- Ayacucho republicano
-
Ayacucho republicano
El reglamento provisional de José de San Martín del 12 de febrero de 1821, no consideró el territorio de Huamanga como departamento, por hallarse todavía bajo dominio hispano. Sin embargo, Huamanga fue admitida de hecho como departamento entre 1821 y 1824, bajo la misma extensión y jurisdicción de la antigua intendencia del mismo nombre, con motivo de las elecciones al Congreso Constituyente de 1822. En mayo de ese año, por tener 111.559 habitantes, le correspondió elegir ocho representantes.
Contenido
Bolívar y Ayacucho
Luego de haber instalado provisionalmente, entre marzo y abril de 1824, el gobierno republicano en Trujillo y Huamachuco, Simón Bolívar realizó una intensa labor política en la sierra central. La sede de gobierno y el cuartel general transitaron de Huánuco a Cerro de Pasco; de Jauja a Huancayo; y, finalmente a Huamanga, en cuya capital dictó decretos y ordenanzas el 20 de agosto y el 16 de septiembre, coincidiendo en algunas fechas con su ministro general José Faustino Sánchez Carrión.
Aunque Bolívar no estuvo presente en la batalla de Ayacucho, fue suya la estrategia de cercar al enemigo en la sierra central, acosarlo con acciones guerrilleras para obstaculizar sus abastacimientos e incitarlo a presentar batalla lejos de los puertos. Más aún, fue suyo el gran ideal inspirador de la victoria en la pampa de la Quinua del 9 de diciembre de 1824: lograr una auténtica república, sin esclavos ni aristócratas, que fuese parte de una gran familia de naciones libres.
Protestas y revoluciones
Resulta paradójico que el único caso de protesta popular contrario a la independencia proviniera del propio departamento de Ayacucho y por parte de capesinos indígenas. Los campesinos de las montañas de Iquicha se alzaron en armas en junio de 1827, denostando a la república y defendiendo al rey de España. Cientos de iquichanos asaltaron e incendiaron Huanta el 12 de junio y amenazaron con tomar la ciudad de Ayacucho. El entonces coronel EP José Rufino Echenique -luego Presidente del Perú en 1851- tuvo bajo su responsabilidad controlar a los insurrectos.
En julio de 1833, el descontento popular por la sucesión de nuevos impuestos destinados a cubrir gastos militares, derivó, el 24 de julio, en una violenta revolución en la ciudad de Ayacucho, que condujo al asesinato del prefecto y el jefe de la plaza, coroneles Juan Antonio González y Mariano Guillén, y a la cual puso término el presidente Agustín Gamarra en el encuentro del Pultunchara, el 15 de agosto de 1833.
Durante los agitados días de la Confederación Peruano-Boliviana, el departamento de Ayacucho formó parte con Arequipa, Cusco y Puno, del Estado Sur Peruano. Esta decisión tomó forma de ley en una reunión de 23 representantes que pasaron a constituir, en marzo de 1836, la Asamblea del Estado Sur Peruano. La provincia de Huanta, fue entusiasta defensora del proyecto de la Confederación y del liderazgo ejercido por el presidente Andrés de Santa Cruz.
En 1854, en plena campaña militar contra el presidente Echenique, el general Ramón Castilla y Marquezado recorrió la sierra central consolidando su influencia en Arequipa, Cusco Apurímac, Ayacucho, Huancavelica y Junín, con el mínimo esfuerzo de guerra. Ocupó la ciudad de Ayacucho el 3 de julio y fue allí, el día 5, que decretó la abolición del tributo indígena. Luego se dirigiría al valle de Jauja, donde venció a las fuerzas del gobierno en la batalla de Izcuchaca, ocurrida el 2 de agosto de ese año.
Aunque durante la guerra con Chile, Ayacucho no sufrió ataques de las tropas invasoras, hubo muchos voluntarios ayacuchanos que acudieron al llamado del general de división EP Andrés Avelino Cáceres, rechazando a las tropas del contralmirante Patricio Lynch Solo de Zaldívar.
Ayacucho también apoyó en 1885, la campaña del general Andrés A. Cáceres contra el gobierno del general Miguel Iglesias; y, en 1886, se manifestó con un amplio levantamiento de protesta contra el gravamen impuesto sobre la sal por el gobierno de Nicolás de Piérola Villena.
Asamblea Nacional ayacuchana de 1881
Después de las derrotas de San Juan y Miraflores -los días 13 y 15 de enero de 1881- y ocurrida la ocupación de Lima por los chilenos, el dictador Nicolás de Piérola tasladó su gobierno a la sierra. El jefe de la ocupación, el general Manuel Baquedano González, sólo reconoció como interlocutor válido a Francisco García Calderón, designado presidente provisorio por una reunión de 32 miembros del Congreso que cesó en 1879. Mientras tanto, Piérola decidió instalar su sede de gobierno en la ciudad de Ayacucho, donde convocó en forma directa a una Asamblea Nacional de representantes contrarios a toda forma de armisticio o cesión territorial.
La Asamblea, presidida por el cusqueño Pío B. Meza, desarrolló sus sesiones entre el 28 de julio y el 13 de agosto de 1881 en el templo y convento de San Agustín (en la actual intersección de las calles Cusco y Asamblea, en la ciudad de Ayacucho). Era una reunión de valor simbólico, de escasa representatividad. Aurelio García y García fue nombrado ministro general, junto a personajes designados como ministros en ausencia y sin contar con su apoyo explícito.
Piérola intentó erigir un gobierno efectivo en base a estas credenciales, pero no obtuvo credibilidad. Dimitió el 28 de noviembre de 1881 y el 3 de diciembre volvió a Lima aceptando el régimen de ocupación que tanto había condenado.
Demarcación política
El departamento fue creado oficialmente por decreto el 15 de febrero de 1825. La denominación Ayacucho fue establecido a pedido del Libertador Bolívar, en recuerdo de la batalla final de la independencia americana. El mismo decreto denomina Ayacucho a la ciudad capital y crea la provincia de Huamanga.
La provincia de Cangallo fue creada el 24 de noviembre de 1821. Ya en tiempos de Bolívar, en 1824, la provincia de Vilcas Huamán pasó a ser parte de de la provincia de Cangallo, no obstante su antigua importancia administrativa regional. Recuperó la condición de provincia 160 años después, por ley del 24 de septiembre de 1984.
Huanta, Lucanas y Parinacochas fueron creadas como provincias ayacuchanas por ley del 21 de junio de 1825. Lucanas debe su nombre a la antigua presencia en esa zona de los lucanas, grupo étnico que ofreció resistencia a la acción colonizadora de los incas. Parinacochas recibió esa denominación por el singular colorido de las pariguanas en la cocha o laguna que lleva el mismo nombre.
El 30 de mayo de 1861, se creó la provincia de La Mar, puerta de ingreso a la zona de selva alta del departamento.
La provincia de Víctor Fajardo fue creada el 14 de noviembre de 1910. Antes perteneció a Vilcas Huamán. Su nombre rinde homenaje al militar ayacuchano sacrificado heroicamente el 26 de mayo de 1880 en la batalla del Alto de la Alianza, durante la guerra con Chile. Parte de su territorio pasó a formar la provincia de Huanca Sancos el 20 de septiembre de 1984.
Sus provincias recientes de Páucar del Sara Sara, creada el 2 de enero de 1985, antes comprendida en Parinacochas; y Sucre, creada el 14 de enero de 1986, antes perteneciente a la provincia de Lucanas.
Un cambio político importante ocurre con la Ley de Regionalización, cuya vigencia abarcó los años 1988 y 1992. Esta ley dispuso la creación de la Región Los Libertadores-Wari, cuya delimitación fue fijada por Ley Nº 25014 del 16 de febrero de 1989.
Siglo XX
A lo largo del siglo XX, Ayacucho ha carecido de incentivos que dinamizaran su desarrollo productivo, no obstante la importancia agrícola del departamento. La región ha carecido de industrias y de vías de comunicación y lo rural ha predominado sobre lo urbano hasta muy avanzada la década de los años 1970. Recién hubo telégrafo en la ciudad capital en 1907, y sistema de agua potable y alcantarillado en 1916.
En 1918, se formó un Comité Pro Centenario de la Batalla de Ayacucho, que contempló gestionar la realización de 23 obras públicas fundamentales en el departamento. De ellas sólo se llegó a realizar una: la carretera Huancayo-Ayacucho, inaugurada en 1924. Tampoco trajo cambios positivos que Ayacucho fuera la sede del Congreso Regional del Centro, convocado por Augusto B. Leguía y Salcedo entre 1919 y 1922. Fue durante las sesiones preparatorias de este Congreso que sufrió un accidente mortal el escritor Abraham Valdelomar Pinto, representante por Ica, fallecido el 3 de noviembre de 1919.
La postergación y la falta de oportunidades, sumadas a exigencias tributarias excesivas, dieron lugar a levantamientos campesinos en 1917, 1922 y 1923. Un importante movimiento de protesta campesina, ocurrió en 1928 en Ayacucho, La Mar y Tayacaja. Derrotada la sublevación por el ejército, el gobierno dio una amnistía en favor de los numerosos detenidos, el 28 de abril de ese año.
El descontento de la población también se expresó, en 1934, a través del apoyo prestado a la acción insurgente organizada por el partido aprista. El 26 de noviembre de 1934, el aprismo llamó a la rebelión en forma coordinada en Ayacucho, Huancayo y Huancavelica. Un centenar de militantes apristas, comandados por Arístides Guillén Valdivia, tomó Ayacucho y logró dominar la ciudad durante 4 días. Luego sufrieron duras represalias del ejército.
El prolongado aislamiento rural de Ayacucho fue confirmado por el censo de 1961, que registró en el departamento un 40% de población urbana y un 60% de población rural. Durante la década de los años 1970, la producción manufacturera del departamento no se había elevado más allá del 12% de su producto bruto interno, siendo el promedio del resto del país de alrededor del 24%. Tuvo también en estos años los salarios más bajos y un elevado índice de migración hacia otros departamentos.
Paradójicamente, por efecto de presiones políticas, Ayacucho había logrado un importante nivel de desarrollo educativo -entre 1967 y 1972 había en la ciudad capital casi 6.000 estudiantes universitarios-, pero no había destino viable para ese capital humano en el propio departamento. La preocupación por el turismo como creador de puestos de trabajo fue posterior a esta década, cuando la carretera Ica-Ayacucho o Vía de Los Libertadores, fue modernizada.
Protesta social y terrorismo
El crecimiento de la educación, contrapuesto a la falta de oportunidades de trabajo, fue creando durante los años 1960 y 1970, una tradición política contestataria en el departamento. Se expresó, fundamentalmente, en cohesionadas organizaciones sindicales campensinas y estudiantiles. Su beligerancia social hizo creer a algunos grupos extremistas que era fácil hacer de ellas piezas activas de un movimiento guerrillero calcado de otras latitudes, como fue el caso de de los grupos MIR y ELN en 1965, que realizaron infructuosas acciones proselitistas en la provincia de La Mar.
En junio de 1969 un amplio movimiento popular defendió la protesta de los escolares de la ciudad de Huanta contra el Decreto Supremo Nº 006 que los obligaba a pagar una mensualidad por la educación pública, señalada como gratuita en la Constitución. La protesta se extendió a todo el departamento y hubo protestas similares en Junín y Cusco. El 13 de junio, se dio inicio a la huelga general estudiantil que concluyó en tragedia. En respuesta, el Frente de Defensa llamó a una acción masiva de protesta a la semana siguiente, que produjo, los días 21 y 22, numerosas víctimas por acción de los "sinchis" (policía antimotines). Pocos días después de los sucesos, el gobierno del dictador general de división EP Juan Velasco Alvarado derogó el cobro a los escolares y promulgó el Decreto Ley Nº 17716, de reforma agraria.
Entre 1980 y 1992, el departamento fue sacudido por la violencia terrorista de Sendero Luminoso, surgido de las raíces de dicho movimiento sindicalista. Sin embargo, es inexacto considerar una estrecha relación, de causa y efecto, entre ambos fenómenos. El surgimiento de este grupo, derivación del antiguo Partido Comunista Peruano, obedece a la falta de destino de numerosos jóvenes universitarios -no sólo ayacuchanos- que vieron como salida el dedicarse en forma profesional a la agitación política. Pero surgió también como negación de dicho sindicalismo, considerándolo inútil como camino hacia el poder y el cambio social.
Ayacucho vio nacer a Sendero Luminoso, pero también fue el centro de irradiación de su antítesis, los ronderos, grupos de voluntarios armados con apoyo del Ejército del Perú para combatir a los grupos terroristas.
Intelectuales y política
La educación en Ayacucho sufrió sucesivos reveses, entre ellos el cierre de la Universidad San Cristóbal de Huamanga en 1866, casa de estudios que no recuperó la normalidad hasta 1957, mediante la Ley Nº 12828. Aún sin universidad, Ayacucho ha dado al país algunos intelectuales notables, cuya actividad profesional no pudo sustraerse a la política e incluso condujo a una militancia persistente.
César Guardia Mayorga (Lampa, 1906-Lima, 1983), filósofo y Lingüista, difusor del quechua y poeta quechua, bajo el pseudónimo Qusi Páukar, sufrió destierro en tiempos del dictador Manuel A. Odría por oponerse al autoritarismo en el sistema universitario, y dirigió sus ideas filosóficas hacia el enjuiciamiento de la ética política.
Juan de Mata Peralta Ramírez (Ayacucho, 1916-1997), docente, literato y folclorista, autor de dos tomos de "Tradiciones de Huamanga", integró el Concejo Provincial de Huamanga durante varios períodos, defendiendo el fomento de la cultura.
Alberto Arca Parró (Ayacucho, 1901-Lima, 1976), notable jurista y economista, especialista en demografía y estadística social, fue también destacado parlamentario en las filas del Movimiento Democrático Nacional, fundado por Manuel Prado Ugarteche.
El arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras (Ayacucho, 1936), investigador de las culturas Wari y Vicús, sigue siendo un destacado orientador del quehacer universitario y de la política cultural.
Categorías: Ayacucho | Historia de Ayacucho
Wikimedia foundation. 2010.