- Historia del autonomismo en Andalucía
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El Regionalismo andaluz o el Autonomismo en Andalucía surgió en la última parte del siglo XIX, como todos los nacionalismos de España. Su nacimiento viene dado por la reacción frente al centralismo impuesto del sistema liberal, unido a los movimientos románticos que defendían la identidad de los pueblos y la corriente federalista muy difundida durante la I República. Estos movimientos tuvieron un fuerte arraigo en regiones periféricas como Cataluña y País Vasco, si bien en Andalucía careció de un apoyo popular generalizado desde su nacimiento[1]
Hay que remontar el regionalismo andaluz a las revueltas producidas en 1835 con la formación de unas Juntas aglutinadas en torno a la Junta Suprema de Andújar. Dicha junta disponía de ejército propio y tenía la finalidad de negociar los asuntos concernientes a Andalucía ante el gobierno central de Madrid. Estas juntas fueron suprimidas por Mendizábal, sin que llegaran a cuajar. Con la I República se desarrolla un movimiento federalista que va a ir derivando en movimientos cantonalistas, sin que estos guarden una relación clara con el andalucismo.[2]
Hasta la década de los 60 no volvió a surgir un movimiento regionalista en Andalucía, en esta ocasión encabezado por Antonio Machado Núñez y su hijo Antonio Machado Álvarez. La corriente se centró en el estudio del folklore y las raíces culturales de Andalucía y se fundó el Ateneo de Sevilla y las revistas Folklore Andaluz y Folklore Bético-extremeño, además de la primera publicación de una historia general de Andalucía por Joaquín Guichot.[3]
Antecedentes
Andalucía como región histórica: Las primeras instituciones
Conspiración independentista de Andalucía (1641)
Junta Suprema de Andalucía (1835)
Nacimiento del regionalismo andaluz: Federalismo y Cantonalismo (1868-1883)
Entre 1873 y 1874 se produjeron dos hechos fundamentales, la proclamación de la I República y su abolición tras el pronunciamiento del general Arsenio Martínez Campos, produciéndose una vuelta a posturas conservadoras dentro del período de la Restauración Borbónica.
Contrarios a la Restauración, en julio de 1873, estalló el movimiento cantonalista, proclamándose independientes numerosas ciudades de Andalucía: Sevilla, Cádiz, Málaga, Granada, Algeciras, Bailén, Andújar... Sin embargo, para el 12 de agosto, sólo dos cantones resistían en España: Cartagena y Málaga (que resistiría hasta el 19 de septiembre, en tanto que Cartagena lo haría hasta enero de 1874).
Por otra parte, la corriente federalista, encarnada en el Partido Republicano Democrático Federal elaboró una propuesta de Constitución Confederal de España en la asamblea que celebraron en Zaragoza en junio de 1883, siguiendo el modelo cantonal de la I República. Cada una de las diferentes repúblicas que se confederarían en España deberían tener su propia constitución. Así, los republicanos federales andaluces, reunidos en Antequera entre el 27 y el 29 de octubre de 1883, aprobaron el proyecto de pacto federal de los cantones andaluces conocido, como Constitución de Antequera que, inspirado en la filosofía de Pi y Margall y dentro de los planteamientos del proyecto constitucional de 1873, proclamaba un estado independiente de Andalucía como una República cantonal.
El Sexenio Democrático: El Pacto Federal de Córdoba (1869)
Movimientos Cantonalistas (1873)
Constitución Federal de Antequera (1883)
Andalucismo Cultural
Este período se desarrolla entre la fase revolucionaria que acompañó al último periodo de la monarquía isabelina. Con la Revolución Gloriosa (1868) se abre el período del Sexenio Democrático, bajo el que empiezan a desarrollarse una serie de estudios e investigaciones encabezados por intelectuales andaluces -ante todo folcloristas- entre los que destacan Mario Méndez Bejarano, Antonio Machado Núñez, su hijo Antonio Machado Álvarez, y Isidro de las Cagigas. Sus trabajos dieron al regionalismo andaluz un importante fundamento metódico ya que acabaron con la excesiva superficialidad y observación anecdótica caracterizada por trabajos anteriores. También fue importante la figura de Joaquín Guichot, que bajo este clima, publicó la primera historia general de Andalucía, dando gran importancia al período islámico, algo que sería característico del posterior andalucismo histórico.[4]
En estos años se produce el descubrimiento de la identidad cultural andaluza, gracias a estos trabajos. Hasta entonces había existido una débil autoconciencia de la existencia de Andalucía como pueblo, frente al fuerte sentimiento localista o provincialista.[5]
En 1873 se proclama la I República bajo la que se elaboró un proyecto de Constitución que definía a España como una República Federal, integrada por diecisiete estados con poder legislativo, ejecutivo y judicial. El artículo primero de dicho proyecto proclamaba:
Componen la Nación Española los Estados de Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Cuba, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, Puerto Rico, Valencia, Regiones Vascongadas.
Sin embargo, este proyecto constitucional nunca llegó a promulgarse, al caer el gobierno de Pi y Margall.
El fracaso del regionalismo andaluz (1883-1910)
Andalucismo histórico: Blas Infante (1910-1936)
Durante el reinado de Alfonso XIII, en la década de 1910, dentro de las corrientes del regeneracionismo se produjeron las muestras de regionalismo andaluz. Muestra de ello son los discursos de los Juegos Florales del Ateneo de Sevilla, la apertura de Centros Andaluces en varias ciudades y la publicación del Ideal Andaluz de Blas Infante en 1915. En él se reivindica la personalidad única de Andalucía y se propone cierta cohesión administrativa de las provincias andaluzas, mediante la creación de una Mancomunidad de Andalucía. En 1918 el débil movimiento andalucista liderado por Blas Infante celebró en Ronda una asamblea, la Asamblea de Ronda, en donde se adoptó la bandera de Andalucía y el escudo de Andalucía, sin que la asamblea tuviese demasiada repercusión. La Constitución de Antequera será un referente del regionalismo andaluz de la órbita de Blas Infante.
El Proceso Autonómico durante la II República
No obstante, hasta la proclamación de la Segunda República y la promulgación de la Constitución de 1931, no se abrió la posibilidad legal de conceder cierta autonomía política a las regiones españolas, centrada inicialmente, y según lo acordado en el Pacto de San Sebastián, en el caso catalán. En Andalucía, ya en abril habían resucitado las primeras asociaciones del andalucismo, los Centros Andaluces, los cuales se transformaron en la Junta Liberalista de Andalucía, con un programa federalista. A propuesta de la Junta, la Diputación Provincial de Sevilla convocó en mayo de 1931 una asamblea de municipios sevillanos para abordar la consecución de la autonomía andaluza. La asamblea, sin embargo, no tuvo lugar hasta después de las elecciones constituyentes, el 6 de julio. En ella, se acordó redactar un proyecto de estatuto de autonomía, al mostrarse la mayoría de los municipios sevillanos favorables a la autonomía, pero siempre que no se atentase contra la unidad de España. Esta iniciativa, sin embargo, tuvo poco éxito. Al escaso respaldo popular (sólo la débil prensa andalucista promovió la autonomía) se unió la suspicacia del resto de provincias contra un supuesto neocentralismo, basado esta vez en Sevilla. La debilidad del movimiento andalucista era patente. Por una parte, la Diputación Provincial de Granada proponía a las de Jaén y Almería formar una región autónoma oriental, en tanto que la de Huelva dudaba entre permanecer al margen de cualquier autonomía o vincularse a Extremadura.[cita requerida]
A pesar de todo, las diputaciones provinciales andaluzas aprobaron el 26 de febrero de 1932 en Sevilla un anteproyecto de Estatuto bastante limitado, que proponía simplemente una descentralización administrativa, similar a la de una mancomunidad. Sólo dos fuerzas marginales como los andalucistas y los federales consideraron este anteproyecto claramente insuficiente. Nada se hizo hasta la Asamblea de Córdoba del 29 al 31 de enero de 1933. En esta asamblea se aprobaron, después de arduas discusiones, unas Bases para el Estatuto de Autonomía de Andalucía que se alejaban del anterior anteproyecto y se aproximaban a los estatutos catalán o gallego. Sin embargo, los representantes de Granada, Jaén y Almería, por un lado, y los de Huelva por otro, volvieron a expresar su rechazo a una autonomía andaluza, llegando los representantes de Almería, Granada y Jaén a abandonar la asamblea.[6] Con la llegada de las derechas al poder en España, el proyecto quedó congelado y nada volvió a hacerse hasta después del triunfo del Frente Popular en febrero de 1936. En abril de ese año, la Junta Liberalista Andaluza volvió a hacer aparición creando Acción Pro-Estatuto Andaluz y llevando a cabo una campaña de difusión de las bases aprobadas en Córdoba en 1933. Tras la legislatura radical-cedista, el Frente Popular se mostraba más partidario de apoyar los estatutos de autonomía y eso se tradujo en su apoyo al de Andalucía, si bien Granada y Huelva seguían expresando sus reticencias al proyecto. El 5 de julio se celebró en Sevilla una asamblea convocada por la Diputación sevillana, sin que se alcanzasen resultados concretos. La sublevación militar que se produjo poco después y dio origen a la Guerra Civil hizo morir el proceso. Durante la guerra Blas Infante fue fusilado.
Andalucismo Político: La Comunidad Autonómica de Andalucía
Preautonomía de Andalucía
Durante la Transición Española, con la promulgación de la Constitución de 1978, se reabrió en España dicho proceso. En 1973 Alejandro Rojas Marcos, fundó el Partido Socialista de Andalucía, que más tarde pasaría a denominarse Partido Andalucista, germen del nacionalismo andaluz. Su influencia era no muy significativa, pero la consecución de la autonomía había calado ya en la mayor parte de los partidos democráticos. Así, el 4 de diciembre de 1977 en torno a un millón y medio de personas salió a las calles por toda Andalucía pidiendo la autonomía, convocados por la Asamblea de Parlamentarios, que agrupaga a todos los diputados y senadores elegidos por las provincias andaluzas en las elecciones generales realizadas ese año.
La UCD se mostraba contraria a que el proceso autonómico andaluz siguiese el procedimiento del artículo 151, que la Constitución establecía para las nacionalidades históricas, defendiendo la aplicación del 143, que preveía menos competencias autonómicas.[7] Por ello hizo un llamamiento a la abstención en el referéndum que había de ratificar las iniciativas de la Junta Preautonómica Andaluza.[8] En este marco, la UCD granadina llegó a crear la Bandera de Andalucía Oriental, que usó en manifestaciones regionalistas que convocó bajo lemas como "¿Andalucía es Sevilla? NO, NO, NO" y "Por la verdadera autonomía" y que reclamaban la aparición de dos comunidades diferentes: Andalucía Oriental y Andalucía Occidental.
El Estatuto de Andalucía
Sin embargo la resistencia de la UCD no tuvo éxito y tras el referéndum del 28 de febrero de 1980, se realizó otro por el que se aprobó el Estatuto de Autonomía de Andalucía 1981 o Estatuto de Carmona. Blas Infante fue nombrado por el Parlamento Andaluz en el preámbulo del Estatuto de Autonomía "Padre de la Patria Andaluza", mediante decreto (D.S.P.A. n 24, de 14 de abril de 1983).
Reforma del Estatuto de Autonomía
Véase también: Referéndum sobre la reforma del Estatuto de Autonomía de AndalucíaEn 2001 se menciona por primera vez la posibilidad de reformar el Estatuto de Autonomía para Andalucía, para lo cual se crea en 2004 la Ponencia de reforma del Estatuto de Autonomía, compuesta por 11 miembros de los cuatro grupos del arco parlamentario: 4 del PSOE-A, 3 del PP, 2 de IULV-CA y 2 del PA. En 2007 las Cortes aprobaron y los andaluces ratificaron en referéndum un nuevo Estatuto de Autonomía de Andalucía, en cuyo preámbulo se reconoce la realidad nacional andaluza como la describió el Manifiesto Andalucista de Córdoba de 1919.[9]
Referencias
- ↑ SÁNCHEZ:2001, 147
- ↑ SÁNCHEZ:2001, 147-148
- ↑ SÁNCHEZ:2001, 148
- ↑ CORTÉS:1994 p.217
- ↑ MORENO:1985 p.19
- ↑ Hijano del Río, M. y Ruiz Romero, M., "El ideal Andaluz en la Segunda República. La asamblea regional Andaluza de 1933", Sevilla, 1995 p. 173 y ss.
- ↑ Sinopsis del Estatuto de Autonomía de Andalucía
- ↑ Historia del Andalucismo (Partido Andalucista)
- ↑ Parlamento de Andalucía (ed.): «La reforma paso a paso». Consultado el 8 de diciembre de 2009.
Bibliografía
- Cortés, Antonio L. (1994). «El último nacionalismo: Andalucía y su historia». Manuscrits. Revista d'Història Moderna (12). ISSN 0213-2397 , 213-243. http://ddd.uab.cat/pub/manuscrits/02132397n12p213.pdf.
- Moreno, Isidoro (1985). «Etnicidad, conciencia de etnicidad y movimientos nacionalistas: aproximación al caso andaluz». Revista de estudios andaluces (5). ISSN 0212-8594 , 13-38. http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=292616.
- Sánchez Mantero, Rafael (2001). Historia breve de Andalucía. Madrid: Sílex. pp. 176. ISBN 84-7737-096-6.
Textos
- Constitución Federal Andaluza (1883) o Constitución de Antequera
- Ideal Andaluz, de Blas Infante (1915)
- Manifiesto andalucista de Córdoba (1919)
- La verdad sobre el complot de Tablada y el Estado libre de Andalucía, de Blas Infante (1931)
- Bases para el Estatuto de Autonomía de Andalucía de 1933
- Real Decreto-Ley de Creación del Régimen Preautonómico para Andalucía(1978)
- Estatuto de Autonomía de Andalucía 1981
- Estatuto de Autonomía de Andalucía 2007
Véase también
- Bética
- Al-Ándalus
- Adelantamiento Mayor de Andalucía
- Notaría Mayor de Andalucía
- Hermandad General de Andalucía
- Conspiración independentista en Andalucía (1641)
- Cuatro reinos de Andalucía
- Junta Suprema de Andalucía
- Nacionalismo andaluz
- Andalucismo político
- Andalucismo islamizante
- Plataforma por Andalucía Oriental
Enlaces externos
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