- Orden militar
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Según la leyenda [cita requerida], la primera orden militar se creó en 312 d. C. El emperador Constantino el Grande, en vísperas de la batalla contra Majencio en puente Milvio, vio una cruz en el cielo con el lema «In Hoc Signo Vinces» («Bajo este signo vencerás»). Constantino hizo caso, llevando el signo a batalla. Tras la victoria dio libre culto a los cristianos, y armó a los primeros cincuenta caballeros, la Caballería Aurata Constantiniana, que llevaban el lábaro.
Constantino refundó Bizancio, que pasaría gradualmente a ser capital del Imperio. Esto nos lleva a la primera apreciación sobre las órdenes militares religiosas: su fundación. Se entiende oficialmente como su año de fundación aquel en que reciben la aprobación por el Papa de Roma, o este les asigna unas reglas. Naturalmente, primero hay que solicitarlo, para lo cual ha de haber previamente un conjunto de personas dispuestas y dotadas de medios que demuestren su buena disposición. De esta forma suele llevar a confusión la diferencia de fechas entre el momento en el que un grupo de caballeros se organiza, presta juramento y entra en lucha, hasta aquél en el que queda confirmada oficialmente su existencia como orden militar. El ejemplo más extremo: en 1550 el Papa Julio III reconoció la Orden Militar Constantiniana[1] con la bula Quod Aliasla, después de la caída de Constantinopla, habiendo documentos anteriores que atestiguan su existencia siglos antes en Bizancio, bajo regla del obispo San Basilio.
La principal característica de las órdenes militares religiosas es la combinación de modos de vida militares y religiosos. Algunos, como los Caballeros de San Juan y los Caballeros de Santo Tomás también cuidaron de los enfermos y los pobres, como la Orden de San Lázaro. No eran instituciones exclusivamente masculinas, pues las monjas también podían asociarse a un convento de la orden. Otra característica a destacar es que los religiosos podían estar, y de hecho a menudo estaban, subordinados a hermanos no ordenados. Prácticamente la mayoría de los miembros no eran religiosos. Las órdenes estaban regidas por el Maestre.
El papel y la función de las órdenes militares a menudo han resultado oscurecidas por la fijación en sus gestas en Siria, Palestina, Prusia y Livonia. Tenían posesiones y miembros a todo lo largo de Europa Occidental. Fueron el hilo conductor de innovaciones culturales y técnicas, como la introducción del batanado en Inglaterra por los Caballeros de San Juan, o la infraestructura bancaria de los Templarios.
Joseph von Hammer comparó en 1818 las órdenes militares cristianas, en particular a los templarios, con ciertos modelos islámicos como la secta chií de los Hashshashin. En 1820 José Antonio Conde sugirió que se modelaron con base en los ribat, una institución religiosa fortificada que unía la vida religiosa con la lucha con los enemigos del islam. A pesar de lo populares que sean estos puntos de vista, muchos los han criticado, con el argumento de que no hubo ribats en Palestina hasta después de la fundación de las primeras órdenes militares. Aun así, monjes luchando era algo nuevo en el cristianismo.
En la época moderna, por lo menos desde siglo XIX hasta nuestros días, se ha visto una proliferación de órdenes autoproclamadas y falsas. Las órdenes falsas afirman su antiguo linaje sin ningún tipo de base, y las autoproclamadas no han sido establecidas por un jefe de Estado legítimo. Mientras que todas las órdenes falsas son autoproclamadas, no todas las autoproclamadas son falsas.
Contenido
Órdenes militares
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- El asterisco (*) indica que siguen en activo.
Órdenes ecuestres
Según el derecho público y a partir de la existencia de un poder soberano o no, se pueden hacer las siguientes distinciones dentro de las órdenes ecuestres:
Órdenes pontificias
Aquellas órdenes conferidas directa o indirectamente por el Sumo Pontífice y llamadas, por ello, de colación y de subcolación respectivamente. El único ejemplo de la segunda es la Orden ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Se discute si tales órdenes son emanación de la soberanía espiritual de la Iglesia o de la temporal. Durante el período comprendido entre 1870 y 1929 la Iglesia continuó usando del ius honorum.
Estas órdenes no derivan de antiguas religiones monásticas, sino que participan del carácter laico de las órdenes estatales. Excepto la del Santo Sepulcro, no pueden ser conferidas a eclesiásticos y, en cambio, pueden serlo a no cristianos.
A su vez se dividen en:
- Órdenes militares
- Orden supremo del Cristo o Milicia de Nuestro Señor Jesucristo
- Milicia dorada.
- Pontificia, Real y Distinguida Orden Militar de San Miguel del Ala
- Orden de san Lázaro de Jerusalén
- Órdenes civiles
- Orden lento
- Orden de san Gregorio Magno: tiene dos clases la civil y la militar. La segunda está destinada a premiar los méritos del personal de los Cuerpos armados de la Santa Sede o de cualquier otro Estado, pero no por ello es una Orden militar.
- Orden de san Silvestre
Merecen especial mención las
- Órdenes regidas por el Maestro general de una Orden religiosa como por ejemplo la Orden de Santa María de la Merced.
- Órdenes regidas por un obispo como por ejemplo la Orden de los caballeros Teutónicos, Orden de Santa María de Jerusalén.
Órdenes magistrales
Se llaman así a las que constan de una religión con una orden de caballería anexa. El único caso es el de la Orden de Malta.
Órdenes dinásticas-estatales o de Corona
Se trata de aquellas órdenes que antes de la Revolución francesa pertenecían al patrimonio heráldico de una dinastía reinante y que fueron transferidos al patrimonio heráldico de la Corona. Ej.: el ramo portugués de la Orden del Cristo que, al acabar la monarquía pasó a la república.
Órdenes estatales
Aquellas órdenes que gozan de personalidad jurídica pública según el ordenamiento interno de un Estado. Son órdenes laicas posteriores a la Revolución francesa. Ej.: Legión de honor.
Órdenes dinásticas
Aquellas órdenes no ligadas a la soberanía del Estado, sino al príncipe soberano que, destronado, conserva el ius collationis. Se distingue de las Órdenes de Corona, que son instituidas por el soberano en cuanto tal y ligados a la Corona, con lo que su pérdida comporta la del Gran Magisterio. En ese caso la Orden puede extinguirse o ser asumida por el soberano o el régimen sucesor.
Aun cuando no resulta exhaustivo, se puede citar dentro de este grupo a las siguientes órdenes:
- Orden de la Anunciación (Casa de Saboya)
- Orden de los Santos Mauricio y Lázaro (Casa Saboya)
- Orden de San Genaro (Dos Sicilias)
- Sagrada y militar orden constantiniana de San Jorge (Dos Sicilias)
- Orden de San José (Gran Ducado de Toscana)
- Orden de San Esteban (Gran Ducado de Toscana)
- Orden de San Miguel del Ala (Casa de Braganza, Portugal)
Órdenes independientes o privadas
Aquellas no ligadas ni a la Santa Sede, ni a un Estado soberano ni a una dinastía que antes fuera soberana. Son asociaciones privadas de configuración caballeresca. No son órdenes en el sentido estricto aunque se denominen tales.
Dentro de esta categoría —separándolas de las fraudulentas— cabe añadir toda una serie de órdenes ya extintas que han sido restauradas por iniciativa privada y que no tienen más reconocimiento oficial que el de simples asociaciones, sean estas de derecho eclesiástico o civil.
Otros criterios
Caballería militar, regular o efectiva
Se origina en la época de las Cruzadas. Son religiosos y militares. Generalmente surgen de iniciativa privada. Se trata de entes autónomos bajo la protección de la Santa Sede.
A esta categoría pertenecen las ramas militares de algunas Órdenes religiosas, como los Mercedarios. Cuando cesaron las funciones militares se convirtieron en caballería honoraria.
Caballería honoraria de la Iglesia
Son instituciones creadas por los Papas o por los Soberanos, con aprobación papal, con la finalidad de recompensar méritos y sin que comporten deberes o vínculos. A ellas se añaden las ramas militares de órdenes religiosas que se transforman, las Órdenes nobles y la Nobleza ecuestre.
Surge en el siglo XIV y siempre fue directa o indirectamente conferida por la Santa Sede. Excepcionalmente, algún Papa creó órdenes regulares y militares, pero o bien desaparecieron o se convirtieron en honoríficas.
La caballería honoraria de la Iglesia, destinada al principio sólo a soberanos, príncipes, embajadores, altos dignatarios y generales, fue extendida a personas famosas de las artes o las ciencias y a cuantos habían prestado algún servicio señalado a la Iglesia o al Pontífice. En los siglos XVII y XVIII —período de decadencia de la caballería— algunos títulos ecuestres fueron unidos ex iure a determinados altos puestos de la Curia Romana y del Estado Pontificio, a los Colegios de jurisconsultos y otros institutos análogos, a los docentes (e incluso a veces a los titulados) de algunas Facultades universitarias. Así se acentuó cada vez más la diferencia entre la caballería de honor y la regular.
En la época contemporánea algunos viejos institutos ecuestres de la Santa Sede desaparecieron, otros fueron modificados y se instituyeron otros.
Véase también
Notas
- ↑ Historia de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge. Orden Sagrada y Dinástica familiar.
- ↑ a b Absorbida por la Orden del Temple en 1143.
- ↑ Creada por el rey Geza II de Hungría a partir de la orden hospitalaria de San Juan
- ↑ Absorbida por la Orden de Calatrava en 1221.
- ↑ Antes conocida como Orden de Évora. Rama de la Orden de Calatrava.
- ↑ Fratres Milites Christi de Dobrzyń. Absorbida por la Orden Teutónica en 1228.
- ↑ Los primeros miembros provienen de la Orden de Calatrava. Obtuvo los bienes de los templarios en la Corona de Aragón.
- ↑ Obtuvo los bienes de los templarios. El primer Gran Maestre vino de la Orden de Avis.
- ↑ Creada en el Siglo XIV por el rey Carlos I Roberto de Hungría.
- ↑ Formada por militares emigrados de la Iglesia Greco-Católica en Viena.
Enlaces externos
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