- Idioma protoindoeuropeo
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Protoindoeuropeo
*dnghwaHablado en Eurasia occidental Hablantes Lengua muerta Familia Indoeuropeo
Protoindoeuropeo
Estatus oficial Oficial en Ningún país Regulado por No está regulado Códigos ISO 639-1 ninguno ISO 639-2 ISO 639-3 {{{mapa}}} Extensión del Protoindoeuropeo El protoindoeuropeo (o pIE) es la protolengua, lengua madre hipotéticamente reconstruida, que habría dado origen a las lenguas indoeuropeas. La reconstrucción lingüística se lleva a cabo sobre la evidencia de las consideradas como lenguas indoeuropeas descendientes, que le sobrevivieron, mediante el método comparativo.
Técnicamente se reserva el nombre protoindoeuropeo para designar a la reconstrucción más temprana que se ha hecho del indoeuropeo común. Se acepta la fragmentación del IE (indoeuropeo) hacia el 3000 a. C. o un poco más tarde. Esta reconstrucción lingüística se efectúa mediante el llamado método comparativo a partir de las evidencias de similaridades entre el sánscrito, el griego clásico, el latín, el germánico y demás lenguas indoeuropeas.
El protoindoeuropeo no debe confundirse con el pre-protoindoeuropeo, parcialmente accesible mediante reconstrucción interna y que habría sido el antecesor del protoindoeuropeo propiamente dicho.
Posiblemente el pueblo que hablaba dicha lengua se extendió demográficamente, culturalmente y/o militarmente y acabó absorbiendo a otras etnias, que hablaban previamente lenguas distintas. Posteriormente se formarían los subgrupos lingüísticos derivados de la lengua madre común.
Contenido
División dialectal
El hipotético idioma protoindoeuropeo se sitúa entre los años 3500 y 2500 a. C., y habría estado formado por variedades dialectales estrechamente relacionadas. Las variaciones geográficas aumentadas con el tiempo produjeron una notable diferenciación, que con el tiempo resultaría en las actualmente muy diferentes lenguas indoeuropeas. El conocimiento que se tiene de esta lengua se debe al método comparativo y el desarrollo moderno del mismo, la lingüística histórica. Esos métodos permiten una reconstrucción bastante aproximada de muchas características del protoindoeuropeo, sin embargo, no son capaces de dilucidar con claridad el problema de la variación dialectal. De hecho, la diferenciación dialectal inicial del protoindoeuropea es muy difícil de conocer y ha sido un objeto controvertido. Se considera que las agrupaciones actuales de las lenguas indoeuropeas deben reflejar de alguna manera la diferenciación inicial del protoindoeuropeo.
Subgrupos principales
Si bien unidades filogenéticas intermedias como celta, itálico, germánico, báltico, eslavo, indoiranio, etc estaban totalmente claras desde mucho antes del siglo XIX; cómo estas unidades están relacionadas entre sí es un problema mucho más complejo que no tiene una respuestas totalmente satisfactoria.
De hecho no existe acuerdo sobre cual sería un árbol filogenético adecuado para la familia indoeuropea. Actualmente existen dos modelos ampliamente comentados: el árbol de Gray-Atkinson (The 'New Zealand' family tree, 2003)[1] y el árbol de Ringe-Warnow-Taylor (The 'Pennsylvania' family tree, 2002).[2] El primero se basa estrictamente en léxico compartido y substituido, mientras que el segundo se basa en isoglosas fonológicas y morfológicas. Aunque ambas clasificaciones presentan algunos puntos comunes también difieren de manera importante en otros detalles. Algunas de las unidades mínimas que ambos árboles coinciden en agrupar son:
Cuando se intentan agrupar esos grupos, según diversos criterios surgen diferentes árboles, por lo que las relaciones de alto-nivel, que presumiblemente deberían dar información sobre los dialectos originales del indoeuropeo, no parecen reconstructibles. Otra coincidencia universal en todas las clasificaciones es que el anatolio y el tocario fueron las primeras lenguas en separarse del tronco común (curiosamente estos dos grupos de lenguas no eran propiamente conocidos para los indoeuropeanistas del siglo XIX).
Satem / Centum
En el siglo XIX, August Schleicher y otros indoeuropeanistas, consideraron que la división fundamental venía dada por una isoglosa que dividía a la familia en dos grupos diferentes: Las lenguas indoeuropeas orientales o lenguas satem y lenguas occidentales o lenguas centum, de acuerdo a la evolución del fonema /*kj/: en las primeras lenguas habría palatalización de este fonema en /*š/ (y posteriormente en algunas lenguas variaría a [ʃ], [ɕ] o [s]), mientras que en las segundas quedaría como velar. El ejemplo más divulgado de esta división, y que da nombre a la propia división, es el del cambio que se observa de la palabra indoeuropea *kntom ‘ciento’, que en sánscrito es śatam [ɕa'təm] y en latín es centum ['kentum], mientras que en avéstico la palabra se convirtió en satem [sa'təm]. Por eso las lenguas indoeuropeas se han clasificado bien por pertenecer a la rama occidental (del centum), o bien a la oriental (del satem).
Ciertas familias de idiomas de origen indoeuropeo (albanés, armenio, indoiranio, eslavo y en parte el báltico) son lenguas satem. No obstante, este rasgo se considera hoy marginal y resultado de una difusión relativamente tardía de una isoglosa, que con grados diferentes de exhaustividad afectó principalmente a las lenguas orientales.[3] Sin embargo, lenguas orientales como el tocario no presentan palatalización, sugiriendo que esta palatalización no jugó ningún papel en el indoeuropeo más antiguo. Además se considera que otros rasgos distintivos son más importantes dentro de la familia indoeuropea.
La primera división de las lenguas indoeuropeas es la de los grupos danubiano y nórdico.
Antiguo europeo
El antiguo europeo fue propuesto inicialmente, presuponiendo que existió una lengua precursora hablada en territorio europeo, que por diversificación dio lugar a los siguientes grupos:
- griego (dividido en aqueo, jonio —y de la mezcla de ambos eolio—, dorio, griego del noroeste, y otros),
- itálico (origen del latín y lenguas cercanas, sabélico, osco-umbro y otros),
- celta (origen del bretón, britano, galo, y otros), y
- germánico (dividido a su vez en la rama nórdica [origen del noruego, sueco, danés y otros], la rama gótica, y la rama alemana, origen del alemán, el inglés, el neerlandés y otros).
Sin embargo, casi con toda seguridad estas lenguas no constituyen una unidad filogenéticamente válida, ya que por ejemplo la rama griega muestra más cercanía con la rama armenia que con ningún otro grupo actual del indoeuropeo (la cercanía del griego con las algunas lenguas paleobalcánicas no es bien conocida, pero podría ser similar a la que guarda con el armenio).
El "pueblo" indoeuropeo
A pesar de algunos usos no científicos de la palabra, no existe evidencia científica de una raza indoeuropea, de hecho se considera errónea la simple idea de la existencia de una raza indoeuropea.
Sin embargo, durante el siglo XIX y la primera mitad del XX fue común usar el término para designar una supuesta raza, denominada raza aria. El nombre ario proviene de la designación aryah de los textos védicos, quienes presuntamente llevaron las lenguas indoeuropeas al Indostán. De acuerdo a las suposiciones infundadas de algunos autores del siglo XIX, dicha raza aria se caracterizaba supuestamente por su piel blanca y sus cabellos claros. Con la llegada del nacional-socialismo al poder, el término alcanzó sus mayores niveles de manipulación. Después del final de la Segunda Guerra Mundial, los estudiosos empezaron a plantearse limitar la utilización del término a lo estrictamente lingüístico.
El término "indoeuropeo" sólo está correctamente definido en términos lingüísticos y se presupone que existió algún tipo de etnia o grupo de etnias que hablaban lenguas indoeuropeas. Sin embargo la identificación arqueológica de algunos pueblos antiguos con las etnias indoeuropeas sigue siendo problemática.
Reconstrucción y descripción del pIE
Algunos autores han propuesto que la reconstrucción lingüística realizada sobre las lenguas indoeuropeas (IE) permite reconstruir diversos estratos. El estrato más reciente, llamado IE III o protoindoeuropeo clásico o brugmanniano, que sería la fuente directa de casi todas las lenguas indoeuropeas, excepto las lenguas anatolias, y es el tratado más ampliamente en las obras. Se ha apuntado que la comparación del IE III y las lenguas anatolias permiten reconstruir parcialmente una lengua algo más antigua llamada IE II con características notoraimente diferentes de las del IE III. Anterior al IE II sería el indoeuropeo preflexional o IE I.
Inventario fonológico
El inventario fonológico del protoindoeuropeo fue reconstruido por primera vez con ciertas garantías en la segunda mitad del siglo XIX. Desde entonces se han propuesto algunas revisiones del número de fonemas y de la realización de los mismos. El sistema reconstruido es el siguiente:
Labial Alveolar Palatal Velar Labiovelar Glotal Oclusiva sorda *p *t *kʲ *k *kʷ *h1 Oclusiva sonora *b *d *gʲ *g *gʷ Oclusiva aspirada *bʰ *dʰ *gʲʰ *gʰ *gʷʰ Fricativa *s *h3 *h2 Sonorantes *r, *l *y *w Nasal *m *n En las reconstrucciones modernas no existe discrepancias serias en cuanto al número de oclusivas, aunque la articulación precisa de las mismas es dudosa. Tradicionalmente se había supuesto que el alófono principal de las mismas es el mostrado en la tabla pero el modelo glotálico, propuesto para explicar la baja frecuencia de *b argumenta que /*p, *b, *bʰ/ de la reconstrucción tradicional se habrían articulado como: /*p[h], *pʼ, *b[h]/ respectivamente (y similarmente para la serie alveolar, velar palatalizada, velar plana y labiovelar). E incluso se ha propuesto que la diferencia entre lo que tradicionalmente se llamaron oclusivas sordas, sonoras y aspiradas podría haber estar basado en fonaciones más complejas que diferencia sorda/sonora.
También se ha argmentado contra la reconstrucción de dos series: velares palatalizadas /*kʲ, *gʲ, *gʲʰ/ y velares planas /*k, *g, *gʰ/, en lugar de una. Parece que la primera serie abrumadoramente aparece en entornos palatales y podría ser que aunque existiera una diferencia alofónica en algunos dialectos, tal vez no se tratara de fonemas independientes las dos series.
Finalmente existen tres fonemas laringales /*h1, *h2, *h3/ cuya reconstrucción está fuera de toda duda, sobre la base de alternancias vocálicas y su testimonio directo en anatolio. Sin embargo, su realización fonética es altamente especulativa, siendo consideradas generalmente fonemas cuyo punto de articulación está en la parte posterior del tracto bucal. Algunos autores reconstruyen un número mayor de fonemas laringales, aunque su distintividad fonológica respecto a las tres laringales clásicas es muy discutida.
En cuanto a las vocales el último estado del indoeuropeo no-anatolio (llamado a veces pIE III o indoeuropeo tardío), distinguía entre vocales largas y breves, usualmente se reconstruye el sistema como formado por las vocales /*i, *e, *a, *o, *u; *ī, *ē, *ā, *ō, *ū/. Sin embargo, en un estado anterior el sistema podría haber estado formado por sólo 3 vocales /*e, *a, *o/ siendo inicialmente los sonidos [i, u] variantes alofónicas en posición de núcleo de sílaba de las resonantes /*y, *w/, respectivamente. Las vocales largas podrían ser todas efectos de alargamientos morfológicos o de las secuencias vocal + laringal: *ī< *ih < *yh, *ē < *eh, *ā< *ah, *ō< *oh, *ū< *uh < *wh.
Leyes fonéticas
En el estudio de la evolución del antiguo indoeuropeo tuvo especial relevancia la determinación de leyes fonéticas como las leyes de Grimm y Verner, que establecieron una correspondencia fonética constante entre algunos fonemas de las distintas lenguas de la familia.
Un principio básico que se estableció entonces es el de la constancia del cambio fonético. Éste establece —de manera simplificada— que en el paso de la lengua madre a una lengua hija, si un sonido o serie de sonidos cambia, ese cambio se produce en todas las palabras en las que aparezca. Así, por ejemplo, sabemos que el verbo inglés to have no está relacionado con el castellano haber, sino con caber, puesto que, según lo que llamamos ley de Grimm, el fonema /k/ indoeuropeo pasa a /h/ en las lenguas germánicas (como el inglés), pero se conserva como /k/ en latín y griego.
La siguiente tabla muestra las principales correspondencias fonéticas entre las lenguas indoeuropeas más antiguas de cada rama por lo que respecta a los sonidos oclusivos:
pIE Griego
clásicoLatín Irlandés antiguo Gótico Armenio
clásicoLituano Eslavo
antiguoTocario Hitita oclusivas
labiales*p,(*b),*bh p (b), ph p (b), f/b Ø (b), b f/v (p), b h/v,(p),b/v p (b), b p (b), bh p, p, p p/b,p/b,p/b oclusivas alveolares *t,*d,*dh t, d, th t, d, f/d t, d, d Þ/d, t, d t/y, d, d t, d, d t, d, dh t, t, t t/d,t/d,t/d oclusivas velares palatalizadas *kj,*gj,*gjh k, g, kh c,g,f/g/h c, g, g h/g, k, g s, c,j/z š, ž, ž s, z, z k/ś,k/ś,k/ś k/g,k/g,k/g oclusivas
velares*k,*g,*gh k, g, kh c, g, h/g c, g, g h/g, k, g k`, k, g k, g, g k, g, g k/ś,k/ś,k/ś k/g,k/g,k/g oclusivas labio-velares *kw,*gw,*gwh p/t, b/d, ph/th qu, gu/u, f/gu c, b, g hw/w,q,gw/w k/ç,g,g/j k, g, g k/č,g/ž,g/ž k/ś,k/ś,k/ś kw, kw, kw Flexión nominal
El protoindoeuropeo era una lengua flexiva, tanto en el nombre como en el verbo. En concreto, la existencia de flexión nominal, también llamada declinación, significa que un nombre tiene una terminación específica de acuerdo con su función gramatical o sintáctica en la oración. Estas terminaciones dependen del tema o paradigma al que el nombre o el adjetivo pertenecen, y en indoeuropeo básicamente dependen de la terminación de la raíz o lexema. Todos los paradigmas de declinación tienen ciertas similaridades y son reconstruibles fácilmente a partir de las lenguas indoeuropeas testimonidas por escrito.
La reconstrucción brugmaninana a partir de las lenguas indoeuropeas clásicas, sin contar con el anatolio, sugería que el número de casos podría ser tan grande como ocho, que la lengua tenía tres géneros gramaticales (masculino, feminino y neutro), a veces a este estadio reconstruido aproximadamente por Brugman se le conoce como PIE-III. Sin embargo el desciframiento del anatolio hizo dudar de algunos aspectos de esta reconstrucción, conjeturándose que pudo existir un estadio, llamado PIE-II, en que los géneros no se dividían en masculino/femenino/neutro, sino en animado/inanimado, tratándose de una lengua de tipología lingüística activa.
Flexión verbal
Antes del descubrimiento y comprensión adecuada del hitita, varios indoeuropeanistas habían propuesto un modelo preliminar de las categorías y conjugación de los verbos en protoindoeuropeo conocido actualmente como "modelo indo-griego" por ser el sánscrito y el antiguo griego las lenguas que mostraban un mayor grado de retención o conservadurismo respecto al sistema reconstruido.
La flexión verbal usa casi exclusivamente sufijos, con dos excepciones el aumento *e- en el imperfecto (conservado sólo en griego: leípō (< *leikw-ō) - élipon (< *e-likw-), armenio e indoiranio) y el infijo *-n-, testimoniado en latín vīncō 'venzo' - vīcī 'vencí', linquo 'dejo [atrás]' (< *li-n-kw-) - lictus 'dejado [atrás]' (< *likw-tos) y de la misma raíz en sánscrito riņakti (< *li-ne-kw-) 'deja [atrás]' - rikthās). El resto de prefijos encontrado en indoeuropeo son siempre prefijos derivativos.
Sintaxis
Algunos autores han argumentado que la sintaxis, al ser altamente composicional, es una de las partes de la gramática que puede presentar mayor variación temporal y que, sobre la base de la evidencia existente no sería posible reconstruir la sintaxis del pIE. Aunque la mayoría de lenguas antiguas tienen una fuerte evidencia estadística en favor del orden SOV eso no constituye una prueba definitva del orden sintáctico. Algunas expresiones nominales fosilizadas en forma léxica como déspota < *déms-pot- 'señor de la casa' sugieren que el genitivo precede al nombre estando en este caso el núcleo del sintagma nominal situado al final.
Aunque la reconstrucción del orden sintáctico es compleja, otros aspectos como la naturaleza de la negación, el marcaje de la coordinación y la subordinación pueden ser mejor reconstruidos.
Léxico
Los métodos de la lingüística histórica han permitido una gran cantidad de las raíces indoeuropeas, y actualmente existen diccionarios con varios miles de términos. Sin embargo, aunque resulta sencillo identificar raíces a partir de la comparación de las lenguas indoeuropeas y reconstruir su forma original; es más difícil asegurar que una determinada forma léxica (raíz + morfemas derivativos + morfemas flexivos) existió realmente en indoeuropeo. Ya que los detalles concretos de la morfología léxica del indoeuropeo no son fácilmente reconstructibles a partir de la comparación.[4]
La fábula de Schleicher
En 1868, el filólogo alemán August Schleicher creó un texto artificial compuesto en el idioma reconstruido protoindoeuropeo (PIE). Se llama La oveja y los caballos.
Estadios reconstrucitibles
La reconstrucción lingüística de las lenguas indoeuropeas mejor documentadas permitió ya en el siglo XIX reconstruir con bastante aproximación la fonología y gramática del indoeuroepo antiguo. Esta primera reconstrucción del indoeuropeo más reciente se conoce como pIE-III. La reconstrucción interna sobre esa primera reconstrucción permite reconstruir otros estadios más antiguos, el pIE-II y el pIE-I.
El estadio preprotoindoeuropeos pIE-II, es la lengua a partir de la cual se formó el protoindoeuropeo reciente o pIE-III. Por razones de cercanía temporal el protoindoeuropeo reciente es mejor conocido y reconstruible en mayor detalle que el preprotoindoeuropeo pIE-II. El pIE-II es también una lengua flexiva, en la la flexión es no-temática frente al pIE-III donde predomina la flexión temática y la flexión no temática es secundaria. Anterior al pIE-II es el pIE-I que es una lengua más aislante y con flexión posiblemente muy reducida. Las características principales de estos tres estadios serían:[5] [6]
- IE III (indoeuropeo clásico), que tiene una morfología plenamente desarrollada similar a la del griego y sánscrito, , distinciones de género (masculino, femenio, neutro) y en el que las laringales podrían haber desaparecido o estar en proceso de desaparición.
- IE II (pre-indoeuropeo monotemático), que no tendría todos los tiempos y modos encontrados en lenguas como el griego, el sánscrito y el latín, carecería de flexión temática como la encontrada en la mayor parte de las lenguas indoeuroepeas. El IE-II tendría plenamente vigentes las laringales y distinciones de género de tipo animado/inanimado, de manera similar a lo que se encuentra en idioma hitita y otras lenguas del grupo anatolio.
- IE I, sería un estado imperfectamente conocido y deducible de arcaísmos encontrados en todas las ramas. Este estadio sugiere que en este estadio gran parte de las características del indoeuropeo clásico no existían, y el IE-I sería una lengua relativamente aislante.
Relación con otras lenguas
Hasta donde nos es accesible, el preprotoindoeuropeo (pIE-I) resulta ser una lengua con bastante menos morfología que el indoeuropeo más reciente. Así a juzgar por los datos de las lenguas indoeuropeas anatolias el preprotoindoeuropeo habría carecido de género gramatical y del amplio sistema de caso morfológico que exhiben lenguas como el griego, el sánscrito o el latín y que se remontaría al indoeuropeo más reciente. Algunos autores, como Rodríguez Adrados, han llegado a afirmar que la ausencia de ciertas categorías en las lenguas anatolias como el hitita son un reflejo de cómo era el preprotoindoeuropeo (alternativamente otros autores explican la ausencia de estas categorías en anatolio como una pérdida a partir de un sistema morfológicamente "más rico"). Se ha estimado que el preprotoindoeuropeo se habría empezado a hablar hacia 5000 a. C. y hasta 3000 a. C., en que se separó la rama anatolia.
Una propuesta adicional, bastante controvertida, propone que el preprotoindoeuropeo provendría de una lengua más antigua conocida como protonostrático y que habría sido una lengua de la que derivarían no sólo las lenguas indoeuropeas, sino también, entre otras, las familias urálica, altaica, dravídica y afroasiática. Sin embargo, debido a la enorme distancia en el tiempo que hace que se habría hablado hipotéticamente ese protonostrático, el número de posibles cognados convincentes que se ha podido reunir es mucho más escaso que para el caso del protoindoeuropeo. Es esa escasez de datos fiables lo que hace polémica la teoría, y lo que ha llevado a algunos lingüistas a sostener que aun en caso de haber existido esa lengua, la evidencia sería tan pequeña que no podemos asegurar su existencia mediante los métodos normales del método comparativo debido a la gran profundidad temporal.
Referencia
Notas
Bibliografía
- Clackson, James (2007). Indo-European Linguistics: An Introduction. Londres: Cambridge University Press. ISBN 978-0-521-65367-1.
- Rodríguez Adrados, Francisco (1975). Lingüística indoeuropea. Madrid: Gredos. ISBN 84-249-0049-9.
- Rodríguez Adrados, Francisco (2008). Historia de las lenguas de Europa. Madrid: Gredos. ISBN 978-84-249-2871-1.
Véase también
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