- Batalla de Creta
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La Batalla de Creta (en alemán: Luftlandeschlacht um Kreta) se produjo entre mayo y junio de 1941, siendo la única gran operación aerotransportada llevada a cabo por la Wehrmacht (ejército alemán) durante la Segunda Guerra Mundial.
El origen de esta batalla se encuentra dentro de la campaña de los Balcanes. Tras el ataque italiano a Grecia y con la conformidad del gobierno griego, tropas británicas se establecieron en la isla de Creta a principios de noviembre de 1940 para impedir que fuese ocupada por las tropas del Eje.
Aunque los griegos rechazaron inicialmente a los italianos en la Grecia continental, la intervención alemana terminó con la resistencia aliada en el continente, forzando a reembarcar a las tropas británicas que apoyaban a las griegas. Muchas fueron evacuadas a Creta, por lo que en mayo de 1941 había en la isla unos 43.000 soldados entre griegos, británicos, neozelandeses y australianos. La posesión de la isla era muy importante para el Reino Unido, puesto que conservaba unos excelentes puertos en el Mediterráneo oriental. Al mismo tiempo, desde sus aeródromos era posible bombardear los campos petrolíferos de Ploesti y constituir un peligro en el flanco suroriental del Eje, en un momento en el que se disponía a invadir la Unión Soviética (Operación Barbarroja).
El 27 de abril de 1941 Adolf Hitler ordenó invadir la isla. La operación la llevaron a cabo las tropas aerotransportadas al mando del General Kurt Student, participando 700 aviones de transporte y 750 planeadores apoyados por la Luftwaffe. La invasión de la isla la llevaron a cabo 4.500 paracaidistas alemanes que tardaron diez días en ocuparla (20 de mayo - 1 de junio). Los británicos evacuaron sus posiciones protegidos por la Royal Navy, la cual sufrió fuertes pérdidas.
Creta permaneció en poder de los alemanes hasta que su guarnición capituló en mayo de 1944.
Contenido
Operación Mercurio (Unternehmen Merkur)
Se desató un intenso debate en el Alto Mando Alemán acerca del plan operativo para desembarcar en Creta. A pesar de que todos estaban de acuerdo en la necesidad de tomar Maleme, existían diversos puntos de vista sobre la concentración de fuerzas en la zona y el número de ellas que serían enviadas a capturar otros objetivos, como los aeródromos de Heraclión y Retimo.
El comandante de la Luftwaffe, general Alexander Löhr, y el comandante naval, almirante Karlgeorg Schuster, defendían una mayor concentración de tropas hacia Maleme, buscando una victoria fácil gracias a la superioridad numérica. En contraste, el Generalmajor Kurt Student pretendía dispersar sus paracaidistas en un área más amplia, maximizando así el factor sorpresa. Maleme ofrecía varias ventajas como objetivo principal: era el aeródromo más extenso de Creta, que permitía el aterrizaje de transportes de tropas pesados; estaba lo suficientemente cerca del interior para permitir cobertura aérea con cazas Bf 109 terrestres; y se encontraba próximo a la costa norte, permitiendo el desembarco naval de refuerzos con rapidez. Hermann Göring forzó un plan de compromiso, priorizando asegurar Maleme, pero sin descuidar el resto de las bases Aliadas.
El nombre en código de este plan fue Merkur, basándose en el veloz dios del comercio romano Mercurio, que poseía pequeñas alas en los tobillos. Hitler autorizó la operación con la condición de que no debía en ninguna manera interferir con los preparativos de la Operación Barbarroja, e insistió en que era imprescindible terminar con las operaciones en Creta a más tardar a finales de mayo de 1941. Esto provocó que el alto mando alemán improvisara sobre la marcha el planeamiento de la operación.
Las tropas alemanas se dividieron en tres grupos de batalla: Centro, Este y Oeste, cada uno con un código especial respondiendo al tema clásico de MERCURIO. Un total de 750 efectivos en planeadores de asalto, 10.000 paracaidistas, 5.000 soldados de montaña aerotransportados y 7.000 de infantería naval se emplearon en la invasión. La mayor proporción de fuerzas se destinó al Grupo Oeste.
Grupos de batalla en la Operación Mercurio Nombre del grupo Nombre en clave Comandante Objetivo Gruppe Mitte (Grupo Centro) Marte Generalmajor Wilhelm Süssman Valle de la Prisión, La Canea, Retimo Gruppe West (Grupo Oeste) Cometa Generalmajor Eugen Meindl Maleme Gruppe Ost (Grupo Este) Orión Coronel Bruno Bräuer Heraklion Desarrollo
Día 1, 20 de mayo
Al despuntar el alba, a las 06:00 se llevó a cabo el primer bombardeo; este fue dirigido a los aeródromos de Maleme y de Heraclión por parte del VIII Cuerpo aéreo. El segundo bombardeo comenzó poco antes de que empezaran los lanzamientos de paracaidistas, a las 07:15. El objetivo era clavar en tierra a los británicos.
La primera oleada tuvo éxito puesto que, de 493 Junker Ju 52 que fueron empleados en la operación de paracaidistas, solamente siete fueron derribados.
La primera oleada de asalto llevada a cabo por el XI Cuerpo aéreo, fue lanzada a la hora prevista, pero no logró los resultados que se esperaban: los alemanes habían subestimado considerablemente la defensa de la infantería británica, sus paracaidistas sufrieron serias pérdidas.
Un batallón paracaidista fue lanzado a tierra demasiado lejos, al este. El grupo Centro atacaba sin éxito la península de Akrotiri, que domina la bahía de Suda y Canea.
En ese momento, el cuartel general alemán en Atenas ignoraba la verdadera situación del ataque. Las primeras noticias de Creta llegaron después de mediodía, y era ya demasiado tarde para modificar las órdenes de la segunda oleada de asalto.
Problemas técnicos con las comunicaciones impidieron una salida sincronizada de los aparatos hasta el punto de que, en lugar de llegar a Creta en formación compacta, los aviones alemanes de la segunda oleada de asalto llegaron en pequeños grupos y en completo desorden. En cambio los bombarderos y los cazas del VIII Cuerpo aéreo, encargados de proteger el lanzamiento de las tropas en paracaídas, fueron puntuales y se encontraban sobre la isla sobre las 15:00. Su reserva de combustible sólo les permitía permanecer allí hasta las 16:15 y tuvieron que regresar antes de que llegara la segunda ola de asalto, que no pudo ser puntual.
Esto provocó que después de dos oleadas de ataque, los alemanes habían fracasado en poder capturar alguno de los tres aeródromos ingleses en la isla. Se trataba ahora para el alto mando alemán de apoderarse como fuese de algún aeródromo donde pudieran descargar tropas de infantería. La fortificación inglesa menos sólida parecía ser Máleme; allí, pues, iba a jugarse la suerte de Creta.
Máleme y sus alrededores estaban defendidos por el 22° batallón neozelandés, a las órdenes del teniente coronel Andrew. Cuando vio que las comunicaciones con el Cuartel General habían sido cortadas, no se atrevía a seguir mandando a sus tropas por iniciativa propia y dio la orden de que se retirasen durante la noche. Su defección acarreó la pérdida de Creta.
Día 2, 21 de mayo
Los primeros Junker pudieron aterrizar en Máleme el 21 de mayo, llevando armas y municiones. Refuerzos lanzados en paracaídas ocuparon el pueblo de Máleme hacia las cinco de la tarde, y los aparatos que transportaban un batallón de infantería empezaron a aterrizar a las cuatro, no sin sufrir grandes pérdidas.
Durante esa jornada del 21 de mayo, a pesar de recibir municiones, las fuerzas alemanas no pudieron efectuar un gran avance en ninguno de los cuatro objetivos que eran la península de Akrotiri, Réthimnon y Heraclion. A pesar de ello el alto mando alemán consideró que la fase crítica de la batalla de Creta había sido superada. Para el día siguiente se ordenó el ataque a Canea.
Por la noche se avistaron unidades de la marina británica en las proximidades de la costa norte de Creta. Fueron alcanzadas al día siguiente por la mañana por aviones del VIII Cuerpo aéreo, que hundieron al destructor Juno y averiaron seriamente al crucero Ajax. Alemania había obtenido la superioridad aérea.
Al llegar la noticia de que la costa estaba libre, el alto mando alemán mandó inmediatamente al primer convoy, que salió de Milo con dirección a Máleme. Para su desgracia fue descubierto por la tarde por la Armada Británica y atacado. Las pérdidas alemanas fueron grandes, por lo cual hubo que llamar inmediatamente al segundo convoy.
Día 3, 22 de mayo
La jornada del 22 de mayo se caracterizó por una serie de encuentros entre la aviación alemana y la marina británica, que perdió dos cruceros y un destructor, además de que otros cuatro buques fueron averiados. Era pagar muy caro la victoria contra los convoyes alemanes.
Días finales
24 de mayo
El 24 de mayo, el almirante Cunningham informó a Londres que la Armada Británica no podía ya impedir el paso de los convoyes de la Wehrmacht con destino a Creta sin sufrir pérdidas extremadamente graves. En Londres sin embargo, estaban convencidos de que los alemanes no lograrían ocupar Creta mientras sólo dispusieran del aeródromo de Maleme. La respuesta enviada por Londres fue categórica: La R.A.F (Royal Air Force) y la Marina Británica debían correr cualquier clase de riesgo e impedir a toda costa que los alemanes enviaran refuerzos a Creta por mar.
Al mismo tiempo era imposible reforzar la flota del Mediterráneo, ya que los navíos que habitualmente tenían su base en Gibraltar y el grueso de la "Home Fleet" (denominación que se hace a los buques de guerra estacionados en la misma Inglaterra) se hallaban volcados en la persecución del Bismarck en el Atlántico Norte.
26 de mayo
El avance de las frescas tropas alemanas continuó hasta llegar al puerto de Kastelli, donde se enfrentaron al 1° regimiento griego.
27 de mayo
Finalmente la Wehrmacht capturó el puerto de Kastelli y pudo desembarcar algunos tanques ligeros.
Evacuación
Londres, al ver que la situación era insostenible y sin esperanzas, decidió ordenar la evacuación. Comenzada la noche del 28 al 29 de mayo, la evacuación de la isla siguió durante las tres noches siguientes. La Marina británica realizó una verdadera proeza: en unas cuantas horas de oscuridad, delante de la playa de Sfakiá, logró embarcar alrededor de 17.000 hombres, más de la mitad del cuerpo expedicionario británico en Creta, los cuales fueron trasladados a Egipto.
Desenlace
La Wehrmacht y la Luftwaffe obtuvieron una resonante victoria sobre los ingleses, habían capturado un punto estratégico importante en el Mediterráneo como era la isla de Creta. Pero el balance en general fue sangriento, pues costó a los ingleses más de 15.000 hombres entre muertos, heridos o prisioneros. Del bando alemán se contaron unos 3.500 muertos, heridos o desaparecidos; era más de lo que había costado toda la Campaña de los Balcanes.
Hitler, debido al alto número de pérdidas entre los paracaidistas alemanes, no quiso volver a repetir la experiencia. En adelante se negó a confiarles un papel importante en las operaciones ofensivas. El Führer dijo al general Kurt Student en julio de 1941: «Creta demuestra que la época de los paracaidistas ha pasado.»
Los ingleses, aunque dolidos y con muchas bajas, lograron consolidarse en Oriente Medio, para después reconquistar África y hacer que Italia abandonase la guerra.
Enlaces externos
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- panzertruppen.org - Tropas paracaidistas alemanas en la Segunda Guerra Mundial.
Véase también
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