Partido Comunista de España

Partido Comunista de España
Partido Comunista de España (PCE)
Secretario/a general José Luis Centella
Fundación 13 de abril de 1921
Ideología política Marxismo revolucionario, comunismo, socialismo, laicismo, republicanismo, antiimperialismo, internacionalismo.[1]
Partidos creadores Partido Comunista Español
Partido Comunista Obrero Español
Sede C/Olimpo, 35, 28043, Madrid
Organización juvenil Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE)
Afiliación internacional Internacional Comunista (1921-1943), Partido de la Izquierda Europea
Sitio web www.pce.es
Publicación Mundo Obrero, Utopías-Nuestra Bandera
Integrado desde 1986 en Izquierda Unida.

El Partido Comunista de España (PCE) es un partido político marxista español formado el 14 de noviembre de 1921 a raíz de una escisión del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) formada por personas disconformes con la socialdemocracia y cuya intención inicial era sumarse a la III Internacional convocada por Lenin.

Fundado en sus orígenes por la unión del Partido Comunista Español y el Partido Comunista Obrero Español (PCOE). Desde 1986 forma parte de Izquierda Unida.

Contenido

Historia

Antecedentes, fundación e inicios (1920-1931)

El 15 de abril de 1920, en la Casa del Pueblo de Madrid, fue fundado el Partido Comunista Español por la Federación de Juventudes Socialistas, que ya durante la Primera Guerra Mundial había apoyado a los internacionalistas encabezados por Lenin, y que acordó en su V Congreso, celebrado en diciembre de 1919, adherirse a la Internacional Comunista.

El órgano de expresión del Partido Comunista Español paso a ser El Comunista, en el que apareció el Manifiesto de fundación del partido, en el cual se hacía hincapié en que era necesario apartarse del reformismo y defender la revolución como única vía para la consecución del socialismo.

El Partido Comunista Español lo conformaron en su inicio trabajadores jóvenes y estudiantes, obreros, intelectuales y campesinos. Entre sus fundadores estaría Dolores Ibárruri.

El 13 de abril de 1920, después del III Congreso Extraordinario del PSOE, en el que se abrió la brecha entre partidarios de adherirse a la III Internacional y los que no, Antonio García Quejido, fundador del PSOE y de la UGT, y uno de los líderes más prestigiosos del movimiento obrero, declaró que los vocales de la Ejecutiva partidarios de la III Internacional se separaban del PSOE para constituir el Partido Comunista Obrero Español. Entre ellos estaba Daniel Anguiano, que estuvo en la Unión Soviética para observar la marcha de este Estado; su informe posterior, consideró conveniente la integración del PSOE en ésta, por valorar como un avance la III Internacional. El Comité Ejecutivo lo formaban Antonio García Quejido, Anguiano, Virginia González, Manuel Núñez de Arenas y Facundo Perezagua.

En su I Congreso, que se celebró en Madrid el 15 de marzo de 1922, el PCE planteó la necesidad de lograr la unidad de la clase obrera en torno a la vanguardia constituida por el Partido, con el objetivo de alcanzar el socialismo.

El II Congreso, celebrado el 8 de julio de 1923, eligió a Óscar Pérez Solís, que había sido cofundador del PCOE en 1921, como Secretario General del PCE. Ya en ese momento el PCE temía la involución y llamaba a la unidad de los trabajadores. El 13 de septiembre, el general Miguel Primo de Rivera, en connivencia con el rey Alfonso XIII daba un golpe de Estado y establecía la dictadura. Los locales del PCE son clausurados y las detenciones de militantes comunistas se suceden.

Con un PCE ilegal, el III Congreso se celebra en París en agosto de 1929. Tras la caída de la dictadura en enero de 1930 y la llegada de la dictablanda, el gobierno del general Berenguer restablece algunas libertades y legaliza algunos partidos políticos, entre los que no se encuentra el PCE.

El 23 de agosto de 1930 aparece el primer número semanal del órgano del PCE, Mundo Obrero, que en diciembre del año siguiente se transformó en diario.

Segunda República (1931-1936)

Tras la proclamación de la República el 14 de abril de 1931, el PCE volvió a la luz en una situación muy precaria, después de estar prácticamente en la clandestinidad o casi en ella desde su fundación, pasaba a ser legal, pero contaba con menos de un millar de militantes y escasa influencia social.

El 17 de marzo de 1932 se celebró el IV Congreso del PCE en Sevilla, que tenía como objetivo la construcción de un gran partido comunista de masas, como sucedía en la URSS. En esta labor jugaron un gran papel camaradas elegidos para el Comité Central como José Díaz, Dolores Ibárruri, Vicente Uribe, Antonio Mije, Manuel Delicado o Pedro Checa, entre otros.

El 3 de diciembre de 1933, Cayetano Bolívar Escribano fue elegido diputado por Málaga, siendo el primer diputado comunista de la historia de España, y saliendo de la cárcel para ocupar su escaño.

Posteriormente, en la llamada Revolución de 1934 contra la política del gobierno radical-cedista, el PCE desempeñó un papel menor que el del PSOE. Sin embargo tuvo que volver a la clandestinidad. En ese momento el PCE se adhiere a la política de crear un Frente Popular que agrupe a todas las fuerzas de izquierda. Tras la victoria electoral del Frente Popular el 16 de febrero de 1936, el prestigio del Partido Comunista creció rápidamente: en cinco meses pasa de 30.000 a 100.000 afiliados.

La expansión del PCE tuvo en los momentos previos a la Guerra Civil y en los inmediatamente posteriores dos grandes hitos:

  • El primero fue la unificación de la Juventud Socialista y la Juventud Comunista el 1 de abril de 1936, que dio lugar a la formación de la Juventud Socialista Unificada (JSU). Con todo, la JSU eligió como Secretario General a Santiago Carrillo, quien años más tarde se convertiría en secretario general del PCE.

Guerra Civil Española (1936-1939)

Desde que estalló la Guerra Civil, la estrategia del PCE fue siempre el buscar la unidad contra la reacción golpista, formando un Frente Popular que aglutinara a todas las fuerzas leales a la República, incluyendo a la pequeña burguesía y a determinados sectores de la media burguesía.

Así, prestó su apoyo para organizar la lucha contra el fascismo desde el primer gobierno constituido durante la guerra, el presidido por José Giral, de Izquierda Republicana (IR).

En Madrid, la mayoría de los militantes del PCE colaboraron en el cierre de los caminos de acceso a la ciudad. Al mismo tiempo, el Partido realizó un denodado esfuerzo para incorporar a la lucha, encuadrando en los primeros batallones de milicias a millares de combatientes antifascistas. En Barcelona, tras derrotar a las guarniciones sublevadas, se constituía el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC).

En esa lucha, que se desarrollaba de un extremo a otro del país, tomaron parte desde el primer momento los dirigentes comunistas José Díaz, Dolores Ibárruri, Vicente Uribe, Pedro Checa y Antonio Mije, además de los dirigentes de la Juventudes Socialistas Unificadas como Santiago Carrillo, Trifón Medrano, Fernando Claudín, José Cazorla, Federico Melchor, Ignacio Gallego, Andrés Martín y Lina Odena. Los dos últimos cayeron en los primeros combates.

El PCE también fue responsable de la creación de las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MAOC) y de la unidad sindical entre la Unión General de Trabajadores y la CGTU.

Mientras los sublevados recibían apoyo de la Alemania nazi y la Italia fascista, la República solo recibió ayuda del Gobierno de la URSS, gobierno que, junto al de México, no abandonó a su suerte al gobierno republicano.

El 29 de julio de 1936, a los diez días de haber empezado la guerra, Dolores Ibárruri hace un llamamiento internacional por radio para defender la Republica. Comenzaron a formarse las Brigadas Internacionales de voluntarios, representantes de más de medio centenar de países, en las que había comunistas, socialistas, gente de otros partidos, obreros, campesinos, intelectuales y antifascistas en general.

Emblema del 5º Regimiento.

El 4 de septiembre de 1936, para aceptar las responsabilidades gubernamentales, el socialista Francisco Largo Caballero exigió la colaboración de los comunistas, así que el PCE accedió a entrar en el gobierno para formar un gobierno del Frente Popular. Nombró como representantes suyos en el gobierno a Vicente Uribe y Jesús Hernández Tomás.

En una asamblea pública celebrada en Madrid, el PCE expuso los puntos esenciales del programa político que eran, en resumen, ganar la guerra, resolver los problemas de la revolución democrática y robustecer la unidad de todas las fuerzas populares, con lo cual las medidas revolucionarias quedarían aplazadas.

Desde el Partido pensaron que si se hubiese intentado establecer el comunismo, el Frente Popular se habría roto automáticamente y la continuación de la resistencia a la agresión militar fascista hubiera sido imposible, por lo que el PCE permaneció fiel a sus compromisos y fue el más abnegado defensor de la República democrática.

El Partido Comunista empezó a crear un Ejército Popular prácticamente apenas iniciada la guerra con las formaciones que constituyeron el Quinto Regimiento de Milicias Populares, que llegó a contar con 70.000 combatientes antifascistas y que echó los cimientos de la nueva organización militar. El 5º Regimiento dotó de cuadros de mando al naciente Ejército del Pueblo.

Los postulados esenciales de esa política, fueron los siguientes: la utilización de los mandos que iban surgiendo del pueblo en los puestos a los que eran elevados por los propios combatientes; el desarrollo de un amplio trabajo de preparación y educación militar de nuevos cuadros, surgidos también del pueblo; la utilización simultánea en el nuevo Ejército de todos los antiguos militares fieles a la República; el nombramiento de comisarios políticos en todas las unidades de las fuerzas armadas...

Entre los combatientes populares figuraron muchos miembros del PCE como Santiago Aguado, Guillermo Ascanio, Bautista, José Bobadilla Candón, Cristóbal Errandonea, Valentín Fernández, Eduardo García, Enrique García, Enrique Líster, Manolín, Pedro Mateu Merino, Rafael Menchaca, Juan Modesto, Antonio Ortiz, Pando, Vicente Pertegaz, Polanco, Puig, Recalde, Joaquín Rodríguez, Francisco Romero Marín, Alberto Sánchez, José Sánchez, Eugenio R. Sierra, Ramón Soliva, Etelvino Vega, Agustín Vilella, Vitorero, Matías Yagüe y otros.

Al mismo tiempo, militares del antiguo Ejército ingresaron en el PCE para convertirse en su seno en cuadros y dirigentes del mismo, como Luis Barceló, Bueno, Francisco Ciutat, Antonio Cordón, José María Galán, Rodrigo Gil, Ignacio Hidalgo de Cisneros, Manuel Márquez, Matz o Pedro Prado, entre otros. Este empleo de los oficiales del antiguo Ejército en puestos de mando y responsabilidad de las Fuerzas Armadas se consideró que se ajustaba a los principios del marxismo-leninismo.

Pero la política del Frente Popular le llevó a conflictos con los anarquistas de la CNT-FAI y los trotskistas del POUM, los cuales no estaban de acuerdo con las alianzas con la pequeña burguesía ni en posponer la revolución a la guerra. Por otro lado, como artífice de la militarización de las milicias en el Ejército Popular Republicano, el PCE también fue acusado de deshumanizar el proceso revolucionario.

Durante la guerra civil, el Partido alcanzó los 300.000 militantes, mientras que la JSU los 500.000 militantes.

Dictadura franquista (1939-1975)

Tras la victoria de Franco, los demócratas en general y los comunistas en particular pasan a vivir momentos duros. El régimen de Franco, totalmente antidemocrático y anticomunista, demonizó literalmente al PCE, encarcelando, torturando y asesinando a sus miembros, sometiendo a algunos de ellos a juicios sumarísimos que carecían de cualquier garantía mínima para que los encausados pudieran ser juzgados con equidad. El gobierno franquista aplicó la ley retroactivamente, calificando de insurgentes a los que se mantuvieron fieles a la legalidad constitucional. En esas durísimas condiciones, el PCE se tuvo que reorganizar en la clandestinidad (País Vasco, Galicia, Andalucía, Extremadura, Valencia, Navarra y Cataluña mantuvieron organización), en el exilio (México, Cuba, Chile, Uruguay, Francia y el norte de África, además de la Unión Soviética) y en las cárceles (en las que había dirigentes como Girón o Ascanio).

Al poco tiempo de iniciarse la Segunda Guerra Mundial, el Secretario General José Díaz muere en Tiflis, y es sustituido por Dolores Ibárruri, "Pasionaria". El partido se iba reorganizando poco a poco y en 1943, Mundo Obrero, "Verdad", "Unidad", "El Obrero" y "Nuestra bandera" se publicaban en diversas zonas de España. De hecho, durante mucho tiempo, el PCE fue la principal, cuando no la única, fuerza organizada contra la dictadura de Franco. Entre 1944 y 1948 impulsa la lucha guerrillera, el llamado maquis, en la que el PCE sobrevaloró sus fuerzas o minusvaloró las del gobierno franquista, y que terminó con la muerte de muchos militantes comunistas y una dura represión sobre la población civil de las zonas en las que actuaba esta guerrilla, que hizo perder apoyos en una población rural que pasaba además graves dificultades económicas y muy manipulada por una iglesia, que al igual que durante la II República y la Guerra Civil, seguía alineada inequívocamente con la ultraderecha. Por todo ello, el partido decidió abandonar la vía guerrillera en 1948, aunque algunos focos se mantuvieran hasta 1952.

En 1947 se producen en el metal de Madrid y en las empresas textiles de Cataluña los primeros movimientos reivindicativos, durísimamente reprimidos por el franquismo. A partir de ese momento la situación vuelve a empeorar para los comunistas, pues a la represión anterior se une la guerra fría, durante la cual el gobierno dictatorial pasa a ser un importante auxilio en la política de los Estados Unidos frente a la Unión Soviética, que es quien marca la línea del PCE. Siguiendo la táctica leninista, el partido opta por combinar la lucha clandestina con el aprovechamiento de los resquicios legales que el sistema permite: los comunistas participan en los sindicatos verticales y en todas las organizaciones de masas que existen (hermandades de acción católica, gremios...). En las elecciones de enlaces sindicales de 1950 ya son elegidos numerosos obreros comunistas y otros concienciados. Este movimiento dará origen a las Comisiones Obreras. Mientras tanto Radio España Independiente, desde los Pirineos, emite para España la visión del PCE.

El 12 de marzo de 1951 el PSUC llama a la huelga general en Cataluña. En Euskadi, Navarra y Madrid se producen otras huelgas. A los obreros se les van uniendo estudiantes e intelectuales, muchos de ellos ya pertenecientes a una nueva generación crecida durante el franquismo. En septiembre de 1954 se celebra el V Congreso del PCE. En él se establece la nueva táctica, en dos etapas. En la primera se propugnaba la creación de un frente amplio que liquidara la dictadura y formara un gobierno provisional. Este gobierno debería restablecer las libertades democráticas, amnistiar a presos y exiliados políticos, y adoptar medidas urgentes para mejorar las condiciones de vida de la población. Tras ello se deberían convocar elecciones y desarrollar la democracia. En junio de 1956 el PCE diseña su política de "Reconciliación Nacional". En ese momento, los estudiantes cuentan con una fuerza creciente, el SEU se ha liquidado y empiezan a surgir movimientos democráticos burgueses en el interior de España, algunos de cuyos miembros procedían de sectores disconformes de la derecha, e incluso de la propia Falange. Cada vez más, la lucha del PCE representa con mayor claridad la lucha por las libertades democráticas. Para conseguir aliar a todas las fuerzas democráticas se entiende que hay que cancelar responsabilidades de la guerra civil y la posguerra:

"...El Partido Comunista representa sin duda a la parte del pueblo que más ha sufrido en estos veinte años; a la clase obrera, los jornaleros agrícolas, los campesinos pobres, la intelectualidad avanzada. Si de hacer el capítulo de agravios se tratara, nadie lo tendría mayor que el nuestro. Nosotros entendemos que la mejor justicia para todos los que han caído y sufrido por la libertad consiste, precisamente, en que la libertad se establezca en España. Una política de venganza no serviría a España para salir de la situación en que se encuentra. Lo que España necesita es la paz civil, la reconciliación de sus hijos, la libertad."[2]

Pero el régimen franquista había recibido un importantísimo espaldarazo en 1955: apoyado y avalado por los Estados Unidos entra a formar parte de la ONU. La lucha clandestina debe continuar, pues el régimen se siente fortalecido y acentúa la represión. En 1957 el PCE participa en los boicots que se producen en Madrid y Barcelona, así como en las luchas obreras que se producen en Sevilla, Alcoy, Valladolid y muy especialmente en las de los mineros de Asturias de marzo de 1958.

Santiago Carrillo en el VI Congreso del SED, enero de 1963.

En enero de 1960 se reunió el VI Congreso del PCE, en plena crisis económica. El salario real de los trabajadores había caído en más e un 40% debido a la suspensión de las horas extra, primas y pluses. Los despidos eran cada vez más frecuentes y el paro avanzaba. Pero estas dificultades alcanzaban no sólo a los obreros, sino también a la pequeña burguesía, y a los comerciantes, afectados también por la caída en el poder adquisitivo de la mayor parte de la población. Santiago Carrillo fue elegido Secretario General, y Dolores Ibárruri presidenta. La sustitución de Stalin por Jruschov al frente del PCUS y de la Unión Soviética había hecho cambiar la política de todos los partidos comunistas. Pero además, el PCE, siguiendo la estela del Partido Comunista Italiano va buscando una vía autónoma y ebozando lo que se denominará eurocomunismo. Sin embargo, en este camino, la actitud a veces excesivamente personalista del nuevo secretario general irá apartando a cuantos discrepan de la línea de la dirección: en 1964 Fernando Claudín y Jorge Semprún son expulsados de modo sumarísimo del Partido. Ese mismo año se produce la escisión de un sector en contra de la política de reconciliación nacional y el eurocomunismo, que pasa a constituir el Partido Comunista de España (marxista-leninista) y tras la condena de la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968 se escindirán el Partido Comunista de España (VIII-IX Congresos) y el Partido Comunista Obrero Español.

El VII Congreso (1965) y el VIII (1972) trazan definitivamente la línea que seguirá el PCE, política que se concreta en la constitución en París con otros partidos y personalidades independientes de la Junta Democrática de España el 30 de julio de 1974, organismo clave en la transición española y más adelante en Coordinación Democrática (la llamada "platajunta"), unión entre la Junta y la Plataforma de Convergencia auspiciada por el PSOE.

Transición y ruptura interna (1975-1986)

Durante la Transición española el PCE vuelve a la legalidad (9 de abril de 1977), presentándose a las elecciones con Santiago Carrillo como candidato. En realidad, se había producido un profundo problema en el seno del PCE. Los militantes del interior se veían como los custodios del Partido hasta que los "históricos" exiliados pudieran retornar. Cuando así ocurrió, la militancia del interior -muy próxima a la realidad española y representante de las posturas rupturistas con la dictadura- puso efectivamente en las manos de los exiliados retornados -tremendamente apartados de la realidad española por su larga ausencia- la dirección de la organización. Esta dirección, ya totalmente eurocomunista, modera su discurso y renuncia a reivindicaciones históricas (como la República) aceptando la monarquía parlamentaria, la democracia burguesa y el capitalismo. En 1978 en su IX Congreso el partido dejó de considerarse marxista-leninista, para pasar a definirse como marxista revolucionario.

Esta evolución provocó muchas convulsiones y pudo ayudar a que, pese a ser el partido obrero más numeroso (con más de 200.000 militantes en 1977 y 170.000 en 1979), controlar la central sindical mayoritaria (Comisiones Obreras) y tener gran presencia en la calle, sólo obtuviera en torno a un 10% de los votos en las elecciones de 1977 y 1979. Otra de las consecuencias es que los sectores pro-soviéticos opuestos a la línea eurocomunista del PCE (unos 10.000 militantes) se escindieron del Partido y formaron el Partido Comunista de los Pueblos de España, escindiéndose también de la Unión de Juventudes Comunistas de España los Colectivos de Jóvenes Comunistas, que pasarían a ser la organización juvenil del PCPE. En 1982 continuó la caída electoral al concentrarse el voto de la izquierda en el PSOE, que ganó con mayoría absoluta, por lo que Santiago Carrillo dimitió como secretario general, siendo sustituido por Gerardo Iglesias.

En 1983, el PCE recupera parte del voto perdido en las elecciones municipales y en diciembre del mismo año celebra su XI Congreso con 85.000 militantes, que confirma a Iglesias en el cargo. En 1984, criticó la reforma electoral que el gobierno del PSOE pactó con Alianza Popular, porque mantenía la Ley de D'Hondt que favorecía al bipartidismo y mantenía las grandes diferencias en el coste de votos que los partidos necesitan para obtener un lugar en el Parlamento.[3] En 1985 expulsa a los carrillistas de los órganos de dirección y éstos se escinden para fundar el PTE-UC. Ese año la afiliación había bajado a 67.000. Sería en estos años también cuando un grupo de militantes prosoviéticos constituirían grupos como Células Comunistas, el Movimiento para la Recuperación del PCE o el Partido Comunista de España Unificado, que tras la fusión de todos ellos formarían el actual Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE), encabezado en sus inicios por Ignacio Gallego. Años más tarde, el propio Ignacio Gallego, junto a numerosos militantes del PCPE, regresaría al PCE y a IU.

Actividad en Izquierda Unida (1986-actualidad)

Francisco Frutos, secretario general del PCE entre 1998 y 2009, durante un encuentro con el Partido Comunista de Chile en 2005.

En 1986 el PCE participó con otras fuerzas políticas en la fundación de Izquierda Unida (IU), constituida primero como coalición electoral y posteriormente como movimiento político y social. En el XIII Congreso del PCE se decidió transferir su soberanía a los órganos de IU.

En 1987, Julio Anguita, conocido por haber sido alcalde de Córdoba, pasó a ser el secretario general del PCE y el coordinador general de IU. Bajo su dirección, tanto el PCE como IU recuperaron buena parte de la ilusión interna, preceptos ideológicos como el republicanismo y el anticapitalismo, y lograron obtener los mejores resultados desde la Transición. Un trastorno cardiovascular aparta a Anguita de la política de primera línea. Fuertes problemas internos y presiones externas debilitan de nuevo al PCE.

En 1998 pasa a ocupar la secretaría general Francisco Frutos. En el XVII Congreso del PCE, celebrado en junio de 2005, fue reelegido Francisco Frutos como secretario general y como presidente se eligió a Felipe Alcaraz, quien reuniría varias responsabilidades hasta ese momento pertenecientes al secretario general. Dolores Ibárruri, La Pasionaria, es declarada Presidenta de Honor a perpetuidad.

El 13 de abril de 2009, el Partido reclama en un manifiesto con motivo del 78º aniversario de la II República que los trabajadores "no paguen" la actual situación de crisis y que se afronte la coyuntura económica a través de "la ruptura del pacto constitucional" y la apertura de un "proceso constituyente por la III República".[4]

También en ese manifiesto se declara que el capitalismo ha fracasado y que no debe hacerse esfuerzos por "refundarlo", ya que no lo consideran una solución para los problemas de la humanidad y hay que hacer cambios revolucionarios. Declaran que hay que emprender, como ya han hecho otros países, el camino del socialismo del siglo XXI.

Con el propósito de renovar fuerzas ante los retos que el capitalismo posindustrial parece incapaz de resolver, y tras la IX Asamblea Federal de IU en 2008, donde el PCE se impone como la minoría mayoritaria y consigue elegir a Cayo Lara como coordinador general, el Partido celebra en noviembre de 2009 su XVIII Congreso, al que llega con 20.000 militantes. En el cónclave se aprueba su orientación hacia IU, con un 82% de votos favorables, el mantenimiento de Comisiones Obreras como referente sindical (69%) y se elige a José Luis Centella como secretario general, con un 85% de los votos, en sustitución de Francisco Frutos.

Resultados electorales


Resultados electorales del PCE
Año Líder Votos % Representantes
Generales 1931
José Bullejos
---
0,77%
0 diputados
Generales 1933
José Díaz Ramos
---
1,80%
1 diputado
Generales 1936
José Díaz Ramos
---
3,5%
17 diputados
Generales 1977
Santiago Carrillo
1.709.890
9,33%
20 diputados
Generales 1979
Santiago Carrillo
1.938.487
10.77%
23 diputados
Municipales 1979
Santiago Carrillo
2.139.603
12,70%
3.708 concejales
Generales 1982
Santiago Carrillo
846.515
4,02%
4 diputados
Municipales 1983
Gerardo Iglesias
1.500.015
8,17%
2.495 concejales

(Fuente: Ministerio del Interior y El Mundo)

  • A partir de 1986 el PCE ha participado en las listas electorales de Izquierda Unida.

Personalidades destacadas

Secretarios/as Generales

Período
Secretario General
1921-1923 Antonio García Quejido
1923-1925 César Rodríguez González
1925-1932 José Bullejos
1932-1942 José Díaz
1942-1960 Dolores Ibárruri
1960-1982 Santiago Carrillo
1982-1988 Gerardo Iglesias
1988-1998 Julio Anguita
1998-2009 Francisco Frutos
Desde 2009 José Luis Centella

Véase también

Personalidades
Partidos, federaciones y juventudes

Hasta 1997 su referente en Cataluña fue el PSUC.

Publicaciones
Sindicatos
Otros

Referencias

  1. Estatutos del PCE, XVII Congreso Partido Comunista de España (2005): "El PCE se basa en el marxismo revolucionario y en las aportaciones teóricas, políticas y culturales de los proyectos de liberación que tienen como objetivo la democracia plena, la supresión de cualquier forma de explotación y opresión, la emancipación del ser humano y el socialismo como negación dialéctica y superación del capitalismo Es un partido laico, republicano, revolucionario e internacionalista."
  2. Declaración de junio de 1956 que formula la política de Reconciliación Nacional. Citado por S.Carrillo y S.S.Montero en "PCE" (ver Bibliografía)
  3. El PCE critica las diferencias en el coste de votos para conseguir un escaño, El País, 05 de octubre de 1984.
  4. «El PCE apuesta por la ruptura del pacto constitucional y abrir un proceso por la III República para superar la crisis».

Bibliografía

  • Gerald Brenan. "El laberinto español"
  • Santiago Carrillo y Simón Sánchez Montero. "PCE"

Enlaces externos


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