- Isabel II de España
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Isabel II de España Reina de España Reinado 29 de septiembre de 1833 –
30 de septiembre de 1868Nombre real María Isabel Luisa de Borbón y Borbón-Dos Sicilias Nacimiento 10 de octubre de 1830
Madrid, EspañaFallecimiento 9 de abril de 1904
(73 años)
París, FranciaEntierro Cripta Real del Monasterio de El Escorial Predecesor Fernando VII Regente Sucesor Pascual Madoz Ibáñez
Presidente de la Junta Provisional RevolucionariaConsorte Francisco de Asís de Borbón Descendencia Casa Real Casa de Borbón Padre Fernando VII Madre María Cristina de Borbón-Dos Sicilias Isabel II de Borbón, llamada la de los Tristes Destinos (Madrid, 10 de octubre de 1830 – París, 9 de abril de 1904)[1] fue Reina de España entre 1833 y 1868, tras la derogación de la Ley Sálica por medio de la Pragmática Sanción, lo que provocó la insurgencia del infante Carlos, apoyado por los grupos absolutistas (los carlistas) que ya habían intentado proclamarle rey en la agonía de Fernando VII.
Contenido
Biografía
Infancia y minoría de edad
La futura Isabel II fue bautizada María Isabel Luisa; era hija del Rey Fernando VII y de su cuarta esposa, su sobrina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Su padre había estado casado anteriormente en tres ocasiones, pero ninguna de sus esposas le había dado descendencia que le pudiese suceder; por ello cuando ella nació en 1830, muchos albergaron esperanzas en la joven infanta. Para favorecer su posición, aunque fuese en detrimento de su propio hermano (el infante Carlos María Isidro de Borbón), Fernando VII aprobó la Pragmática Sanción mediante la cual Isabel podría sucederle tras su fallecimiento, si el soberano fallecía sin hijos varones (Isabel tenía una hermana, la infanta Luisa Fernanda, nacida en 1832). Isabel II ascendió el trono de España el 29 de septiembre de 1833 tras la muerte de su padre, sin haber cumplido todavía los tres años de edad, motivo por el cual fue necesario nombrar a su madre regente del reino.
Su nacimiento y posterior ascensión al trono provocó el inicio de un largo conflicto dinástico, pues su tío, el infante Carlos María Isidro de Borbón, hasta entonces primero en la sucesión a la corona, no aceptó que Isabel fuese nombrada Princesa de Asturias y luego Reina de España. Su oposición a la Pragmática Sanción de 1830 forzó a Fernando VII a exiliarlo al extranjero, donde permanecería interrumpidamente hasta su muerte en 1855. La división entre isabelinos y carlistas acabó provocando la Primera Guerra Carlista.
Durante los primeros años de su reinado, mientras Isabel era una niña, la regencia fue asumida por su madre, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias; su regencia duraría hasta 1840 y coincidiría con Primera Guerra Carlista (1833 – 1840). Desde 1840 hasta 1843 la regencia fue asumida por el general Baldomero Espartero, que finalmente también fue obligado a abandonar el cargo. Con el propósito de evitar una tercera regencia, quedó decidido adelantar la mayoría de edad de la reina de los 16 a los 13 años, por lo que en 1843, con sólo trece años, Isabel fue declarada mayor de edad.
Matrimonio y descendencia
Cuando Isabel II contaba 16 años, el Gobierno arregló un matrimonio con su primo, el infante don Francisco de Asís de Borbón, duque de Cádiz. Los cónyuges eran primos carnales por vía doble, pues el padre de él, el infante Francisco de Paula, era hermano de Fernando VII, mientras que su madre, Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias, lo era de la regente María Cristina. A pesar de su parentesco, el matrimonio hizo aguas muy pronto, y nunca sería feliz.
La boda de la Reina fue una cuestión de importancia nacional e internacional, ya que los diferentes países europeos maniobraron para que la nacionalidad del nuevo Rey no perjudicase sus alianzas e intereses. Finalmente se optó por Francisco de Asís de Borbón, que era tenido por ser un hombre apocado y de poco carácter, que no iba a interferir en política.
La boda se celebró en Madrid el 10 de octubre de 1846, el mismo día que Isabel cumplía 16 años. Fue una boda doble, pues al mismo tiempo su hermana, la infanta Luisa Fernanda de Borbón, contrajo matrimonio con el príncipe Antonio de Orleans, Duque de Montpensier e hijo menor de Luis Felipe I de Francia.
Tal y como relató posteriormente al embajador Fernando León y Castillo durante su exilio parisino, Isabel II no se llevaba bien con su primo y marido Francisco, cuya sexualidad ha sido cuestionada por algunos autores.[2] La misma Reina parece haber comentado en una ocasión sobre sus propia noche de bodas: ¿Qué podía esperar de un hombre que en la noche de bodas llevaba más encajes que yo?».[3] Por encima de tales anécdotas, la historiografía (Pabón) o escritores próximos a los hechos (Baroja) refieren que el Rey consorte era padre de varios hijos ilegítimos y que se le conocían diversas amantes[cita requerida].
Oficialmente, Isabel II y Francisco de Asís fueron padres en once ocasiones, aunque varios embarazos acabaron en abortos o los neonatos fallecieron al cabo de muy poco tiempo:
- Luis de Borbón y Borbón (1849),[4] nacido muerto.
- Fernando de Borbón y Borbón (1850), fallecido poco después de nacer.
- Isabel de Borbón y Borbón (1851–1931), condesa de Girgenti, casada con Cayetano de Borbón-Dos Sicilias
- María Cristina de Borbón y Borbón (5 de enero de 1854 - 8 de Enero de 1854), fallecida con tres días de vida.
- Francisco de Asís Leopoldo de Borbón (21 de junio de 1856 - 21 de junio de 1856)
- Alfonso de Borbón, príncipe de Asturias (1857–1885), después rey Alfonso XII.
- María Concepción Francisca de Asís de Borbón (1859–1861).
- María del Pilar Berenguela (1861–1879), fallecida soltera.
- María de la Paz de Borbón y Borbón (1862–1946), casada con Luis Fernando de Baviera.
- María Eulalia de Borbón y Borbón (1864–1958), duquesa de Galliera, casada con Antonio de Orleans y Borbón.
- Francisco de Asís Leopoldo de Borbón y Borbón (1866), fallecido con pocas semanas de vida.
Reinado
Isabel II reinó durante un período de transición en España en el que la monarquía cedió más poder político al parlamento, pero puso continuas trabas a la participación de los ciudadanos en asuntos de gobierno. En el terreno de la lucha por las libertades democráticas su reinado fue un fracaso; también se falsearon las instituciones y se propagó la corrupción electoral. Ningún partido que hubiera organizado unas elecciones las perdió en ese periodo. Si hubo cambios fue por la interferencia de una casta militar que cambiaba gobiernos a base de pronunciamientos o golpes de estado de uno u otro signo.
Fácilmente manipulada por sus ministros y por la «camarilla» religiosa de la corte (compuesta principalmente por el padre Claret y sor Patrocinio), la Reina interfería con frecuencia en la política de la nación (en una ocasión llegó a postularse como presidenta del gobierno)[cita requerida], lo que la hizo impopular entre los políticos y acabó por causar su final al dar paso a la Revolución de 1868. A ello contribuyeron sobre todo episodios como el de la noche de San Daniel (10 de abril de 1865): en momentos de enorme crisis económica, la reina, cuya generosidad personal estaba fuera de toda polémica, dispuso que se enajenasen bienes del real patrimonio para el socorro de la nación; el líder republicano, Emilio Castelar, en el artículo periodístico titulado El rasgo, declaró que en realidad Isabel II, agobiada por las deudas, se reservaba un 25% del producto de la venta de unos bienes que, en su mayor parte, no eran suyos, sino de la nación; el gobierno ordenó la destitución y expulsión de Castelar como profesor universitario, lo que provocó asimismo la dimisión del rector de la Universidad Central; las manifestaciones estudiantiles en apoyo de los dimitidos culminaron el 10 de abril con la guardia civil veterana en la calle: once muertos y 193 heridos, incluyendo ancianos, mujeres y niños transeúntes.
No obstante, durante el reinado de Isabel II, España se modernizó notablemente gracias al tendido de muchas líneas de ferrocarril, siendo la primera la que conectaba Mataró con Barcelona. Sin embargo, la creación de la red ferroviaria sirvió a muchos personajes de la clase dominante para enriquecerse, como la madre de la propia Reina, María Cristina, o el Marqués de Salamanca, un banquero malagueño que no sólo obtuvo con la aquiescencia de la Corona y el Parlamento toda una serie de concesiones (129 millones de subvención en 1853–1854), sino que, al mismo tiempo, vendió al gobierno la línea Madrid–Aranjuez por más de 60 millones y la volvió a recibir de éste en arrendamiento, sin licitación previa, por un millón y medio al año, que nunca llegó a pagar.
La fiebre especuladora tenía poco que ver con la realidad del país. El balance de lo realizado hasta 1856 se reducía a la línea Barcelona–Mataró (1848), la de Madrid–Aranjuez (que al fin y al cabo era un negocio privado del Marqués de Salamanca), la de Sama–Langreo (un negocio privado del Duque de Riánsares, marido de la Reina María Cristina) y la de Valencia–Játiva. Además, la difícil orografía española obligó a adoptar un ancho de vía distinto al europeo y se abandonó la adecuación de una red de caminos que facilitase el acceso a las estaciones, lo que, sumado a las elevadas tarifas del transporte ferroviario, condujo muy pronto a las pérdidas en el negocio. Se llevaron a cabo también importantes obras hidráulicas como el Canal de Isabel II, impulsado por los ministros Juan Bravo Murillo y Manuel Alonso Martínez.
El 2 de febrero de 1852, el cura Martín Merino y Gómez intentó acabar con la vida de la Reina clavándole un estilete en el costado, cuando ésta se encontraba en la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, poco después de haber dado a luz a su hija Isabel. La reina se recuperó en pocos días y el cura fue ejecutado tras un rápido juicio en el que se dictaminó que había actuado en solitario y por iniciativa propia.
Isabel II reabrió las Universidades cerradas por su padre, pero el panorama educativo de su reinado también resultaba desolador: en 1855 había en España 6.000 pueblos sin escuela, en 1858 existían sólo 53 institutos de secundaria, con unos 10.000 (cinco veces menos que en Francia, con el doble de población), y había sólo 6.104 alumnos en las diez universidades españolas (Oviedo y Salamanca tenían 100 en sus cuatro facultades); más de la mitad (3.472) estudiaba Derecho. Los equipamientos culturales eran muy pobres: en 1859 había en España 56 bibliotecas públicas, el único punto de acceso al libro de la mayoría de sus habitantes. La de Bilbao disponía sólo de 854 volúmenes impresos; la de Santander, de 610; la de Segovia, de 194; la de Huelva, de 60. Las únicas mejoras que se intentaron en la enseñanza, como las del grupo de docentes formado en torno a Julián Sanz del Río, inspiradas en el krausismo, no fueron toleradas: la reacción neocatólica que supuso el Syllabus del Papa Pío IX llevó al ministro Manuel Orovio Echagüe (1867) a poner trabas a la libertad de cátedra y a exigir manifestaciones de adhesión a la Reina que acabaron con la expulsión de la universidad de esos profesores.
La industrialización se llevó a cabo en un país desarticulado, donde el desarrollo se daba sobre todo en la periferia (Cataluña, Málaga, Sevilla, Valladolid, Béjar, Alcoy, etc.) por obra de grupos de empresarios sin capacidad para influir en la actuación de unos dirigentes que no sólo no los apoyaban, sino que los veían con desconfianza. También se llevó a cabo un ambicioso proyecto de modernización de la Armada que la convirtió en la cuarta más poderosa de la época.[cita requerida]
La política exterior del reinado de Isabel II fue especialmente agitada durante el «gobierno largo» de la Unión Liberal (1858–1863), con la anexión de territorios marroquíes en la Guerra de África, tales como Ifni y Tetuán, el reconocimiento de la posesión de la Guinea Española, la expedición y conquista de Saigón (aunque no reconocida posteriormente por los franceses, que también participaron), la breve readquisición de Santo Domingo (que volvió a separarse de España por la ineficacia de la administración) y el mantenimiento de Cuba, Filipinas, las Carolinas y las Marianas, además de hacer expediciones a México, Perú o Chile. Con la «Guerra de África», como se llamó a la respuesta armada a los ataques sufridos por las ciudades españolas de Ceuta y Melilla por parte de Marruecos, O'Donnell tranquilizó a unos jefes militares inquietos con una abundante cosecha de recompensas (ascensos, condecoraciones, títulos nobiliarios, etc.). El ejército español estaba mal equipado y peor preparado (escasa instrucción, material defectuoso), y fue abastecido con alimentos en mal estado; de los cerca de 8.000 muertos españoles en la guerra, unos 5.000 fueron víctimas del cólera y otras enfermedades; por último, quienes dirigían las operaciones desconocían el terreno y acumularon los errores, como el de escoger la estación de lluvias y vientos como comienzo del ataque, pese a lo cual la victoria fue para las armas españolas. En la Guerra de Cochinchina, España participó en una aventura colonial ajena, aportando la carne de cañón (soldados filipinos) para que los franceses iniciaran su penetración en Indochina; en el tratado de paz, Francia obtuvo en pleno dominio y soberanía tres provincias (entre ellas Saigón), y los españoles, que aspiraban a la concesión de un puerto para el envío a Cuba de culís chinos en régimen de semiesclavitud, sólo recibieron algunos derechos comerciales menores.
Exilio
La Reina de los tristes destinos, como también ha sido llamada,[5] tuvo que hacer frente a la Revolución de 1868 (conocida como La Gloriosa),[6] que la obligó a abandonar España. Isabel II se exilió en Francia, donde recibió el amparo de Napoleón III y Eugenia de Montijo; el 25 de junio de 1870 abdicó en París en favor de su hijo, el futuro Alfonso XII. Mientras tanto, gracias al apoyo de varios grupos en el gobierno, el príncipe Amadeo de Saboya, miembro de la Familia Real italiana, fue elegido para reemplazarla en el trono como Amadeo I de España; Amadeo era hijo de Víctor Manuel II, Rey de Italia desde 1861 y perteneciente a la Casa de Saboya, y de María Adelaida de Austria (bisnieta de Carlos III de España).
Isabel II vivió el resto de su vida en Francia; desde allí fue testigo de la Primera República, del reinado y de la muerte de su hijo Alfonso XII en 1885, de la regencia de su nuera, María Cristina de Habsburgo-Lorena y del inicio del reinado de su nieto, Alfonso XIII. Desde que fue derrocada en 1868 dejó de hacer vida en común con su marido, que pasó a vivir a Épinay-sur-Seine, donde falleció en 1902. Isabel II murió en París en 1904 y fue enterrada en el Monasterio de El Escorial frente a los restos de su esposo.
Distinciones honoríficas
- Rosa de Oro de la Cristiandad (1868).
- Dama de la Real Orden de Damas Nobles de la Reina María Luisa.
Ancestros
16. Felipe V de España 8. Carlos III de España 17. Isabel de Farnesio 4. Carlos IV de España 18. Augusto III de Polonia 9. María Amalia de Sajonia 19. María Josefa de Austria 2. Fernando VII de España 20. Felipe V de España (=16) 10. Felipe I de Parma 21. Isabel de Farnesio (=17) 5. María Luisa de Parma 22. Luis XV de Francia 11. Luisa Isabel de Francia 23. María Leszczynska 1. Isabel II de España 24. Carlos III de España (=8) 12. Fernando I de las Dos Sicilias 25. María Amalia de Sajonia (=9) 6. Francisco I de las Dos Sicilias 26. Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico 13. María Carolina de Austria 27. María Teresa I de Austria 3. María Cristina de Borbón-Dos Sicilias 28. Carlos III de España (=8) 14. Carlos IV de España (=4) 29. María Amalia de Sajonia (=9) 7. María Isabel de Borbón 30. Felipe I de Parma (=10) 15. María Luisa de Parma (=5) 31. Luisa Isabel de Francia (=11) Predecesor:
Fernando de BorbónPrincesa de Asturias
1830 – 1833[7]Sucesor:
Isabel de BorbónPredecesor:
Fernando VII
Reina de España
1833 – 1868Sucesor:
Pascual Madoz Ibáñez
(Presidente de la Junta Provisional Revolucionaria)Predecesor:
Ella misma
(como reina reinante)Reina titular de España
1868 – 1870Sucesor:
Alfonso de Borbón y BorbónReferencias
- ↑ Fallecimiento de la Reina, doña Isabel
- ↑ Entrevista a José María Zavala: http://www.20minutos.es/noticia/228979/1/Encuentro/digital/borbones/
- ↑ El general bonito la inició, Revista Quo: http://www.quo.es/ciencia/historia/escenas_de_sexo_real/el_general_bonito_la_inicio
- ↑ Ficha del infante Luis de Borbón
- ↑ El Diario Montañés, 22 de julio de 2008: http://www.eldiariomontanes.es/20080722/opinion/articulos/isabel-tristes-destinos-20080722.html
- ↑ VV. AA. (1979). (en español)Boletín de la Real Academia de la Historia (Madrid, España: Real Academia de la Historia) Tomo CLXXVI, Cuaderno I: pp. 211.
- ↑ Proclamada Princesa de Asturias mediante el Real Decreto del 13 de octubre de 1830 y jurada como Heredera de la Corona el 20 de junio de 1833
Bibliografía
- José Luis Comellas, Isabel II. Una reina y un reinado, Ariel. Barcelona, 1999. ISBN 978-84-344-6611-1
- Josep Fontana, La época del liberalismo, Crítica–Marcial Pons. Barcelona, 2007. ISBN 978-84-8432-876-6.
- Juan G. Atienza, Isabel II: la reina caprichosa, La esfera de los libros. Madrid, 2005. ISBN 84-9734-260-7.
- Jorge Vilches, Isabel II. Imágenes de una reina, Síntesis, Madrid, 2007. ISBN 84-9756-465-0.
Enlaces externos
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