- Historia de Irán
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La Historia de Irán y el Gran Irán (al que se refieren también como el "Continente cultural iranio" por la Encyclopædia Iranica) abarca la zona que va desde el Éufrates al Oeste hasta el río Indo y el Jaxartes en el Este y desde el Cáucaso, mar Caspio y mar de Aral en el norte al golfo Pérsico y el golfo de Omán en el Sur. Incluye las modernas naciones de Irán, Azerbaiyán, Afganistán, Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán, las partes orientales de Turquía e Irak y las partes de Pakistán que quedan al Oeste del Indo. Es una de las más antiguas civilizaciones del mundo, que abarca miles de años, desde la antigua civilización en la meseta iraní, la civilización manaeana en Azerbaiyán, Shahr-i Sokhta (Ciudad quemada) cerca de Zabol en Sistán y Baluchistán, y la antigua Civilización de Jiroft en Kermán (más de 5000 a. C.) seguido por el reino de Elam (más de 3000 a. C.) y las dinastías meda, aqueménida, parta, sasánida y los siguientes Imperios hasta la moderna República Islámica de Irán.
Irán fue conocido en Occidente como Persia hasta 1935, derivado del nombre griego, Persis, que fue usado en para referirse a la nación irania, su pueblo y sus imperios antiguos. Los iraníes llaman a su país Irán / Iranshahr desde el período sasánida.
El nombre Persia proviene de la región del sur de Irán, llamada Fars/Pars, derivado de Parshua, lugar de origen del Imperio persa.
Contenido
Prehistoria
Irán presenta vestigios de ocupación humana y restos culturales pertenecientes a casi toda la Edad de piedra. En el Baluchistán iraní se recolectaron instrumentos de piedra pertenecientes al complejo tecnológico lítico que se extiende desde el Baluchistán pakistaní. Dichos objetos corresponden al Paleolítico Inferior. En la región se encontró una cantidad de materiales de piedra que están entre los más antiguos descubiertos hasta ahora en Irán, con una edad estimada de 800.000 años. Cerca de Tabriz se encontraron los restos de lo que sería un campanento de cazadores de dicho período.
La escasez de vestigios se debe a (al menos) dos factores: (a) las escasas excavaciones arqueológicas realizadas en la región y (b) la reestructuración del terreno en el Pleistoceno Superior, junto con otras regiones montañosas del Asia Central.
Se han hallado cuevas ocupadas durante el Paleolítico Medio, así como restos culturales musterienses. En la cuenca occidental del río Helmand se encontró evidencia de una ocupación musteriense y se espera encontrar más restos en la región que se extiende hasta Afganistán. Estos restos forman parte de un continuum de industrias musterianas y restos físicos neandertaloides que se extiende desde las Tian Shan a través de Asia Central y el Cercano Oriente, sur de Rusia, Europa oriental y occidental, así como el norte de África hasta el Atántico.
Durante el Paleolítico Superior se evidencia una creciente complejización social, desarrollo de las artes y utilización de nuevas y más sofisticadas técnicas de trabajo de la piedra, produciendo herramientas filosas y precisas.
Durante el Neolítico se desarrolló un proceso de sedentarización, producción estable de alimentos, desarrollo de la agricultura y la ganadería y establecimiento de rutas de intercambio de corta distancia entre comunidades relativamente cercanas entre sí. La sociedad y las artes se desarrollan en patrones cada vez más complejos. La evolución hacia una economía neolítica puede observarse en el Irán occidental y norte de Irak.
En el Irán nor-occidental la transición hacia una economía de producción comenzó durante el Mesolítico (X milenio a. C.) y se cree que existió un centro con tales características en la región del Mar Caspio. En Ghar-i Karmarband se hallaron restos que podrían haber sido utilizados para la fabricación de jabalinas. Se hallaron restos de gacelas persas, toros salvajes y renos. Se halló también un enterramiento de una niña cuyo cuerpo fue pintado con ocre rojo, así como pendientes de piedra pulida, huesos y conchillas, y conos de arcilla que podrían evidenciar los primeros intentos de trabajar este material que daría luego origen a la alfarería. Durante este período comienzan los primeros intentos de domesticación de cabras y ovejas. Este proceso, comenzado durante el Mesolítico, se habría completado recién en el Neolítico.
La entrada en el Neolítico se data en Irán entre el VII y el VI milenio a. C. Turang Tappeh (también puede encontrarse como Turang Tepe)[1] y Yarim Tepe constituyen evidencia de que en el VI milenio la región del valle del Gorga contenía asentamientos agrícolas, viviendas de ladrillo y dos tipos de residencias: unas con un hogar elevado y paredes quemadas por el humo, y otras sin espacio para fuego, más pequeñas, con el suelo prolijamente alisado. En algunas de esas últimas se encontraron figurillas de arcilla muy estilizadas. Se encontraron adornos de hueso y hojas de obsidiana. Estas culturas habrían tenido contacto con sus vecinas Yarim Tepe, Jeitun (sur de Turkmenistán) y Sialk II (centro de Irán), a lo largo del valle del Gorgan.
Protohistoria
La Edad del Cobre, caracterizada por la aparición de elementos de cobre y cerámica pintada en Susiana (Sudoeste de Irán) y en Sialk (centro-oeste), se extiende en Irán a lo largo del IV milenio a. C., y se han hallado restos arqueológicos, entre los que se cuenta la cerámica con formas animales o abstractas de gran calidad, algunos de los cuales tenían aparente uso ritual. Las rutas comerciales ganan en extensión y comienzan a surgir asentamientos urbanos, en un proceso regional que se desarrolla entre Anatolia, Mesopotamia, el Complejo Arqueológico de Bactria-Margiana y la Cultura del valle del Indo.
Antigüedad
A comienzos del III milenio a. C. aparece en Susa una forma de escritura, posiblemente derivada del sistema sumerio para representar la lengua elamita, y el Imperio elamita surge como nuevo poder en el sudoeste de Irán, en competencia con los imperios vecinos de Babilonia y Asiria. La economía elamita se basaba principalmente en el comercio, y su larga tradición administrativa está evidenciada por la cantidad de tablillas y registros conservados.
A partir del 2000 a. C. los medos y los persas, pueblos arios o indoeuropeos, comenzaron a desplazarse desde las llanuras del sur de Rusia y Asia Central hacia Europa y Asia. Durante el II milenio a. C. invadieron la meseta del Irán, entre el mar Caspio y el golfo Pérsico, estableciéndose en los escasos valles en los que se cultivaba el trigo y los árboles frutales. Estos pueblos hablaban una variedad de dialectos del Persa Antiguo, una de las lenguas iranias perteneciente a la familia de lenguas indoeuropeas, emparentadas con el Avéstico (Iranio Antiguo Oriental) y el Sánscrito Védico.
A mediados del siglo VII a. C., grupos de tribus iranias identificadas como medos, establecidos al norte y noroeste de Irán, se libran del yugo asirio, estableciendo su poder sobre la región. Gracias a Ciáxares y Astiages se acaba con el poderío asirio, tomando Nínive en 612 a. C. y fundando el primer imperio iranio. De ese mismo período son las fuentes que mencionan a Ciro I, rey de Anshan.
Imperio persa
El dominio medo, no obstante, fue breve, gracias a la labor emprendida por un noble persa de la familia Aqueménida, Ciro (555-529 a. C.), rey de Anshan, quien creó un poderoso ejército siguiendo el modelo de los antiguos asirios. A partir del año 550 a. C., Ciro, llamado después el Grande, unificó a los persas, sometió a los medos y conquistó Babilonia (con lo que puso fin al Imperio neobabilónico), Siria, el Levante y Asia Menor. A diferencia de los conquistadores semitas precedentes, Ciro trató con benevolencia a los pueblos sometidos. Este rasgo típicamente persa era un concepto de poder totalmente nuevo.
Su labor de conquista fue continuada por su hijo y sucesor, Cambises (530-522), quien se anexionó Egipto y marcó la máxima extensión del Imperio aqueménida, configurando el mayor imperio hasta entonces conocido en el Próximo Oriente. El esplendor del Imperio persa viene marcado por la figura de Darío I (522-486). Darío I, en un acto probablemente ilegítimo, se apoderó del trono de Persia y proclamó su pertenencia a la familia Aqueménida en la Inscripción de Behistún. Se dedicó fundamentalmente a organizar el extenso imperio heredado. Territorialmente, lo organizó satrapías, provincias que procuraban respetar las entidades naturales; estaban dirigidas por un sátrapa; el poder militar, sin embargo, estaba reservado a los generales. Los llamados "ojos y oídos del rey" inspeccionaban esta organización política. El Imperio aqueménida recaudaba cuantiosos impuestos, parte de los cuales se amonedaban en oro y plata acuñándose monedas como el dárico o el shekel. Gran parte de los ingresos se iban en construcción de obra pública, como la red de caminos con los que se pretendía unir las diversas partes del imperio, el más famoso de los cuales es el Camino Real de Susa a Sardes. Construyó palacios y monumentos en las capitales: Susa y Persépolis. El tercer gran gasto del imperio lo constituía el enorme ejército.
Fue Darío quien convirtió en religión oficial el mazdeísmo, que el príncipe-profeta Zoroastro (o Zaratustra) había comenzado a predicar hacia el año 700 a. C. Se trataba de una religión dualista, en la que el mundo estaba regido por dos principios: el bien (Ormuz o Ahura-Mazda, simbolizado por la luz, el Sol) y el mal (Arimán). Los seres humanos debían llevar una vida pura, y practicar buenas acciones para conseguir que el bien triunfara sobre el mal. Esta religión carecía de templos, alzándose simplemente altares al aire libre donde ardía una llama permanentemente. Esta doctrina consta en el Zend Avesta.
Pero con Darío comenzó también el declive del Imperio aqueménida, al emprender una lucha contra los griegos que se conocería como las guerras médicas y que continuaron sus sucesores: Jerjes I, Artajerjes I, Darío II, Artajerjes II y Darío III. Durante el primer tercio del siglo V a. C., persas y griegos compitieron por el dominio sobre las ciudades griegas de Asia Menor, las costas del Mediterráneo y el control de los puertos comerciales, así como el acceso al trigo de las costas del Mar Negro. Estos conflictos fronterizos comenzaron con las sublevaciones jonias e incluyeron la quema de Atenas por parte de los persas, en represalia por la destrucción de Sardes durante los levantamientos de principios de ese mismo siglo.
Después de los fracasos militares de la Segunda Guerra Médica, los aqueménidas detuvieron su expansión y perdieron algunos territorios, mientras los levantamientos y rebeliones se sucedían por todo el imperio. Las continuas derrotas de los persas culminaron con la invasión (en 334 a. C. y fin del propio imperio por Alejandro Magno (336 a. C.). Persépolis fue destruida por los soldados macedonios. Alejandro adoptó costumbres orientales estableciéndose en Babilonia luego de consolidar su conquista en el territorio que se extiende entre Egipto y el río Indo. A su muerte, los sucesores o Diádocos se repartieron sus territorios, y pasó a Seleuco I Nicátor (300 a. C.). Los seléucidas gobernaron durante una época de gran debilidad, tanto externa como interna; se trataba de una dinastía helenística, en la que se dejaba sentir la profunda influencia griega.
Imperios parto y sasánida
El declive del imperio seléucida fue aprovechado por la dinastía arsácida de Partia, que gobernó el antiguo Irán a partir del año 250 a. C. Los partos (Parni) eran un pueblo de origen septentrional, que construyeron un imperio a partir de la región a orillas del mar Caspio. En los cuatro siglos siguientes, los partos defendieron el territorio de la antigua Persia frente a los romanos, al tiempo que funcionó como intermediario entre Roma y China.
En 226 surge en Persia, tras una revuelta nacionalista, el Imperio sasánida, que intenta devolver a Irán la gloria de los Aqueménidas. El imperio Sasánida (226-652) luchó a lo largo de los siglos contra los romanos, los bizantinos y las tribus que lo acosaban desde Asia Central. Sus monarcas más destacados fueron Cosroes I y Cosroes II, ambos del siglo VI. Sólo la invasión árabe del siglo VII, en plena expansión del Islam, pudo ponerle fin con la derrota del último sah, Yazdgard III.
Edad Media (652–1501)
La Edad Media en Persia vio sucederse el dominio de diferentes pueblos. Fueron los árabes, recientemente islamizados, quienes conquistaron el reino sasánida a mediados del siglo VII. En 634 tomaron la capital sasánida (Ctesifonte, actual Irak) y para el año 655 ya habían conquistado Kabul y Kandahar (lo que hoy es Afganistán). No obstante, aunque el territorio persa quedó así inmerso en el nuevo Imperio árabe, lo cierto es que los califas de Damasco no forzaron una política de conversiones, sino que toleraron dentro de sus fronteras las antiguas religiones. Así, en Persia perduraron la creencias zoroastrianas, monofisitas y nestorianas. No obstante, los no islámicos tenían la obligación de pagar más impuestos y tenían otra serie de restricciones. El país fue islamizándose poco a poco, pero manteniendo rasgos particulares. Así, Persia se convirtió en lugar donde encontraban amparo tendencias diversas dentro del Islam que se enfrentaban a los califas de Damasco. Así, los descendientes de Alí, llamados "alidas", que se oponían a los califas omeyas. O los jariyitas, cuya posición se vio reforzada tras la muerte de Husain en 680. O, finalmente, y con carácter destacado, los chiítas, que eran fieles a los descendientes directos del Profeta.
En esta época, el desarrollo del gran comercio, en particular marítimo, se dejó notar en las ciudades meridionales como Siraf u Ormuz, en la que recalaban navíos que luego llegaban hasta la India o China, actuando así como activos centros comerciales.
El enfrentamiento entre los persas y los califas de Damasco cristalizó en una serie de revueltas. Las regiones de Merv y Jorasán se convirtieron en refugio de alidas y chiítas. Encabezados por Abu Muslim, se alzaron en 747 contra los omeyas, a quienes derrotaron tres años después en la batalla del Gran Zab o "batalla del Zab". No obstante, quien consiguió hacerse con el poder fueron los abasí, descendientes de Abbas, tío de Mahoma. El primer califa abasí fue Abul-Abbas (750-754), quien dependía en gran medida de sus aliados persas. Trasladaron el califato desde Damasco (Siria) hasta Bagdad (actual Irak), ciudad nueva fundada el 30 de julio de 762 por el califa Al-Mansur. La influencia persa se dejó sentir en la transformación de la monarquía, pues los califas pasaron a ser reyes al estilo sasánida: no eran jefes de los árabes, sino de todos los creyentes; vivían encerrados en su palacio, lejos de sus súbditos; sólo aparecían públicamente en ceremonias de gran pompa.
Los califas de Bagdad dependieron cada vez más de sus jefes militares, persas primero y turcos después. Poco a poco los ejércitos se transformaron en fuerzas privadas de uno u otro general, lo que contribuyó a la tendencia disgregadora del califato. Amplias zonas de Persia escaparon a su control, constituyéndose en reinos independientes. Las revueltas contra el poder central fueron especialmente intensas en el Jorasán, cuyo primer reino independiente fue establecido por Tahir, príncipe de Nishapur, de Jorasán y de Kermán (822). Pero parece que fue más una cuestión de ganancia política y territorial; de hecho, Tahir había ayudado al califa a someter a otros movimientos nacionalistas en otras partes de Persia como el movimiento de Maziar en Tabaristán.
La primera dinastía en Jorasán, después de la introducción del Islam, fue la dinastía safárida (861-1003). Tiene su origen en la más remota región del oriente iraní, Sistán, donde fueron particularmente intensas las prédicas de los jariyitas. Saffar, un calderero, fue proclamado califa, y emprendió la conquista de las provincias vecinas: Sind y Jorasán. Instaló su capital, Nishapur, en esta última región, e incluso lanzó una ofensiva contra Bagdad, que fue rechazada (879).
Los samánidas (875-999), también oriundos del Jorasán, gobernaron extensos territorios, desde el mar de Aral al océano Índico y el golfo Pérsico. Destacó por su comercio internacional y sus logros artísticos. Los buyíes (932-1055) son una dinastía fundada por un príncipe persa de sangre real próximo a los chiítas; reinaron en Persia occidental, llegando luego a Bagdad, hasta Fars y Kermán. Gobernador de Jorasán era el un turco que se sublevó contra el califa en 961 y fundó en Ghazna (Afganistán) un imperio que se extendió hacia el Jorasán iraní.
Los buyíes de Persia se vieron conquistados por los turcos selyúcidas que hacia el año 1000 invadieron el Jorasán y el Irak. Para el año 1040 ya estaban instalados en Nishapur. Precisamente en esta ciudad empezó su carrera el teólogo Al-Ghazali (1058-1111), oriundo del Jorasán y que con sus enseñanzas contribuyó a la reconquista del pueblo llano iraní. En 1092, a la muerte del sultán, Persia se convirtió en reino independiente gobernado por uno de los hijos del sultán. Sus fronteras se vieron atacadas por las tribus asiáticas, y perdió la Transoxiana, en favor del reino de Kara-Kitai.
Un siglo después (1190), los jorezmitas fundaron un imperio iranio sobre Persia oriental hasta Afganistán. Los jorezmitas, como el resto de Persia, fue conquistado por los mongoles de Gengis Kan (1220). El kanato de Persia (o "Iljanato"), vasallo del gran kan de Pekín, tuvo su capital en Meragha, cerca del lago Urmía. En 1295 Ghazan abandonó el budismo y se convirtió al Islam. Su capital, Tabriz, se convirtió en centro difusor de la religión musulmana chií. En esta época se fortalecieron las relaciones entre Persia y el Extremo Oriente. En el arte se dejó notar cierta influencia china, en particular en las miniaturas. Los ejército mongoles de Tamerlán asolaron Persia en 1380-1385. Los timúridas gobernaron entre 1370-1506.
Edad Moderna
El siglo XVI fue el de la independencia con la dinastía safaví o sefévida. Tiene su origen en las órdenes religiosas sufíes (místicos chiítas) de las montañas de Azerbaiyán. Organizaron su estado en torno al santuario de Ardabil, cerca del mar Caspio. Ismail, su jefe, se proclamó sah en el año 1501. El reino sefévida consolidó definitivamente la diferencia entre los persas y el resto de los musulmanes, al consagrar la preeminencia del chiísmo dentro de Irán. De esta dinastía, cabe destacar el reinado de Abás el Grande (1587-1629).
Edad Contemporánea
En 1794 los Zand fueron apartados del poder por Agha-Mohamed-Khan, quien inauguró el período kadjar o kayar de Persia. Los kayares gobernaron en Persia desde 1786 hasta 1925. A lo largo del siglo XIX, Persia se vio sometida a las influencias de Rusia y el Imperio Británico, que luchaban entre sí por ser la potencia hegemónica al tiempo que modernizaban el país. En 1907 se llegó a un acuerdo anglo-ruso para diferenciar entre zonas de influencia de uno y otro.
Dinastía Pahlavi
En el año 1925 subió al poder Riza Pahlavi, jefe militar de ideología nacionalista. En 1941 Riza Pahlavi, germanófilo, abdicó en su hijo Mohammad Reza Pahlevi. Los ejércitos soviético e inglés invadieron Irán durante la Segunda Guerra Mundial; en Teherán se celebró la conferencia de igual nombre. La ocupación extranjera acabó en 1946, y durante la posguerra se intensificó el movimiento nacionalista, contrario a las injerencias extranjeras.
En 1953, el primer ministro Mohammad Mosaddeq, fue expulsado del poder al intentar nacionalizar los recursos petrolíferos, en una operación orquestada por británicos y estadounidenses. La inteligencia británica logró convencer al gobierno de los Estados Unidos que Mosaddeq era comunista, y en 1953 la CIA ejecutó la Operación Ajax y quitó del poder a Mosaddeq, imponiendo un gobernante favorable a los Estados Unidos; en el año 2000 los Estados Unidos se disculparon por esos hechos.[2] Esta operación causó movimientos violentos, la mayoría financiados por la CIA para deponer al presidente, y terminó con 300 muertos. La operación tuvo éxito, Mosaddeq se rindió y fue arrestado el 19 de agosto. Fue enjuiciado y acusado de traición, se le da una sentencia de tres años.
En 1955 se firmó el pacto de Bagdad. El sah, con el apoyo de los Estados Unidos y el Reino Unido empezó la modernización de la industria del país, y al mismo tiempo eliminó toda oposición a su régimen con la ayuda de la agencia de Inteligencia SAVAK. Su principal opositor fue el Ayatolá Ruhollah Jomeini muy popular entre los círculos religiosos del país, que fue arrestado y encarcelado durante 18 meses. Al ser liberado en 1964 criticó a los Estados Unidos por el apoyo dado al régimen autocrático del sah, se exilió en Turquía y más tarde terminó en París, desde donde prosiguió su critica al régimen de los Pahlavíes. En 1967 se produjo la solemne coronación como emperadores de Reza Pahlevi y su esposa Farah Diba.
El sah intentó consolidar a la burguesía y desarrollar la industria, pero la corrupción y las desigualdades sociales aumentaron, lo que provocó una crisis que empezó en agosto del año 1977.
Revolución
La revolución dio comienzo en enero de 1978 con manifestaciones en contra del Sah.[3] La revuelta se había generalizado ya para septiembre de 1978, promovida por Jomeini desde el exilio. El sah Mohammad Reza Pahlevi incrementó sus poderes dictatoriales con el apoyo de los Estados Unidos, que le consideraba su mayor aliado en la zona. El sah huyó de Irán en enero de 1979. El 1 de febrero siguiente el ayatolá regresó a Irán desde su exilio en Paris, el ejército se declaró neutral después de que las guerrillas y los rebeldes sobrepasasen al número de tropas leales al Sah e Irán se convirtió en República Islámica el 1 de abril de ese mismo año, cuando el pueblo aprueba el referéndum con una elevada mayoría.[4]
Las relaciones con los Estados Unidos se volvieron antagónicas cuando estudiantes de Irán entraron y capturaron al personal de la embajada de este país y los catalogaron como espías y ligados con la CIA para derrocar al ayatolá como hicieron con Mossadegh en 1953.[5] Así, tras la Revolución Iraní, el gobierno estadounidense permitió un Golpe de Estado en Irak, estableciéndose la dictadura de Saddam Husein para hacer contrapeso al régimen de Irán. El 23 de septiembre de 1980 estalló la guerra entre Irán e Irak, después de que este último país denunciara el tratado fronterizo de 1975; finalizaría en 1988.
Actualidad
Tras la muerte de Jomeini en 1989 fue sucedido por Alí Jamenei como jefe de estado, quedando la jefatura del gobierno abierta a unas elecciones cada cuatro años en las que se ha asistido a una pugna entre un sector reformista liderado por Muhammad Jatami y otro sector conservador.
Entrado el siglo XXI, Estados Unidos actuó contra los dos países que flanquean geográficamente a Irán: Afganistán al Este e Irak al Oeste. En 2001, tras los atentados del 11-S, Irán colaboró con EE.UU. en la guerra de Afganistán.[6] En su discurso del Estado de la Unión de 29 de enero de 2002, el presidente de los Estados Unidos George W. Bush incluyó a Irán en el llamado eje del mal, al entender que su régimen "anda enérgicamente tras estas armas [se refiere a las de destrucción masiva] y exporta terror, mientras que unos pocos que no han sido elegidos reprimen el deseo de libertad del pueblo iraní". Es por ello que se ponen internacionalmente trabas al programa nuclear iraní, desarrollado en contra de las recomendaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica.
Documentales sobre la historia de Irán
- 2008 - Irán, una nacion dividida (Jean-Michel Vecchiet - Iran, the hundred-year war), Arte France y Artline Films para Canal Historia. Historia de los últimos cien años de Irán, desde el descubrimiento de las reservas de petróleo hasta la crisis nuclear.
Véase también
- Pueblos iraníes
- Civilización prehistórica del río Zayandeh ?
- Civilización de Sialk 7500–1000
- Civilización de Jiroft (Aratta) 4000–?
- Civilización proto-elamita 3200–2800
- Imperio elamita 2800–550
- Mitanni ss. XVI-XIV a. C.
- Casitas ss. XVI-XII a. C.
- Reino de Mannai ss. X-VII a. C.
- Medos 728–550 a. C.
- Imperio persa
- Dinastía Aqueménida 550–330 a. C.
- Imperio seléucida 330–150 a. C.
- Persia
- Imperio Parto 248 a. C. – 226 d. C.
- Imperio sasánida 226–651
- Califato patriarcal 637–651
- Califato omeya 661–750
- Califato Abasí 750–1258
- Dinastía tahirida 821–873
- Dinastía alavida 864–928
- Dinastía sayida 889/890–929
- Dinastía safárida 861–1003
- Dinastía samánida 875–999
- Dinastía Ziyárida 928–1043
- Dinastía búyida 934–1055
- Salarida 942–979
- Imperio Gaznavida 963–1187
- Dinastía gurida 1149–1212
- Imperio Selyúcida 1037–1194
- Jorezmitas 1077–1231
- Iljanato 1256–1353
- Dinastía muzafárida 1314–1393
- Dinastía chupanida 1337–1357
- Dinastía jalayerida 1339–1432
- Imperio timúrida 1370–1506
- Turcomanos Qara Qoyunlu 1407–1468
- Turcomanos Aq Qoyunlu 1378–1508
- Dinastía safávida1501–1722[7]
- Dinastía Hotaki 1722–1729
- Dinastía afshárida1736–1750
- Dinastía Zand 1750–1794
- Dinastía Kayar1781–1925
- Dinastía Pahlavi 1925–1979
- Revolución iraní 1979
- Gobierno interino de Irán 1979–1980
- República Islámica de Irán desde 1980
Notas
- ↑ Tappeh es el nombre en persa de tell, que significa "colina" o "montículo", que es una clase de yacimiento arqueológico en forma de un montículo de tierra que es el resultado de la acumulación y subsiguiente erosión de material depositado a lo largo de siglos de ocuación humana. Tepe es la palabra equivalente turca, aunque también usa höyük como en Çatalhöyük.
- ↑ CNN Transcripts, "U.S. Comes Clean About The Coup In Iran", 19 Apr 2000
- ↑ The Iranian Revolution
- ↑ Enciclopaedia Britannica
- ↑ PBS, American Experience, Jimmy Carter, "444 Days: America Reacts"
- ↑ Irán ayudó a EEUU a luchar contra Al Qaeda tras el 11-S
- ↑ *O 1736
Bibliografía
- History of Civilizations of Central Asia (I). Editors: A. H. Dani, V. M. Mason. Unesco Publishing, 1992. Pp. 29-126. ISBN 92-3-102719-0
- Irán por dentro. La otra historia. Alfred G. Kavanagh. Olañeta/Indica Books, 2010. 805 pp. Ver reseña
Enlaces externos
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