- Historia de Suiza
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Desde 1848, la Confederación Suiza ha sido un Estado federal de cantones relativamente independientes, algunos de los cuales han permanecido confederados desde hace más de siete siglos, pudiendo considerarse una de las repúblicas más antiguas del mundo. En lo concerniente a épocas anteriores a 1291, este artículo trata acontecimientos que sucedieron en el territorio de la Suiza moderna. Desde 1291, se centra principalmente en la Antigua Confederación Suiza, que en principio consistía en tres cantones (Uri, Schwyz y Unterwalden) en el centro de la actual Suiza, y que se expandió gradualmente hasta la formación de la Suiza actual en 1815.
Contenido
Historia antigua
Prehistoria
Hay evidencógicas]] que sugieren que pueblos dedicados a la caza-recolección se arraigaron en las llanuras al norte de los Alpes al fin del Paleolítico. En la era Neolítica, esta región estaba relativamente muy poblada. Restos de construcciones paláfitas o lacustres (sobre pilotes) se han encontrado en las zonas poco profundas de muchos lagos. Hacia el año 1500 a. C., tribus de origen celta arribaron a esta área. Los retios o recios habitaron en la zona este, mientras que los helvecios se asentaron en el oeste.
Época clásica: el Imperio romano
En el año 58 a. C., los helvecios intentaron evadir la presión migratoria de las tribus germánicas trasladándose a la Galia, pero fueron derrotados en Bibracte en el 50 a. C. por el ejército de Julio César y enviados de vuelta. La región alpina quedó integrada en el Imperio romano y se romanizó en gran medida durante los siglos siguientes. El centro de la administración romana estaba en Aventicum (Avenches). Otras ciudades que fueron fundadas: Arbor Félix (Arbon), Augusta Raurica (cerca de Basilea), Basilea, Coira (Chur), Genibra (Ginebra), Lausana, Octodurum (Martigny, controlando el paso del Gran San Bernardo), Salodurum (Soleura), Turicum (Zúrich). Las guarniciones militares existieron en Tenedo (Zurzach) y Vindonissa (Windisch).
En 259, las tribus de los alamanes sobrepasaron los límites de la frontera con el Imperio romano (limes), creando colonias en territorio suizo.
Los germanos
Los primeros obispados cristianos se fundaron en el siglo IV. Con la caída del Imperio romano entraron las tribus germánicas en la zona. Los burgundios se establecieron en el oeste, mientras que en el norte los alamanes forzaron lentamente a la población celto-romana a retirarse a las montañas. Los burgundios formaron parte del reino de los francos en 534. Dos años más tarde, el ducado de los alamanes siguió su camino. En la región bajo control alamán, sólo permanecieron comunidades cristianas aisladas. La misión hiberno-escocesa reintrodujo la fe cristiana a principios del siglo VII.
Bajo el reinado de los reyes carolingios, el feudalismo proliferó, y los monasterios y obispados se constituyeron en bases importantes para mantener el poder. El Tratado de Verdún de 843 otorgó la alta Borgoña (la parte occidental de la Suiza actual) a Lotaringia y el Reino Alemán (la parte oriental) al reino oriental de Luis el Germánico, que formaría parte del Sacro Imperio Romano Germánico.
La Alta Edad Media
En el siglo X, cuando se desvaneció el dominio de los carolingios, los sarracenos ascendiendo por el Ródano y desde sus bases en el Valle de Aosta devastaron el Valais, los magiares Basilea en 917 y Sankt Gallen en 926. Sólo tras la victoria del rey Otón I el Grande sobre los magiares en 955 en la Batalla de Lechfeld se reintegrarían los territorios suizos en el imperio.
En el siglo XII se les otorgó a los duques de Zähringen el control de parte de los territorios de la Borgoña que cubrían la parte occidental de la Suiza moderna. Fundaron muchas ciudades, incluyendo Friburgo en 1157 y Berna en 1191. La dinastía Zähringer acabó con la muerte de Berchtold V en 1218, y sus ciudades pasaron a depender directamente del Sacro Imperio reichsfrei, mientras que los duques de Kyburg compitieron con la casa de Habsburgo por el control de las regiones rurales del anterior territorio de los Zähringer.
Bajo el control de los Hohenstaufen, los pasos alpinos de Recia y de San Gotardo ganaron importancia. El segundo se volvió una importante ruta directa a través de las montañas. Se concedió el estatus de reichsfrei a Uri (en 1231) y a Schwyz (en 1240) para garantizar al Imperio el control directo sobre el paso. La mayor parte de Unterwalden pertenecía en esa época a monasterios que habían ganado anteriormente la condición de "reichsfrei".
La extinción de la dinastía Kyburg allanó el camino a la de Habsburgo para conseguir gran parte del territorio al sur del Rin, acrecentando así su poder. Rodolfo I de Habsburgo, elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en 1273, revocó el estatus de reichsfrei a Uri, Schwyz y Unterwalden, por lo que perdieron así su independencia y fueron gobernados por corregidores (Vogt).
Independencia
La historia suiza comienza el 1 de agosto de 1291 cuando los pueblos de Uri, Schwyz y Unterwalden firmaron un Pacto federal (en alemán Bundesbrief) para luchar contra los Habsburgo, quienes eran los soberanos de Austria. Estos territorios estaban habitados principalmente por paisanos, siervos (esclavos) y, por supuesto, por los nobles (ciudadanos).
La casa de los Habsburgo firmó la paz con los "Waldstätten" tras perder la batalla de Morgarten en 1318 y la batalla de Sempach en 1386.
Fue entonces en 1332 cuando los "Waldstätten" recibieron un nuevo aliado, Lucerna, que en ese momento era una pequeña población. Este fue un evento importante, pues posibilitó la navegación sobre el Lago de los Cuatro Cantones, que desde entonces perteneció completamente a los confederados.
Tres años más tarde, el pueblo de Zúrich se levantaría contra el poder de la nobleza. Pero fue sólo en 1351 cuando Zúrich firmó el Pacto de alianza con los cuatro confederados. Esta fue una de las adhesiones más importantes, pues en ese momento Zúrich ya contaba con 12.000 habitantes, lo que para la época la hacía una ciudad importante a nivel regional.
En 1352 los Habsburgo declararon la guerra a Zúrich, lo que obligó a los confederados a actuar; esta declaración permitió a los aliados ocupar los territorios de Glaris y Zug, que estaban bajo el dominio de los Habsburgo. Durante la ocupación, los habitantes de Zug pidieron auxilio a su emperador, pero este respondió diciéndoles que no importaba si la ciudad era conquistada, pues ya reconquistaría el territorio, porque en ese momento no tenía tiempo. Esto provocó que los zugueses firmaran igualmente una alianza con los confederados en 1352.
Los territorios de Glaris y Zug tuvieron que ser restituidos a los Habsburgo, pero cada uno de estos territorios volvió a la federación, Zug en 1365, mientras que Glaris lo hacía en 1388.
Berna
En el siglo XIV, Berna era una gran potencia militar. Además, poseía grandes extensiones territoriales aparte de su capital. Durante este siglo, Berna era un territorio envidiado y deseado por muchos. Tanto que los Obispados de Basilea, Friburgo y Lausana hicieron un complot para conquistar la fortaleza de Laupen. Pero Berna estaba muy bien preparada y contaba asimismo con la ayuda de los aliados, lo que significó su entrada casi inmediata en 1353, formando la Confederación de los Ocho.
Es de notar que esta confederación no estaba muy unida entre sí. Por ejemplo, Berna estaba aliada sólo con los "Waldstätten", mas no con Lucerna ni Zúrich. El único territorio que tenía pactos con todos los otros demás eran justamente los "Waldstätten". Lucerna no era aliada ni de Berna ni de Glaris, este a su vez no era aliado de Berna ni de Zug.
La Confederación de los Ocho
Estando aliados ya ocho territorios y en paz con los Habsburgo, Lucerna invade la provincia austriaca de Entlebuch entre 1385 y 1386. La excusa de los lucerneses era que los habitantes de la zona se quejaban del yugo austriaco.
El 9 de julio de 1386, el duque Leopoldo III de Austria partió a la guerra contra los confederados. En camino a Lucerna, a la altura de Sempach, el ejército del duque fue sorprendido por los confederados. En la batalla de Sempach, los confederados sumaron una nueva victoria, mientras que los Habsburgo encajaban una nueva derrota, que incluía la muerte del duque Leopoldo III. Gracias a esta batalla, los confederados lograron expandir su territorio, aunque no fuera demasiado.
Durante la Confederación de los Ocho, existían tres tipos de territorios: los cantones, los territorios sometidos y los aliados.
Aliados:
- Ducado de Neuchatel.
- Ciudad de Biel-Bienne.
- Ciudad de Soleura.
- Ciudad de Friburgo.
- Appenzell.
- San Galo.
- Valais.
Territorios sometidos:
Nota: Algunos territorios sometidos eran gobernados por todos los cantones. Pero Berna gobernaba sobre Argovia y Vaud, y Uri sobre una buena parte del Tesino.
Cantones:
- Uri
- Unterwalden
- Schwyz
- Lucerna
- Zúrich
- Berna
- Zug
- Glaris
Muerte del Duque de Toggenburgo
Tras la muerte del duque de Toggenburgo, quien no había dejado herederos, los territorios fueron “dejados al azar”, dando lugar a la llamada Antigua guerra de Zúrich. Fue entonces cuando Schwyz, en su afán por conseguir nuevas tierras, invadió la mayor parte del territorio del ducado. El problema se dio cuando el ejército de Zúrich llegó a la zona para ocupar los mismos territorios. Zúrich se enfrentó con Schwyz tratando de conquistar los territorios ganados por Schwyz; es entonces cuando interviene por primera vez la Dieta federal, dándole la razón a Schwyz (entonces aliado con Glaris).
La Dieta federal decidió declarar la guerra a Zúrich, que se rindió a los confederados y al mismo tiempo fue obligada a firmar un tratado de paz.
El burgomaestre de Zúrich, como represalia, decidió firmar un pacto con la casa de Austria, la enemiga de los confederados.
Zúrich, aliada con Austria, parte a la guerra contra los confederados. Desafortunadamente para Stüssi (burgomaestre de Zúrich), los confederados aparecían como el ejército más fuerte y grande de Europa capaz de reunir más soldados que el mismo Imperio de los Austria, lo que sugiere que la batalla de Santiago del Sihl fue ganada por la confederación.
La Confederación de los XIII
El 22 de diciembre de 1481, los territorios aliados de Soleura y Friburgo son aceptados como nuevos cantones de la Confederación.
Luego de la guerra Suaba en 1501, Basilea y Schaffhausen pasan al rango de cantones. En 1513 Appenzell es aceptado como el decimotercer cantón.
Estos tres nuevos cantones fueron aceptados con la condición de mantenerse neutrales, por lo que deberían actuar como mediadores en caso de conflicto entre los demás cantones. Tenían la función de hacer de árbitros y ello suponía que tenían que conformarse con los pocos o muchos territorios que tuvieran.
- Durante 285 años, los confederados rechazaron la entrada de cualquier otro cantón.
- Los confederados firmaron en 1516 la paz perpetua con Francia, tratado que estuvo en vigor hasta el año 1792.
La Reforma de la Iglesia
Suiza fue uno de los países donde se inició la Reforma de la Iglesia católica. Muestra de ello son Ulrico Zuinglio y Juan Calvino, quienes trataron de llevar la reforma eclesiástica por todo el país. El primero era presbítero de Glaris y el segundo refugiado francés en Ginebra.
Durante esta época de cambio, la confederación sufre muchos conflictos, pues ahora la religión es símbolo de desunión. Esto provocó que la confederación estuviera a punto de sucumbir, cuando los cantones empezaron a atacarse los unos a los otros.
Católicos:
- Uri, Schwyz, Unterwalden, Zug, Lucerna, Soleura y Friburgo.
Protestantes:
- Berna, Zúrich, Basilea y Schaffhausen.
Mixtos:
- Glaris y Appenzell
El problema más terrible para los estados evangélicos consistía en que en la Dieta federal, los cantones católicos eran más numerosos, en tanto que los protestantes eran los más poblados. Pero este problema se atenuó, ya que los cantones más poblados habían adquirido el derecho a dos representantes en la asamblea de países, mientras que los demás sólo tenían derecho a uno.
Los cantones católicos, siete en total, tenían sólo el 30% de la población, en tanto que los evangélicos -que sólo eran cuatro- tenían un poco más del 65%.
Napoleón
El 24 de enero de 1798, la República Lemánica es proclamada, separada y liberada de Berna. Pero la revolución no terminaría aquí, pues los territorios de Argovia, también en poder de Berna, se declararon independientes, al igual que el antiguo ducado de Toggenburgo, que ahora dejaba de ser parte de Schwyz para formar el cantón de Turgovia. Las liberaciones también afectaron a los aliados de los confederados: el Bajo Valais se liberó del Alto Valais.
Napoleón, sabiendo que Suiza es el camino más corto entre el norte y el sur de Europa, así como entre Francia e Italia, decidió conquistar Suiza. Para justificar la invasión, Napoleón aprovechó la sublevación del pueblo del Lemán para entrar en Suiza, con la excusa de proteger a los habitantes de estos territorios; además dijo haber sido aconsejado por los mismos suizos (dos refugiados suizos en París convencieron a Napoleón de que liberase su patria, entre ellas el Lemán).
La invasión comenzó el 2 de marzo de 1798 con la caída de Friburgo y Soleura. Tres días más tarde, el gobierno bernés era sometido por primera vez. Los cantones se fueron sometiendo, algunos sin siquiera haber librado una batalla. Los confederados habían perdido sus grandes ejércitos.
El emperador francés obliga a los confederados a cambiar de régimen en 1799. Lo que se llamaba Confederación de los XIII, pasaba a ser la “República Helvética, una y sola”. Los cantones ya no eran cantones, ahora eran simples prefecturas, las ligas de los Grisones perdieron el territorio de la Valtelina, que fue anexada a la República Cisalpina. Los territorios del antiguo obispado de Basilea ahora se limitaban a la ciudad misma. Las ciudades de Mulhouse y Ginebra fueron anexionadas a Francia.
El número de cantones y los nombres variaron. Ahora 18 cantones formaban parte de la confederación. Berna fue dividido en dos, Berna y Oberland (Thun). El Valais era anexionado como prefectura; Lemán (Vaud); Friburgo; Soleura; Lucerna; Basilea; Argovia; Baden (Argovia); Lugano (Tesino); Bellinzona (Tesino); Rhetia (Grisones); Zúrich; Schaffhausen; Linth (Glaris y Sankt Gallen); Säntis (Sankt Gallen y Appenzell); Waldstätten (Uri, Schwyz, Zug y Unterwalden) y Turgovia.
Por primera vez Suiza era declarada neutral.
En 1802 Bonaparte retira sus tropas de Suiza, lo que permite que un año más tarde, seis cantones cambien de nombre o se fusionen. El Lemán pasa a ser Vaud, Bellinzona y Lugano pasan a ser el Tesino, Rethia se denomina Grisones, Turgovia es reconocida como cantón, Linth se divide en Glaris y Sankt Gallen, Säntis se divide en Appenzell y otra parte de Sankt Gallen, Argovia y Baden se fusionan en Argovia, el Oberland desaparece reuniéndose con Berna, Waldsätten se divide en cuatro cantones: Uri, Schwyz, Unterwalden y Zug. El territorio del Valais desaparece, convirtiéndose en un departamento francés.
En 1813 los confederados se liberan por fin de Napoleón. En 1814 Ginebra vuelve a ser libre gracias a la ayuda de los austriacos.
Confederación de los XXII
Tras la derrota de Napoleón, Europa se reorganizó, o más bien fue reorganizada por los líderes de las potencias ganadoras. Fue así como Suiza recuperó los territorios del obispado de Basilea, que ahora pasaban a ser parte de Berna y se denominaban Jura bernés. El principado de Neuchatel entra a formar parte de la confederación convirtiéndose en cantón. Ginebra era anexionada al igual que el Valais, como nuevos cantones.
La división de Basilea
Durante el siglo XIX, los paisanos no tenían mucha participación en las decisiones tomadas por las Landsgemeinde (asambleas de los cantones), por lo que surgió en Basilea un movimiento de descontento de los campesinos, quienes reclamaban mayor participación en el gobierno, pero los ciudadanos tenían miedo de ser “aplastados” por los paisanos (dos tercios de la población a la época). En 1833 Basilea se divide en dos semicantones: Basilea-Ciudad y Basilea-Campiña.
En los años 60 del siglo XX se quiso reunir de nuevo las dos comunidades en un solo cantón. El proyecto tomó forma y un año antes de que los cantones fueran fusionados, el semicantón de Basilea-Campaña incluyó en su constitución un artículo en el que se declaraba independiente y en el cual se anulaba cualquier intento de reunificación. Este hecho se debió al avance económico e industrial del semicantón, mientras que en el pasado la industria se encontraba en la ciudad de Basilea, y ahora estaba repartida por todo el cantón, lo que para la Campaña era un buen negocio y significaba una verdadera independencia; la reunificación había dejado de ser atractiva, el campo no necesitaba a la ciudad.
Sonderbund
La Sonderbund (La otra alianza) fue una alianza concluida por siete cantones católicos y conservadores.
En 1841 la asamblea general suiza, ahora mayoritariamente radical, promovía un mayor centralismo además de llevar políticas anticatólicas, como la supresión de los conventos jesuitas de Argovia. Al tener los jesuitas que partir de Argovia, el cantón de Lucerna los invita para que se instalen en su territorio, lo que hizo que ejércitos radicales amenazaran los pueblos lucerneses.
Sintiéndose amenazados, siete de los cantones católicos (Lucerna, Friburgo, Uri, Schwyz, Unterwalden, Valais y Glaris) decidieron aliarse en secreto en 1845; la alianza salió a la luz pública cuando intentó aliarse con Austria, un país extranjero y antiguo enemigo de la Confederación, lo que constituía una violación de la constitución.
En 1847 el parlamento exigió la disolución de la Sonderbund, pero los cantones firmantes no quisieron aceptar, por lo que el ejército suizo, comandado por el General Dufour, tuvo que intervenir atacando a los cantones rebeldes. Esta guerra dejó pocos muertos (se dice que menos de 100) aunque trajo como consecuencia una reforma de la constitución, en la que se daba mayor centralismo y los jesuitas eran expulsados del territorio suizo.
Esta guerra también significó la pérdida de la posibilidad de ser capital a Lucerna, pues en el momento en que se escogió la capital federal, ése fue el motivo más alegado para imposibilitar la candidatura de Lucerna, una desventaja que Berna supo aprovechar.
El Estado Federal
A partir de la proclamación de la constitución suiza en 1848, se instauró una unión aduanera y monetaria que eliminaba las fronteras, las monedas regionales y las aduanas. El 7 de mayo de 1850 se aprobó la creación del franco suizo, que empezó a circular dos años más tarde (1852). El sistema monetario fue muy parecido al de Francia, pues las monedas eran acuñadas en París y en Estrasburgo, lo que le permitió a Suiza formar parte de la Unión Monetaria Latina (1865-1926).
El cantón de Neuchatel, que era cantón y principado a la vez, acababa de entrar en la confederación. En 1857 el rey de Prusia solicitó la integración de Neuchâtel a su reino. El ejército federal se movilizó y el monarca se vio obligado a renunciar a sus derechos sobre este territorio.
La llegada de la Primera Guerra Mundial, sorprendió a Suiza sin estar preparada. Aunque no participó directamente de ella, se vio aislada, bloqueada y en crisis, las importaciones se dificultaron sobremanera, y la afluencia de refugiados franceses volvió las cosas más difíciles. Suiza experimentó momentos de gran tensión, y el Estado tuvo que tomar medidas de emergencia, como el monopolio de la producción y distribución de algunos productos, como los cereales.
Hacia finales de la guerra los niveles de pobreza llegaron al máximo, sobre el 16% de la población vivía bajo la extrema pobreza. Algunos empresarios hacían una tremenda ganancia de la guerra, con la venta y el comercio de armas. Una gran mayoría de la población tenía que ver como subían los precios de los alimentos mientras que los sueldos no subían, además de pagar el impuesto de la guerra y dar un servicio militar obligatorio largo.
Se llamó a una huelga general a partir del 11 de noviembre de 1918, lo cual marcó un vuelco en la historia de Suiza. Aunque la huelga repercutió a nivel nacional, con 400.000 parados, con bloqueos del transito y otras medidas, su expansión no fue la esperada. Viendo que el Consejo Federal no aceptaba la condiciones para terminar la huelga y que el 14 de noviembre tres trabajadores fueron baleados, el comité central paro ese mismo día la huelga.
Gran parte de las condiciones, que fueron en un principio indicadas para parar la huelga, fueron aceptadas por el Consejo Federal o fueron instauradas por democracia directa concediendo más derechos a sus ciudadanos. En 1919 se abandonó el sistema mayoritario, adoptándose el proporcional y con la nueva ley de fabricas el tiempo de trabajo se limitó a 48 horas semanales.
1918 Suiza obtuvo su salida al mar: las aguas del Rin se declararon aguas internacionales desde el puerto de Basilea hasta su desembocadura en el mar del Norte.
Durante la Segunda Guerra Mundial Suiza mantuvo, al igual que otros países europeos (entre los que se encontraba España) una neutralidad aparente. Se vio libre de la ocupación alemana, pero colaboró estrechamente con el régimen nazi mediante el depósito de buena parte de las reservas de oro del III Reich en sus bancos. Cerró sus fronteras a los refugiados judíos, que eran devueltos a Alemania para ser exterminados, permitiendo el paso por su territorio de trenes con gente destinada a la esclavitud y fabricando armamento para el gobierno de Hitler, ya que Suiza no podía ser bombardeada. De hecho, eran derribados los aviones aliados y alemanes que entraban en el espacio aéreo helvético. Esta colaboración con los nazis se investigó en la posguerra y se clarificó sobre todo a finales del siglo XX, devolviéndose el dinero de las cuentas bloqueadas a miles de judíos supervivientes del holocausto o a sus familiares.
Con el fin de las guerras, el país conoció un período de gran prosperidad, y en los años 1960 dieron comienzo los mayores proyectos de infraestructura (túneles, carreteras, ferrocarriles, etc.). La mentalidad popular evolucionó para igualarse al resto de Europa: el voto femenino se introdujo a nivel federal, los seguros de accidente y de enfermedad se volvieron obligatorios, y la semana laboral se acortó relativamente.
Se aceptaron proyectos como la creación de un nuevo cantón (el Jura). La tasa de desempleo no llegó a sobrepasar el 3 por ciento.
Década de 1990
A partir de 1992, el rechazo de la entrada de Suiza en la Unión Europea supuso una pequeña crisis: la tasa de desempleo llegó a subir por encima del 6%. Varias empresas se fusionaron, otras pasaron a manos extranjeras y otras se declararon en quiebra. Es gracias a este fenómeno que muchos politólogos explican la victoria del UDC o SVP en las elecciones de 2003, en las cuales este partido obtuvo el derecho de tener otro ministro en el Consejo Federal, acabando con más de 50 años de la llamada Fórmula mágica.
En 2002 el pueblo suizo aprueba la entrada de Suiza en la Organización de Naciones Unidas. En 2005 los acuerdos de Schengen son aceptados por el pueblo suizo.
Véase también
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