones de años.[3]
- E-10: es un nivel de bloques y piedras, sin estructura interna aparente, con una matriz arcillosa rojo oscuro. Aparecen fósiles de animales de tamaño medio y en conexión anatómica.
- E-11: es un nivel heterogéneo, con mezcla de distintos materiales, incluyendo piedras margosas.
- E-12: nivel formado por una sucesión de coladas detríticas de flujo por gravedad que erosionan el nivel anterior. Tiene un cambio de facies lateral, rápido y marcado. En el extremo proximal hay grandes bloques unos sobre otros, disminuyendo el tamaño de los mismos en la zona media, más arcillosa. En el extremo distal, abundan las arcillas prismáticas, destacando la poca presencia de piedras.
- E-13: formado por gravas de las mismas dimensiones, con una estritificación cruzada.
- E-14: formado por una sucesión de coladas detríticas de flujo por gravedad, con fuertes cambios laterales en las facies. Se diferencian 3 niveles dentro de esta unidad:
- Nivel inferior: formado por una matriz arenosa, con clastos medios.
- Nivel intermedio: formado por arcillas laminares alternadas con elementos detríticos.
- Nivel superior: formado por una colada de matriz arcillosa oscura, con grandes piedras, que disminuyen de dimensiones en las partes distales.
- Fase 2: cronológicamente pertenece al Pleistoceno Medio. Todos los niveles que la componen son erosivos, y en su conjunto, pueden alcanzar los 9 metros. Se distinguen 5 niveles:
- E-15: erosiona la parte superior de E-14, dando lugar a una estructura de cut and fill que alcanza hasta el nivel E-9. Esta colada de gravas y bloques, con una clara matriz margosa, se introduce en la cavidad desde el sur.
- E-16: tiene el mismo punto de entrada de material que el nivel E-15. Tiene diferentes flujos detríticos con una matriz arcillosa rojiza. En la parte central-distal encontramos pequeñas gravas laminadas, que nos indican un depósito de corrientes hídricas relativamente organizadas.
- E-17: tiene un grosor de 20-25 cm. Es una secuencia de carbonatos arenosos, masivos y muy pálidos, intercalados entre los espeleotemas calcíticos. Tiene una sedimentación química de clastos finos autóctona, indicándonos ausencia de aportes exteriores.
- E-18, E-19 y E-20: se formó por sedimentación plástica de flujo por gravedad. Tiene gravas medias y gruesas, con lutitas y bloques, siendo en los laterales de dimensiones más reducidas. Los aportes de materiales provienen tanto del sur como del norte, presentando una matriz claroscura. E-19 presenta clastos muy abundantes en la parte central, con color rojizo, además de evidencias de presencia de macro y microvertebrados asociados a industria lítica.
- Fase 3: su cronología se encuentra en el Pleistoceno Superior. Presenta un único nivel, E-21. Está formado por un flujo detrítico por gravedad, con gravas y bloques, y muy poca matriz. Tiene un conducto vertical en el sur de la sección central.[4]
Galería y Covacha de los Zarpazos (TG-TN-TZ)
El yacimiento de la Galería está situado en la trinchera del ferrocarril, fue el primer yacimiento excavado de forma sistemática de los de dentro de la trinchera. Se trata de una galería subterránea (sección TG) que se abre al exterior por una chimenea (sección TN) en forma de sima. La entrada parece que se encontraba en la zona izquierda, conocida como Covacha de los Zarpazos (sección TZ).
El hundimiento del techo de la galería fue lo que formó la chimenea convirtiéndose en una trampa natural donde caían (o eran empujados por los cazadores) numerosos animales, estos eran luego aprovechados por los humanos (probablemente los cazadores) y otros carnívoros.
Los depósitos de Galería abarcan una cronología de entre 200.000 y 400.000 años y se han identificado cinco fases sedimentarias (TGI - TGV), con presencia humana intensa en la tercera de ellas. En esta fase se han localizado hasta 13 suelos distintos de ocupación humana en los que se han hallado numerosas herramientas líticas del modo 2 (Achelense) con restos de ciervos, caballos, bisontes y rinocerontes. En los huesos de animales hallados hay marcas de dientes de osos, leones, zorros y linces.
También se ha encontrado un fragmento de cráneo perteneciente a Homo heidelbergensis.
Gran Dolina (TD)
El yacimiento de la Gran Dolina se ubica en el interior de la trinchera del ferrocarril y es el más conocido, no en vano en él aparecieron los primeros restos de la especie Homo antecessor, el último ancestro común del linaje que dio lugar a los neandertales por un lado, y el que culminó con nuestra especie. Tiene 18 metros de sedimentos que recorren una secuencia temporal que va desde hace un millón de años (en el nivel TD1) hasta hace 200.000 años (en el nivel TD11). En estos 18 metros de sedimento se han diferenciado 11 niveles estratigráficos.
En los niveles inferiores se han encontrado restos de animales carnívoros, como el tigre de dientes de sable y la hiena manchada (ambos en su registro más antiguo de Europa) así como una nueva especie de oso, antecesor del oso de la cavernas, que ha sido bautizado como Ursus dolinensis, en referencia a su lugar de descubrimiento. Se han encontrado útiles de piedra del modo 1 lítico en el nivel TD4 al igual que en la base de la Sima del elefante con antigüedad de un millón de años.
En el nivel TD6 se encontraron en 1994 los restos de lo que se describiría después como una nueva especie humana, el Homo antecessor, uno de los pobladores más antiguos de Europa y proveniente de África. El estudio de los huesos de este hallazgo reveló huellas de cortes hechos por una herramienta humana, es decir, se determinó que estos antiguos habitantes de la Gran Dolina practicaban el canibalismo. El nivel siguiente, el TD7, muestra testimonio de la inversión magnética del campo terrestre que coincide con el conocido como límite de Matuyama-Brunhes y define la frontera entre el Pleistoceno Inferior y el Medio hace unos 780.000 años (hay que notar que los fósiles del homo antecessor están en el nivel inferior por lo que su antigüedad es mayor a la de la inversión magnética). El nivel TD10 tiene restos de industria lítica de tipo 3, aunque muy rudimentaria.
Se han seguido hallando restos de Homo antecessor que confirman la importancia y riqueza de este yacimiento. Se han descubierto nuevas especies de animales en sus sedimentos, tales como la especie de oso Ursus dolinensis[5] y la musaraña Dolinasorex glyphodon.[6]
Cueva Mayor
Sima de los Huesos
El yacimiento de La Sima de los Huesos es una pequeña cámara situada en la base de un pozo de 13 metros de profundidad que se halla en la parte más profunda de la cueva Cueva Mayor. En él se han encontrado una gran cantidad de huesos de animales y humanos. Los sedimentos de este lugar datan de hace más de 530.000 años, es decir del Pleistoceno medio, y están magníficamente conservados.
Lo que hace importante este yacimiento es la gran cantidad de restos humanos encontrados, más de 5.000 fósiles, que pertenecen a un grupo de unos 30 individuos de la especie Homo heidelbergensis (considerado el ancestro del Homo neanderthalensis) de todas las edades y sexos. Estos restos representan más del 90 % de los fósiles humanos recuperados para el Pleistoceno Medio de todo el mundo.
Entre los restos humanos recuperados destacan numerosos cráneos, entre los que se encuentra el cráneo número 5 que es el cráneo de Homo heidelbergensis mejor conservado del mundo y recibe, popularmente, el nombre de "Miguelón" en honor a Miguel Indurain.[7] Hay gran cantidad de huesos de todo tipo, desde pelvis, como la llamada Elvis,[8] hasta los huesos del oído. "Elvis" es la pelvis más completa del registro fósil. Perteneció a un individuo masculino, de 175 cm de altura y 95 kilogramos de peso. Se ha llegado a la conclusión estudiándola de que el Homo heildebergensis era tan alto como nosotros, pero más robusto. La cavidad pélvica era mayor, facilitando el parto en las mujeres.
Se cree que este era un lugar de enterramiento humano y de culto a los difuntos, únicamente se ha encontrado una herramienta lítica entre todos los restos, esta herramienta, un bifaz, está sin usar y es de cuarcita roja; fue encontrado en 1998 y recibió el nombre de Excalibur. Se considera que Excalibur es un presente a alguno de los difuntos enterrados en este lugar, lo que indicaría la existencia de una mente simbólica y reflexiva, preocupada por los problemas eternos de la vida y la muerte y con capacidad de sentimientos. Esto señala a Homo heidelbergensis como un ser humano completo, ya no en lo físico, sino en lo espiritual.
Entre los restos de carnívoros encontrados hay una gran cantidad de restos de oso de la especie Ursus deningeri, más de 180 individuos.
Este yacimiento, por los hallazgos en él realizados es único en el mundo.
Portalón
El yacimiento del Portalón situado en la entrada de Cueva Mayor ha permitido documentar una parte muy importante de la Edad del Bronce, hace entre 3.690 y 2.900 años. Es relevante la cerámica decorada, con más de 400 motivos iconográficos, y diferentes herramientas de hueso y bronce, así como adornos de hueso, asta y marfíl.
El yacimiento se ha excavado hasta alcanzar el Pleistoceno Superior, pero la ocupación más relevante es la debida a época neolítica, en especial la edad del bronce.
Galería de Sílex
Galería de Sílex descubierta en 1964 por el Grupo Espeleológico Edelweiss de Burgos ofrece espectaculares vestigios de la Edad del Bronce. Ha permanecido cerrada desde un tiempo muy cercano a aquella época lo que ha permitido una excepcional conservación del suelo donde se desarrollaron las actividades humanas así como el arte rupestre. En una de sus cámaras se han encontrado multitud de restos humanos y animales con herramientas de piedra y hueso así como cerámica, lo que evidencia una actividad de carácter ritual. Hay abundantes pinturas y grabados en sus paredes, muchos de los símbolos pintados también aparecen en la cerámica.
Otros yacimientos del complejo de Atapuerca
Mirador
El yacimiento del Mirador es el más alejado del complejo arqueológico y se han hallado restos pertenecientes a la edad de bronce. El hallazgo de un enterramiento de hasta 6 individuos de diferentes edades y sexos, datado en 3.670 años, indica que este lugar era utilizado como cueva sepulcral.
El valle de las orquídeas
El yacimiento del Valle de las orquídeas es un yacimiento que no está en una cueva, está situado en el exterior. Tiene una antigüedad de unos 27.000 o 30.000 años pertenece al Pleistoceno y hay constancia de su ocupación neolítica. Su ubicación es debida a la buena provisión de recursos y de dominio de un área determinada del territorio.
Secuencia cultural a partir de los artefactos líticos
Mediante el estudio de las técnicas de la fabricación de las herramientas de piedra, lo que se conoce como Industria lítica es posible la datación de los hallazgos encontrados en los diferentes yacimientos.
En Atapuerca se ha logrado completar una, la secuencia de la evolución tecnológica prehistórica que demuestra que las cuevas de Atapuerca han sido ocupadas por todas las culturas que han existido en el Pleistoceno Inferior y Medio en Europa. Si en el yacimiento de la Galería se ha establecido una serie relativamente completa del modo 2 o Achelense; en el de la Gran Dolina se ha identificado industria lítica del Modo 1 u Olduvayense y del Modo 3 o Musteriense.
En Gran Dolina, se está intentando completar toda la evolución tecnológica del Pleistoceno, documentando todas las culturas que han existido en el Paleolítico Inferior y Paleolítico Medio en Europa. Se reconocen las siguientes fases:
- Modo técnico 1 o Olduvayense: Según los investigadores de los yacimientos de Atapuerca, la industria del Modo 1 es la más antigua y se caracteriza por herramientas más simples: lascas sin retocar y cantos tallados, una lasca de sílex, datada en, al menos, un millón de años, fue hallada en la campaña del año 2000 en el yacimiento de la Sima del Elefante. También se han localizado piezas con casi un millón de años en los niveles TD4 y TD5 del de la Gran Dolina, aunque la serie más significativa corresponde a TD6, estrato con unos 780 000 años, en cuyo sondeo aparecieron 268 utensilios y, también, los restos de Homo antecessor. Se Encontraron piezas de cuarcita, caliza, cuarzo y sílex: cantos sin talla (manuports, percutores…), cantos tallados, lascas, denticulados y raederas. Los núcleos son, sobre todo, desorganizados (método ortogonal multifacial), pero también los hay polarizados (método ortogonal longitudinal) y sólo algunos centrípetos. Por todo ello, los investigadores que trabajan en la Sierra de Atapuerca consideran que Gran Dolina es el primer yacimiento del Pleistoceno Europeo que tiene toda la secuencia de la evolución de las primeras piezas de industria.
- Modo técnico 2 o Achelense: Aparece, básicamente en los niveles del yacimiento de la Galería, con una antigüedad que oscila entre los 350.000 y 128.000 años. La mayor parte de las piezas corresponden a sucesivos niveles de ocupación, muy esporádicos (de corta duración), de TG10 y TG11, destacando las piezas de sílex, aunque hay de todo tipo de materias primas.
Simplificando mucho, en el Modo 2, las piezas son trabajadas de forma radial, por eso, los tipos más característico son el bifaz y los núcleos centrípetos; también aparecen hendidores y triedros, así como raederas, puntas y denticulados. En efecto, los núcleos eran, mayoritariamente, explotados por medio de extracciones organizadas (centrípetas y paralelas). En Atapuerca, los bifaces evolucionan hacia una morfología más alargada, con una talla cada vez más flexible. Culturalmente partimos de una posición intermedia dentro del Achelense hasta llegar a un Achelense Superior a techo de la secuencia.
- Modo técnico 3 o Musteriense Antiguo: de nuevo volvemos al yacimiento de la Gran Dolina, donde se asegura que la industria del nivel TD10 señala la transición entre los períodos Achelense («modo técnico 2») y Musteriense («modo técnico 3»), en el nivel TD10 y con unos 350.000 años. Más arriba, en los niveles TD11 y TD12, con unos 300.000 años de antigüedad, aparecen utensilios sobre lasca de tamaño pequeño y mediano, y núcleos de extracciones centrípetas bastante estandarizados. Por lo que se aprecia en Atapuerca, en el Modo 3, los humanos aprendieron a sacar del mismo volumen de piedra mayor cantidad de filo. Esta técnica está asociada en Europa a los Neandertales.
La gama crono-cultural se está completando aún, con hallazgos que podrían extender esta secuencia hasta el final del Pleistoceno en el Portalón de la Cueva Mayor, en la Cueva del Mirador y en el Valle de las Orquídeas.
Es bastante difícil correlacionar estos datos —recogidos en los distintos yacimientos del complejo kárstico de Atapuerca— con otros procedentes de sitios al aire libre; pero, sólo Atapuerca permite atestiguar con solidez científica la presencia humana a lo largo del Pleistoceno, y sólo Atapuerca puede jalonarla de fechas absolutas.
Equipo
El equipo investigador de Atapuerca publica actualmente en revistas científicas internacionales de prestigio, como son Nature, PNAS y Science, y gozan de reconocimiento internacional en el campo de la paleoantropología.
Repercusión científica
Atapuerca constituye el conjunto de restos más antiguos y más numerosos de Europa. Se le considera Patrimonio cultural por la UNESCO desde el año 2000, y los descubrimientos que se han llevado a cabo en ella han tenido una enorme repercusión científica.
El conjunto de los yacimientos está declarado como «Lugar de interés geológico español de relevancia internacional» (Geosite) por el Instituto Geológico y Minero de España, con la denominación «VP006: Atapuerca», dentro de la categoría «yacimientos de vertebrados del Plioceno-Pleistoceno español».[9]
Por un lado, algunos hallazgos son de hace 800 000 años, e incluso hasta 1,2 millones de años. Esto cambió nuestras teorías sobre quién fue el primer poblador de Europa y cuándo la ocupó, de dónde procedía y cuáles eran sus características. Por otra parte, algunos restos destacan por formar un colectivo, es decir, no procedían de individuos aislados. Esto da a los científicos la oportunidad de reconstruir la vida de un grupo de homínidos, de más de 30 hace 300 000 años.
Los hallazgos de Atapuerca, en definitiva, nos muestran, paso a paso, una gran parte de nuestra evolución.
Véase también
- Portal:Burgos. Contenido relacionado con Burgos.
- Prehistoria
- Prehistoria en la Península Ibérica
- Industria lítica
- Evolución humana
- Museo de la Evolución Humana
- Anexo: Yacimientos paleontológicos del mundo
Referencias
- ↑ Carbonell, Eudald; José María Bermúdez de Castro (2004). «La colina mágica». Atapuerca, perdidos en la colina. La historia humana y científica del equipo investigador (1 edición). Barcelona: Destino. pp. 450. ISBN 8423336484.
- ↑ El Periódico, 27-III-2008
- ↑ Carbonell, et al. 2008. The first hominin of Europe. Nature, 452: 465-469
- ↑ Rosas, A; Pérez-González, A; Carbonell, E; van der Made, J; Sánchez, A; Laplana, C; Cuenca-Bescós, G; Parés, JM; Huguet, R (2001). «Le gisement pléistocène de la "Sima del Elefante" (Sierra de Atapuerca, Espagne)». L'Anthropologie 105 (2): pp. 301-312.
- ↑ García, Nuria y Arsuaga, Juan Luis (2001). «Ursus dolinensis : a new species of early Pleistocene ursid from Trinchera Dolina, Atapuerca (Spain) = Ursus dolinensis : une nouvelle espèce d'ursidé du Pléistocène inférieur de Trinchera Dolina, Atapuerca (Espagne)». Comptes rendus de l'Académie des sciences. Série 2. Sciences de la terre et des planètes 332 (11). 1251-8050 , 717-725. http://www.sciencedirect.com/science?_ob=ArticleURL&_udi=B6VJ3-43C5CVK-9&_user=10&_rdoc=1&_fmt=&_orig=search&_sort=d&view=c&_acct=C000050221&_version=1&_urlVersion=0&_userid=10&md5=cb10d66d5eed4688dc9cf6406cb39308.
- ↑ Cuenca-Bescós, Gloria y Rofes, Juan (2009). «A new genus of red-toothed shrew (Mammalia, Soricidae) from the Early Pleistocene of Gran Dolina (Atapuerca, Burgos, Spain), and a phylogenetic approach to the Eurasiatic Soricinae». Zoological Journal of the Linnean Society 155 (4). ISSN , 904-925. http://www3.interscience.wiley.com/journal/122294885/abstract.
- ↑ Arsuaga, JL; Martínez, I; Gracia, A; Carretero, JM; Carbonell, E (1993). «Three new human skulls from the Sima de los Huesos Middle Pleistocene site in Sierra de Atapuerca, Spain». Nature 362: pp. 534-537.
- ↑ Arsuaga, JL; Lorenzo, CL; Carretero, JM; Gracia, A; Martínez, I; García, N; Bermúdez de Castro, JM; Carbonell, E (1999). «A complete human pelvis from the Middle Pleistocene of Spain». Nature 399: pp. 255-258.
- ↑ Instituto Geológico y Minero de España (2011). «Lugares de interés geológico españoles de relevancia internacional (Geosites)». Consultado el 16 de octubre de 2011.
Bibliografía
- Cervera, José; Arsuaga, Juan Luis; Bermúdez de Castro, José María y Carbonell, Eudald (1998). Atapuerca. Un millón de años de historia. Plot Ediciones; Editorial Complutense. ISBN 84-89784-65-5. http://www.atapuerca.tv/recursos/docencia.
- Aguirre, Emiliano; Carbonell, Eudald y Bermúdez de Castro, José María (1987). El Hombre fósil de Ibeas y el Pleistoceno de la Sierra de Atapuerca (I). Junta de Castilla y León, Almazán, Soria. ISBN 84-505-7066-2.
- Carbonell, E.; Giralt, S.; Márquez, B. et alter (1995). «El conjunto lito-técnico de la Sierra de Atapuerca en el marco del Pleistoceno Medio europeo». Evolución humana en Europa y los yacimientos de la sierra de Atapuerca. Congreso celebrado en Medina del Campo en 1992, edita Junta de Castilla y León. ISBN 84-7846-464-6.
- Marcos Sáiz, F. Javier (2006). La Sierra de Atapuerca y el Valle del Arlanzón: Patrones de Asentamiento prehistóricos. Editorial Dossoles. Burgos. ISBN 978-84-96606-28-9.
- Quam, Rolf (2007). «Yacimientos de la sierra de Atapuerca». Burgos, España: Gráficas Navaprin, S.L.. Consultado el 2007.
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Sierra de AtapuercaCommons.
- Atapuerca - Patrimonio de la Humanidad
- Fundación Atapuerca
- Atapuerca: el observatorio de la Prehistoria en el Centro Virtual Cervantes
- Ficha del Yacimiento Arqueológico de Atapuerca en la web de UNESCO (en inglés)
- Análisis de los yacimientos
Categorías:- Sierras de la provincia de Burgos
- Sitio arqueológico de Atapuerca
- Bienes de interés cultural de la provincia de Burgos
- Fase 1: sus sedimentos pertenecen al Pleistoceno Inferior, ya que los estudios paleomagnéticos realizados en los niveles E-8 y E-12 dan una polaridad inversa atribuible al cron Matuyama; según los estudios bioestratigráficos, basados en la presencia de ciertos roedores típicos de esa etapa geológica —como Microtus (Allophaiomys) chalinei, Microtus (Allophaiomys) sp. nov., Microtus (Iberomys) aft. huescarensis, Ungaromys nanus, Pliomys episcopalis, Mimomys sp., Castillomys rivas, Apodemus sp., Eliomys quercinus, Myoxus sp., y Castor fiber— también se confirma. Esta fase tiene una profundidad de 9 metros, y se encuentra afectada por fracturas y hundimientos de todas las galerías infra-adyacentes a los depósitos. Está formada por un elevado número de debris flows provenientes del sur, distinguiéndose 7 niveles:
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