- José de Urrutia y de las Casas
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José de Urrutia
El general Urrutia, por Francisco de Goya.General Años de servicio 48 Lealtad España Unidad Artillería, Ingenieros militares Condecoraciones Orden de Calatrava
Orden de Carlos III
Orden Militar de San Jorge del Imperio ruso
Espada de Oro al Mérito del Imperio rusoParticipó en Asedio a Gibraltar de 1779
6ª Guerra Ruso-Turca
Defensa de Ceuta de 1791
Guerra de la ConvenciónNacimiento 19 de noviembre de 1739
Zalla EspañaFallecimiento 1 de marzo de 1803
Madrid EspañaOtros empleos Cartógrafo, ingeniero y profesor de matemáticas José Ramón de Urrutia y de las Casas (n. Zalla, 1739 - † Madrid, 1803) fue un militar español. Nacido el día 19 de noviembre de 1739 en Zalla (Vizcaya, País Vasco, España) y bautizado el mismo día en la iglesia parroquial de La Herrera siendo su padrino Sebastián de la Cuadra y Llarena, marqués de Villarías. Sus padres fueron Feliciano de Urrutia, coronel de la Guardia valona, y Agustina de las Casas.
Estudió en su juventud en la villa de Valmaseda y después entró en la Academia Militar de Matemáticas de Barcelona. Ingresó en el ejército el 6 de abril de 1755 y se convirtió en cadete en el Regimiento de Infantería de Murcia. Obtuvo el título de subteniente cinco años después en el Regimiento de Guadalajara. En 1764 embarcó para México con el Regimiento de América.
Contenido
Experiencia en México
Terminada la Guerra de los Siete Años, España pretendió reorganizar sus ejércitos en el Virreinato de Nueva España, dadas las nuevas condiciones creadas por el fin de la guerra y la nueva vecindad con las colonias británicas. Buscando militares para acompañar al Marqués de Rubí a una expedición a las posiciones españolas más septentrionales del Virreinato mexicano, el virrey de la Nueva España, el marqués Carlos Francisco de Croix, nombró a Urrutia ingeniero para que acompañase a Rubí en la expedición. El cartógrafo subteniente Urrutia partió con la expedición el 6 de marzo de 1766 por El Camino Real de Tierra Adentro, estuvo en Zacatecas, Durango, de ahí continuó a Chihuahua, El Paso y Santa Fe de Nuevo México, levantando también planos de estos dos últimos presidios. A su regreso inspeccionó los presidios de San Buenaventura en Nueva Vizcaya y los seis presidios de Sonora. Cruzó la Sierra Madre, visitando presidios y guarniciones en Coahuila, Texas, Nuevo León y Nayarit. Por estos servicios a la Corona española se le nombró teniente.
Después fue destinado con el Visitador General de la Nueva España, José de Gálvez, a inspeccionar la región noroeste, que incluía Sonora, Sinaloa y la Baja California, con la finalidad de supervisar la expulsión de los jesuitas, mejorar las defensas de la región y preparar las expediciones al resto de California. En este sentido, colaboró en la creación del plano del puerto de San Blas, Bahía de La Paz y Puerto de Cortés y Bahía de San Bernabé, puertos vitales para la colonización de toda California.
De vuelta a México capital, el virrey le encomendó la obra pública hidráulica más importante de la ciudad, realizar los Planos del Real desagüe de Huehuetoca, para evitar inundaciones que asolaban la ciudad con el paludismo, que afectó a Urrutia durante las obras.
De vuelta en España
De vuelta en España, y tras dar cuentas al Rey de sus acciones en la frontera española de Norteamérica, es destinado a Canarias en 1770, donde debía participar en la creación del plano de las Islas. Por una enfermedad tuvo que retirarse a Ávila, donde trabajó como profesor de Matemáticas, tras rechazar un puesto de director en el Ministerio de la Guerra. Sintiéndose recuperado, y viendo la inminencia de la guerra entre España y Gran Bretaña, marchó para tomar parte en el sitio de Gibraltar en 1779. Tras ser herido de un balazo mientras dirigía las obras de la batería de San Carlos, se retiró al hospital de Algeciras. Sin estar completamente recuperado, participó en la toma de Menorca dirigida por el Duque de Crillon, donde encabezó un regimiento de granaderos, dirigiendo después la reparación del Castillo de Fornells en Mahón.
De allí le ordenaron volver a Gibraltar, donde luchó al frente de los atrincheramientos avanzados desde los cuales rechazó a los británicos y salvó a una columna francesa de caer prisionera.
Firmada la paz con Gran Bretaña en 1783, fue ascendido a Comandante General de Algeciras, desde donde realizó el trazado del mapa de las costas del estrecho. Después dirigió las obras del Canal de Castilla.
Su periplo europeo
Terminado su trabajo en el Canal de Castilla, que debía unir por vía fluvial la España interior con los puertos del norte, fue enviado como integrante de una comisión con misión política, diplomática y militar, para captar los conocimientos militares de los ejércitos europeos de la época. Visitó Prusia, Francia, Países Bajos, Austria, Suecia, Turquía e Inglaterra. En esta misión empleó cuatro años de su vida.
Pero su mayor vivencia la tuvo en Rusia, donde despertó importantes simpatías, de tal modo que le ofrecieron mandar una división del ejército ruso en la campaña que se iba a emprender en la Guerra Ruso-Turca (1787-1792). Su valor y sus conocimientos como ingeniero en los asaltos de la fortaleza de Özü (más conocida con el nombre ruso de Ochákov), Palanca, Akerman y Bender y en la batalla de Caman fueron muy comentados. Por su reconocida valía fue condecorado por el Mariscal General Potemkin con la Cruz de San Jorge de cuarto grado, la Espada de Oro al Mérito y el ascenso a general del Imperio ruso, aunque esta última no lo aceptó porque le obligaba a jurar servir a Rusia el resto de su vida militar. De vuelta en España, pidió se revisase su expediente militar, ya que únicamente ostentaba el título de brigadier del ejército español. El nuevo rey, Carlos IV, consideró oportuno ascenderle dados sus méritos, nombrándole Mariscal de Campo y destinándole a dirigir la guerra contra Marruecos que recientemente había estallado por el sitio que el sultán de ese país, Al-Yazid, había puesto a la ciudad de Ceuta, ciudad de la que fue nombrado Comandante, y en la que derrotó al sultán marroquí. Como resultado de esta victoria, el Rey le ascendió en solo dos años a Teniente General en 1793.
La guerra de la Convención
Tomó el mando en Navarra, donde expulsó a los franceses del valle de Roncal. Liberada Navarra se dirigió a Cataluña, donde consiguió conquistar la mayoría de las plazas del Rosellón. Después de no muchos éxitos del conde de la Unión, y tras decaer la moral del ejército debido al retraso en los pagos, Carlos IV le nombró Capitán General de Cataluña y presidente de la Real Audiencia.
Después de pagar lo que se debía a sus soldados, Urrutia venció en Fluvía, en el castillo de Pontós en 1795 y en Belver en Cerdaña, y penetró en territorio francés del Rosellón, donde preparó el asalto a Mont-Leonis.
Llegada la paz, fue ovacionado y vitoreado por la opinión pública a causa de sus victorias, ante lo cual el Rey le nombró Capitán General de los Reales Ejércitos. Su fama y prestigio llegaron tan lejos, que el magnífico Goya le retrató en una obra que hoy se conserva en el Museo del Prado.
La paz y la recompensa
Urrutia fue nombrado en diciembre de 1797 Ingeniero General del Ejército español, desde donde dio vida al Cuerpo de Ingenieros Militares, fue nombrado Consejero del Tribunal Supremo de Guerra y primer director del Museo de Artillería. En 1799 fue nombrado Comandante General interino del Real Cuerpo de Artillería. Del mismo modo, el Rey le ofreció un título de Castilla y la Grandeza de España para su mayor gloria y la de sus descendientes, a lo que Urrutia se negó, ya que era soltero y no tenía hijos.
El gobierno de Godoy y muerte
Preparándose para volver a América, recibió la orden del primer ministro del Rey, Manuel Godoy, de acompañarle a la Guerra de las Naranjas contra Portugal. Urrutia no sentía simpatía por el valido (se le tenía por anglófilo) y consideraba que la guerra contra Portugal era injusta, así que rechazó el encargo, prefiriendo desarrollar sus proyectos en América. Tras una disputa con el Rey y Godoy por este motivo, en 1797 fue nombrado Capitán General de Extremadura, para que informase de los movimientos de los buques ingleses en los puertos de Portugal. También en 1797 recibe la distinción de Padre del Señorío de Vizcaya por parte de las autoridades provinciales, habiendo recibido ya en 1788 la distinción de alcalde honorario de la villa de Balmaseda, ciudad en la que aprendió sus primeras letras.
Como resultado de la antipatía mutua que se tenían, Godoy expulsó a Urrutia de los Reales Sitios en 1801 a Sevilla. Recibió un perdón del Rey, donde éste le nombraba Capitán General de Valencia, pero fue revocado por Godoy solo un mes después.
Cargos y condecoraciones
- Caballero Comendador de la Orden de Calatrava
- Caballero Comendador de la Imperial Orden Militar de San Jorge de Rusia en 4º Grado
- Espada de Oro al Mérito del Imperio ruso
- Real Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III
- Director y Coronel General interino del Real Cuerpo de Artillería
- Fundador del Cuerpo de Ingenieros Militares
- Ingeniero General de los Reales Ejércitos, Plazas y Fronteras
- Comandante de Ceuta
- Comandante General de Algeciras
- Capitán General de Cataluña y Presidente de la Real Audiencia
- Capitán General de Extremadura
- Presidente de la Junta de Defensa de las Indias
- Inspector General de las Indias de los Cuerpos de Artillería e Ingenieros
- Consejero del Tribunal Supremo de Guerra
- Fundador y Director del Museo de Artillería
- Padre del Señorío de Vizcaya
- Alcalde honorario de la Villa de Balmaseda
Después del éxito de Godoy en la Guerra de las Naranjas, se le concedió el permiso para volver a la capital, donde ostentó el cargo de presidente de la Junta y defensa de las Indias. Murió el 1 de marzo de 1803 en Madrid a las cuatro y media de la tarde, siendo enterrado en la iglesia parroquial de Santa María la Real de la Almudena.
Legó sus numerosos escritos sobre su vida, obras de poliorcética, tratados de artillería, obras tácticas, descripciones topográficas, memorias de campaña y proyectos de academias militares, algunos de los cuales se conservan en el Museo Británico, en el Museo del Ejército español y otros se han perdido. Consiguió ser el primer militar de origen plebeyo en obtener la graduación de Capitán General en el Ejército español.
El cuadro
Goya sitúa al General sobre un fondo montañoso seguramente como alegoría de sus orígenes vascos, portando en su mano derecha un catalejo y en la izquierda un bastón y el sombrero de tres picos. En la solapa de su casaca únicamente luce la condecoración rusa de San Jorge. Goya intenta plasmar la personalidad del retratado iluminando más las piernas y el tronco que el rostro del General, ya que éste siempre tuvo la intención de pasar desapercibido, pero a su vez otorga colores muy vivos a su uniforme, que dan gran alegría al retrato.
- Nombre del cuadro: El General José de Urrutia.
- Autor: Francisco de Goya.
- Fecha: h. 1798.
- Estilo: Neoclasicismo.
- Tipo: Óleo sobre lienzo.
- Medidas: 199 cm-133 cm.
- Ubicación: Museo del Prado, Madrid, España.
Bibliografía
- Bermúdez de Castro, Luis: El Capitán General D. José de Urrutia, Revista Ejército, n.° 56
- Beerman, Eric: ¿Quién era el General Urrutia que Goya retrató?, Universidad Complutense de Madrid
- Escagües de Javierre, Isidoro; A los Capitanes Generales inmerecidamente olvidados: El Excmo. Sr. D. José de Urrutia y de las Casas".
Enlaces externos
- D. José de Urrutia, en la web de Ingenieros Militares de España.
- D. José de Urrutia en Euskomedia.
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