- Paleoamericano
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Paleoamericano
El paleoamericano es el transcurso del periodo paleolítico transcurrido en América.
Una de las teorías sobre la llegada del hombre a América, es la del cruce por el Puente de Beringia: los científicos afirman que el Puente de Beringia, en condiciones de ser transitado por hombres y animales, duró un "breve" período durante la última glaciación, cuando el nivel del mar llegó a bajar 200 metros y el actual estrecho de Bering, se convirtió en istmo, durante dos etapas. La primera etapa duró unos 4.000 años y la segunda etapa, unos 15.000 años. Es decir, se mantuvo el Puente de Beringia, en condiciones de tránsito, unos 19.000 años...
La ruta que siguieron los primeros humanos que cruzaron, pudo haber sido por los valles ubicados al sur de los montes Chukots en Asia y el ingreso a América, pudo haber sido por la península Seward. Entre ambos puntos extremos en Siberia y Alaska, no hay más de 75 kilómetros...
La ruta de Beringia es indiscutible y está confirmada por pruebas arqueológicas, genéticas y culturales. Lo que actualmente se discute es si ésta fue la única ruta prehistórica para el ingreso del Homo sapiens a América y la época de las migraciones. La misma ruta de Beringia presenta dos posibilidades: Una netamente terrestre y la otra costera, incluso de cabotaje. la primera de ambas probabilidades hasta hace poco casi "oficial" en la comunidad científica, actualmente es objetada ya que la ruta netamente terrestre significaba atravesar zonas glaciares o casi glaciares en donde la supervivencia humana era muy difícil, mientras que un cabotaje sin dudas fue perfectamente practicable y, esto explicaría que se encuentren en Nortemerica yacimientos más antiguos en las zonas costeras del Pacífico cercanas a California y que los -hasta el presente hallados- yacimientos en zonas más septentrionales de Norteamérica, sean más tardíos.
Los primeros yacimientos norteamericanos presentan restos humanos de un fisiotipo diferente al de los indoamericanos típicos, se encuentran más semejanzas con los paleosiberianos del yacimiento del Yana, de este modo es que se habla de una primera población de paleoamericanos a la cual luego se sobrepuso la de los indoamericanos.La llegada de los primeros hombres a América, se habría producido hace alrededor de 35.000 años atrás...
Otras rutas de probables migraciones, fueron las siguientes:
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- Península de Kamchatka (Siberia), islas Aleutianas (Pacífico), costa sur de la península de Alaska. Procedencia: asiática. Habrían utilizado embarcaciones rudimentarias.
- Islandia, Groenlandia, Labrador, Terranova. Procedencia: europea. Remy Coteville-Giraudet documentó entre 1928 y 1931 la hipótesis del origen europeo (Cro-Magnon) de los "pieles rojas" (algonquinos). Emerson Greenman en 1963 planteó la ruta hipotética de la migración europea a América durante el paleolítico superior y el origen europeo de los beotucos de Terranova. Bruce Bradley y Dennis Stanford replantearon en 1999 la existencia de esa migración basados en las similitudes entre la industria lítica solutrense, y la Cultura Clovis.
- Oceanía, Antártida, América del Sur. Debieron usar balsas primitivas (teoría del antropólogo portugués A. Mendes Corrêa.
- Melanesia, Polinesia, América. También debieron usar balsas, del tipo polinesio actual (teoría del antropólogo francés Paul Rivet).
Contenido
La llegada de los primeros humanos a los Andes peruanos
Los primeros humanos llegaron a lo que hoy es el actual territorio del Perú, con las mismas características que sus antepasados que cruzaron el Puente de Beringia, seguramente con algunas herramientas, creencias religiosas y formando grupos o bandas; y, comienzan a asentarse en lo que hoy es el territorio del Perú; ya sea por el descubrimiento de la agricultura o la ganadería, o porque, como fue el caso de la costa peruana, en donde se vuelven semi sedentarios, debido a los recursos marinos que encontró en sus costas, listas para ser recolectadas.
Así, encontramos al humano más antiguo en el Perú, ubicado en la pascana de Paccaicasa, en la cueva de Piquimachay. Parece ser que la región andina comprendida entre la línea ecuatorial y los 20° de latitud sur, fueron la zona preferida de las bandas de recolectores, cazadores y pescadores, ocupando los pisos ecológicos quechua, suni, puna, yunga y chala. Estos primeros pobladores se acostumbraron al Ande y crearon muchos siglos después, las primeras culturas andinas, y posiblemente una de las primeras, fue la del complejo de Piki en Ayacucho.
Este sitio se encontraba a 12 kilómetros al norte de Ayacucho (capital regional de la región Ayacucho). Los restos fueron ubicados en la cueva de Pikimachay, a una altitud de 2740 msnm, con una antigüedad probable de 17.500 años, en el piso ecológico sierra quechua.
Ahora bien, es innegable que esta primitiva sociedad al sentirse desamparada, ante la ferocidad de algunos animales, las inclementes condiciones climáticas y otras, adversas a su subsistencia, sintió la necesidad de protegerse y desarrollaron mecanismos de seguridad, mediante abrigos (cuevas) seguros y, armas desde luego. La necesidad de seguridad, ya era innato al hombre peruano. La organización social imperante, era la “comunidad primitiva”: vida, trabajo y subsistencia en común. Obligados por la escasa tecnología, estos primeros habitantes del Ande peruano hacían sus pocas actividades en forma conjunta con el resto de la banda y lo que obtenían, producto de ese esfuerzo, lo repartían en partes iguales, sin importar edad o sexo. En los momentos de la recolección, la banda era guiada por el hombre más experimentado, pero durante la cacería por el más hábil o por el más fuerte.
Existen otras evidencias tempranas de ocupación del Ande peruano en Jayhuamachay, Pachamachay y cerro Huargo, con una antigüedad de 13.500 años a.C.
En el año 1969, el norteamericano Thomas Lynch (Universidad de Cornell) descubre los vestigios culturales más importantes con una antigüedad promedio de 10.560 años a.C (muestra GX 1859), en los andes norte, se la denominada cueva de "El Guitarrero" (Guitarrero cave), en la Cordillera Negra, en el Callejón de Huaylas, en la región Ancash, provincia de Yungay, a 6 kilómetros al sur de la ciudad de Yungay, en la orilla occidental del río Santa.
Corresponde a una cueva a una altitud de 2.580 msnm, en donde se han encontrado restos fósiles y que según su data, fue utilizada durante todos los siglos del nomadismo y de la época de los inicios de la agricultura por lo que a este lugar se le considera "uno de los grandes testimonios del origen de la agricultura en América"; pertenece al piso ecológico denominado Quechua.
En los estratos inferiores se han encontrado puntas de proyectiles y restos de cuchillo, según su descubridor, el arqueólogo Thomas Lynch, parece ser que fue la primera fábrica andina de instrumentos y armas.
En la costa peruana, cerca de Lima en Ancón, se encuentra Chivateros, cerca de la desembocadura del río Chillón que evidencia la presencia humana hacia el 8500 a. C.; y así podemos seguir enumerando sítios, en donde si bien no había aún el concepto de Estado y Nación, pero qué duda cabe, el humano peruano, sin saberlo quizá, iniciaba su camino lento pero inexorable hacia ello y hacia la civilización, la más grande de América: la Inca.
Así tenemos Lauricocha, en Huánuco, conjunto entre los 3.950 msnm, es decir, región Suni y los 4.500 msnm, región Puna. Ahí se encontró raspadores y lascas, huesos fosilizados de camélidos y cérvidos (taruga o taruca), raíces y tubérculos, proyectiles de puntas foliáceas en forma de sauce o laurel, tumbas, la mayoría de niños, figuras de animales, representación de danzas ceremoniales, etc., con una antigüedad de 8.000 a. C., con comprobación científica irrefutable. Es interesante analizar Lauricocha: se nota una organización del trabajo, ya una cierta organización espacial. La movilidad de la banda se hacía entre la cueva refugio y los refugios estratégicos de caza y recolección. Denota ya a esa temprana época, una organización de la seguridad y defensa de la banda u horda y de sus sitios semi temporales de refugio.
Ya en Lauricocha, debieron haber tenido una organización más avanzada a la de las bandas y debieron manejarse otros paremtros como la obediencia a los jefes, respeto a los primeros “especialistas”, y, defensa colectiva de su círculo de supervivencia y de sus cuevas–refugio.
Otras antiguas huellas del Ande peruano, son Tres Ventanas, Guitarrero II, Puente Jayhua, Toquepala, Pachamachay, Caris (Tacna), Santo Domingo de Paracas.
En la etapa de los cazadores superiores, se inicia la explosión cultural del hombre andino peruano y se inicia con las pinturas rupestres, que eran pintadas en las paredes de las cuevas y en algunas piedras ceremoniales.
No hay duda, que el dominio del fuego, trajo consigo más seguridad y sociabilidad a los hombre de aquella época. Al amparo de la seguridad de las llamas que los protegían de las fieras, a la vez que daba calor al hogar, los hombres, mujeres y niños, podían prolongar su jornada, una vez que había anochecido. Es innegable que alrededor de esa llama que daba seguridad y luz al anochecer, se reunían los grupos de las bandas para fabricar sus armas, cocer sus alimentos y lo más importante, comenzaron a desarrollar una existencia tendiente a la solidaridad y al espíritu de familia. Esas horas de convivencia al calor del fuego, debió estimular a usar cada vez más la expresión verbal.
Y así llegamos a la revolución agrícola en el Ande peruano. Desde los orígenes de la humanidad, hasta el siglo XXI, la humanidad ha pasado inumerables acontecimientos, pero son dos los que la han marcado, por el significado que tuvieron: uno de ellos es la revolución agrícola y el otro, la revolución industrial. La revolución agrícola se efectuó en todo el mundo, entre el 10.000 a. C. y el 5000 a. C. La revolución agrícola se da en América y el resto del mundo casi en forma simultánea y autónoma.
La revolución agrícola, se da en el actual territorio del Perú, entre el 6000 y el 2500 a. C. y convirtió al nómada en sedentario, al cazador en pastor, al recolector en agricultor. Las cavernas dieron paso a las viviendas con la finalidad de cuidar el huerto y el ganado. Se produce la división del trabajo. Se rompe la unidad grupal, al darse cuenta el hombre que para criar sus animales y sembrar, no necesita del grupo y mira a su entorno, que son su mujer y sus hijos, toma conciencia del concepto de familia y la protege. Se llega a este estado desde la etapa de “recolectores y cazadores superiores”, etapa en donde el hombre toma conciencia de la “caza y recolección selectiva”, es decir, sólo recoge los frutos maduros y deja los “verdes”; caza los animales adultos, y encierra y cría a los cachorros.
En la revolución agrícola, parece ser que domesticaron primero la calabaza, los pallares, el frijol, la quinua, las papas, el algodón y el maíz, en ese orden cronológico, en las plantas; y el cuy, la llama y la alpaca, fueron domesticados entre los animales, mientras que la vicuña y el guanaco, fueron objeto de caza selectiva.
Evidentemente, la “sociedad primitiva”, entra en crisis y toma bríos la “comunidad aldeana”, en donde el núcleo básico es la familia; los vínculos, son ahora de parentesco.
Lógico que esta división no se dio de la noche a la mañana; aún en plena revolución agrícola, la sociedad se dividió: unos continuaron con la pesca, caza y recolección, mientras que otros se dedicaban a la agricultura y ganadería.
Hasta que se llega a una nueva sociedad andina, basada en la agricultura y el apego a la Pachamama (madre tierra en quechua). En un medio de topografía variada, el antiguo hombre peruano tuvo que usar al máximo su ingenio, para crear las condiciones de siembra y de vida sedentaria. La ingeniería hidráulica, toma entonces una importancia vital y es así que comienza su desarrollo en esta etapa. Se inició también la tarea de ampliar la frontera agrícola con los andenes, denominados camellones o waru waru.
Así llegamos al Estado-Nación; parece ser que el primer asentamiento en territorio peruano estuvo ubicado en Chilca, cerca de Lima, al norte de la provincia de Cañete. Son casas de juncos y troncos de forma cónica y muy rudimentarias muy cercanas entre sí y de las chacras de frijol y calabaza. Parece ser que esta aldea fue organizada en el 5500 a. C. y abandonada en el 2300 a. C.
La salud en la prehistoria
El hecho de convertirse en seres humanos representaba una notable ventaja para nuestros antepasados prehistóricos. Mientras que los animales perdían hasta un 80% de su descendencia, los seres humanos perdían sólo entre el 30% y el 50% de sus hijos. Además, ocasionalmente los seres humanos eran capaces de sobrevivir hasta más allá de su edad de capacidad reproductiva, hecho inusual en el mundo animal, y este prolongamiento de vida, evidenciaba una mejor adaptación del ser humano. Probablemente los cazadores recolectores primitivos eran propensos a sufrir ciertas enfermedades crónicas, causadas por organismos que pueden sobrevivir dentro del organismo humano que eran transmitidas mediante el estornudo, el aliento o los alimentos infectados.
Posiblemente, una de las enfermedades más comunes que sufrían nuestros antepasados estarían relacionadas con el tracto intestinal. Parece ser que gran parte de las infecciones por consumo de carne de animales infectados, pudieron a la larga haber hecho inmune en cierto modo, al hombre prehistórico. Sin embargo, otras infecciones accidentales, que sólo ocasionalmente se presentaban en el ser humano, habrían tenido efectos devastadores.
El doctor Fernando Prada Alonso, al respecto de la salud en la prehistoria, nos dice: «Partiendo de esta evidencia no parece probable que hayan existido otras enfermedades desconocidas que hubiesen podido afectar a estas poblaciones primitivas. Sin embargo, otras enfermedades que hoy en día son relativamente benignas, pudieron haber sido extremadamente virulentas en otros tiempos». Debido a las enfermedades, el promedio de vida de los hombres era de 35 años y el de las mujeres de 30 años. Esta diferencia de cinco años no se debía sólo a los embarazos y a los peligros del parto, sino a las condiciones mismas de vida que llevaban las mujeres, en el levantamiento de campamentos, cocina, etc..
Con referencia a la corta esperanza de vida, no se tiene en cuenta las enfermedades endémicas, sólo las duras condiciones del nomadismo, el clima, las luchas y peleas. En Egipto por ejemplo, a un lado del Nilo, se descubrieron fosas en donde por las evidencias arqueológicas, se pudo determinar que casi la mitad de la población murió por graves traumatismos, es decir de manera violenta.
Durante el neolítico (8000 a. C.), cuando se estaba en la transición al sedentarismo por la revolución agrícola, la estatura del individuo, se fue modificando (tendió a disminuir); el motivo puede ser la dieta alimenticia, pero también existe la posibilidad de nuevas enfermedades endémicas que hubieran tenido impacto, especialmente aquellas que causan anemias como la malaria y la anquilostomiasis. También fue aquí donde se encontró la primera evidencia de talasemia, una adaptación hereditaria de los glóbulos rojos de la sangre, que actúa contra la malaria.
La población prehistórica, creía que el dolor, era debido a factores externos, no sólo debido a las heridas sino debido a los espíritus malignos. En tales casos, se llamaba a brujos y chamanes para aliviarlos.
La trepanación, una de las pocas prácticas prehistóricas de las que se tiene evidencia arqueológica, se realizaba practicando un pequeño agujero en el cráneo, con una especie de broca de carpintero con mango. Ésta se practicaba en casos de dolor de cabeza, epilepsia y algunas enfermedades mentales: esta práctica fue común en todo el mundo (era un remedio heroico, basado casi siempre en la creencia de que el dolor era provocado por un "espíritu" que podía ser desalojado del encéfalo mediante la horadación del cráneo, facilitó que esta práctica durara milenios el hecho de que los sobrevivientes a la misma en efecto veían disminuidas o eliminadas las insoportables cefaleas al haber una descompresión en la cavidad craneana). Los que lograban sobrevivir a la trepanación, cubrían sus heridas con trozos de calabaza, piedra, conchas de moluscos, e incluso, con plata y oro.
El médico de la Sanidad Naval de la Marina de Guerra del Perú, capitán de navío SN (MC) Arístides Herrera Palacios, médico, marino de profesión y asesor del presente título, afirma que: «En Europa usaban como amuleto los restos de la trepanación. La práctica de la trepanación se hizo común hasta bien entrada la Edad Media».
Paleoindio en una localidad especifica: San Vicente de Tagua Tagua
De acuerdo a estudios de polen realizados en la zona de la Laguna de Tagua Tagua, se estableció que en gran parte del Pleistoceno superior, predominaba un clima más frío que el actual, con una cubierta arbórea representada por especies del bosque valdiviano como coigües, robles y lengas. Alrededor de los 10.000 años disminuye la formación del parque de coníferas, por aumento de la temperatura.[1]
El humano se asentó en la zona hace aproximadamente 12.000 años.[2] se creía que eran los más antiguos pobladores de estas tierras (Chile): craso error, pues las investigaciones realizadas por Tom Dillehay en el ya famoso sitio paleoindio de Monteverde en las cercanías de Puerto Montt, han determinado que su datación basal de aproximadamente 13.000 años antes del presente lo sitúan como el asentamiento humano más antiguo de Chile (Tagua Tagua bordea los 11000 a. C. años antes del presente), e incluso como uno de los más tempranos del continente americano.
Estos primeros cazadores americanos, a quienes los arqueólogos han llamado “paleoindios”, así como al estadio de desarrollo cultural que los describe, se ubicaron en Tagua Tagua para acechar y cazar a estos grandes animales que quedaban entrampados en los pantanos del lugar, para lo cual utilizaron una sencilla pero eficiente tecnología como grandes bloques de piedra y lanzas armadas con filosas puntas de proyectil de cuarzo finamente talladas.
Hace 12500 a. C. llegaron al Valle de Tagua Tagua los primeros pueblos cazadores recolectores siguiendo el rastro de grandes animales como mastodontes, caballos americanos y ciervos de los pantanos. El cambio climático debido al fin de la última Glaciación, el progresivo avance en la utilización de técnicas de cultivo y la domesticación de animales permitió la paulatina sedentarización de estos pueblos, que se asentaron en el curso de los ríos y en los valles formados por la cordillera de la costa, para cultivar maíz, quínoa, zapallo y porotos y para aprovechar la variedad de peces y mariscos que les otorgaba el mar y las maderas de las quebradas costeras plenas de arrayanes, boldos, peumos, canelos y maqui.
La laguna de Tagua Tagua
Laguna que quedaba a 4,73 km al sur de San Vicente, desecada en el siglo XIX, encontrándose restos de animales prehistóricos como Mastodontes, Caballos americanos y Sapos gigante. Hasta hace muy poco se creía que era el lugar de ocupación humano más temprano de Chile (9500 a. C.) pero se encontró el ya citado de Puerto Montt, Monteverde, que era 1500 años más temprano (11000 a. C.).Arqueólogos y Paleontólogos de todo el mundo han visitado los socavones del piso desecado de la Laguna, haciendo hallazgos importantes. Como todo lugar que se precie, se describe al menos dos monstruos que habitaban dicha laguna.
Naturalistas como Claudio Gay visitaron la laguna haciendo estudios arqueológicos a pesar de no ser arqueologos.
Alrededor del año 1833, don Javier Errazuriz Sotomayor concibió un proyecto de desague parcial de la laguna, la que no tenía desague natural, provocando inundaciones durante los años especialmente lluviosos. Los trabajos duraron cerca de 10 años. Es posible que un súbito aumento del nivel de las aguas habría hecho que éstas irrumpieran con fuerza en el túnel que se estaba construyendo para tal efecto, el que incapaz de contener la crecida, fue deshecho por ella dejando libre paso a sus aguas y desecando la laguna.
Mastodonte de Humboldt
El equipo de arqueólogos, con su paciente labor, logró rescatar, a escasa profundidad, restos óseos de un Cuvieronius humboldti), los que fueron enviados al Museo de Historia Natural de París, y se ilustran en el Atlas de Gay de 1844. En 1868, Ignacio Domeyko hace una extensa descripción geológica del lugar, pues estima que la antigua laguna de Tagua-Tagua es la localidad donde hasta ese momento, con mayor abundancia se habían encontrado huesos de Mastodonte en Chile. Esta especie es la llamada Mastodonte de Humboldt,[3] paquidermo primitivo miembro de la familia de los Gomphotheridaes, ancestros de los actuales elefantes
En Chile, los Gomphotheriidae están representados por dos especies, asignadas a sendos géneros, Cuvieronius humboldti[4] y Cordillerion hyodon,[5] con registros limitados al sector central[6] [7] [8] y ausentes en Argentina .
Los restos posteriores han sido enviados al Museo Nacional de Historia Natural de Chile[9]
El Período Arcaico en Chile Central:Los cazadores especializados (8000 – 600 años antes de Cristo)
Cazadores Recolectores Avanzados 6000 a. C. - 2500 a. C. .
El Cementerio más antiguo de país
Al hacer un camino en 1948 en el borde del cerro, se encontraron múltiples restos funerarios en Cuchipuy ( Quechua Cuchicuy : sin náusea) o Cutichupuy : devolver o olor de almas ), a unos 7 km al noroeste de La Laguna.
En el año 1976, tras investigaciones realizadas por el Departamento de Antropología de la Universidad de Chile, queda al descubierto el más antiguo de los cementerios del país,un lugar intensamente utilizado por estos grupos entre los años 6000 a. C. y 3700 a. C. Restos óseos humanos correspondiente a más de 100 individuos, fueron extraídos de cuatro niveles superpuestos, siendo el más profundo de ellos, uno de los más antiguos de América, con una data de 10.077 a. C.[10]
Período Agroalfarero Temprano
Los primeros horticultores y ceramistas de Chile Central (800 a. C./600 a. C. – 900 ). En El Salvador en San Vicente de Tagua-Tagua se encontraron cerámicas Llolleo con data del 770.[11]
Período Agroalfarero Intermedio Tardío
El Complejo Aconcagua en Chile Central (900 – 1470) La zona de Angostura fue en tiempos preincaicos, no solo un límite geográfico natural del territorio Aconcagua, sino una suerte de frontera cultural blanda con las poblaciones que habitaban al sur del Cachapoal (cuenca del Maule). Hacia el norte, el límite parece más preciso, no excediendo más allá del valle de Aconcagua.
La ceramica del Valle de Tagua Tagua tiene clara influencia de la Cultura Aconcagua. Son numerosos los hallazgos ocasionales de este período, hechos en nuestra región desde las primeras décadas del siglo veinte, en lugares como Codegua, Coinco, Pelequén, Guaico, Palmilla, Ligüeimo, Peralillo.[12] [13] [14] En su mayoría corresponden a ceramicos decorados.
Desde esta época, en la que se vivía en conjuntos pequeños de casas construidas de quincha con techos de paja, junto a acequias destinadas a sostener una horticultura bien cimentada, en cultivos de porotos, maíz, quínoa, calabazas y zapallo.[15] Las casas de Quincha aun se construyen en la actualidad,[16] y aun se pueden ver como casa en Requehua, Rastrojos o El Tambo.
Bibliografía
- Villanueva Sotomayor, Julio R.: El Perú en los tiempos modernos. Lima (Perú): Empresa Periodística Nacional.
Véase también
- Paleoindio
- Teoría del poblamiento temprano
- Anecdotario de la historia del Perú
Referencias y Notas de pie
- ↑ Núñez et al., 1994
- ↑ Historia del pueblo mapuche: (siglo XIX y XX)
- ↑ Mastodonte
- ↑ Fischer, G. 1814. Zoognosia. Tabulis synopticis illustrata, No. 3, p. 694. Vsevolozsky, Mosquea.
- ↑ Fischer, G. 1814. Zoognosia. Tabulis synopticis illustrata, No. 3, p. 694. Vsevolozsky, Mosquea.
- ↑ Núñez, L.; Varela, J.; Casamiquela, R.; Schiappacasse, V.; Niemeyer, H.; Villagrán, C. 1995. Matanza de Mastodontes en Chile central. Cambios cuaternarios en América del Sur (Argollo, J.; Mourguiart, P.; editores). Orstom, p. 247-259. La Paz, Bolivia.
- ↑ Casamiquela, R. 1993. 'Cuvieronius hyodon', combinación confirmada para el Pleistoceno de Chile. In Jornadas Argentina de Paleontología de Vertebrados, No. 9, Resúmenes, p. 102-103.
- ↑ Casamiquela, R. 1999. The Pleistocene vertebrate record of Chile. In Quaternary of South America and Antarctic Peninsula (Rabassa, J.; Salemme, M.; editores). A.A. Balkema, p. 91-107.
- ↑ Museo de Historia NAtural de Chile
- ↑ "El hombre de Cuchipuy. Prehistoria de Chile central en el período arcaico" Kaltwasser Passig, Jorge; Medina Rojas, Alberto; Aspíllaga Fontaine, Eugenio; Paredes Díaz, Claudio .Chungará, X Congreso nacional de arqueología chilena, Arica, 1986,p. 99-105
- ↑ Cáceres, 1993
- ↑ Medina, 1882
- ↑ Guevara, 1925
- ↑ Latcham, 1928
- ↑ Cáceres, et al. 1993
- ↑ "Quincha," Enciclopedia Microsoft® Encarta® Online 2007 http://es.encarta.msn.com
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