- Ofensiva de Zaragoza
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Ofensiva de Zaragoza Parte de la Guerra Civil Española
Tanque T-26 durante la ofensiva, avanzando cerca de Belchite.Fecha 24 de agosto - 7 de septiembre de 1937 Lugar Provincia de Zaragoza, España Resultado Victoria estratégica sublevada Consecuencias - Fracaso del plan republicano.
- Comienzo del Asedio de Belchite.
Cambios territoriales Ganancias territoriales mínimas sin valor estratégico.[nota 1] Beligerantes República española
Brigs. InternacionalesFuerzas sublevadas Comandantes Sebastián Pozas
Vicente Rojo Lluch
Juan Modesto
Enrique Líster
Federico Escofet
General Walter
Emilio KléberMiguel Ponte
Saénz de Buruaga
Fernando Barrón
Alfonso Trallero †Fuerzas en combate Ejército del Este
• 80.000 hombres
• 105 tanques
Aviación Republicana
(F.A.R.E)
• 90-200 aparatos[1]5º Cuerpo de Ejército
• 70.000 hombres[2]
Aviación nacional
• 80 aparatos[nota 2]Bajas Desconocidas Desconocidas La Ofensiva de Zaragoza fue una operación militar emprendida por el Ejército Popular de la República durante la Guerra Civil Española. Comenzada el 24 de agosto con el objetivo de capturar la capital de Aragón y aliviar la presión militar a las tropas republicanas en el Frente Norte, que en aquellos momentos estaban luchando por la defensa de Santander. Las tropas republicanas del Ejército del Este disponían de una gran superioridad numérica y material, con un gran desequilibrio frente a las débiles guarniciones sublevadas en la zona. El plan republicano se preveía con un fácil y rápido desarrollo.
Contenido
Antecedentes
Después del fracasado intento de demorar el avance de los nacionales en el Norte, mediante el ataque a Brunete, el gobierno republicano presidido por Juan Negrín y con Indalecio Prieto como ministro de Defensa, decide llevar a cabo una nueva ofensiva en Aragón con el mismo objetivo que la anterior, esto es ralentizar el avance de las fuerzas sublevadas en el frente del norte.[3] A ello había que sumar la desmoralización que cundía en la retaguardia republicana no solo ante las derrotas en la zona norte y Brunete, sino también ante los graves conflictos internos existentes en el bando republicano que ya se habían podido apreciar durante las Jornadas de Mayo de Barcelona, hacía solo unas escasas semanas atrás.[4] Después de la caída de Bilbao en el mes de junio, la amenaza militar de los sublevados se cernía ahora sobre Santander. Por ello, la ofensiva republicana que se barajaba realizar en el Frente de Aragón (por su carácter secundario, especialmente por ser Zaragoza un objetivo relativamente fácil) se planteaba en parte para contrarrestar la mala impresión causada por estos acontecimientos en la retaguardia republicana, y en parte para reforzar (y contrarrestar) la tradicional presencia de las unidades anarquistas en la zona. También para reforzar el poder del Gobierno central en detrimento del Consejo Regional de Defensa de Aragón, una institución anarquista que controlaba la franja oriental de Aragón y que actuaba al margen del estado republicano.[5] Cuando las tropas de la 11.ª División de Líster llegaron a Aragón, inmediatamente fue disuelto el Consejo de Aragón como paso previo a la preparación de la Ofensiva; El objetivo principal seguía siendo el Frente norte republicano.[6]
Orden de batalla
Fuerzas republicanas
El plan republicano contemplaba que el Ejército del Este (al mando del General Pozas) lanzara una una operación de gran envergadura con el objetivo de rodear y capturar Zaragoza, además de efectuar una serie de operaciones secundarias a lo largo del Frente de Aragón. El objetivo militar era la toma de Zaragoza, situada a pocos kilómetros tras las líneas enemigas, acción que supondría un triunfo más que simbólico, ya que esta ciudad era el centro de comunicaciones de todo el frente de Aragón y su ocupación por la República dificultaría sobremanera el control de los rebeldes sobre suelo aragonés. Además, tras un año de guerra, se había reforzado la creencia entre los mandos del Ejército Popular de la República de que la posesión de ciudades clave era una estrategia mucho más ventajosa que el control de grandes áreas de territorio despoblado. Con estas premisas, el general Pozas y su Jefe de Estado Mayor, el coronel Antonio Cordón, establecieron su cuartel general en Bujaraloz.[7] Las fuerzas a las órdenes de Pozas se dividían en:
- Agrupación A, compuesta por la 27.ª División al mando de Trueba Mirones (Brigadas mixtas 122.ª, 123.ª y 124.ª), junto a la 127.ª Brigada Mixta,[nota 3] 10 blindados y un grupo de artillería.[7] [2]
- Agrupación B, compuesta principalmente por la 45.ª División Internacional al mando de Emilio Kléber, más un Grupo de artillería y un batallón de ingenieros.[2]
- Agrupación C, un batiburrillo de unidades compuesto por las Brigadas mixtas 102.ª y 120.ª, más una compañía de ingenieros.[2] [nota 4]
- Agrupación D, principalmente compuesta por el V Cuerpo de Ejército (Divisiones 11.ª y 35.ª) al mando Juan Guilloto León "Modesto",[7] junto las Brigadas Mixtas 116.ª y 134.ª, más la 4.ª Brigada de Caballería.[2] [nota 5]
Las Fuerzas Aéreas de la República Española disponían para la operación de 3 escuadrillas (80 aparatos en total) de I-15 "Chatos" e I-16 "Moscas" más un grupo de Polikarpov R-Z "Natachas".[8]
Fuerzas sublevadas
Ante estas unidades los sublevados se oponían con las tropas del General Ponte destinadas en el sector de Zaragoza, y, en menor medida, las tropas del General Urrutia en el Frente de Huesca y las del general Muñoz Castellanos en la zona de Teruel.[9] Miguel Ponte estaba al mando del recién creado 5.º Cuerpo de Ejército nacional, compuesto por las divisiones 50.ª, 51.ª y 52.ª, además de 3 brigadas móviles de reserva.[8] Lo cierto es que para los sublevados el de Aragón constituía un frente secundario y lo tenían bastante descuidado, destinando pocos recursos y tropas a su defensa.[10]
Desarrollo de las operaciones
Ataque republicano
La madrugada del 24 de agosto comenzó la ofensiva republicana sin preparación aérea ni artillera, con ataques en 8 puntos distintos a lo largo de un frente de 100 km. entre Tardienta-Zuera y Villanueva. Al norte de Zaragoza se lanzaron 3 ataques, mientras otras 5 penetraciones se lanzaron al sur, especialmente entre Belchite y Fuendetodos. Dada la expresa debilidad militar de los franquistas en la zona, Quinto y Codo fueron las primeras poblaciones en caer. Los brigadistas internacionales del General Walter pronto aislaron Codo, defendida por 300 Requetés carlistas frente a los 2.000 soldados atacantes del Ejército Popular.[11] Cuando los republicanos lograron entrar en Codo, se encontraron una pintada grabada en una de las paredes de la localidad: "Por cada rojo que máteis, un año menos de purgatorio".[12] [13] Las tropas republicanas que cruzaron el Ebro cerca de Fuentes de Ebro lograron tomar Mediana el 26 de agosto.[1]
La Agrupación A logró avanzar y llega a cruzar el río Gállego, amenazando la localidad de Zuera pero ese fue el límite de los avances republicanos en la zona y el ataque de la primera agrupación quedó detenido.[11] Trueba Mirones lanzó varios asaltos contra Zuera pero no logró tomarla y, por el contrario, las líneas republicanas sobre el río Gállego se comenzaron a estar seriamente amenazadas.[11] En el Frente norte el 27 de agosto caía Santander, con lo que fracasaba uno de los primeros objetivos de la ofensiva republicana; A pesar de todo, éstos continuaron con el plan.[14] La resistencia de las guarniciones sublevadas sorprendió a las fuerzas atacantes, que contaban con las mejores tropas del Ejército popular y también con muchos de los más destacados y prestigiosos militares republicanos.[1] La aviación republicana, que en los primeros días contó con una clara superioridad aérea, no obstante, actuó de forma descoordinada con las fuerzas de tierra y tuvo en general una actuación deficiente.[11]
Las tropas de la 45ª División Internacional dirigidas por Emilio Kléber, llegan a seis kilómetros de Zaragoza y amenazan directamente la ciudad, pero no logran lanzar un ataque contra la ciudad. Mientras tanto las Divisiones 11ª y 35.ª se dedicaban a eliminar el inesperado foco de resistencia de los rebeldes en la localidad de Belchite. Para entonces esta población había formado una bolsa de resistencia apreciable, donde la tenacidad de los "nacionales" sitiados fue considerable, aunque solamente estaban concentrados allí unos 7.000 entre soldados y voluntarios civiles dirigidos por el comandante (y alcalde de la población) Alfonso Trallero, que perecería en los combates. La 4.ª Brigada de Caballería al mando de Federico Escofet tuvo una destacada intervención en los alrededores de Belchite, que a la postre también constituyó la primera gran actuación de la caballería en la Guerra Civil.[15] Hacia el 1 de septiembre el avance republicano había quedado frenado sin remedio, especialmente ante la llegada de refuerzos sublevados. Para entonces Belchite era la única población que seguía resistiendo, aunque Franco no repitió el error cometido en Brunete y no paró Ofensiva del Norte.[1]
El Asedio de Belchite
La pequeña y bien fortificada población de Belchite (con una población de 3.812 habitantes en 1935) venía siendo desde principios de año uno de los principales objetivos de las tropas republicanas en el Frente de Aragón.[13] El asedio de las tropas republicanas fue desde el comienzo durísimo y, a la vez, la defensa de los sublevados era enérgica, sucediéndose los combates callejeros en medio de un intenso calor del verano aragonés.[16] A los sitiados se les cortó el agua y la falta de comida y suministros médicos empezó a hacerse notar a medida que la intensidad del asedio de hizo notar.[13] El alcalde franquista de Belchite, Ramón Alfonso Trallero, murió defendiendo la población fusil en mano, como otros tantos vecinos suyos harían durante los combates.[13] El asalto final sobre Belchite comenzó desde el 28 de agosto, cuando se hizo evidente que la toma de Zaragoza se había vuelto prácticamente imposible.[17]
Parapetados en fortificaciones de hierro y cemento y disponiendo de varios nidos de ametralladoras, los franquistas aprovecharon los edificios de Belchite para instalar su dispositivo cerrado de defensa, colocando sacos de arena como barricadas en las calles de la localidad, además de carros y escombros, todo ello para para retardar el avance de las fuerzas republicanas que trataban de reducir la bolsa.[17]
Contraataque de los sublevados
Fueron enviadas como refuerzo desde el Frente del Centro las divisiones 13.ª de Barrón) y 105.ª de Saénz de Buruaga, que lograron contener los últimos coletazos de la ofensiva republicana.[18] También acudieron algunos refuerzos aéreos a la zona (Fiat C.R.32 Savoia-Marchetti S.M.79 en su mayoría), en especial el Grupo de García Morato y 2 grupos de la Aviación legionaria.[19]
Barrón dirigió el contraataque en la zona el Norte del Ebro, rompiendo el sitio que se cernía sobre Zuera y logrando reconquistar todos los territorios que las tropas de la Agrupación A habían ocupado temporalmente.[13] Saénz de Buruaga trató de liberar la población asediada, ahora situada a 16 Km. tras las líneas republicanas, pero las tropas de Líster y los brigadistas de Walter les hicieron frente y lograron frenar su contraataque. El intento de romper el sitio fue en vano, ya que Belchite se rindió finalmente el 6 de septiembre.[13] Después de un nuevo ataque de Líster sobre Fuentes de Ebro en octubre, la campaña se estabilizó y las operaciones se dieron por finalizadas.[nota 6] [13]
Consecuencias
Después del fallido asalto de Líster contra Fuentes de Ebro, la República volvía a estar a la defensiva. Aunque desde el punto de vista táctico se ganó un territorio de cierta extensión y la contraofensiva de los nacionales no traspasó sus líneas (a diferencia de lo ocurrido en Brunete), el balance general ante la situación de la guerra en modo alguno podía considerarse satisfactorio para el gobierno de la República. El objetivo final del plan republicano, tomar la estratégica ciudad de Zaragoza, no se cumplió pese al vasto sacrificio de tropas y material. El fracaso creó una irritada controversia entre Prieto y el general Sebastián Pozas, a pesar de que oficialmente el Ministro de Defensa había mandado un telegrama felicitando expresamente al comandante del Ejército del Este. Sin embargo, otro telegrama le fue dirigido al General Pozas por el Ministro de Defensa nacional, en el que le decía:
«Tantas fuerzas para tomar cuatro o cinco pueblos no satisfacen ni al ministerio de Defensa ni a nadie».[20]Prieto en sus memorias atribuyó el fracaso a los manejos políticos ya la enorme cantidad de oficiales soviéticos que pululan en Aragón, tratando a los militares españoles como si fueran elementos colonizados. Pero la verdad era que tanto Belchite como las otras poblaciones habían sido defendidas con gran arrojo los requetés carlistas y soldados falangistas. Para colmo, el escaso territorio tomado en esta ofensiva se perdería sin apenas resistencia apenas unos meses después, en la primavera de 1938. La moral republicana, ya afectada tras los Sucesos de Mayo, volvió a sufrir un nuevo revés por el fracaso ante un fácil objetivo militar. Los republicanos tampoco consiguieron frenar la Ofensiva franquista en el norte, que después de conquistar Santander continuó hacia Asturias. Este provincia, que parecía que iba a ofrecer una durísima resistencia, lo cierto es que tras unas semanas de duros combates también fue conquistada.[21]
Fuentes
Bibliografía
- La guerra civil mes a mes, Tomo 17. Maniobras de Distracción en Belchite (Septiembre de 1937), varios autores, Grupo Unidad Editorial S.A., 2005 ISBN 84-96507-59-9 (obra completa)
- Jackson, Gabriel La República Española y la Guerra Civil Ed: RBA Coleccionables, Barcelona. ISBN 84-473-3633-6
- Maldonado Moya, José Mª. El frente de Aragón. La Guerra Civil en Aragón (1936–1938). Mira Editores. ISBN 978-84-8465-237-3.
- Martínez Bande, J.M., La gran ofensiva sobre Zaragoza, Editorial San Martín, 1973. ISBN 84-7140-060-X
- Salas Larrazábal, Ramón. Historia del Ejército Popular de la República, La Esfera de los Libros, Madrid, 2006. ISBN 84-9734-465-0.
- Rojo, José Andrés Vicente Rojo. Retrato de un general republicano Ed. Tusquets ISBN 84-8310-455-5
- Thomas, Hugh Historia de la Guerra Civil Española Ed. Grijalbo, Barcelona. ISBN 84-253-2767-9
Referencias
- ↑ a b c d Hugh Thomas, p.782
- ↑ a b c d e La guerra civil mes a mes, pág. 40
- ↑ Hugh Thomas, p. 780
- ↑ Hugh Thomas, p. 714
- ↑ Hugh Thomas, p. 782
- ↑ Hugh Thomas, p. 782
- ↑ a b c Hugh Thomas, p.779
- ↑ a b La guerra civil mes a mes, pág. 41
- ↑ Hugh Thomas, p. 780
- ↑ Hugh Thomas, p. 780
- ↑ a b c d Salas Larrazábal, vol. II, pág. 1313
- ↑ Manuel Casanova, L'Espagne Livrée, pág. 9
- ↑ a b c d e f g Hugh Thomas, p.784
- ↑ Salas Larrazábal, vol. II, pág. 1320
- ↑ Salas Larrazábal, vol. II, pág. 1310
- ↑ Enrique Castro Delgado, Hombres "made in Moscú", pág. 560
- ↑ a b Salas Larrazábal, vol. II, pág. 1317
- ↑ La guerra civil mes a mes, pág. 41
- ↑ La guerra civil mes a mes, pág. 41
- ↑ Salas Larrazábal, vol. II, pág. 1324
- ↑ Hugh Thomas, p. 788
Notas
- ↑ Las localidades de Puebla de Albortón, Belchite, Quinto, Codo y Mediana fueron conquistadas por el Ejército republicano, junto a varios centenares de km². Pero teniendo en cuenta los objetivos del plan republicano, todas estas conquistas no tenían ningún valor estratégico.
- ↑ Las fuerzas aéreas sublevadas tuvieron presentes, en total, unos 40 cazas, 20 bombarderos y 20 aviones de abastecimiento.
- ↑ La 127.ª Brigada Mixta estaba integrada en la 28.ª División
- ↑ La 102.ª Brigada Mixta pertenecía a la 43.ª División, mientras la 120.ª Brigada Mixta procedía de la 26.ª División.
- ↑ La 116.ª Brigada Mixta pertenecía a la 25.ª División, mientras que la 134.ª Brigada Mixta procedía de la 31.ª División.
- ↑ El ataque de Líster, emprendido por una vanguardia de 40 tanques BT-5, fue un completo fracaso ya que el terreno era un lodazal y estaba todo embarrado, con lo que los vehículos quedaron inmovilizados.
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