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Campañas del Sur
Las Campañas del Sur es el nombre con que se conocen a una serie de campañas militares que emprendió la Gran Colombia al sur de su territorio entre 1822 y 1826 contra el dominio español en la América del Sur y que tuvieron una importancia decisiva para la independencia de las actuales repúblicas de Ecuador, Perú y Bolivia.
Generalmente en las repúblicas que constituyeron la Gran Colombia y en especia en Venezuela y Colombia se designan Campañas del Sur a las campañas militares de la Gran Colombia contra los ejércitos españoles al sur de su territorio entre 1821 y 1826. La definición de que hechos comprendierón las campañas del Sur varía, algunos llaman así a las campañas libertadoras de Quito y Pasto entre 1820 y 1822, mientras que otros se refieren a las operaciones militares desde 1821 hasta 1826 cuando capítulo la guarnición de El Callao. Sin embargo, se puede decir ciencia cierta que las campañas del Sur tuvieron por objeto finalizar la guerra de independencia americana, y como resultado el auge de la influencia y el poder de la Gran Colombia que bajo la presidencia de Simón Bolívar buscaba la unión de los nuevos estados hispanoaméricanos.
Campaña de Quito
Operaciones de Sucre en Ecuador
Tras la revolución del 9 de octubre de 1820 la ciudad de Guayaquil se había constituido como un estado independiente, la Provincia Libre de Guayaquil, pero pronto se encontró en una delicada situación militar luego de ser derrotados los guayaquileños en la Primera Batalla de Huachi y la Batalla de Tanizagua. José Joaquín Olmedo solicito ayuda militar a la Gran Colombia para defender la ciudad y para liberar la Real Audiencia de Quito. Bolívar envía a su mejor General, Antonio José de Sucre a principios de 1821 a Guayaquil en remplazo del general José Mires. Sucre llego el 6 de mayo de 1821 con unos 650 soldados colombianos a los que sumo unos 1400 ecuatorianos.[1] Las instrucciones de Sucre eran: tomar el mando de las tropas que se encontraban en Guayaquil, asegurar la incorporación de la provincia a Colombia y preparar en conjunción con el Libertador las operaciones que habrían de liberar Quito.
Al llegar Sucre a Guayaquil se dedica a organizar y entrenar las tropas. El 15 de marzo firmo un convenio con la Junta de Gobierno de la ciudad, el cual estipulaba que la Provincia de Guayaquil quedaría bajo la protección y tutela de Colombia, anulando así el tratado firmado con los agentes peruanos. Sucre coloco a sus tropas en San Borondón y Babahoyo para bloquear la entrada a la provincia a los realistas. El 17 de julio de ese año ocurrió una rebelión anticolombiana y pro-realista que fue reprimida con éxito.
Los realistas al conocer la rebelión se dispusieron a apoyarla, el gobernador Aymerich marcho al sur con 2.000 hombres, mientras que el coronel González marcho desde Cuenca hacia Guayaquil amenazando las comunicaciones de Sucre quien se dirigía a combatir a Aymerich. Enterado Sucre del movimiento retrocedió para enfrentar a González y lo batió el 12 de agosto en la Batalla de Yaguachi, tras lo cual Sucre volvió al norte a enfrentar a Aymerich pero este se retiraba al norte. El ejército persiguió a los realistas un largo trecho pero la situación política en Guayaquil obligo a Sucre a regresar.
Tras calmarse la situación política en la ciudad Sucre se dirige de vuelta a la cordillera con 900 infantes y 70 jinetes, en busca de Aymerich. Durante varíos días maniobra en contra de este, atraviesa el Chimborazo y llega el 11 de septiembre al Valle Alto del río Ambato. Sucre es renuente a bajar de la cordillera por la ventaja numérica de la caballería española, pero hostigado por sus compañeros desciende el 12 a Santa Rosa ocupando posiciones defensivas mientras que Aymerich avanzaba hacia Ambato. Sucre dispuso una solida formación defensiva pero al atacar los realistas el general Mires se adelanto a la contraofensiva y tras ser rechazado su ataque el ejército patriota fue envuelto y casi destruido.
De regreso a Guayaquil Sucre necesita urgentemente refuerzos para reponerse de la derrota de Huachi, para lo cual solicita a Santander el envío de tropas pero este prefiere reforzar a la división de Pedro Leon Torres quien debía dirigirse por tierra vía Popayán - Pasto - Quito. En tales circunstancias Sucre dirige una carta al Protector del Perú José de San Martín reclamando el batallón Numancia, excelente unidad formada en Venezuela en 1813 y enviada por Morillo al Perú en 1816, en 1820 se había pasado a las fuerzas del Protector y deseaban volver a casa. San Martín no deseaba renunciar al Numancia que era el mejor batallón del que disponía y en su lugar mando a algunas fuerzas al mando del coronel Santa Cruz.
Con las fuerzas de Santa Cruz y la leva impuesta, Sucre volvió a contar con unos 1.200 efectivos aunque en su mayoría sin ninguna experiencia militar exceptuando el batallón Trujillo con algo de instrucción y el escuadrón de Granaderos a Caballo de 90 hombres veteranos al mando de Lavalle.
Sucre decidió reanudar la campaña desde el sur de Guayaquil, para lo cual envió pequeños destacamentos en varias direcciones con el fin de desinformar a los realistas de la ruta que tendría su ofensiva mientras que él se embarcaba con el ejército en Guayaquil y se dirigía por mar hacia Machala. Luego de desembarcar a sus tropas marchó hacia Saguro, donde se reunió con los peruanos de Santa Cruz, tras lo que marchó a Cuenca, llegando a esta el 23 de febrero de 1822, donde esperó la fecha acordada por Bolívar para iniciar la ofensiva. Mientras tanto aumentó sus fuerzas con algunos refuerzos llegados de Guayaquil.
Llegada la autorización de Bolívar, Sucre avanzo hacia Alausi a principios de abril. Disponía ahora de unos 2.000 infantes y 400 de caballería. El 20 de ese mes fueron emboscados por los españoles ero estos fueron rechazados. Al día siguiente se toparon con que los realistas habían fortificado el camino por lo que Sucre flanqueo dicha posición y ofreció batalla pero los españoles prefirieron retirarse. Sucre ordeno al coronel Diego Ibarra que atacara con su caballería a los realistas quienes se encontraban retirándose de la villa de Riobamba, los españoles a su vez enviaron a su caballería para proteger su retirada. Los Dragones de Colombia y los Granaderos de San Martín triunfaron en la Batalla de Riobamba.
El ejército partió de Riobamba el 28 de abril hacia Latacunga ciudad a la que llegaron el 2 de mayo, y donde se incorporaron 200 hombres del batallón Magdalena del coronel José María Córdoba que venían desde el Cauca. El resto del Magdalena (unos 400) se encontraban en Guayaquil y en Cuenca enfermos y cansados. Los realistas se encontraban en Machachi con unos 2.200 infantes de Nicolás López y unos 300 de caballería dirigidos por el coronel Tolrá que cubrían los pasos de Jalupana y la Viudita.
Sucre decidió evadir la posición realista por la derecha. El 13 marcho por el camino de Limpiopongo, ascendió a las faldas del volcán Cotopaxi donde acampo. El 17 descendió al valle de Chillo. El coronel Nicolás Lopez, al tanto de estos movimientos retrocedió el 16 hasta Quito.
El 20 cruzo la colina de Puengasí y al día siguiente descendió al llano de Turubamba ofreciendo batalla en un terreno favorable a los españoles pero estos no la aceptaron. Luego de varias maniobras para atraer a los realistas, Sucre flanqueo a los españoles por la derecha y se coloco en el pueblo de Chillo Gallo. El 22 y 23 Sucre intenta provocar a los españoles a combatir, pero al no conseguirlo decide marchar al norte de la ciudad para cortar sus comunicaciones con Pasto. Sucre comenzó la marcha en la noche del 23 y a las 0800 del 24 se encontraba en las alturas del Pichincha desde donde dominaba la ciudad de Quito. Los españoles al verse rodeados subieron a su vez el volcán. Por la dificultad del terreno ambos ejércitos se ven obligados a combatir por oleadas. Tras la victoria patriota en la batalla de Pichincha Quito es ocupada por el Ejército Libertador y el Ecuador queda en manos de los independentistas. Pocos días después de la capitulación española, el 29 de mayo la Municipalidad de Quito proclamo la integración de la antigua Real Audiencia de Quito a Colombia.
Operaciones de Bolívar contra Pasto
Luego de Carabobo el Congreso Constituyente de Cúcuta nombro a Bolívar Presidente de la República y a Santander como Vice-Presidente. Bolívar realiza los preparativos ese mismo año: organiza un ejército de 10.000, encarga la Presidencia a Santander y marcha al sur. Inicialmente el libertador quería transportar la tropa por mar, cuando se encontraba embarcándose por el puerto de Buenaventura aparecieron una poderosa flota española. La debilidad de la armada colombiana en el Pacífico en comparación a la española lo obliga a tomar la ruta terrestre, más ardua por la dificultad del terreno que presenta los Andes, que junto a las enfermedades producen mayores bajas en el ejército de lo previsto y que no puede reponer con los contingentes que encuentra en el camino. Al llegar a Popayán refuerza a la división del General Pedro León Torres con 1.200 hombres. Espera en la provincia de Popayán refuerzos que había pedido al gobierno pero al no serles concedidos sigue hacia Pasto.
La ciudad de Pasto había sido un bastión realista desde el comienzo de la emancipación neogranadina, el territorio entre Quito y Popayan estaba en poder de las guerrillas pastusas quienes en el pasado habían destruido varios ejércitos neogranadinos y colombianos enviados a pacificar la región. La resistencia de la población unida a la dificultad del terreno hacían a la región una posición de gran capacidad defensiva donde las guerrillas realistas bajo jefes como Agustín Agualongo lograron mantener su independencia por mucho tiempo.
Luego de cruzar el rio Mayo, el ejército se desvio del camino de Berruecos (el más directo a Pasto), y tomo en su lugar el de la derecha con el objetivo de flanquear las las posiciones de los españoles, ubicados detrás del río Juanambú. Luego de varias cruzes falsos los colombianos lograron cruzar el río por el paso del Burrero casi sin resistencia, tras lo que acamparon en el Peñol, zona abundante en productos agricolas y en la que aprovecharon para reorganizar sus fuerzas.
El 2 de abril el ejército siguió la marcha acosado por las guerrillas realistas cruzaron la quebrada de Molinos de Aco y acamparon en Cerro Gordo. El ejército se había reducido por las bajas y las guarniciones a 2.100 efectivos.
Luego de un día de descanso, Bolívar reanudo la marcha el 4 de abril por el camino hacia Pasto, pero al llegar a la Cumbre cerca de Jenoy donde los realistas habían fortificado el camino, convergieron a la derecha hacia Mombuco. El mismo día fueron atacados por guerrillas realistas, pero están fueron batidas por el batallón Bogotá y se encerraron en las fortificaciones de Jenoy. Al día siguiente se repitieron los ataques de las guerrillas, luego de repelerlos el ejército siguió por el Trapiche de Matacuchos y acamparon el 6 en el pueblo de Consacá muy cerca de Pasto, mientras el batallón Bogotá acampo como vanguardia más adelante, en la hacienda de Bomboná.
El 7 de abril se produce la batalla de Bomboná. A pesar de las desfavorables condiciones Bolívar decidió atacar pues quería llegar a tiempo a Quito donde lo estaría esperando Sucre para librar la batalla decisiva. Los realistas, en una solida posición infligieron grandes perdidas a los colombianos pero al final la batalla fue ganada por Bolívar y los realistas se retiraron en la noche.
Las perdidas en Bomboná obligaron a Bolívar a esperar en Cariaco hasta recibir refuerzos. El 16 de abril, aun sin noticias de algún refuerzo, Bolívar emprende la retirada. Al día siguiente es atacado por un nutrido grupo de guerrillas mientras marchaba por el camino de Jenoy pero fueron rechazadas por los colombianos. En la tarde del 19 las guerrillas volvieron a atacar y fueron de nuevo repelidas.
El 20 de abril, habiendo repuesto sus perdidas, el comandante español presenta batalla en el sitio de El Peñol. El combate dura una hora, tras lo que los realistas se retiran. García se retira a Pasto mientras Bolívar cruza el río Mayo y acampa en la altura denominada Trapiche. Allí recibe refuerzos y sus fuerzas alcanzan nuevamentes los 2.000 hombres.
Con el ejército colombiano reforzado de vuelta a la ofensiva y la noticia de la derrota en Pichincha, el comandante Basilio García capitula ante Bolívar el 8 de junio al entrar el ejército colombiano a Pasto. Benito Boves huye con gran parte de la población hacia las montañas. El camino entre Quito y Bogotá esta abierto.
Rebelión de Pasto
Hallándose Bolívar y Sucre en Quito, los pastusos se revelan bajo la dirección de Boves. Bolívar envía a Sucre a sofocar la insurrección pero los rebeldes derrotan a Sucre el 24 de noviembre de 1822 en la 1ª Cuchilla del Taindala. Sucre se retira perseguido por Boves, pero luego de reorganizarse Sucre se vuelve y derrota a los pastusos en la 2ª Cuchilla del Taindala y en la Quebrada de Yacuanquer.
Boves se retira de vuelta a Pasto y prepara sus defensas para resistir hasta el final. El 24 de diciembre de 1822, Sucre toma por asalto la ciudad. Los pastusos resisten valientemente pero son derrotados y la rebelión aplastada.
Anexión y Entrevista de Guayaquil
La ciudad de Guayaquil sería la manzana de la discordia entre ambos Libertadores, y en ella se daría el encuentro que abriría el camino para la intervención colombiana en la lucha por la independencia peruana.
Al finalizar la campaña por la liberación de Ecuador, la ciudad de Quito y las demás provincias con excepción de la de Guayaquil constituida como Provincia Libre desde 1820, habían declarado su anexión a la República de Colombia. En Guayaquil la opinión publica permanecía dividida entre partidarios de la anexión, fuera a Perú o a Colombia, y los que deseaban permanecer independientes de cualquier poder extranjero.
Tanto el Protector como el Libertador deseaban la anexión de la Provincia a sus estados, pero fue Bolívar el que actuaría con decisión, ocupando militarmente la ciudad el 13 de julio y proclamando dos días después la anexión de Guayaquil a Colombia.
Bolívar y San Martín se entrevistaron el 26 de julio, donde debieron tratar los temas sobre la soberanía de Guayaquil y la guerra en el Perú. Poco tiempo después de la entrevista, San Martín renuncia al protectorado. No tardaría mucho tiempo para que el Perú se viese en necesidad de solicitar la ayuda de Colombia.
Campañas en el Perú
Antecedentes
Luego del impulso que significaron para el movimiento emancipador americano las campañas de José de San Martín en el sur del continente a finales de la década de 1810s la situación en el cono sur era en extremo preocupante: en las Provincias Unidas del Río de la Plata los conflictos entre las provincias y Buenos Aires empezaban a tomar fuerza y los caudillos tendrían rienda suelta tras la batalla de Cepeda; el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve comenzaba una agresiva política de expansión hacia el sur que por su caracter monárquico representaba un peligro para para la independencia americana y sus nacientes democracias; en el Perú San Martín buscaba una solución política para la guerra con la coronación de un príncipe europeo en América, pero las disputas de poder entre los caudillos, las ambiciones políticas de la oligarquía y el potente ejército que los españoles mantenían en el país estaba a punto de desembocar en la mayor de las anarquías. Todas estas condiciones habían dislocado al movimiento emancipador en pequeños centros de poder en los cuales las clases dominantes mantenían celosamente el poder, resultando en una peligrosa atomización del poder que sería incapaz de resistir un avance de los españoles desde el Perú, menos aun de atacarlos.[2]
En el norte por el contrario, habiendo superado las desuniones y aglutinado en buena parte las distintas clases sociales e intereses al movimiento emancipador bajo la dirección de Simón Bolívar, dadole un caracter colectivo que rompiera con los tiempos en que solo interesaba a la aristocracia por mantener su poder y a la burguesía por alcanzar dicho poder habían tras varias campañas liberado buena parte del territorio del antiguo Virreinato de Nueva Granada el cual había sido reorganizado como república, la Gran Colombia, y desde el cual Bolívar deseaba completar su sueño americanista de unir a los antiguos dominios españoles en una sola república que tuviera la fuerza para resistir cualquier intento de recolonización española o de cualquier otra potencia.
Luego de la Batalla de Carabobo en 1821, el territorio colombiano quedo en buena parte asegurado aun cuando la guerra duraría hasta 1823 en Venezuela con la caída de Puerto Cabello en manos colombianas y proseguirían algunas guerrillas realistas en Nueva Granada y Venezuela.
Perú solicita la ayuda colombiana
Tras la retirada de San Martín, el Congreso Constituyente nombro al Presidente de la Junta de Gobierno al general José de La Mar. Este comprometió buena parte del ejército en campañas ambiciosas que fracasarón en las batallas de Torata y Moquehua, dejando al gobierno peruano en una delicada condición militar.
Las derrotas militares y las pugnas políticas entre los patriotas peruanos debilitaron las fuerzas independentistas peruanas. El gobierno de Riva Agüero fue presionado por la opinión pública para que solicitara la intervención de Bolívar. El Libertador, que se encontraba en Guayaquil vigilando los acontecimientos en Perú, envió a las primeras solicitudes peruanas los 6.000 hombres que ya tenía preparados en Ecuador en dos expediciones sucesivas de 3.000 hombres, con el general Sucre al mando de las fuerzas y encargado de negociar con el Perú los terminos en que Bolívar intervendría en la guerra.
Segunda Rebelión de Pasto
A mediados de 1823, con la región sur de Colombia desguarnecida de efectivos militares, por encontrarse estos en Perú o embarcándose para alla, los líderes de la resistencia pastusa Estanislao Merchancano como jefe civil y Agustín Agualongo como jefe militar, se alzaron en Pasto en favor de la causa del Rey. Los pastusos fueron derrotados varias veces, entre ellos en Ibarra, pero tras ser derrotados se retiraban a las montañas donde rehacían sus fuerzas y volvían a atacar. Finalmente la rebelión acabaría en julio de 1824 con la captura y fusilamiento de Agualongo.
Sucre Jefe Militar Supremo
Al llegar la primera expedición colombiana al puerto de El Callao, Santa Cruz y Gamarra se encontraban en una ofensiva cerca de La Paz con casi todas las fuerzas peruanas. Lima había sido dejada casi desguarnecida por el ejército peruano, situación que aprovecho el brigadier José Canterac para organizar un ejército de 8.000 hombres en Jauja con el que marchó sobre la capital, entrando en Lima el 18 de junio. El congreso nombró a Sucre general en jefe, quien contando el 18 de junio con solo 3.700 hombres, evacuó la ciudad para El Callao. Los días siguiente hubo varios encuentros entre las avanzadas de ambas fuerzas, incluyendo un sangriento combate en el Carrizal y la Legua el 1 de julio. El 21 de junio el congreso peruano proclamó a Sucre Jefe Supremo Militar.
Expedición a Intermediós
En una junta de guerra Sucre recomendó enviar una expedición de 3.000 hombres a reforzar las fuerzas peruanas que se hallaban en el altiplano y para obligar a Canterac a evacuar Lima. El congreso aceptó el proyecto y Sucre designó al general Rudecindo Alvarado como jefe de su estado mayor quien partió del Callao el 13 de julio hacia Intermedios con la brigada de Jacinto Lara compuesta por tres batallones colombianos, y la brigada del general Pinto de dos batallones chilenos.
Enterado Canterac de la expedición evacuo Lima el 16 de julio y se dirigió via Jauja y Huancavelica hacia el sur, a detener los progresos de Santa Cruz y evitar una unión de los ejércitos peruanos y colombianos.
Sucre salio del Callao el 20 de julio y llegó al puerto de Chala el 2 de agosto. Allí busco la cooperación de Santa Cruz, pero las desaveniencias entre ambos cortaron cualquier esperanza de actuar en conjunto. De Quilca siguió Sucre hacia Arequipa ciudad que tomo el 18 de agosto, la guarnición española se retiro a Apo.
Mientras tanto, en la sierra, las fuerzas de Jerónimo Valdés y el Virrey se habían reunido. Santa Cruz evitó el combate y se dirigió hacia Oruro a reunirse con Gamarra. Allí recibieron noticias de que el general Olañeta había llegado desde Potosí a incorporarse al ejército del virrey.
Sucre recibió un oficio de Santa Cruz el 12 de septiembre invitándolo a reunirse con él, pero para cuando llegó a Apo tuvo conocimiento de la retirada de Santa Cruz y Gamarra. Tras dirigirse a Puno, conoció allí que el ejército peruano se retiraba a la costa y Sucre, retrocediendo, llegó a Cangallo, punto situado en la vía de Moquegua, de donde volvió a Arequipa el 29 de septiembre.
Arribo de Bolívar
Bolívar partió de Guayaquil el 6 de agosto de ese año en el bergantín "Chimborazo" y tras 25 dís de navegación en contra de la corriente del sur atraco el Chimborazo en el puerto de El Callao el 1 de septiembre y entro seguidamente a Lima el 10 en medio de grandes celebraciones. El Congreso peruano lo nombro Director Supremo de la Guerra. En los días que siguieron continuaron arribando refuerzos colombianos al Callao.
Enfrentamiento con Riva Agüero
Bolívar tuvo que hacer frente a las intrigas del ex-presidente José de la Riva Agüero, quien destituido por el Congreso, se había retirado antes del arribo de Bolívar a Trujillo con su ejército de 3000 hombres y se negaba a someterse a la autoridad del nuevo presidente Torre Tagle. Ya al día siguiente de su desembarco en Perú el Congreso había autorizado a Bolívar para que terminara con las disensiones entre el gobierno presidido por Torre Tagle y Riva Agüero. El 4 Bolívar dirigió una carta a Riva Agüero increpandole a someterse al Congreso. Ya con la suprema autoridad militar que le confirió el Congreso el 10 de ese mes Bolívar tuvo la suficiente amplitud de acción como para tomar las medidas necesarias tanto políticas como militares.
Bolívar nombro una comisión compuesta por el diputado José María Galdeano y el general de brigada Luis Urdaneta para tratar con Riva Agüero. El 11 de septiembre llegarón al cuartel general en Huaraz sin lograr un acuerdo aceptable con el disidente pues este esperaba noticias favorables del ejército de Santa Cruz y de las negociaciones que llevaba con los españoles.
Bolívar invito varias veces a Riva Agüero a sumar sus hombres a los 5000 hombres que el disponía en Paseo con el fin de abrir la campaña que el conduciría contra los españoles. Mientras tanto Sucre buscaba acercar a Santa Cruz y así cortar el apoyo de este a Riva Agüero. Bolívar se entero entonces de la disolución del ejército de Santa Cruz junto con las alarmantes noticias de que Riva Agüero buscaba un acuerdo con el Virrey. Agotados los recursos diplomáticos el Libertador inicio los preparativos para reducir a Riva Agüero por la fuerza.
Campaña militar contra Riva Agüero
Los rebeldes se hallaban en Huaraz y Trujillo y el Virrey en Jauja y Cerro de Pasco. Bolívar decidió enfrentar a ambos ocupando el territorio entre ambos ejércitos e impedir así que unieran fuerzas. Sucre se había negado a tomar parte en la campaña contra los rebeldes peruanos pues creía que no debían inmiscuirse en los asuntos peruanos. Por tanto Bolívar los destino a contener a los españoles en Jauja y Pasco. La campaña en el sur contra las fuerzas de Santa Cruz había movilizado 8000 hombres de los que disponía el Virrey en el norte dejando solamente 4000 en el norte donde Bolívar y Sucre operaban.
Con las tropas colombianas Bolívar ascendió desde la costa hacia la Cordillera Negra siguiendo por los valles de Pativilca y las fortalezas; atravesando la Cumbre descendió al callejón de Huaylas. El grueso del ejército marcho hacia Huaraz donde se incorporo Sucre y su división. A Sucre se le encargo cruzar la cordillera con algunos cuerpos selectos y dirigirse al sur para enfrentar a los españoles que se hallaban en las regiones de Huánuco y Pasco, mientras tanto Bolívar se dirigía al norte directamente contra Riva Agüero quien se había retirado a Trujillo. Mientras en la sierra se desarrollaba la campaña, en la costa el almirante Guisse se pronuncio a favor de Riva Agüero y estableció el bloqueo de toda la costa peruana desde Cobija hasta Guayaquil.
Riva Agüero evito el combate con las tropas colombianas hasta que el 25 de noviembre fue destituido junto con su segundo, el general Ramón Herrera, por sus mismos subalternos que estaban en contra de los tratos con los españoles que llevaba el ex-presidente. El general La Fuente arresto a Riva Agüero en Trujillo mientras que en Santa hizo lo mismo el coronel Ramón Castilla prendiendo al general Ramón Herrera. Bolívar permaneció en la cordillera occidental persiguiendo a los subalternos de Riva Agüero que se habían retirado al Marañon y se iban rindiendo por donde pasaba Bolívar.
Al finalizar la campaña el ejército se encontraba desgastado, cansado de marchar por las altas cordilleras y con su equipo gastado y sin posibilidades de reponerlo. Bolívar pidió refuerzos a Colombia pero estos solo empezarían a llegar cuando la guerra ya estaba prácticamente acabada. Tampoco se mostraba muy colaborador el gobierno peruano, quienes no tenían los recursos para equipar un ejército del tamaño que necesitaba Bolívar para destruir a las fuerzas españolas.
Rebelión de las fuerzas argentinas
El 5 de febrero de 1824 se rebelaron en El Callao los soldados del Regimiento del Río de la Plata, junto con algunas unidades chilenas y peruanas, motivados por los retrasos en sus pagos. Éstos apresaron a sus oficiales, entre ellos el general Alvarado, gobernador de las fortalezas de la ciudad. Los rebeldes liberaron al coronel realista español José de Casariego y le dieron el mando de sus fuerzas. Pocos días más tarde, los Granaderos a Caballo se sumaron a la rebelión desde Lurín. Un centenar de ellos protestaron la acción y al mando de José Félix Bogado lograron reunirse al ejército del Libertador, formando un escuadrón que luchó en Junín y Ayacucho, regresando luego a Buenos Aires.
Inmediatamente, Bolívar ordenó sacar de Lima todos los cuerpos militares y logistícos que se pudiera antes de que llegara el ejército español para apoyar a los rebeldes del Callao. Ante la grave situación militar el Congreso en resolución del 10 de febrero lo nombra Dictador con facultades ilimitadas.
Situación militar
El ejército se componía entonces de tan solo 5000 hombres de los cuales 4000 eran colombianos y 1000 peruanos, además de ello unos 750 colombianos se hallaban enfermos por las largas marchas y el soroche. Para el 30 de marzo los cuerpos principales del ejército colombiano se hallaban en la costa y el callejón de Huaylas. Del otro lado de la Cordillera Blanca un batallón y un escuadrón colombiano y dos cuerpos peruanos protegían la entrada como avanzada. Al norte de Trujillo se encontraban tres batallones peruanos y dos colombianos. El ejército español se hallaba al otro lado de la cordillera, en los valles de Jauja y Tame, dando así el frente a las fuerzas colombo-peruanas. Mientras tanto seguían las deserciones en varias unidades peruanas, y Lima, desocupada por el Ejército Libertador fue ocupada por los españoles. El Presidente Torre Tagle también se pasó a el ejército hispano.
Reorganización del Ejército Libertador
Ante la caótica situación político-militar Bolívar actuo con energía para evitar el colapso del estado peruano que parecía inminente. Las deserciones continuaban entre las fuerzas peruanas e incluso el ex-presidente Torre Tagle se unió a los españoles. Mientras tanto Bolívar reorganizaba sus fuerzas en base al ejército de Colombia y solicito refuerzos a Bogotá mientras el permanecía a la ofensiva. Sucre y Bolívar discutían sobre la estrategá militar a seguir, deseaba Sucre realizar un ataque preventivo tomar Jauja y llegar hasta el valle de Iscuchaca por su parte Bolívar deseaba ahorrar sus fuerzas hasta recibir refuerzos y se oponía a ocupar terreno que no pudiesen consolidar. Los refuerzos enviados por Páez desde Venezuela llegarían en mayo.
Disidencia de Olañeta, ofensiva colombiana
En el Potosí se sublevo el general Olañeta, contrario a las tendencias liberales del virrey. El virrey Las Serna decidió que Bolívar era la menor de las amenazas y creyendo que este seguiría esperando refuerzos sin moverse envio a Jeronimo Valdés a actuar contra Olañeta lo que casi consiguió tras su victoria en la batalla de Lava.
Referencias
- ↑ Hooker, Terry (1991). The Armies of Bolivar and San Martin. Londres: Osprey Publishing. ISBN 1-85532-128-9.
- ↑ Liévano Aguirre, Indalecio (1983). Bolívar. Madrid: Cultura Hispánica del Instituto de Cooperación Iberoaméricana. ISBN 84-7232-311-0.
- Lecuna, Vicente (1983). «Bolívar y el Arte Militar». New York: The Colonial Press INC. Consultado el 2007.
Véase también
- Gran Colombia
- Guerras de Independencia Hispanoamericana
Categorías: Batallas de la Gran Colombia | Historia de América del Sur
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