- Historia medieval de Hungría
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Este artículo abarca la historia del Reino de Hungría desde el siglo X hasta 1526.
Señalar que, aunque estrictamente hablando, el "reino" como tal aparece sólo a partir del año 1000, este texto describe su evolución previa después de 896, cuando los magiares llegaron a la llanura panónica
Significado
El término "Reino de Hungría" se utilizar para denotar la composición multiétnica de una serie de territorios en contraposición con el moderno estado húngaro, significativamente más pequeño y étnicamente más homogéneo. Con anterioridad al siglo XIX, el término "húngaro" designaba al habitante de este estado, independientemente de su etnia.
En Latín, los términos "natio Hungarica" y "Hungarus" se referían a la nobleza de este reino. Aunque la idea de Hungría (lealtad y patriotismo más allá de los orígenes étnicos) existía entre gran parte de la población de este estado, según el tratado Tripartitum, obra de István Werbőczy, sólo los nobles privilegiados eran la Natio Hungarica o Hungarus, sujetos a la Sagrada Corona con independiencia de su etnia.
Visión general
En los cuatro siglos posteriores a su migración hacia la llanura Panónica, los Magiares evolucionaron desde una difusa confederación de tribus para llegar a crear un reino reconocido. Este reino, que sería conocido como Reino de Hungría, estaba liderado por la dinastía Árpád y estaba fuertemente vinculado con la cristiandad occidental. Finalmente, el linaje de Árpád se extinguió, y el reino de Hungría volvió a hundirse en la anarquía, donde la nobleza más poderosa luchaba por el control
Tras el fin de la dinastía Árpád, los nobles húngaros eligieron una serie de reyes extranjeros que restablecieron la autoridad real. Hungría y sus países vecinos prosperaron durante varios siglos como Europa Central, y experimentaron una etapa de paz interrumpida únicamente por los conflictos sucesorios. Pero, con el tiempo, la expansión del imperio otomano y las luchas que siguieron a la Reforma Protestante acabaron por debilitar al país, que quedó finalmente dividido entre los Otomanos y el Imperio austríaco
Campañas magiares y la batalla de 955
Los lazos que unían a las siete tribus magiares se tornaron frágiles y quebradizos poco después de la migración. En aquel momento, Europa se había debilitado y estaba muy desunida y durante más de medio siglo los Magiares impusieron tributos en Baviera, la Gran Moravia, Italia y el Imperio bizantino y en tierras tan lejanas como los Pirineos. En el año 907, el margrave Leopoldo de Baviera organizó su ejército e intento lograr una victoria decisiva contra los Magiares. El ejército europeo estaba formado por en torno a 100.000 soldados, pero fueron derrotados por Árpád en la batalla de Brezalauspurc. En 910, los magiares derrotaron al Ejército Imperial Franco de Luis IV de Alemania cerca de Augsburgo. De 917 a 925 los magiares asaltaron Basilea, Alsacia, Borgoña, Sajonia y Provenza. En 937 saquearon Francia, llegando incluso a Reims e Italia hasta Otranto en el sur. En ocasiones como mercenarios y otras veces como saqueadores, las bandas arrasaron pueblos y ciudades y tomaron prisioneros para usarlos como mano de obra, pedir rescate o venderlos como esclavos. El emperador de Bizancio y los príncipes y monarcas europeos pagaban tributos anuales a los Magiares. En 955, sin embargo, los ejércitos del emperador Otón I del Sacro Imperio Romano Germánico destrozaron a un ejército magiar en la batalla de Lechfeld, cerca de Augsburgo. La derrota significó el final de las incursiones magiares en Europa occidental, aunque los asaltos contra el imperio bizantino se prolongaría hasta el año 970
Los Árpádes (970-1301)
Geza y los comienzos de la cristianización del pueblo húngaro
En la década de 970, como consecuencia de los cambios nacionales e internacionales, el más poderoso de los príncipes húngaros, Géza adoptó el Cristianismo, la fe de los vencedores, y comenzó a difundirlo por el país. Por la misma época, inició un proceso de organización del poder central. Apenas había entrado en guerra con países extranjeros durante sus 25 años de gobierno. Géza reforzó su política pacifista gracias a los matrimonios entre sus hijos y los miembros de las dinastías europeas más poderosas, con el fin de consolidar el poder magiar en la llanura panónica.
Los esfuerzos de Géza por establecer un estado estable que garantizara el trono a sus sucesores fracasaron en última instancia porque se vio obligado a compartir el territorio con otros miembros de la familia principal. El Príncipe Koppány también reclamaba el trono. En el derecho húngaro de sucesión se utilizaba el sistema llamado del Señorío- es decir, el derecho del hermano mayor superviviente. Koppány también exigía en matrimonio la mano de la viuda principal, Sarolt. La voluntad de Géza de que su primogénito herederara el trono chocaba frontalmente con el derecho ancestral húngaro.
En relación con su conversión al Cristianismo, surgía la gran cuestión de si Hungría debería unirse a la Iglesia Católica o a la Iglesia Ortodoxa. En un primer momento (en torno a 948), los nobles húngaros se adhirieron mayoritariamente a la Iglesia de Bizancio, ortodoxa. Sin embargo, en el otoño de 972, Adalberto de Praga fue nombrado obispo por el papa Silvestre II, con el objetivo de difundir el cristianismo occidental entre los húngaros. San Adalberto bautizó a Géza y a su familia. Su esposa, Sharolt, había sido bautizada por un obispo griego en su niñez. La decisión de adoptar este segundo bautizo fue dictada por las circunstancias. La última fase de los ataques húngaros fue dirigida contra el sureste, lo que encolerizó a los bizantinos. La abolición por parte del emperador de Bizancio de la independencia política y religiosa de Bulgaria fue un aviso a los húngaros.
La amenaza bizantina obligó al príncipe húngaro a buscar el reconocimiento político y moral del Sacro Imperio. La implantación del cristianismo occidental fue un acontecimiento cultural y político para los húngaros. Durante el reinado de Géza, finalizaron las expediciones de saqueo y a punto estuvo de lograr la consolidación de un estado independiente antes de su muerte.
San Esteban I
A la muerte de Geza, comenzaron los enfrentamientos por la sucesión en la corte: según el derecho ancestral húngaro, Koppány debería ocupar el trono, pero Geza había designado heredero a su primogénito. Las luchas en la familia real comenzaron en 997. Koppány se levantó en armas, y mucha gente en Transdanubia se unió a él. Los rebeldes representaban el antiguo orden, el derecho ancestral, la fe pagana y la organización tribal. Su rival Vajk Stephen, que tomó el nombre de Esteban tras ser bautizado, estaba respaldado por los señores magiares leales y caballeros alemanes e italianos, y pretendía unirse a la comunidad europea. La victoria final de Esteban sobre Koppány cambiaría para siempre el curso de la historia de Hungría.
Esteban consolidó su poder expulsando a otros jefes de clanes rivales y confiscando sus tierras. Después, pidió al papa Silvestre II el reconocimiento como rey de Hungría. El papa accedió, y la leyenda dice que Esteban fue coronado el día de Navidad del año 1000. La coronación convertía a Hungría en un estado de pleno derecho dentro de occidente, independiente tanto del Sacro Imperio Romano como del Imperio bizantino. También confería a Esteban un poder absoluto, que utilizó para fortalecer el poder de la Iglesia católica en Hungría. Ordenó a sus súbditos el pago de diezmos y la construcción de una iglesia por cada diez aldeas. Donó tierras el establecimiento de obispados y monasterios, decretó el matrimonio obligatorio para aquellos que no fueran clérigos y prohibió los matrimonios entre cristianos y paganos. Los monjes extranjeros que llegaron al país trabajaron como profesores, e introdujeron métodos agrarios occidentales. Aunque al principio se utilizaba un alfabeto húngaro para poner por escrito los textos, el país acabó adoptando el alfabeto latino. Entre los años 1000 y 1844, el latín fue la lengua oficial del país.
Esteban implantó en Hungría un sistema de condados a imitación del modelo franco, cada uno de los cuales estaba gobernado por un conde ispan, o magistrado, nombrado por el rey. Durante la época de Esteban, la sociedad húngara estaba organizada en dos clases: hombres libres y hombres no libres. Los nobles descendían por línea paterna de los magiares que habían llegado a la llanura panónica o que habían recibido nombramiento real. Sólo los nobles podían desempeñar cargos públicos o presentar quejas al rey. Pagaban diezmos y debían prestar servicios militares a la corona, pero estaban exentos de impuestos. Los no libres -que no tenían representación política- eran esclavos, libertos, inmigrantes o nobles despojados de sus privilegios. La gran mayoría eran siervos que pagaban impuestos al rey y entregaban parte de su cosecha a la nobleza por el uso de sus tierras. Los siervos dependían directamente del rey, lo que limitaba el poder de los nobles.
Las tierras de los clanes, las de la corona, y las antiguas tierras de la corona componían el antiguo reino. Las tierras de los clanes pertenecían a la nobleza, que podía dejarlas en herencia a otros miembros de la familia o a la iglesia; si un noble moría sin heredero, sus tierras revertían en el clan. Los territorios de la corona eran patrimonio de Esteban: tierras confiscadas a nobles desleales, conquistadas en la guerra, o desocupadas. Por último, las antiguas tierras eran propiedades concedidas a la iglesia o a particulares por el rey.
Esteban consiguió someter también a príncipes semiindependientes como los Atjonia, en el sur de Hungría, cerca del río Mureş (Maros) y los Gyula de Transilvania.
Sucesores de Esteban, invasión mongola y reconstrucción
Esteban falleció en 1038, y fue canonizado en 1083. Pese a la revueltas paganas y a la luchas sucesorios, Hungría continuó expandiéndose y fortaleciéndose. Se defendió Transilvania de las invasiones nómadas de oriente, y los territorios de Székelys y sajones fueron colonizados en los siglo XI y XII. A imitación de los ejércitos europeos, Esteban creó la caballería pesada húngara.
Tras su muerte, se inicia un proceso de luchas por la supremacía entre la corona y los nobles. En el año 1051, los ejércitos del Sacro Imperio Romano trataron de conquistar Hungría, pero fueron derrotados en el monte Vértes y en Pozsony en 1052.
En 1091, Ladislao I de Hungría conquistó Croacia.[1] [2] [3] [4] [5] Según una narración alternativa basada en el Pacta Conventa, que es posiblemente una falsificación,[6] Hungría y Croacia crearon una unión personal. No existe ningún documento genuino y autentificado que certifique este hecho, y las fuentes medievales mencionan la anexión de Croacia al reino de Hungría.
Los siglox XI y XII fueron relativamente tranquilos y Hungría desarrolló progresivamente un sistema de tipo feudal según el modelo de la Europa Occidental. La producción de grano aumentó, completando así la ganadería, pero hasta el siglo XII los métodos de cultivos siguieron siendo muy primitivos, ya que los granjeros cultivaban la tierra hasta dejarla exhausta, tras lo que emigraban a nuevos terrenos. Minas de oro, plata y sal constituían los principales ingresos reales. Pese a que se acuñó moneda, el ganado continuó siendo la principal unidad de cambio. Entre los siguientes miembros de la dinastía Árpád destacaron los siguientes:
Coloman, el "amante de los libros" (1095-1116)
El rey Coloman publicó su más famosa ley medio siglo antes que otros gobiernos: De strigis vero quae non sunt, nulla amplius quaestio fiat (En cuanto al tema de las brujas, tales cosas no existen, por lo que no se realizarán más investigaciones ni juicios).
Béla III (1172-92)
Bela III de Hungría fue el más rico y poderoso miembro de la dinastía. Gastaba anualmente 23.000 kg de plata pura, sobrepasando al rey de Francia (17.000 kg) y doblando a la corona inglesa.[7] Consiguió frenar la hegemonía bizantina en los balcanes. Los nuevos métodos de cultivo y la puesta en explotación de nuevas tierras generaron excedentes suficientes para mantener una nueva clase de artesanos. En el siglo XIII, los nobles húngaros vendían oro, plata, cobre y hierro con Europa occidental a cambio de bienes de lujo.
Andrés II (1205-35)
Hasta finales del siglo XII, el poder del rey fue incontestado y supremo en Hungría. Era el mayor propietario, y los ingresos que proporcionaban las tierras de la corona, igualaban prácticamente a los provenientes de minas, aduanas y acuñación de moneda. Sin embargo, durante el siglo XIII se produjo un cambio en la estructura social que empezó a afecta al poder absoluto del monarca. A medida que las tierras de la corona reducían su importancia como fuente de ingresos, el rey considero oportuno otorgar parte de estas tierras a la nobleza para asegurar su lealtad. Andrés II de Hungría, un rey derrochador, amante de las aventuras militares extranjeras y de los lujos domésticos otorgó a la nobleza grandes extensiones de tierras a los nobles que habían luchado junto a él. Estos nobles, algunos extranjeros, pronto se convirtieron en una nueva clase propietaria cuyo poder y riqueza les elevaba por encima de la mayoría del resto de la nobleza.
En 1211, Burzenland (en Transilvania) fue entregada a los Caballeros Teutónicos. En 1225, decidió expulsarlos de allí, por lo que la Orden Teutónica se estableció en las orillas del mar Báltico.
Encabezó la Quinta Cruzada a Tierra Santa en 1217, creando para ello el mayor ejército real de la historia de las cruzadas (20.000 caballeros y 12.000 guarniciones). Cuando Andrés intentó afrontar estos gastos elevando los impuestos a los siervos, esto perjudicó los ingresos de la pequeña nobleza, que se rebeló contra el rey. En 1222 forzaron al monarca a firmar la Bula dorada, la primera constitución de Europa continental. Por esta bula, equivalente húngaro a la Carta Magna inglesa, el poder real quedaba limitado. A partir de entonces, todos los reyes de Hungría deberían jurar este documento, que tenía un doble propósito: reafirmar los derechos de la pequeña nobleza y de las nuevas clases sociales frente al rey y los grandes magnates, y defender a todos aquellos habitantes de la nación del poder de la corona, restringiendo las prerrogativas reales en ciertos campos y legalizando la negativa a obedecer aquellas órdenes que contravinieran la legalidad (ius resistenci). La pequeña nobleza comenzó a presentar quejas a Andrés, un práctica que evolucionó hasta llegar a la institución del Parlamento o Dieta.
Además, se instauró la Doctrina de la Sagrada Corona. Según esta doctrina, la soberanía de la nación pertenece a la nobleza. Los miembros de la Sagrada Corona son ciudadanos de las tierras de la Corona. Ninguno de ellos podría alcanzar el poder absoluto. La nación compartiría el poder político con el rey. La minoría no podría gobernar sobre la mayoría (contra la tiranía y la oligarquía).
Bela IV (1235-70)
El hijo de Andrés, Bela IV de Hungría intentó restablecer el poder real recomprando las tierras de la corona que se habían perdido, aunque con poco éxito. Sus esfuerzos, sin embargo, abrieron una profunda brecha entre la corona y los magnates en el momento preciso en que los mongoles estaban cruzando Rusia hacia Europa. Consciente del peligro, Bela ordenó la movilización inmediata de toda la nobleza, grande y pequeña. Pocos respondieron y los tártaros derrotaron al ejército de Bela en la batalla de Mohi, el 11 de abril de 1241. Bela se dirigió en primer lugar hacia Austria, donde el duque Federico II de Austria le retuvo para intentar cobrar rescate, tras lo cual huyó a Dalmacia. Los Tártaros redujeron Hungría a cenizas y masacraron a gran parte de la población (entre el 25%-30%) antes de que llegaran noticias en 1242 de la muerte del Gran Ögedei Khan en Karakorum. Los tártaros se retiraron, dejando atrás a Bela y lo que quedaba de su reino. Según otras teorías, la retirada mongola se debió al relativo poco éxito de la campaña, debido a que los castillos y villas fortificadas conseguían aguantar los ataques, lo que desmoralizó al ejército mongol. En cualquier caso, la campaña concluyó.
Sin embargo, la mayor calamidad para la mayor parte de la población fue la hambruna y las epidemias que siguieron a la invasión. Sólo las ciudades y abadías fuertemente fortificadas consiguieron resistir los asaltos tártaros. Como consecuencia, tras la partida de los asiáticos, el rey Bela ordenó la construcción de cientos de castillos de piedra y fortificaciones para defenderse de futuras invasiones.
Bela comprendió que la reconstrucción del país requería del apoyo de la nobleza, así que abandonó sus proyectos de recuperar las antiguas tierras reales. En su lugar, otorgó tierras de la corona a sus partidarios, reorganizó el ejército reemplazando arqueros por caballería pesada y autorizó a la alta nobleza para reorganizar sus propiedades y construir castillos de piedra capaces de soportar asedios. Bela repobló el país con inmigrantes, transformando los asentamientos reales en centros de población que llenó con alemanes, italianos y judíos. La minería se perfeccionó, los métodos de cultivo mejoraron y la artesanía y el comercio emergieron en las ciudades. Los rumanos (wallachs) - que habían creado asentamientos en Transilvania - fueron aceptados igualmente. Aún más, relocalizó a los cumanos de Cuthen, que habían huido antes de la invasión tártara hacia Kunság/Kiskunság/Nagykunság, y les concedió autonomía. Tras el programa de reconstrucción real, los magnates se convirtieron en la fuerza política más poderosa de Hungría. Sin embargo, a finales del siglo XIII, se encontraban inmersos en luchas intestinas, tratando de consolidar sus propios principados.
Los mongoles volvieron a Hungría en 1286, pero el nuevo sistema de fortalezas y las nuevas tácticas (mayor índice de caballería pesada) consiguieron detenerlos. La fuerza invasora fue derrotada en las cercanías de Pest por el ejército real de Ladislao IV de Hungría.
El rey Bela IV murió en 1270, y la dinastía Árpád se extinguió en 1301 cuando Andrés III de Hungría, que había conseguido limitar, aunque parcialmente, el poder nobiliario, murió repentinamente sin heredero masculino. A partir de entonces, el reino se sumió en la anarquía con las facciones nobiliarias disputándose el trono. Durante los reyes posteriores a la dinastía Árpád, el Reino de Hungría alcanzó su máxima extensión, pese a la debilidad del poder real, que veía como los grandes propietarios (los Barones) aumentaban cada vez más su influencia. Esta alta nobleza comenzó a hacer uso de prerrogativas reales tales como la acuñación de monedas, declaración de guerra a potencias exteriores o vestimentas.
El estado medieval húngaro
"El desarrollo constitucional de Hungría en la edad media convirtió al poder de los reyes húngaros en el más efeciente del medievo, y eso fue debido a la ausencia de feudalismo. Indudablemente se pueden encontrar trazas de feudalismo, como las dominantes en toda Europa, en las antiguas instituciones húngaras, pero éstas aparecen como una mezcla accidental, no como esencia y rasgo característico de las mismas. Esa amalgama de prerrogativa pública y derecho privado que es la esencia del feudalismo, nunca prevaleció en la organización de los poderes públicos húngaros, nunca arraigó en la nación como en un todo. A esta temprana ascendencia de la ley pública en el gobierno del país debe Hungría, no sólo una mayor eficiencia no perjudicial para la libertad en los poderes públicos, sino en conexión con ella, un temprano crecimiento de la conciencia de unidad nacional, del patriotismo en su sentido más amplio, en una época en que el sentimiento tribal y las lealtades feudales subdividían Europa en pequeñas unidades que se paralizaban las unas a las otras y en las correspondientes mentalidades separatistas, contrarias a la miema idea de Estado y de sentimiento nacional." (Conde Albert Apponyi: "The juridical nature of the relations between Austria and Hungary" Congreso de Artes y Ciencias celebrado en San Luis, Estados Unidos, en 1904 )
La Edad de Oro (1308-1490)
Los dos primeros reyes extranjeros de Hungría, Carlos Roberto y Luis I, miembros ambos de la Casa de Anjou, gobernaron durante uno de los períodos más gloriosos en la historia del país. La paz reinaba en Europa Central y Hungría y sus vecinos prosperaban.
Carlos I (1308-42)
Tras la fase de destrucción que se produjo durante el interregno, el primer rey angevino, Carlos I Roberto de Hungría, descendiente por línea femenina de las dinastía de Árpád, restauró el poder real en el país y derrotó a los oligarcas rivales, los "reyezuelos". Carlos fue coronado rey durante su niñez y llevado a Hungría, donde fue educado. Sus políticas fiscal y monetaria y sus nuevas costumbres consiguieron triunfar bajo su reinado. Consiguió establecer un tipo de cambio estable para la moneda y reformas tributarias.
Una de las principales fuentes de información para el período son los registros de las minas de oro del norte y el este de Hungría. La producción llegó a alcanzar la nada despreciable cifra de 3.000 libras de oro anuales -un tercio de la producción del mundo conocido por aquel entonces, y cinco veces más que cualquier otro estado europeo.[8] [9]
Restableció la autoridad de la corona mediante la persecución de los magnates desleales y la distribución de las tierras confiscadas entre sus partidarios. Carlos Roberto ordenó a la alta nobleza el reclutamiento y equipamiento de pequeños ejércitos, llamados banderia. Gobernaba personalmente y reunía a la Dieta únicamente para anunciar sus decisiones. La política matrimonial conectaba a su familia con los gobernantes de los reinos de Nápoles y Polonia, lo que daba mayor fortaleza a la imagen exterior de Hungría.
Aparte de Italia, Hungría fue el primer país de Europeo en el que el Renacimiento hizo acto de presencia.[10]
El estilo renacentista llegó directamente desde Italia durante el Quattrocento. El temprano establecimiento de relaciones entre Italia y Hungría favoreció esta infiltración que se manifestaría en el cambio en las relaciones comerciales, cultura y humanismo. Durante la primera mitad del siglo XIV, estatuas de damas, caballeros, músicos de corte, sirvientes y guardias, marcan, no sólo el paso del siglo XIV al XV, sino también el comienzo de una nueva era. Ricamente vestidos y ornamentados, vistiendo zapatos puntiagudos y atrevidos sombreros, son un inesperado recordatorio de un floreciente, casi decadente Trecento Húngaro, cuya mera existencia era poco más que una conjetura antes de la milagrosa aparición de restos arqueológicos en el Castillo de Buda.[11]
El poder de la antigua Dinastía de Árpád se basaba aún en la posesión de vastas extensiones de terreno. Bajo el gobierno de los Angevinos, la familia real volvió a convertirse en la mayor propietaria del reino (hasta una tercera parte de todas las tierras), aunque basaron su poder, sobre todo, en el control de los castillos.
Luis el Grande (1342-82)
El sucesor e hijo de Carlos I Roberto, Luis I de Hungría conservó la autoridad real que su padre había construido. En 1351, Luis emitió un decreto que reconfirmaba la Bula Dorada, eliminaba las distinciones legales entre pequeña y alta nobleza, reglamentó las obligaciones de los siervos, y prohibió a los siervos abandonar las granjas de la pequeña nobleza para buscar mejores oportunidades en las propiedades de los magnates. El decreto estableció también el sistema del mayorazgo en las herencias. La economía húngara continuó floreciendo durante el reinado de Luis. El oro y los metales preciosos que se extraían de las minas del país engordaban las arcas reales, el comercio exterior aumentaba, se levantaban nuevas villas y ciudades y los artesanos se agrupaban en gremios. La prosperidad animó la actividad cultural, y Luis promovió la creación de manuscritos iluminados y creó en 1367 la primera Universidad de Hungría. Extendió sus territorios hasta el mar Adriático y ocupó el Reino de Nápoles en varias ocasiones. Bajo su reinado vivió el más famoso héroe de la literatura y la guerra húngaras: Nicolás Toldi. Luis también había visto acrecentada su fama en Polonia tras sus exitosas campañas contra tártaros y los lituanos. Tras dos guerras (1357-58 y 1378-81) contra Venecia consiguió anexionar Dalmacia y Ragusa, así como otros territorios en la costa adriática. Venecia tuvo que izar la bandera Angevina en la Plaza de San Marcos en los días de fiesta.
Luis I estableció una universidad en Pécs en 1367 por acuerdo con el papa. Los turcos otomanos asaltaban el país con una frecuencia cada vez mayor. En 1366 y 1367, Luis dirigió con éxito varias campañas contra el turco (batalla de Nicópolis, 1366), convirtiendo en vasallos a los estados balcánicos. En 1370, tras la muerte de Casimiro III de Polonia se convirtió en rey de Polonia y gobernaría durante doce años los dos países, manteniendo, a la vez, su influencia política en la península itálica.
Segismundo de Luxemburgo (1387-1437)
Tras la muerte de Luis I, fue su yerno Segismundo de Hungría (1387-1437), quien consiguió alcanzar el trono tras largas luchas. Bajo Segismundo, la fortuna de Hungría comenzó a declinar. Muchos nobles despreciaban al nuevo rey por su crueldad durante la lucha sucesoria, sus largas ausencias y sus costosas guerras exteriores. En 1401, un grupo de nobles encarcelaron temporalmente al rey y en 1403, otro grupo coronó un anti-rey que no consiguió asentarse, pero vendió Dalmacia a la República de Venecia, sin que Segismundo pudiera recuperarla.
En 1404, Segismundo promulgó la Placetum Regium, por la que ningún mensaje o bula papal podría ser proclamado en Hungría sin la autorización real. En 1414, el rey convocó el Concilio de Constanza, que puso fin al cisma de occidente en la iglesia católica con la elección de un nuevo papa.
A la muerte de su padre Carlos IV de Luxemburgo, rey de Bohemia, en 1419 Segismundo le sucedió en el trono. Posteriormente, en 1433, sería proclamado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Al igual que otros reyes húngaros anteriores, Segismundo elevó a sus partidarios a la categoría de magnate, liquidando las propiedades de la corona para afrontar sus elevados gastos. Aunque la economía húngara continuaba siendo rica, los gastos de Segismundo superaban sus ingresos. Incrementó los beneficios de la corona elevando los impuestos a los siervos y exigiendo pagos en moneda. Las revueltas sociales aparecieron al final del reinado de Segismundo como consecuencia de los elevados impuestos y de las renovadas presiones de los magnates sobre la pequeña nobleza. La primera revuelta campesina estalló cuando un obispo transilvano ordenó a sus súbditos el pago del diezmo en moneda en lugar de en especie. Por otra parte, las enseñanzas de los husitas se extendieron entre la población, que se levantó contra el obispo. Aunque la revuelta fue rápidamente sofocada, provocó la unión de los Szekel de Transilvania, los húngaros y los sajones de Transilvania en la Unio Trium Nationum para defender sus privilegios e independencia ante cualquier poder excepto el del rey. Durante su largo reinado, el castillo real de Buda se convirtió en el mayor palacio gótico de la Baja Edad Media. La primera traducción al húngaro de la Biblia data de 1439, pero la Biblia en húngaro era ilegal en esta época.
Nuevos desórdenes se produjeron cuandos los otomanos expandieron su imperio a los Balcanes. En 1352, cruzaron el Bósforo, sometieron Bulgaria en 1388 y derrotaron a los serbios en la batalla de Kosovo de 1389. Segismundo encabezó una cruzada contra ellos en 1396, pero fue derrotado por los otomanos en Nicopolis, aunque pudo escapar con vida. Las campañas de Tamerlán en Anatolia en 1402 y 1403 redujeron la presión otomana en Europa, pero en 1437, el sultán Murad II se preparó para invadir Hungría. Segismundo murió ese mismo año y sus sucesores Alberto II (1437-39) y Ladislao I (1439-44), conocido en Hungría como Ulaszlo I, fallecieron durante las guerras contra los Otomanos.
La época del conde Juan Hunyadi
Tras la muerte de Ladislao I, los nobles húngaros eligieron como rey a Ladislao V de Hungría, llamado así por ser hijo póstumo de Alberto II, situando como regente a Juan Hunyadi hasta que el rey alcanzara la mayoría de edad. Hijo de un noble menor de ascendencia valaca o cumano,[12] Hunyadi se había distinguido en las guerras contras los otomanos. Ascendido a general, fue gobernador militar de Transilvania, uno de los mayores propietarios de Hungría, y héroe de guerra. Usó su patrimonio personal y el apoyo de sus partidarios para alcanzar la Regencia pese a la oposición de los magnates. Creó un éjército mercenario financiado por el primer impuesto de la historia de Hungría que afectó a la nobleza. Derrotó a las fuerzas otomanas en Transilvania en 1442 y consiguió rumper el dominio turco en Serbia en 1443, aunque fue derrotado al año siguiente en la batalla de Varna, donde perdió la vida el rey Ladislao I. En 1446, el Parlamento eligió a Hunyadi como gobernador, cargo que ejercería hasta 1453, en que fue nombrado regente del reino. En 1448, Hunyadi trató de expulsar a los turcos, pero fue traicionado por Serbios y Valacos, que le dejaron en inferioridad numérica ante los turcos en la segunda batalla de Kosovo.
En 1456 consiguió retener la ciudad de Belgrado pese al asedio al que fue sometida por el sultán otomano Mehmed II. Durante el asedio, el papa Calixto III ordenó que las campañas de todas las iglesias sonaran al mediodía, llamando a los creyentes a la oración para defender la ciudad. Sin embargo, en muchos países (como Inglaterra y los reinos hispánicos), las noticias de la victoria llegaron antes que la orden papal, por lo que el sonido de las campanas se transformó en una muestra de alegría.
Poco después, Hunyadi murió debido a la peste bubónica.
Matías Corvino y el absolutismo
Algunos magnates detestaban a Hunyadi, tanto por su popularidad como por los impuestos, y temieron que sus hijos intentaran quitar el trono a Ladislao. Ordenaron a los hijos de Hunyadi regresar a la corte, donde el hijo mayor fue decapitado. Su hermano pequeño, Matías fue apresado y encarcelado en Bohemia. Sin embargo, la pequeña nobleza leal a Matías, pronto se rebeló y expulsó del poder a Ladislao V de Hungría, que murió en el exilio poco después. Tras su muerte, pagaron el rescate de Matías, se reunieron con él sobre las congeladas aguas del Danubio y lo proclamaron rey. Matías Corvino (1458-1490) fue, con la única posible excepción de Juan I Szapolyai, el último rey de Hungría que gobernó efectivamente sobre todo el país.
Esta era la primera ocasión en la Hungría medieval en que un miembro de la nobleza, sin ancestros o relaciones con la realeza, alcanzaba el trono real. Un auténtico príncipe del Rencimiento, exitoso militar y hábil administrado, sobresaliente lingüista, notable astrólogo y patrón de las artes y del conocimiento.[13]
Aunque Matías reunía regularmente a la Dieta y aumentó el poder de la pequeña nobleza en los condados, ejerció su poder de un modo absoluto a través de la creación de una burocracia eminentemente laica. Reclutó un ejército de 30.000 hombres entre húngaros y extranjeros y fortificó la frontera sur del país con la creación de una red de castillos. Sin embargo, no desarrolló una política antiturca agresiva como su padre, sino que lanzó ofensivas, bastante impopulares contra Bohemia,Polonia y Austria bajo el pretexto de crear una potencia centroeuropea que pudiera plantar cara a los otomanos, pero con la intención última de convertirse en emperador del Sacro Imperio. Eliminó exenciones fiscales y aumentó las cargas sobre los siervos para financiar el nuevo ejército y los gastos de su corte. La nobleza protestó ante estas medidas, pero los siervos en general consideraron a Corvino un rey justo, ya que, aunque incrementó sus cargas, les defendió de modo efectivo contra los abusos de otros magnates. Reformó también el sistema legal del país, estimulando el crecimiento urbano. Matías Corvino fue un auténtico hombre del Renacimiento, y convirtió su corte en un centro de irradiación de la cultura humanístico; bajo su gobierno, la imprenta llegó a Hungría y se creó una segunda Universidad en Budapest. La Bibliotheca Corvinniana, obra suya, era conocida en toda Europa. En ella se guardaba la mayor colección de documentos históricos y trabajos filosóficos y científicos durante el siglo XV, siendo superada únicamente por la Biblioteca Vaticana, que sólo custodiaba materiales religiosos. Esta librería renacentista fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.[14] En su persecución del trono imperia, Matías se mudó finalmente a Viena, donde falleció en 1490, envenenado según algunas teorías.
La dinastía Jagellon y la decadencia de Hungría (1490-1526)
Los magnates del reino, que no deseaban otro rey de mano pesada, elevaron al trono a Ladislao II, hijo de Casimiro IV de Polonia y rey de Bohemia (Ulászló II para la historia húngara). Este rey era conocido como el Rey Dobže, o Dobzse (que significa “bueno” o, en otro sentido, “de acuerdo”) por su hábito de aceptar con esa palabra cualquier papel que se le pusiera delante.[13] Bajo su gobierno, el poder central comenzó a atravesar serias dificultades financieras, debido principalmente a la ampliación de territorios feudales a expensas del patrimonio real. A instancias de la nobleza, el rey abolió los impuestos creados por Corvino y que servían para financiar el ejército húngaro, con lo que este se dispersó justo cuando la amenaza turca era más acuciante. Los magnates desmontaron también el sistema administrativo creado por Corvino y se enfrentaron a la pequeña nobleza. En 1492, la Dieta limitaba la libertad de movimiento de los siervos y ampliaba sus obligaciones, mientras que una parte importante de campesinos libres conseguía prosperar gracias a la exportación de ganado a Occidente. El descontento rural estalló en 1514 cuando un grupo de campesinos armados que iban a unirse a una cruzada contra los turcos se rebeló bajo las órdenes de György Dózsa (un capitán de la guardia de fronteras) y atacó numerosas propiedades por toda Hungría. Unidos frente a esta amenaza común, alta y pequeña nobleza derrotaron finalmente a los rebeldes, tras lo que Dozsa y los otros líderes fueron cruelmente ejecutados.
Commoncionados por la rebelión campesina, la Dieta de 1514 aprobó nuevas leyes que vinculaban definitivamente a los siervos a la tierra y aumentaban aún más sus cargas. El castigo corporal se extendió, y algunos nobles incluso amarraban a sus siervos como si fueran rebaños. El jurista István Werbőczy incluyó estas nuevas leyes en su Tripartitum de 1514, que constituiría el espíritu del corpus legal húngaro hasta la revolución de 1848. Sin embargo, Tripartitum nunca funcionó como un auténtico código legal
Este tratado otorgaba al rey a los magnates húngaros, porciones iguales de poder: los nobles reconocían al rey como su superior, pero, a cambio, se les otorgaba la prerrogativa de elegir al rey. Tripartitum, además, eximía a la nobleza del pago de impuestos, obligaba a prestar servicios militares sólo en caso de guerras defensivas, y les permitía realizar arrestos arbitrarios con total inmunidad.
Cuando Ladislao II murió en 1516, su hijo de diez años Luis fue coronado rey, pero un Consejo Real designó a la Dieta para que gobernara el país. Hungría estaba al borde de la anarquía por las luchas nobiliarias. Las arcas reales estaban exhaustas, y el rey tuvo que pedir dinero prestado para mantener su hacienda, pese al hecho de que recibía un tercio de los ingresos nacionales. El país se encontraba indefenso frente a amenazas exteriores: los guardias fronterizos no recibían su paga, las fortalezas se desmoronaban por la falta de mantenimiento y las iniciativas para incrementar los impuestos que permitieran reforzas las defensas eran desestimadas. En 1521, el Sultán Suleiman el Magnífico percibió la debilidad de Hungría y tomó Belgrado para atacarla. Luis II y su esposa, María de Habsburgo trataron de organizar un golpe de estado contra la nobleza, pero fracasaron. En agosto de 1526, Soleimán el Magnífico entro en Hungría al frente de 100.000 hombres. Las tropas húngaras estaban aún organizándose cuando un ejército húngaro formado por 26.000 se enfrentó a los turcos en Mohacs; los europeos eran hombres bien entrenados y pertrechados, y estaban esperando refuerzos de Chequia y Transilvania, pero carecían de líder militar. Sufrieron una tremenda derrota, dejando 20.000 muertos en el campo de batalla, entre ellos el propio rey, que falleció al caer del caballo.
Tras la muerte de Luis, una facción nobiliaria proclamó rey a Juan I Szapolyai, mientras que otro grupo eligió a Fernando I de Habsburgo; ambos reclamaron la soberanía sobre todo el país, pero carecían de fuerza para derrotar a sus rivales. Szalpoyai, gobernador militar de Transilvania y húngaro de nacimiento, fue reconocido por el sultán y era apoyado por la pequeña nobleza, contraria a la imposición de soberanos extrajeros. Fernando, por su parte, contaba con la ayuda de los magnates de Hungría occidental, que esperaban conseguir la ayuda de su hermano Carlos, el Sacro Emperador Romano, para expulsar a los turcos. En 1538, George Martinuzzi, consejero de Szalpoyai, firmó un tratado con el bando rival por el que Fernando sería reconocido como rey de toda Hungría a la muerte de Szapolyai, que no contaba con descendencia por aquella época. El acuerdo se rompió cuando Szalpoyai se casó y tuvo un hijo. Se produjo un estallido de violencia aprovechado por los turcos para conquistar Buda y partir el país en 1541.
Notas
- ↑ Free Dictionary - Croatia
- ↑ Ladislaus I
- ↑ «Marko Marelic : The Byzantine and Slavic worlds».
- ↑ «Hungary in American History Textbooks».
- ↑ «Hungary, facts and history in breef».
- ↑ Europe in the Middle Ages, 500-1250
- ↑ A concise history of Hungary
- ↑ «Hungary—History». Nations Encyclopedia.com. Consultado el 21 de noviembre de 2008.
- ↑ «C. A. Macartney: Hungary—A Short History». Mek.oszk.hu. Consultado el 21 de noviembre de 2008.
- ↑ The influences of the Florentine renaissance in Hungary
- ↑ History of Hungary
- ↑ Katolikus Lexikon: Hunyadi János, A M. Nemz. Tört. IV. Bp., 1896.—Elekes 1952.—Teke 1980.—Puskely 1994:279. (Hungarian).
- ↑ a b «Hungary—Britannica Online Encyclopedia». Britannica.com. Consultado el 21 de noviembre de 2008.
- ↑ «Hungary—The Bibliotheca Corviniana Collection: UNESCO-CI». Portal.unesco.org. Consultado el 21 de noviembre de 2008.
Referencias
- Este artículo fue creado a partir de la traducción del artículo Kingdom of Hungary in the Middle Ages de la Wikipedia en inglés, bajo licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0 y GFDL.
Véase también
Categorías:- Hungría en la Edad Media
- Historia de Hungría
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