- Nacionalismo catalán
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El nacionalismo catalán es una corriente de pensamiento político articulado sobre el principio de que Cataluña es una nación, con base en los derechos históricos de Cataluña, a su historia a su lengua, y al derecho civil catalán. Esta corriente política se conformó ideológicamente en la primera década del siglo XX, como una variante del catalanismo, surgido como movimiento cultural en la década de los años 1830, y articulado como movimiento político en las últimas décadas del siglo XIX, siguiendo los parámetros del nacionalismo.
Es una corriente de pensamiento transversal que aglutina tanto a partidos políticos y ciudadanos de izquierdas como de centro y de derechas.
Pueden distinguirse básicamente dos corrientes en el nacionalismo catalán, en función de la relación que los nacionalistas catalanes creen que debe tener Cataluña con el resto de España, y en función del fin último de sus objetivos políticos.
Contenido
Corrientes nacionalistas
Derecho a la autodeterminación
Corriente liderada principalmente por Convergència Democràtica de Catalunya, que defiende que Cataluña sea reconocida como nación, obtenga mayores cuotas de autogobierno y sea reconocido el derecho a la autodeterminación en el que los catalanes puedan decidir si Cataluña debe permanecer integrada en España, entendido como un Estado "plurinacional" y confederal, o debe independizarse.
Independentistas
Encabezada por Esquerra Republicana de Catalunya, aunque también participada por sectores de CDC, es un movimiento más minoritario, que defiende la idea de la independencia de Cataluña aspirando a conseguir el derecho a la autodeterminación para Cataluña, como paso previo a su independencia.
En el conjunto del independentismo, es mayoritaria la idea que la nación catalana no sólo está formada por la Comunidad Autónoma de Cataluña, sino que se extiende a los territorios de lengua y cultura tradicionalmente catalanas, esto es, la mayor parte de la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares, la franja de Aragón y el Rosellón francés, denominado Cataluña Norte, la vez que la ciudad de Alguer en Italia y Andorra. Este conjunto de territorios recibe por su parte la denominación de Países Catalanes (Països Catalans), siendo el fin último de esta corriente crear una confederación que los agrupe.
Ideario
El nacionalismo e independentismo catalán plantea que la cultura catalana es diferente a la española, y defiende la tesis de que Cataluña es una nación oprimida por España desde su ocupación por las tropas borbónicas en 1714, y la posterior supresión de las instituciones catalanas y la prohibición de su lengua en la administración mediante los Decretos de Nueva Planta promulgados por Felipe V. Desde un punto de vista cultural, el nacionalismo catalán promueve el uso de la lengua catalana en todos los ámbitos de la vida social de Cataluña, a un nivel superior a la lengua castellana, entendiendo que el catalán es la lengua propia de Cataluña. Además, defiende el derecho a utilizar la lengua catalana tanto en las instituciones españolas como europeas, con base en su cantidad de hablantes y a su tradición literaria e histórica.
Los nacionalistas e independentistas catalanes denuncian que Cataluña está sometida a un agravio económico por parte del Estado, debido al déficit de la balanza fiscal para Cataluña, entendiendo que Cataluña recibe mucho menos de lo que aporta en concepto de impuestos. Por esas razones, se argumenta que Cataluña viene reclamando históricamente un mayor nivel de autogobierno con respecto a España, tanto desde el punto de vista legislativo como ejecutivo, judicial, cultural y económico.
Desde un punto de vista simbólico, el nacionalismo catalán defiende la idea de que Cataluña, aunque forme parte de España, pueda tener selecciones deportivas propias, diferenciadas de las selecciones españolas, que puedan participar de forma oficial en los acontecimientos de mayor nivel internacional, siguiendo el ejemplo de otros territorios sin estado propio como Escocia, País de Gales o Macao, que sí tienen selecciones deportivas propias reconocidas por algunos organismos deportivos internacionales.
Debe diferenciarse el nacionalismo catalán del catalanismo, que si bien ensalza los símbolos y tradiciones catalanas, defiende la preservación de la cultura y la lengua catalana, y defiende la obtención de mayores cuotas de autonomía, no articula sus planteamientos políticos bajo los parámetros del nacionalismo. Pese a que, según diversas encuestas, la mayoría de catalanistas consideran que Cataluña es una nación, no hacen de ello el motor de su acción política y defienden la plena integración de Cataluña en España, descartando la opción del independentismo catalán. A este ámbito se adscriben partidos como el Partit dels Socialistes de Catalunya o Iniciativa per Catalunya Verds, que no se reconocen como "nacionalistas" sino como "catalanistas", y aunque defienden pública y formalmente la idea de que Cataluña es una nación, defienden su pertenencia a España, ya sea bajo el marco actual del estado de las autonomías, o con la fórmula de un estado federal.
Una característica destacada del nacionalismo catalán es un discurso crítico hacia el centralismo de Madrid y el nacionalismo español. Marginalmente también se ha criticado el papel histórico de Francia. Con frecuencia en el discurso de líderes nacionalistas catalanes, tanto de la derecha como de la izquierda, han aparecido declaraciones que han sido tildadas de antiandalucismo,[1] [2] [3] , esto ha sido fuente de polémicas durante diversas campañas electorales.
Historia del nacionalismo catalán
El nacionalismo catalán se conforma como movimiento político a principios del siglo XX, como variante del catalanismo, que culturalmente nace en la década de los años 1830, y que se estructura políticamente en la últimas décadas del siglo XIX.
Antecedentes del nacionalismo catalán
El siglo XIX: la Renaixença y el nacimiento del catalanismo
Durante la década de 1830, surge la llamada Renaixença, contemporánea al Romanticismo. La Renaixença fue una corriente intelectual y literaria que en un principio no perseguía fines políticos y buscaba, ante todo, la recuperación y reconocimiento de la lengua catalana. Tuvo un doble origen: uno de ellos federalista republicano, iniciado por Valentín Almirall, y otro carlista, liderado por Josep Torras i Bages. Estas demandas se concretaron en las llamadas Bases de Manresa de 1892.
Nacimiento y desarrollo del nacionalismo catalán
El siglo XX
Fue desde principios del siglo XX cuando el nacionalismo catalán empezó a tener importancia política con la victoria electoral en 1901 de la Lliga Regionalista, un partido nacionalista conservador. En 1906 el ejército asaltó la redacción de un periódico de tendencia catalanista, lo que desató las iras de todos los nacionalistas. Eso se tradujo en la formación política Solidaridad Catalana, fruto de la coalición de las dos partes del movimiento. En las elecciones de 1907 obtuvo 41 de los 44 escaños del congreso catalán. La Semana Trágica de Barcelona ocasionó la disolución de Solidaridad.
El gobierno conservador de Eduardo Dato aprobó, en 1913, la creación de la Mancomunidad de Cataluña, una especie de gobierno autónomo que englobaba las 4 diputaciones provinciales y que estaba dirigido por líderes de la Lliga. A partir de 1918 fue el partido más importante de Cataluña, aunque nunca consiguió la mayoría de los escaños catalanes en las cortes generales españolas. Su naturaleza conservadora hizo que participase en los últimos gobiernos de la Restauración, y que en 1923 no se opusiera a la dictadura de Primo de Rivera, que sin embargo disolvió la Mancomunidad y, en general, llevó a cabo políticas en contra de todo nacionalismo que no fuera el nacionalismo español. Por su parte, la mayoría del proletariado apoyaba el anarquismo, representado por la CNT.
Es poco antes de la dictadura de Primo de Rivera cuando, liderado por Francesc Macià aparece el primer partido independentista catalán, Estat Català. Pasada la dictadura, Estat Català se unió a partidos y organizaciones de izquierdas para constituir Esquerra Republicana de Catalunya, que se convirtió en hegemónico en Cataluña durante la Segunda República. Es este periodo, y tras la proclamación unilateral de una efímera República Catalana, el nacionalismo catalán consigue un Estatuto de Autonomía de Cataluña (que restauró la Generalidad de Cataluña). La victoria franquista en la guerra civil inició una época de represión en contra de cualquier nacionalismo considerado traidor a España.
A pesar de la falta de libertad empezaron a organizarse huelgas obreras, como las de 1951, 1956, 1971 o 1974, a partir de las cuales la acción fue mayor.
Poco después, el 20 de noviembre de 1975, murió Francisco Franco, y con su muerte se inició la Transición a la democracia.
En 1977, a principios de la Transición Española, se reinstituyó la Generalidad de Cataluña con Josep Tarradellas a la cabeza. Tras la redacción de la Constitución Española de 1978, que reconocía a España como un estado con diversas nacionalidades y regiones, y el establecimiento de un gobierno, el 11 de agosto de 1980 Cataluña se convirtió en una autonomía dentro de España. Ese mismo año, las elecciones en Cataluña dieron el poder a Convergència i Unió, liderada por Jordi Pujol, que se mantuvo en el poder hasta el año 2003.
Siglo XXI
CiU siguió en el poder hasta su derrota electoral el 16 de noviembre de 2003. La nueva Generalidad pasó a estar formada por el tripartito PSC – ERC – ICV-EUiA con Pasqual Maragall como presidente de la Generalidad.
A nivel de diputados CiU consigue el mayor número, seguido del PSC, ERC, PP e ICV. El pacto de gobierno, primero de izquierdas desde hacia más de 20 años fue promovido por ERC que gracias a un aumento considerable en sus votos se erige como una de las principales fuerzas políticas de Cataluña, recuperando poco a poco la posición que tenía años atrás.
El día 30 de septiembre del 2005, después de más de dos años de negociaciones, el parlamento catalán aprueba un proyecto de nuevo estatuto de autonomía con una amplia mayoría parlamentaria, logrando así uno de los principales objetivos marcados en el programa del gobierno. Aprobado por el Congreso de los Diputados y el Senado, entró en vigor tras ser refrendado por los catalanes mediante consulta popular. El Partido Popular recurrió ante el Tribunal Constitucional español 187 artículos de dicho Estatuto[cita requerida]. Tras cuatro años de espera, el Tribunal emitió sentencia el 28 de junio de 2010 declarando 14 artículos inconstitucionales, desatando variable rechazo en todos los partidos catalanes con representación parlamentaria a excepción de Ciutadans y el Partido Popular, que se mostró satisfecho con la resolución. A consecuencia de la sentencia, se convocó una manifestación el 10 de julio del 2010 dónde quedó patente un auge del nacionalismo catalán, aún así en las últimas elecciones autonómicas y municipales ERC perdió una considerable cifra de votos que quedaron repartidos en otras alternativas al nacionalismo como pueden ser CiU, CUP o SI
Véase también
- Nacionalismo
- Historia de Cataluña
- Independentismo catalán
- Independentismo
- Antiespañolismo
- Pancatalanismo
Referencias
- ↑ Pérez Azaústre, Joaquín. El diario de Córdoba (ed.): «Puigcercós y el antiandalucismo». Consultado el 29 de octubre de 2011.
- ↑ Diario Crítico (ed.): «Griñán ve intolerable que el nacionalismo insolidario recurra a mentir». Consultado el 29 de octubre de 2011.
- ↑ Artur Mas se burla del acento andaluz
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