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Ofensiva final de la Guerra Civil Española Parte de la Guerra Civil Española
Mapa de España en Marzo de 1939, con la zona (en color rojo) que todavía resistía a las tropas franquistas.Fecha 26 de marzo – 1 de abril de 1939 Lugar Provincias de Madrid, Guadalajara, Cuenca, Ciudad Real, Jaén, Albacete, Alicante, Almería, Murcia, y Valencia. Sectores de las provincias de Toledo, Córdoba y Granada. Resultado Victoria decisiva franquista: Fin de las hostilidades; Francisco Franco se hace con el control de toda España. Cambios territoriales El territorio republicano es anexionado por la España franquista. Beligerantes Consejo Nacional de Defensa España franquista
III Reich
Italia fascistaComandantes Fuerzas en combate Ejército Popular Regular[1]
• 400.000 hombres
• 580 piezas de artillería
• 250 carros de combate
Fuerzas Aéreas de
la República Española
• 150 aviones[2]
Armada Republicana
• Unidades menores[3]Ejército Franquista
• 700.000 hombres
• 2.000 piezas de artillería
• 650 blindados y
carros de combate
Corpo Truppe Volontarie
• 12.000 hombres
Aviación Legionaria
• 120 aviones
Legión Cóndor
• 70 aviones
Aviación nacional
• 400 aviones[4]
Armada Nacional
• 3 Cruceros
• 5 destructores
• 2 submarinosBajas Rendición incondicional Mínimas Guerra Civil Española
(17 de julio de 1936 a 1 de abril de 1939)Sublevación militar:
Melilla • Sevilla • Barcelona • Cuartel de la Montaña • Gijón • Oviedo • Cuartel de Loyola
Año 1936:
Guadarrama • Alcázar de Toledo • Extremadura • Convoy de la victoria • Almendralejo • Sigüenza • Mérida • Badajoz • Mallorca • Sierra Guadalupe • Córdoba • Guipúzcoa • San Marcial • Monte Pelado • Talavera • Irún • Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza • Cerro Muriano • Cabo Espartel • Seseña • Madrid • Ciudad Universitaria • La Coruña 1º • Villarreal • Hundimiento del C-3 • Aceituna • Lopera • La Coruña 2º
Año 1937:
La Coruña 3º • Málaga • Jarama • Cabo Machichaco • Guadalajara • Pozoblanco • Frente Norte • Vizcaya • Durango • Jaén • Guernica • Sucesos de Barcelona • Incidente Deutschland • Almería • Segovia • Huesca • Bilbao • Albarracín • Brunete • Santander • Zaragoza • Belchite 1º • Asturias • El Mazuco • Cabo Cherchel • Sabiñánigo • Teruel
Año 1938:
Alfambra • Cabo de Palos • Aragón • Belchite 2º • Bombardeos de Barcelona • Caspe • Lérida • Gandesa 1º • Segre • Levante • Balaguer • Los Blázquez • Alicante • Granollers • Bielsa • Bolsa de Mérida • Ebro • Gandesa 2º • Cabra
Año 1939:
Cataluña • Valsequillo • La Garriga • Menorca • Cartagena • Ofensiva finalLa Ofensiva Final de la Guerra Civil Española fue la última operación de ataque ejecutada por los mandos militares del bando nacional contra la Segunda República Española en el mes de marzo de 1939 para acelerar el fin de la guerra, y aprovechando la muy debilitada situación del bando republicano tras la severa derrota sufrida en la Ofensiva de Cataluña.
Contenido
Antecedentes
La sublevación de Casado
El triunfo del bando nacional en la Ofensiva de Cataluña había dejado a la República Española controlando sólo el sector suroriental del territorio español, poseyendo aún ciudades importantes como Madrid y Valencia pero en una zona rodeada totalmente de territorios bajo control enemigo y el Mar Mediterráneo. La desmoralización del bando republicano había quedado mostrada en la rápida ocupación franquista de Menorca, la huida de la flota republicana desde Cartagena a África y en las continuas muestras de derrotismo entre las filas de soldados republicanos.
A inicios de marzo el presidente del gobierno, Juan Negrín, intentó fortalecer su posición y la del Partido Comunista de España para intentar una resistencia a ultranza, pero esto desembocó en un golpe de estado de militares profesionales, socialistas, y anarquistas, que se negaban a intentar una resistencia a ultranza, alegando que la situación bélica de la República era muy precaria y no le permitiría contener una nueva ofensiva del bando nacional.
Este golpe causó la huida de Negrín y su gobierno, así como de los jefes del PCE, formándose así el Consejo Nacional de Defensa el 5 de marzo de 1939 en Madrid. De inmediato el jefe de este organismo, el coronel Segismundo Casado, buscó negociar con Francisco Franco el final de la guerra.
Contactos con Franco
El 12 de marzo el Consejo Nacional de Defensa condenó a muerte a los líderes comunistas que habían luchado contra su autoridad en Madrid, y dictó medidas urgentes para eliminar la influencia comunista en el ejército (abolición de los comisarios políticos, supresión de la estrella roja en el uniforme militar, supresión del puño cerrado como saludo militar, etc.). De inmediato el Consejo intentó llegar a un acuerdo con el régimen de Francisco Franco para lograr un acuerdo de paz, pero el bando nacional insistía desde febrero en que sólo se admitiría la rendición incondicional de la República.
Además, el 8 de febrero el régimen franquista había dictado en Burgos la Ley de Responsabilidades Políticas donde se condenaba de antemano (y de modo retroactivo) a prácticamente todo individuo que hubiera apoyado activamente al bando republicano desde el 18 de julio de 1936, como civil o militar, sin importar su cargo, partido, o jerarquía. Al conocerse el contenido de esta Ley en la zona republicana creció el miedo a las represalias, pues la norma daba a Franco un poder absoluto y discrecional para ejercer represalias contra cualquier persona que hubiera prestado servicios al bando republicano, sin importar su filiación política.
El 19 de marzo, Franco aceptó recibir a los enviados republicanos y, en efecto, Casado envió el día 23 unos emisarios a Burgos, los coroneles Garijo y Ortega, para negociar directamente con el bando nacional; el Consejo Nacional de Defensa esperaba al menos que, si Franco no aceptaba condiciones de paz, por lo menos garantizara la ausencia de represalias.
No obstante, desde que Gran Bretaña y Francia ya habían reconocido al régimen de Franco, y tras la aplastante victoria de la Ofensiva de Cataluña, se reforzaban las ansias del bando nacional para exigir una capitulación sin condiciones a la República, más aún sabiendo que ésta se reconocía vencida e incapaz de resistir más tiempo. Esto evitaba un compromiso "entre militares" de última hora (similar al Abrazo de Vergara) que legitimara después a los republicanos para formar oposición y entorpeciera la autoridad absoluta del nuevo Caudillo.
Ese mismo día 23 se realizaron las conversaciones, donde los enviados de Franco reiteraron que sólo sería aceptada la rendición sin condiciones de las tropas republicanas, agregando que en un plazo de dos días la aviación de la República debería ser entregada a los nacionales, y que el 27 de marzo se decretaría un alto al fuego en todos los frentes para que las tropas nacionalistas avanzaran: ante ello las fuerzas republicanas sólo deberían rendirse y entregar sus armas. Sobre las temidas represalias, Franco tan sólo ofrecía una vaga promesa verbal de justicia a quienes no hubieran cometido crímenes, sin dar más explicaciones. Tampoco se aceptó el pedido de Casado para ejecutar una "rendición por zonas" con el fin de dar tiempo a los refugiados republicanos que desearan salir de España.
Los emisarios de Casado pidieron en vano un total de veinticinco días para cumplir estas exigencias, y ello les fue negado: solo se les permitió redactar un documento que fijase un modo pacífico de proceder a la rendición, pues las tropas nacionalistas simplemente avanzarían en ofensiva cuando venciera el plazo fijado por Franco. Finalmente, el 25 de marzo los emisarios de Franco protestaron porque la aviación republicana no se había entregado aún, acusando a Casado de no controlar sus tropas y no estar por tanto en condiciones de negociar y dando por terminada toda negociación. Los emisarios republicanos volvieron a Madrid en la mañana del 26 para apurar la entrega de la aviación pero ya era tarde. En la madrugada del 27 de marzo Franco no esperó más y ordenó a sus tropas lanzar la ofensiva.
Desarrollo de las operaciones
Ofensiva final y fin del Consejo
El 27 de marzo Franco ordenó a sus ejércitos avanzar en una ofensiva final. Casado ordenó a las tropas de la República sólo que se rindieran sin resistencia, aunque en las semanas previas gran cantidad de soldados republicanos ya habían desertado masivamente, sin que sus oficiales lo impidieran. Desde el amanecer del 27 de marzo las tropas nacionales se pusieron en movimiento. En el frente Sur, los cuerpos de ejército de Extremadura, de Marruecos, de Andalucía y de Córdoba avanzaron desde Cabeza del Buey, Peñarroya, Espiel y Montoro, respectivamente, hacia el norte en dirección de Ciudad Real.
En el frente del Centro, los cuerpos de ejército de Toledo, Maestrazgo, Navarra y CLI avanzaron desde Talavera de la Reina, Polán y Toledo hacia el sur, y en el frente de Levante, los cuerpos de ejército de Urgel y de Aragón lo hicieron desde Torre del Burgo, Masegoso y Cifuentes hacia Madrid y Valencia. Los atacantes no encontraron resistencia. Las líneas de los frentes republicanos se desintegraron el 28 de marzo en un proceso espontáneo. Algunos soldados se abrazaban entre sí aliviados por el fin de la guerra. La única resistencia apreciable ocurrió cuando el Cuerpo de Ejército de Aragón dirigido por el general Rafael García Valiño marchaba hacia Valencia el 28 de marzo, pues en esta ciudad aún se concentraban tropas republicanas deseosas de proteger a los refugiados del bando republicano que proyectaban abandonar España desde el puerto valenciano; cuando estos refugiados fueron convencidos de dirigirse hacia Alicante en la tarde del día 28, las tropas republicanas cesaron su resistencia y abandonaron Valencia a la quinta columna franquista en las horas siguientes.
A los soldados republicanos que iban siendo cercados por las tropas franquistas en el frente se les ordenó que fueran dejando sus armas en montones antes de conducirles a las plazas de toros o a los campos de alambradas al aire libre. Los que estaban en las líneas posteriores tiraron sus fusiles antes de que llegaran los nacionales y se marcharon a sus casas. A lo largo del día 27 los "nacionales" capturaron 30.000 prisioneros en la primera línea del frente, y todas las localidades que pudieron. Al saber de esta situación, en retaguardia el Ejército Popular Republicano se autodesmovilizaba en todo el frente: divisiones y regimientos se disolvían de inmediato al saber de la cercanía de los franquistas, en tanto los soldados abandonaban posiciones y armas para volver a sus casas. Desde la mañana del 27 de marzo diversos simpatizantes republicanos (muchos que habían desempeñado puestos administrativos de todo nivel), socialistas, anarquistas, y comunistas, huían en masa hacia las ciudades de la costa mediterránea, las más alejadas del frente, con la esperanza de abandonar España en algún barco y así huir de las represalias que el bando nacional ya había anticipado contra los vencidos, formando largas columnas de refugiados. En los muelles de Alicante, Valencia y Cartagena miles de refugiados republicanos se concentraron desesperadamente esperando una inmediata evacuación en buques extranjeros, pues la flota republicana, que había huido a Argelia tres semanas antes, ahora se encontraba retenida militarmente por el gobierno de Francia.
Las primeras fuerzas nacionales que entraron en Madrid el 27 de marzo fueron las del frente próximo a la ciudad, concretamente las situadas en la Casa de Campo al mando del coronel Losas, quien acordó con los representantes del Consejo Nacional de Defensa que el coronel Prada entregase la plaza en las trincheras de la Ciudad Universitaria como jefe del Ejército del Centro republicano, acto a ejecutarse el 28 de marzo a las 13 horas. Pese a esto, durante la tarde y la noche del 27 de marzo muchos soldados republicanos del frente madrileño se reunían a confraternizar con sus pares nacionales en tierra de nadie, mientras otros soldados republicanos domiciliados en Madrid terminaban de abandonar sus posiciones y volvían a sus casas. Para esas horas sólo los estados mayores del Ejército Popular Republicano permanecían en sus posiciones, sin poder evitar la disolución de sus unidades, mientras los mandos franquistas se limitaban a organizar su entrada pacífica en Madrid junto con la quinta columna, procurando evitar destrucciones o defensas desesperadas, y negándose a solicitar que los soldados republicanos volvieran a sus trincheras. En la noche del 27, el Consejo Nacional de Defensa emitía en radio su último comunicado, pidiendo a los madrileños "calma, orden y acatamiento de la autoridad".
La disolución del Consejo de Defensa
En la mañana del 28 los "nacionales" tomaban Madrid sin resistencia y ocupaban todos los edificios públicos, mientras el coronel Prada y su estado mayor se rendían oficialmente en la Ciudad Universitaria a las 13 horas. En cuanto los mandos franquistas entraron a la ciudad arrestaron a Julián Besteiro, quien había decidido compartir la suerte de los civiles madrileños y no huir al extranjero como se lo habían ofrecido tantas veces los líderes de la República. El coronel Casado y el general Miaja salieron de Madrid hacia Valencia al amanecer del día 28, horas antes que entraran los franquistas, dejando el Consejo Nacional de Defensa prácticamente disuelto ese mismo día. Al anochecer del 28 de marzo los franquistas habían ocupado también todas las zonas rurales de Extremadura y de Andalucía, de nuevo sin resistencia.
El 29 de marzo por la tarde los franquistas terminaban de ocupar las provincias de Guadalajara, Ciudad Real, Jaén, Almería, Cuenca, y Albacete, sin hallar resistencia. En la tarde de ese mismo día Casado entregó Valencia a la quinta columna del bando nacional que ya prácticamente controlaba la ciudad ante la desintegración de las tropas republicanas, mientras al propio Casado se le permitía salir de España en un navío británico desde Gandía, junto con otros oficiales. El 30 de marzo las tropas franquistas entraban finalmente en Valencia.
El final de la guerra
La posibilidad de evacuación de refugiados republicanos era muy difícil en tanto el régimen franquista bloqueaba con su flota la entrada a los puertos mediterráneos, dejando en la incertidumbre y temor a casi 15.000 personas que esperaban angustiosamente ser evacuadas en temor de represalias y se hacinaban en los muelles de Alicante, Cartagena y Valencia, mientras las fuerzas de Franco se acercaban. En éstas dos últimas ciudades no se realizó evacuación alguna, y miles de refugiados se dirigieron apresuradamente a Alicante, ante rumores propagados por los cónsules francés y británico que sólo en dicha localidad habría barcos para salir de España. El día 28 de marzo, a las 11 horas, partió de Alicante el último grupo de evacuados en el pequeño buque británico Stanbrook atestado de 2600 civiles, quedando en los muelles casi 12.000 refugiados que desesperadamente esperaron en vano hasta el amanecer del 31 de marzo otro barco donde partir, orgánizándose para una evacuación. Las tropas italianas del CTV dirigidas por el general Gastone Gambara penetraron en Alicante en la tarde del 30 de marzo y de inmediato los cónsules extranjeros allí presentes (de Francia, Argentina y Cuba) pidieron que no se desalojara a los refugiados, apoyados en ello por los delegados franceses encargados de los refugiados por el Comité de No Intervención.
Las tropas italianas de Gambara quedaron en custodia de la entrada del puerto, para evitar un último combate con los refugiados republicanos aún armados y que esperaban ser evacuados. Sin embargo la marina de guerra del bando nacional se oponía a permitir la entrada de buques neutrales al puerto alicantino. En la mañana del 31 de marzo los "nacionales" también tomaron Murcia y Cartagena. Finalmente las tropas nacionales del Cuerpo de Ejército de Galicia desembarcaron en Alicante al mediodía del 31 de marzo, y ocuparon el puerto sustituyendo a los italianos, para desesperación de los refugiados. Las tropas nacionales desalojaron a los civiles del puerto a partir de las 18 horas, lo cual causó una ola de suicidios entre los refugiados que aún abarrotaban los muelles durante la noche del 31 de marzo y la madrugada del 1 de abril. El desalojo terminó recién en la mañana del 1 de abril, los republicanos supervivientes fueron encarcelados de inmediato.
Todo el territorio español se hallaba en manos del régimen de Franco al anochecer del día 31 de marzo de 1939. Los vencedores anunciarían el fin de la guerra oficialmente en Burgos al día siguiente.
Fuentes
- Thomas, Hugh (1967). La Guerra Civil Española. París : Ruedo Ibérico.
- Ramón Salas Larrazábal, Historia del Ejército Popular de la República. La Esfera de los Libros S.L. ISBN 84-9734-465-0
- Beevor, Antony (2005). La Guerra Civil Española. Barcelona: Crítica. ISBN 8484326653.
- Bahamonde Magro, Angel; Cervera Gil, Javier. Así terminó la Guerra de España. Madrid: Marcial Pons, Ediciones de Historia. ISBN ISBN(13): 9788495379092.
Referencias
- ↑ Estaba compuesto a su vez por 4 ejércitos de campo: El del Centro, el de Levante, el de Extremadura y el del Sur.
- ↑ Hugh Thomas, pág. 955
- ↑ El grueso de la flota republicana había huido al Norte de África, donde se entregó a las autoridades francesas, que internó a las tripulaciones y navíos. Por tanto, en la España republicana quedaron solo unidades menores y buques averiados.
- ↑ Hugh Thomas, pág. 955
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