Historia de El Salvador

Historia de El Salvador

La historia de El Salvador ha pasado por diversos periodos, los cuales han marcado su actual estado económico, político y social. Antes de la llegada de los conquistadores españoles a tierras americanas, el territorio estaba habitado por diversos pueblos amerindios que ya habían formado órdenes sociales sofisticados; con la conquista, el sincretismo y el sometimiento toman protagonismo hasta que, la entonces Provincia de San Salvador, adquirió su independencia del Imperio español, logrando su carácter de Estado en 1859. En 1931 inicia un periodo conocido como la "dictadura militar", donde el ejército controla al Estado hasta 1979. Durante la década de 1980 sucedió una guerra civil, dejando un saldo de muertos y desaparecidos sin precedentes en su historia. Es en 1992 cuando se firman los Acuerdos de Paz de Chapultepec, evento que marca el inicio de una nueva época en la historia de la nación. En la actualidad, la situación económica y social tiende a dificultar las posibilidades de superación de la población.

Contenido

Época precolombina (c. 10 000 a. C. - 1524 d. C.)

Véase también: Anexo:Cronología de la época precolombina de El Salvador
Véase también: Anexo:Fases culturales de la época precolombina de El Salvador hasta el período protohistórico

Los primeros pobladores del territorio salvadoreño emigraron al final de la glaciación de Würm (alrededor del 10.000 a. C.) estos erán grupos nomades de cazadores-recolectores que reciben el nombre de paleoindios, que se dedicaban principalmente a la caza de los animáles pertenecientes a la megafauna; uno de los lugares donde mejor se conserva su huella es la Cueva del Espíritu Santo.[1] [2]

Tras la extinción de los últimos animales de la megafauna (alrededor del 8.000 a. C.) los grupos nomades empiezan a dedicarse principalmente a la recolección y después a la agricultura con lo cual las poblaciones van haciéndose sedentarias.[1] [2]

Período Preclásico (1500 a. C. - 250 d. C.)

Estela descubierta en Las Victorias, esta exhibida a las a fueras del Museo Stanley H. Bogs en Tazumal, en está se ven cuatro imágenes una en cada lado, dos de estás imágenes están paradas y se cree que representan a guerreros, las otras dos están sentadas y se cree que representan a sacerdotes.

Con la sedentarización de las poblaciones inicia el período preclásico, durante el cual: llegaron los mayas y lencas; se empezó a fabricar cerámica y las poblaciones fueron grandemente influenciadas por la cultura olmeca.

Preclásico temprano (1500 a. C. - 900 a. C.)

Durante este período se formaron las primeras aldeas agrícolas, algunas de estas permanecieron como simples aldeas, mientras que otras desarrollaron rasgos más avanzados. A la vez, aparecen las primeras cerámicas y los sitios tenían nexos comerciales con sitios ubicados en el área del Soconusco en el estado mexicano de Chiapas.[1]

El asentamiento más antiguo en el territorio es El Carmen que data del 1590 a. C. ± 150 años. La cerámica de este sitio es muy similar a la encontrada en Chiapas y la costa pacífica de Guatemala.[3]

En Chalchuapa hay evidencia de asentamientos de los primeros pobladores en dos localidades: la orilla norte de la laguna Cuzcachapa y cerca del manantial El Trapiche; la evidencia de esta ocupación temprana data de alrededor del 1200. Al igual que en El Carmen la cerámica es muy parecida a la de Chiapas y Guatemala. Estos hallazgos apoyan la interpretación de que los primeros habitantes de el occidente salvadoreño procedían de la región del litoral pacífico (entre Chiapas y Guatemala) y que probablemente eran hablantes de alguna lengua Zoque.[1]

En la zona oriental, la evidencia más antigua de este período proviene del sitio arqueológico La Rama, el cual está conformado por huellas tanto humanas como de animales, los cuales datan de alrededor del 1500 a. C según estudios de estratigrafía comparativa.[3]

Preclásico Medio (900 a. C. - 500 a. C.)

Al inicio de este período se empezó hacer notorio el crecimiento de la población de agricultores probablemente por la introducción de nuevas variedades de maíz más productivas. Los principales sitios tenían nexos comerciales y se veían influenciados por el área olmeca y sitios ubicados en la costa pacífica de Guatemala.[1]

Los principales asentamientos de este período fueron: Chalchuapa (la cual fue fundada alrededor del 1200 a. C. y tenía durante este período como centro ceremonial a El Trapiche), San Nicolás, Barranco Tovar, Jayaque, El Perical y Antiguo Cuscatlán. Los hallazgos en los sitios de este periodo principalmente de El Trapiche muestran que las poblaciones de está época tenían una diversa complejidad social y diferenciación interna a comparación con las aldeas del preclásico temprano.[2]

Preclásico Tardío (500 a. C. - 250 a. C.)

Para el comienzo de este período se produjo una fuerte expansión demográfica, desarrollándose nuevas poblaciones principalmente en las tierras por debajo de 1000 metros de altura y a su vez, una seria de nexos culturales en el sureste de Mesoamérica.[1]

Las principales poblaciones durante este período fueron: en el occidente salvadoreño, además de Chalchuapa, estuvieron Santa Leticia, Finca Rosita, Cara Sucia, Ataco, Tacuzcalco, Atiquizaya y Acajutla; en la zona central, Los Flores, Río Grande, El Campanario (estos tres ubicados en la zona de la Central Hidroeléctrica Cerrón Grande), El Cambio, Cerro del Zapote y Lomas del Tacuazín; en la región oriental se desarrollo Quelepa, La Laguneta y La Florida.[2] [4]

Un producto comercial destacable en el área maya durante este período fue la cerámica Usulután que era producida en Chalchuapa; otra característica de los sitios de este período son las llamadas Cabezas de Jaguar, las cuales son esculturas de cabezas de jaguar que se han encontrado principalmente en el occidente salvadoreño, otros ejemplos de este tipos de escultura pueden verse en los altares de jaguar de Quelepa y el disco con la cara de un jaguar que fue encontrado en Cara Sucia.[1]

Al final de este período se dio la erupción del Lago Ilopango lo cual causo el abandono de la mayor parte de la zona central y occidental, trasladándose los habitantes de las poblaciones deshabitados a lugares cercanos y altos.[1] [2]

Período clásico (250 d. C. - 900 d. C.)

Maqueta de las ruinas precolombinas de Tazumal.

Durante el periodo clásico las ciudades dominantes del área occidental y central comerciaban y se veían influenciados grandemente (más aún en la arquitectura) por Copán y Teotihuacan, en cambio la zona oriental incluyendo quelepa comerciaban y se veían influenciadas por poblaciones en el valle de Ulúa en Honduras y de Veracruz.[1] [2]

Clásico Temprano (250 - 600)

A lo largo del periodo clásico temprano serían rehabitadas las zonas que habían sido deshabitadas por la erupción del Lago Ilopango.

En el área del cerrón Grande, en La Boquita se da una continuación en la cerámica del preclásico y a la vez está cerámica muestra conexión con Quelepa (la cual no había sido afectada por la erupción).[1]

En el occidente salvadoreños, Chalchuapa se mantuvo habitada durante este período aunque la construcción monumental se paró y la población se redujo debido a que los habitantes de las zonas más afectadas se trasladaron y se reorganizaron en comunidades en la Cordillera Apanéca posteriormente regresarían a Chalchuapa en conjunto con la población asentada en esa población iniciarían la construcción de Tazumal que se convertiría en el centro ceremonial de la ciudad.[1] [2]

La zona central específicamente el valle de Zapotitan se mantuvo deshabitado de 150 a 200 años después de la erupción, al poblarse nuevamente el valle se levantaron nuevas poblaciones de los cuales se alzó San Andrés como ciudad dominante, una de las poblaciones bajo el dominio de San Andrés fue Joya de Cerén la cual fue conservada por la erupción del volcán Laguna Caldera alrededor del 600.[1] [2]

La zona oriental no fue afectada por la erupción del Ilopango lo que permitió que los principales sitios durante el preclásico siguieran su desarrollo sin interrupción en el clásico, a estos se agregaron nuevos sitios principales, los cuales son: Brisas de Jiquilisco y San José Jucuarán.[4]

Clásico Tardío (600 - 900)

Durante el período clásico tardío, San Andrés y Chalchuapa (con su centro ceremonial en Tazumal) al occidente del río Lempa y Quelepa al oriente alcanzan su mayor auge; en el área del cerrón grande existieron varios sitios, tales como: El Remolino, El Tanque y La Ciénaga; ambos sitios cuentan con varios montículos ceremoniales incluyendo juegos de pelotas y plataformas para las residencias, por otro lado los artefactos encontrados en estos sitios son similares a los encontrados en Chalchuapa y San Andrés, lo que probablemente indica una unidad étnica entre las poblaciónes de la zona occidental y central durante este período; mientras que en la zona oriental a la par de los sitios dominantes ya existentes surgen Los Llanitos y Asanyamba, por otro lado los artefactos de Quelepa y las estructuras construidas en este sitio durante este tiempo indican que está población y en general la zona oriental se vieron influenciados por sitios en Veracruz.[1] [4]

Para el periodo Clásico Tardío (600 - 900) se establece la cultura de Cotzumalhuapa, cuya evidencia arqueológica en El Salvador ha sido descubierta en Cara Sucia; y los grupos étnicos y etnias que poblaban el territorio eran: lencas (potones), uluas (cacaoperas), mayas (chortíes y pocomames), xincas y Chorotegas.[1] [2]

A partir del 800, tras la caía y abandono de Teotihuacan, las principales ciudades mayas y de Mesoamérica fueron abandonadas, a raíz de esto muchas poblaciones fueron deshabitadas al final del clásico incluyendo San Andrés y Quelepa.[1] [2]

Período posclásico (900 d. C. - 1524 d. C.)

Este período inicia con el abandono de la mayoría de las ciudades del período clásico y la emigración de los grupos nahuas conocidos como pipiles alrededor del 900 a 1200 y termina con el descubrimiento y conquista del territorio salvadoreño por los españoles.

Posclásico temprano (900 d. C. - 1200 d. C.)

Véase también: Fase Guazapa

En este período se dieron las migraciones pipiles y las áreas que presentan una fuerte evidencia de ocupación pipil son: el valle de Chalchuapa, la parte superior de la cuenca del río Acelhuate, el valle de Sonsonate, la porción central del país, la región metapán del Lago de Guija, la planicie costera alrededor de Acajutla y la Costa del Bálsamo.

Las ciudades principales fueron: Cihuatan, Las Marías (en la zona central), Chalchuapa, Igualtepeque (en la zona occidental), Loma China y Asanyamba (en la zona oriental); las principales ciudades del occidente y centro del territorio fueron grandemente influenciados por la cultura tolteca principalmente Cihuatan y Chalchuapa, mientras que la zona oriental se fragmento internamente tras el abandono de Quelepa y La Laguneta lo cual es evidenciado en la cerámica; la mayoría de asentamientos estaban fortificados y situados en lugares altos.[1] [2] [4]

Al final de este período (alrededor del 1200), las ciudades de Cihuatán, Las Marías y las poblaciones tributarias de estos fueron destruidos, quemados y abandonados probablemente por un conflicto con otro grupo pipil. En el mismo tiempo se calcula la ultima emigración pipil y se encuentran asentamientos en la zona de Antiguo Cuscatlán (donde estuvo la que se convertiría para el posclásico tardío la capital de los pipiles).[1]

Posclásico tardío o Protohistórico (1200 - 1524)

Pueblos indígenas que habitaban el territorio salvadoreño durante el protohistórico: 1. Pipiles, 2. Potones o Lencas salvadoreñas, 3. Kakawiras o Cacaoperas, 4. Xincas, 5. Mayas Chortis, 6. Mayas Pokomames, 7. Chorotegas.

Durante este período, exactamente antes de la conquista española, el territorio estaba ocupado por tres grandes Entidades territoriales; siendo el más unificado el Señorío de Cuzcatlán, el cual se veía influenciado en gran medida por el Imperio Mexica.

Entre los pueblos indígenas de la región se encontraban los potones, chortis, xincas, kakawiras, chorotegas, pocomames, y pipiles, todos ellos pertenecientes al área cultural mesoamericana. De estas etnias o pueblos los más extensivos erán los pipiles y los potones o lencas salvadoreños, los primeros habitaban desde el río paz hasta el río lempa cubriendo gran parte del occidente y centro de El Salvador; mientras que los potones se encontraban distribuidos en la mayor parte de la zona oriental y en parte los departamentos de Chalatenango, Cabañas y San Vicente. Los demás pueblos se distribuían de la siguiente forma: los mayas chortis habitan en la mayor parte del departamento de Chalatenango y en partes del municipio de Metapán en el departamento de Santa Ana; los mayas pocomames vivían al lado de los pipiles en las poblaciónes de Chalchuapa, Atiquizaya y Ahuachapán; los xincas habitaban en el pueblo de Mopicalco (pueblo extinto ubicado cerca de la frontera con Guatemala); los kakawiras o cacaoperas vivían en dos enclaves dentro del territorio de los potones, especificamente en los departamentos de San Miguel, Morazán y La Unión; por último los chorotegas vivían en el pueblo de Nicomongoya (pueblo extinto ubicado cerca de la frontera con Honduras).[5] [1] [2]

Los pipiles
Véase también: Señorío de Cuzcatlán

Los pipiles son un grupo de pueblos nahuas que como se dijo anteriormente emigraron a El Salvador entre el 900 y 1200 asentándose principalmente en el occidente y centro del territorio. La cultura de los pipiles era similar a la de otros pueblos del Centro de Mesoamérica, especialmente de las nahuas (tolteca).[6]

Territorio estimado del Señorío de Cuzcatlán

Los pipiles encabezaron varios cacicazgos en el territorio, siendo el de Cuzcatlán el que logró imponer su hegemonía, al unificar el territorio pipil para crear el Señorío de Cuzcatlán, sobreviviendo los cacicazgos sometidos, como provincias o departamentos que eran dependientes del cacique de Cuzcatlán. Este señorío estaba organizado como una federación en donde cada uno de los cacicazgos o provincias tenían su propio gobierno y podían tener un nivel menor o mayor de autonomía de la cápital Cuzcatlán.[2] [6]

Se considera al Señorío de Cuzcatlán como un Estado-nación debido a que con los datos aportados por fuentes históricas del siglo XVI (tales como: el conquistador Pedro de Alvarado, el oidor Diego García de Palacio y el obispo Francisco Marroquin) puede concluirse que el gobierno de Cuzcatlán tenía el suficiente poder sobre su nación para: reclutar individuos para la guerra o las obras publicas; imponer y cobrar impuestos; y decretar y hacer cumplir las leyes. Estos son tres criterios generalmente aceptados y usados para poder distinguir y definir a un estado-nación.[2]

Grupos mayenses

A mediados del siglo XI, los mayas chortí —que habían ocupado desde mucho tiempo atrás la región al norte del río Lempa en la zona del distrito de Metapán (Santa Ana) y en Chalatenango— crearon el Reino Payaquí, que ocupaba también regiones de las actuales Guatemala y Honduras. En el siglo XIII recibió la influencia cultural de los pipiles, a tal grado que cuando llegaron los españoles, se hablaba en gran parte de la región el alajuilak, una lengua que combinaba elementos del chortí y el nahuat.[6]

La población de Atiquizaya fue sede un pequeño señorío de los mayas hablante de pocomam que cubría parte de Ahuachapan y Santa Ana; el cual fue conquistado por los pipiles en el siglo XV.[7] Alrededor de ese mismo siglo los lencas se unificaron formando su propio Señorío llamado Popocatepet.[5] Popocatepet al igual que el reino payaquí era un Estado confederado, es decir una nación donde el poder central tenía poco dominio sobre su territorio y las provincias o cacicazgos que lo conformaban tenían un alto nivel de autonomía siendo prácticamente independientes y se unían principalmente en tiempos de crisis.[6]

Organización política antes de la conquista

Antes y durante la conquista, el territorio que en el futuro sería El Salvador se encontraba dividido en 3 partes:

  • Reino Payaquí (Señorío Chorti) (se extendió al norte del río Lempa y formado también con territorios en Guatemala y Honduras)
  • Señorío de Cuzcatlán (Señorío Pipil) (se extendió desde el río Paz hasta el río Lempa)
  • Señorío de Popocatepet (Señorío Lenca) (se extendió en toda la zona oriental y formando también con territorios en Honduras)[5] [6]

Conquista de El Salvador (1524-1540)

Artículo principal: Conquista de El Salvador
El conquistador español Pedro de Alvarado.

En 1520 la población indígena del territorio se redujo en un 50% debido a una epidemia de viruela que afecto a toda el área mesoamericana. El 31 de mayo de 1522 el español Andrés Niño, a la cabeza de una expedición, desembarcó en la isla de Meanguera en el (golfo de Fonseca); y posteriormente descubrió la bahía de Jiquilisco y la desembocadura del río Lempa. Descubriendo de esta manera el territorio salvadoreño.[8]

Expedición de Pedro de Alvarado (junio - julio de 1524)

En junio de 1524, Pedro de Alvarado salió de la población de Iximché en el actual territorio de Guatemala para iniciar el proceso de conquista de Cuscatlán. Bajo su mando estaban unos 250 soldados españoles y unos 6,000 indígenas aliados, principalmente tlaxcaltecas. Luego de pasar por los poblados de Itzcuintepec, Atiepac, Tacuilula, Taxisco, Guazacapán, Chiquimulilla, Tzinacaután, Naucintlán y Paxco, llegó a las riberas occidentales del río Paz, y lo cruzó para internarse en los territorios pipiles.[9]

Luego de algunas leguas de camino llegó a una población de Mochizalco (hoy Nahuizalco), que Alvarado encontró desierta, debido a que sus habitantes la habían abandonado luego de enterarse de los atropellos que había realizado al otro lado del río Paz. Luego continuó hasta la población de Acatepec que también había sido abandonada por sus habitantes.[9]

Alvarado continuó hacia el sur y llegó a la población de Acaxual (Acajutla); al continuar, se encontró a media legua del pueblo con el ejército pipil, entablándose una cruenta batalla. El mismo Alvarado fue alcanzado con una flecha en el fémur, quedando herido de gravedad.[9]

Luego de la batalla, Alvarado realizó un repliegue para curar a los heridos, permaneciendo unos cinco días en Acaxual. A pesar de la gravedad de su herida, que le obligaba a permanecer en la retaguardia, marchó contra el poblado de Tacuzcalco (hoy Nahulingo), que se encontraba situado al sur de la actual ciudad de Sonsonate; allí se entabló una desigual batalla con enormes pérdidas para el ejército pipil. Los españoles descansaron un par de días y continuaron hacia Miahuatán, que encontraron desierta.[9]

Al llegar a la población de Atehuan (actualmente Ateos, La Libertad) recibió mensajeros que traían una declaración de paz de los Señores de Cuscatlán; sin embargo Alvarado avanzó hacia la ciudad de Cuscatlán y encontrándola desierta. Parece ser que en julio de 1524, Alvarado regresó a Guatemala debido a las condiciones climatológicas.[9]

La historia de la expedición liderada por Pedro de Alvarado al territorio del Señorío de Cuzcatlán (descrita anteriormente) fue narrada por el mismo Pedro de Alvarado en su Segunda Carta de Relación enviada a Hernán Cortés. Además de este documento existen otros como: el Lienzo de Tlaxcala y la Brevísima relación de la destrucción de las Indias. En el Lienzo de Tlaxcala, los indígenas tlaxcaltecas que acompañaron al ejército de Pedro de Alvarado narran además dentro de la campaña conquistadora del conquistador otras batallas ocurridas dentro del territorio actual de El Salvador las cuales son: las batallas de Cenzonapan (el mismo lugar donde posteriormente se fundaría Sonsonate), Tecpan Izalco, Yopicalco (Opico) y Xilopango (Ilopango).[9] En cambio la Brevísima relación de la destrucción de las Indias (escrita por Fray Bartolomé de las Casas) narra una versión más conquistadora por parte de los españoles que pacífica.[10]

Fundación de San Salvador y la finalización de la conquista (1525 - 1540)

A finales de 1524 o principios de 1525 Pedrarias Dávila (conquistador de Panamá y Nicaragua) envió a Francisco Hernández de Córdoba a Honduras y este a su vez envió a Hernando de Soto hacia Olancho pasando por Nequepio (nombre con el que los indígenas Chorotegas conocían al Señorío de Cuzcatlán),[11] ante esto Pedro de Alvarado envió a un grupo de hombres liderados por Gonzalo de Alvarado para fundar la villa de San Salvador; la villa de San Salvador fue fundada por Diego de Holguin y Gonzalo de Alvarado el 1 de abril de 1525 en un lugar desconocido. En 1526 estalló una sublevación indígena que obligó a abandonar la villa.[6]

Entre diciembre de 1527 a febrero de 1528 Diego de Alvarado fue enviado a conquistar el Señorío de Cuzcatlán, lo cual logro, posteriormente la villa de San Salvador fue refundada por Diego de Alvarado en el sitio conocido como Ciudad Vieja, en el valle de la Bermuda, a 8 kilómetros al sur de la actual Suchitoto. Para 1528 se estima un aproximado de 90 pueblos conquistados y repartidos entre los españoles.[12] Desde 1529 a 1540 Luis de Moscoso, Diego de Rojas, Pedro de Portocarrero, entre otros capitanes del ejército de Pedro de Alvarado, prosiguen y ponen fin a la conquista y pacificación de El Salvador.[6]

En 1530, una expedición al mando del capitán Luis de Moscoso termina la conquista de la zona oriental y fundó la villa de San Miguel de la Frontera. En 1530 Hernando de Chávez y Pedro Amalín (enviados por Pedro de Alvarado) conquistan el Reino Payaquí y derrotan a Copán Galel en Cítala, siendo apresado y ejecutado finalmente en La Ermita.[6] En 1537 es vencido Lémpira (líder de una resistencia lenca) en Honduras. En 1540 el área de El Salvador es pacificada, quedando el actual territorio salvadoreño plenamente controlado por los españoles.[13]

Españoles que conquistaron El Salvador

Época colonial (1540-1821)

Véase también: Virreinato de la Nueva España

La conquista del territorio significó el fin de una época de poblamiento indígena que había durado varios milenios. Después de miles de años de aislamiento, el territorio fue incorporado por la fuerza al Imperio español y convertido en colonia. El Imperio determinó que el territorio que hoy ocupa El Salvador formara parte de la Capitanía General de Guatemala, la cual dependía administrativamente del virrey de la Nueva España. La población nativa sobreviviente, diezmada por las guerras de conquista y por las nuevas enfermedades provenientes de Europa, pasaron a ser "indios" y su trabajo sería servir a sus conquistadores.[2]

Consolidación del dominio español (1540 - 1760)

En los años que siguieron a la conquista, los españoles introdujeron animales y cultivos europeos en el territorio de El Salvador. Hubo un gran esfuerzo para inculcar la cultura y la religión de los conquistadores a los indígenas. Las órdenes religiosas, en especial los franciscanos y dominicos, colaboraron con el Imperio español en el proceso de evangelización. Se estableció el sistema de la encomienda, para controlar a la población nativa. Este sistema fue la recompensa que recibió cada conquistador por su servicio a la Corona.[2]

La encomienda consistía en la asignación de un número específico de indígenas adultos, quiénes debían pagarle al encomendero, un tributo en productos o trabajo. Este sistema se prestó para muchos abusos en contra de los aborígenes. La esclavitud de los nativos fue expresamente prohibida en 1542, por las Leyes Nuevas. La Corona española estableció la caducidad de las encomiendas, generalmente después de un período de dos vidas, (es decir, después de la muerte de la primera generación de descendientes del encomendero), pasando los indígenas a pagar un tributo directo al Rey. Para el año de 1550 había un total de 168 pueblos (los cuales tenían una población total de 17,500 personas) repartidas entre los españoles con el sistema de la encomienda.[12]

Economía de la colonia

Como el territorio salvadoreño carecía de riquezas minerales importantes, la agricultura se transformó en la base de las actividades económicas. Entre 1550 y 1600, las dos actividades principales fueron el cultivo del cacao, realizado principalmente en la región de Izalco en el actual departamento de Sonsonate; y la extracción de la resina del árbol de bálsamo en la región costera. En el siglo XVII, la siembra del cacao decayó, y fue sustituido por el cultivo del jiquilite, la planta que sirve de base para la elaboración del colorante del añil.[2]

Mestizaje y estratificación social

Durante el período colonial, se produjo un proceso de mestizaje entre indígenas, negros y españoles. Para el momento de la Independencia, los mestizos constituían la mayor parte de la población del territorio.[2]

La sociedad colonial salvadoreña estaba fuertemente segmentada. Por un lado, existía toda una codificación acerca de las relaciones entre los grupos étnicos. Existía el concepto que la posición que una persona ocupaba en la escala social, debía estar de acuerdo con una supuesta mezcla de sangres. Mientras más sangre española, mejor posición, por ello los españoles peninsulares ocupaban las posiciones de privilegio, en especial los puestos más altos del gobierno colonial.[2]

La convivencia entre los diferentes grupos étnicos no fue del todo pacífica, muestra de ello es la rebelión de esclavos africanos acaecida en la Alcaldía Mayor de San Salvador entre noviembre y diciembre de 1624 cuando se desempeñaba como alcalde mayor Pedro Aguilar Lazo de la Vega, la sofocación de la rebelión estuvó a cargo del capitán Juan Ruiz de Villela, el cual logró con exito su cometido con un ejército conformado por contigentes de indígenas y soldados ladinos; los rebeldes capturados serían ejecutados en San Salvador en 1625.[2] [16]

Incursiones piratas

Durante la época colonial ocurrieron tres incursiones de piratas en el actual territorio salvadoreños: el primero fue Sir Francis Drake el cual incursionó en dos ocasiones en territorio salvadoreño (primeramente a inicios de abril de 1579 en el Golfo de Fonseca y posteriormente en 1586 en el puerto de Acajutla),[6] el segundo fue el inglés Thomas Cavendish el cual ancló en el Golfo de Fonseca en julio de 1587, finalmente la tercera incursión de piratas en territorio salvadoreño fue la de un equipo francés liderado por Eduardo Davis, Tomas Eatan y William Dampier los cuales anclaron en el Golfo de Fonseca en julio de 1684 y saqueron el pueblo de Santa María de Meanguera provocando el despoblamiento del Golfo.[17]

Organización territorial en los primeros dos siglos de la colonia

La Nueva España (1535-1821) era el virreinato español que se extendía desde el Oeste de los Estados Unidos hasta Costa Rica en Centroamérica, teniendo su capital en la Ciudad de México. De este virreinato dependía la Capitanía General de Guatemala (comprendida por los actuales territorios de Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Honduras y Nicaragua).[18]

Desde 1540 hasta 1580 el territorio que en el futuro sería El Salvador, estaba dividido de esta forma:

  • Alcaldía Mayor de Sonsonate; cubría los actuales departamentos de Sonsonate y Ahuachapán; fue creado en 1540 siendo su primer alcalde Francisco de La Cueva, originalmente su capital estaba en Acajutla hasta 1556 cuando Sonsonate se convirtió en su nueva cápital estando como alcalde mayor en ese momento Alonso de Paz
  • Provincia de San Salvador; abarcaba toda la zona central y el Departamento de Santa Ana, su origen se remonta a la fundación de la villa de San Salvador en 1528, sus gobernantes llevaban el título de Justicia Mayor o Teniente de Gobernador, siendo el primero Diego de Alvarado.
  • Provincia de San Miguel; se extendía en toda la zona oriental; su origen se remontan a la fundación de la villa de San Miguel en 1530 siendo Luis de Moscoso su primer Justicia Mayor o Teniente de Gobernador.[18] [19]

Desde 1534 cuando Pedro de Alvarado partió hacia Perú, las provincias de San Salvador y San Miguel (esta última sería deshabitada en 1534 debido a que muchos de sus pobladores partieron en el viaje de Pedro de Alvarado hacia la actual Perú, siendo posteriormente refundada por el capitán Cristóbal de la Cueva en 1535) serían gobernadas por sus alcaldes ordinarios.[19]

En 1560 el rey de España Felipe II se dio por enterado de que había un corregidor en Usulután el cual había extendido su jurisdicción a la Provincia de San Miguel y que los alcaldes mayores de Sonsonate se habían añadido la Provincia de San Salvador debido a la falta en ambas de justicia mayor y teniente de gobernador; por tal motivo Felipe II ordenó que tanto San Salvador y San Miguel se siguiesen gobernando por medio de sus alcaldes ordinarios. Posteriormente, en 1575 aparece un corregidor en Tecoluca, este cargo y el de corregidor de Usulután no tuvieron continuidad.[19]

En 1579 se le dio el rango de Alcaldía Mayor a la Provincia de San Salvador y se nombró como Alcalde Mayor interino a Diego Galán, el cual desempeñó ese cargo hasta 1580 cuando se lo entregó a Juan Cisneros de Reynosa (el cual había sido nombrado Alcalde Mayor por el rey Felipe II), este a su vez entregó el mando en 1581 a Alonso de Nava. En el mismo año de 1580 se incorporó la Provincia de San Miguel a la de San Salvador, quedando el territorio que conformaría a El Salvador dividido únicamente en la Alcaldía Mayor de Sonsonate (conformado por el territorio antedicho) y la Alcaldía Mayor de San Salvador.[19] [18]

Reformas Borbónicas (1760 - 1808)

En el año de 1700 con la llegada al trono español de Felipe V se inauguró la dinastía de los Borbones. Los reyes pertenecientes a está nueva familia real, incluyendo Felipe V, implementaron durante el siglo XVII una serie de reformas económicas y administrativas en las colonias. Estás reformas cobraron mayor vigor en 1759 con la coronación de Carlos III y comenzaron a implementarse en toda la Capitanía General de Guatemala desde 1765 con la llegada a Guatemala del capitán general Pedro Salazár y Herrera.[2]

Reformas económicas

Con la implementación de las reformas Borbónicas en el territorio salvadoreño se redujeron los impuestos de alcabala, se mejora el sistema de cobrar impuestos y se establecieron monopolios o estancos; con esto se pretendía que los comerciantes no evadieran los impuestos, lo cual tuvo cierto éxito pero los comerciantes idearon nuevas maneras de evadir los impuestos por los cual las autoridades coloniales debían estar siempre atentas.[2]

El gobierno español con las nuevas reformas redujeron el poder eclesiástico a través de ataques a la propiedad y a los privilegios de la iglesia. Y apoyaron parcialmente a los productores del territorio salvadoreños.[2]

Reformas Administrativas y reorganización del territorio

En 1785 como parte de las reformas llevadas a cabo por la dinastía de los Borbónes, se creó la Intendencia de San Salvador (la cual abarcaba el territorio de la Alcaldía Mayor de San Salvador), los intendentes eran seleccionados por sus méritos y su fidelidad al rey; y debían ejercer un control más directo y efectivo que los alcaldes mayores. Siendo seleccionado como primer intendente de San Salvador José Ortiz de la Peña, el cual ejerció ese cargo hasta 1789 cuando fue sustituido por Francisco Luis Héctor de Carondelet.[2]

La Intendencia de San Salvador junto con la Alcaldía Mayor de Sonsonate comprendían el actual territorio de El Salvador. Está Alcaldía Mayor continuaría su existencia hasta poco después de la independencia cuando se uniría a San Salvador. Ambas divisiónes administrativas del Imperio español dependían de la Capitanía General de Guatemala y está a su del Virreinato de Nueva España[2]

Proceso de Independencia (1808-1821)

Artículo principal: Independencia de El Salvador

Desde las últimas décadas del siglo XVIII, en diversas regiones de América Latina, tuvieron lugar varias rebeliones en contra del dominio español, algunas más exitosas que otras. En Centroamérica, el sentimiento de independencia comenzó a crecer entre los criollos, que influidos por las ideas liberales de la Ilustración, veían en el proceso de independencia de los Estados Unidos y en la Revolución francesa un ejemplo a seguir. Se sabe que líderes del movimiento independentista centroamericano como José Matías Delgado, José Simeón Cañas y José Cecilio del Valle, eran conocedores de las ideas de libertad individual e igualdad ante la ley propugnadas por la Ilustración.

En la primera década del siglo XIX, las autoridades coloniales españolas realizaron una serie de medidas fiscales y económicas impopulares, como el aumento de tributos y la consolidación de deudas estatales, para financiar las guerras europeas de la Corona española. Estas medidas acrecentaron el sentimiento de independencia entre los criollos.

Los historiadores consideran que el fenómeno que sirvió como detonante al proceso de independencia de Centroamérica, fue la Invasión Napoleónica a España en 1808 que significó el colapso temporal de la autoridad real.

En el período de 1808 a 1814, se produjeron varios importantes alzamientos en el territorio de la Intendencia de San Salvador:

  • El Alzamiento de 24 de enero de 1814, ocurrido en San Salvador, no tuvo éxito y la mayoría de los líderes independentistas fueron arrestados; siendo uno de ellos, Santiago José Celís, asesinado. En este movimiento hubo una amplia participación popular.

En mayo de 1814, Fernando VII regresó a España como rey, e inmediatamente restableció el absolutismo, derogando la Constitución de Cádiz. Los efectos de las medidas reales se hicieron sentir en Centroamérica, donde el Capitán General de Guatemala, José de Bustamante y Guerra, desató una persecución en contra de los independentistas y los defensores de las ideas liberales, que se prolongaría hasta la destitución de Bustamante en 1817.

En 1820, la Revolución de Riego, en España, restableció la vigencia de la Constitución de Cádiz. El Capitán General de Guatemala, Carlos Urrutia, juró la Constitución en julio de ese año y poco después se convocó a elecciones para elegir ayuntamientos y diputaciones provinciales, además de permitirse la libertad de prensa en el territorio del Reino de Guatemala. Aprovechando el ambiente de libertad, comenzaron a publicarse en Guatemala, dos periódicos nuevos: El Editor Constitucional bajo la dirección del guatemalteco Pedro Molina, que defendía posiciones muy liberales, y El Amigo de la Patria dirigido por el hondureño José Cecilio del Valle, que defendía posiciones más conservadoras. En junio de 1821, el Capitán General Urrutia fue sustituido por Gabino Gaínza. En agosto llegaron a Centroamérica las noticias de la Independencia de México, bajo los términos establecidos en el Plan de Iguala de Agustín de Iturbide. Ante esta nueva realidad, Gaínza convocó a la reunión de notables del 15 de septiembre.[20]

Véase también: Anexo:Próceres de El Salvador

Independencia y Federación Centroamericana (1821-1841)

Artículos principales: Provincias Unidas de Centroamérica y República Federal de Centroamérica
Acta de Independencia de Centroamérica localizada en las instalaciones de la Asamblea Legislativa.

El 15 de septiembre de 1821, en una reunión en la Ciudad de Guatemala, los representantes de las provincias centroamericanas declararon su independencia de España y conformaron una Junta Gubernativa provisional, presidida por el antiguo Capitán General español, Gabino Gaínza. La noticia de la independencia llegó a San Salvador el 21 de septiembre. (1) (2)

Al concretarse la independencia centroamericana, solamente le quedaban tres opciones a la naciente unión de provincias: primero, conservar la unidad de las provincias; segundo, independizarse en naciones bien definidas; o tercero, anexarse al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide.

La noticia de la independencia desconcertó a la mayoría de los grupos conservadores en las distintas provincias y ayuntamientos de Centroamérica. La preocupación de los sectores conservadores se tranquilizó cuando las autoridades de Guatemala recibieron una carta de Iturbide, quien se había proclamado Emperador de México, invitando a Centroamérica a unirse al imperio.

La Junta decidió consultar a los ayuntamientos y respondieron dos tercios de ellos, de los cuales 168 aprobaron la anexión, y dos, San Salvador y San Vicente, rehusaron unirse a México. La Junta de Guatemala declaró la anexión a México el 5 de enero de 1822. Iturbide envió tropas mexicanas al mando del general Vicente Filísola para someter a las provincias rebeldes de San Salvador y San Vicente. El general Filísola entró con sus tropas a San Salvador en febrero de 1823, luego de varios meses de resistencia.

Cuando Filísola regresó a Guatemala, recibió la noticia de que Iturbide había sido derrocado y que México se había constituido en república. Siendo Filísola fiel a su emperador y no a México, le pidió a la Junta de Guatemala que convocara a los diputados centroamericanos para que tomaran una decisión. La asamblea centroamericana proclamó, el 1 de julio de 1823, la independencia de España, México o cualquier otra nación y se constituyeron las Provincias Unidas de Centroamérica (3). El 22 de diciembre de 1823 la Alcaldía Mayor de Sonsonate y la Intendencia de San Salvador acuerdan unirse, Ahuachapán se rehúsa hasta el 7 de febrero de 1824, cuando las dos provincias se unen totalmente y forman el Estado de El Salvador, perteneciente a las Provincias Unidas de Centroamérica. La asamblea constituyente fue presidida por el prócer salvadoreño José Matías Delgado. La asamblea constituyente promulgó la primera Constitución federal, el 22 de noviembre de 1824.

El caudillo liberal Francisco Morazán

Se eligió en 1825, como primer presidente de la República Federal, al salvadoreño Manuel José Arce apoyado por los liberales, pero éste, para poder gobernar buscó el apoyo de los conservadores que eran mayoría en el Congreso Federal. En 1826 el gobierno de Arce se enfrentó con el gobierno liberal del Estado de Guatemala, estallando la guerra civil en toda Centroamérica con excepción de Costa Rica. La guerra duró hasta 1829. Los liberales se unieron en torno del hondureño Francisco Morazán, quien logró derrotar militarmente a las tropas federales y expulsó de Centroamérica a Arce, en 1829; siendo electo como Presidente de la Federación en 1830.[21]

El Estado de El Salvador se dio su propia Constitución el 22 de junio de 1824, siendo jefe de Estado, el independentista Juan Manuel Rodríguez. Desde la época colonial existía gran recelo entre las élites de San Salvador y Guatemala y luego de la independencia, se produjo una abierta confrontación. Mientras el gobierno de la República Federal residió en Guatemala, hubo numerosos enfrentamientos entre éste y el gobierno estatal de El Salvador. En 1827 estalla la guerra entre el gobierno del Estado de El Salvador y el gobierno federal de Arce. En 1830 los salvadoreños eligen a José María Cornejo, un conservador, como Jefe de Estado, quien se opone al nuevo presidente federal Morazán y llega hasta declarar la separación del Estado salvadoreño de la Federación. Morazán con sus tropas federales entraron a San Salvador, destituyendo a Cornejo y dejando en el poder a Mariano Prado, quien al poco tiempo es sustituido por Joaquín de San Martín, que de nuevo anuncia la separación de la Federación. Morazán entonces invadió El Salvador y trasladó la capital federal a San Salvador, en 1834. Luego del traslado a San Salvador del gobierno federal y hasta 1840, Morazán impuso un fuerte control sobre el gobierno del Estado de El Salvador. En 1837 Rafael Carrera, apoyado por el clero y los conservadores de Guatemala, se levantó en armas desde Quetzaltenango contra la Federación. Carrera derrotó a Morazán, quien abandonó San Salvador en 1840, rumbo a Costa Rica. Tras el exilio de Morazán, se instaló un nuevo gobierno conservador en El Salvador, presidido por Juan Nepomuceno Lindo.

Una de las causas de la derrota de los liberales y la disolución de la Federación Centroamericana fue su anticlericalismo, el fuerte sentimiento provinciano de cada región, y además la aprobación de una serie de leyes que provocaron reacciones negativas entre la población indígena. Las Cortes de Cádiz habían suprimido en 1812 los tributos de los pueblos indios. Cada vez que se querían implantar de nuevo, surgían reacciones negativas en las comunidades indígenas. Cuando Mariano Prado como Jefe de Estado de El Salvador introdujo el sistema de jurados y un nuevo impuesto que tenían que pagar todos los ciudadanos, se produjeron levantamientos en Izalco y San Miguel, produciéndose en 1833 la sublevación de los indígenas nonualcos, acaudillados por Anastasio Aquino, en la población de Santiago Nonualco en el actual departamento de La Paz.[22]

Pugnas entre liberales y conservadores (1841-1876)

El 18 de febrero de 1841, una Asamblea Constituyente proclamó la separación de El Salvador de la Federación Centroamericana y aprobó su primera Constitución Política como Estado soberano e independiente. Pero fue hasta el 25 de enero de 1859 que el parlamento salvadoreño emitió el Decreto Legislativo que proclamó al Estado de El Salvador como República soberana e independiente[23]

Durante las tres décadas siguientes a la desintegración de la República Federal, El Salvador vivió un período de gran inestabilidad política, debido a la rivalidad entre liberales y conservadores, a los conflictos con los Estados vecinos, y a la falta de consolidación de la identidad nacional. La lucha por el gobierno entre las dos facciones, llegó al extremo que estando uno de los dos grupos en el poder, el otro partido no dudaba en pedir ayuda a los países vecinos para derrocar al gobierno contrario, por lo que en este período hubo frecuentes insurrecciones y revueltas, manteniéndose un clima constante de guerra civil.

En Centroamérica, los liberales apoyaban el reconocimiento legal de las libertades individuales, la liberalización del comercio, la separación entre Iglesia y Estado, además de defender el unionismo centroamericano; mientras, los conservadores, por el contrario apoyaban mantener muchas de las instituciones coloniales, la colaboración entre autoridades civiles y eclesiásticas, y preferían la independencia de cada país de la antigua Federación.

El caudillismo

Hay que considerar que tanto la facción liberal como la facción conservadora estaban organizadas en torno a liderazgos personalistas (caudillistas). Este fenómeno hacía que no hubiera ejércitos institucionales y que cada caudillo reclutara su propia milicia. En Centroamérica, el máximo caudillo liberal fue el hondureño Francisco Morazán y el principal caudillo conservador fue el guatemalteco Rafael Carrera y Turcios, ambos tenían seguidores en El Salvador. Los caudillos salvadoreños como Gerardo Barrios (liberal) y Francisco Malespín y Francisco Dueñas (conservadores) representaron estas posiciones antagónicas.

El primero de los caudillos locales de El Salvador fue Francisco Malespín quien gobernó desde 1840 hasta 1845. Primero indirectamente, a través de los presidentes Norberto Ramírez, Juan Lindo y Juan José Guzmán, y a partir de 1844 directamente como presidente, sin embargo a los pocos días de asumir el poder, Malespín decide invadir Nicaragua y dejó al mando al general Joaquín Eufrasio Guzmán.

Gerardo Barrios, seguidor de Morazán, que había intentado derrocar a Malespín anteriormente, aprovechó su ausencia y convenció a Guzmán para asumiera como presidente (184546); le sucedieron Eugenio Aguilar (1846-48) y Doroteo Vasconcelos (1848-51). Francisco Malespín ayudado por Rafael Carrera intenta inútilmente recuperar el poder hasta que es asesinado en 1846. El presidente Doroteo Vasconcelos, cometió el error de enemistarse con Rafael Carrera, desconociendo a su gobierno, apoyando a los liberales guatemaltecos y repatriando desde Costa Rica, con honores, los restos de Morazán. Vasconcelos invadió Guatemala y fue derrotado en la Batalla de la Arada en febrero de 1851, concluyendo así, el primer período de gobierno de los liberales.

Los conservadores salvadoreños eligieron como presidente a Francisco Dueñas quien gobernó entre 1851 y 1854, y bajo su influencia se sucedieron José María de San Martín (1854-56), Rafael Campo (1856-58) y Miguel Santín del Castillo (1858). Durante este período se produjo el decaimiento de la producción añilera a causa por la invención de los colorantes sintéticos en Europa. El cultivo de la planta de jiquilite de la que se extrae el colorante azul índigo o añil había sido la base de la economía del país desde el período colonial.

En 1856 los países centroamericanos se unieron para atacar a William Walker que se había apoderado del gobierno de Nicaragua. El presidente Rafael Campo nombró a Gerardo Barrios como jefe de las fuerzas salvadoreñas destinadas a Nicaragua. A su regreso, victorioso, Barrios derrocó a Miguel Santín y en 1859 se proclamó presidente. Durante su gobierno, el presidente Barrios introdujo masivamente el cultivo del café en el país y fomentó la instrucción pública. A pesar de que Barrios trató de no enemistarse con Rafael Carrera, finalmente llegaron a la confrontación bélica y las fuerzas salvadoreñas son nuevamente derrotadas. De nuevo es Francisco Dueñas nombrado presidente en octubre de 1863, manteniéndose hasta 1871 con el apoyo de Guatemala.

En abril de 1871, el liberal Santiago González derrocó a Dueñas, lo que marca el triunfo de los liberales. En su gobierno que se prolongó hasta 1876, se proclamó la libertad de cultos, se secularizaron los cementerios, se legalizó el matrimonio civil, se introdujo la educación laica y se suprimieron las órdenes religiosas.[24]

La República Cafetalera (1876-1931)

A mediados del siglo XIX, el café sustituyó al añil como base de la economía nacional.

El presidente Rafael Zaldívar, que había sustituido a González en 1876, decretó en 1881 y 1882, varias leyes que anularon el sistema de tierras comunales y ejidos, prevalente en el país, desde la época colonial. Esta legislación virtualmente permitió que unas pocas familias se adueñaran de grandes extensiones de tierras. Zaldívar fue derrocado en 1885, sucediéndolo el general Francisco Menéndez, quién promulgó la Constitución de 1886, de principios liberales. Durante este período, familias europeas llegaron al país y rápidamente se colocaron en una situación económica poderosa debido a su conocimiento del mercado internacional. Estas familias se desarrollaron en el área del comercio y en la producción e industrialización del café.

A partir de 1898, con la llegada al poder del general Tomás Regalado y hasta 1931, se sucedieron una serie de gobiernos estables. La presidencia quedó en manos de los grandes terratenientes cafetaleros. La élite económica gobernó el país pasándose la presidencia en forma directa. A este período histórico se le conoce como la "República Cafetalera".

Bandera de El Salvador a partir de 1912.

El Dr. Manuel Enrique Araujo, presidente entre 1911 y 1913, creó la Guardia Nacional y tomó una serie de medidas para aumentar la presencia del Estado en el interior del país. La actual bandera del país fue adoptada en 1912 durante la presidencia de Araujo, quién fue asesinado en febrero de 1913. Después del asesinato de Araujo, la poderosa familia de los Meléndez-Quiñonez gobernó el país hasta 1927; Ellos eran miembros de la élite económica conocida como las 14 Familias (número que es evidentemente simbólico, por los catorce departamentos) u Oligarquía Criolla, por ser descendientes directos de españoles nacidos en el país. Además de estas familias estaban también los Dueñas, los Araujo, los Orellana, los Álvarez y los Meza-Ayau.[25] Al final del período, asignaron a Pío Romero Bosque a la presidencia, pero éste organizó elecciones consideradas libres, que fueron ganadas por el Partido Laborista del Dr. Arturo Araujo. El Partido Laborista recibió el apoyo de estudiantes, obreros y del Partido Comunista Salvadoreño (PCS), que había sido fundado en 1930 por un grupo de militantes entre los que se encontraba Agustín Farabundo Martí. El Dr. Araujo instauró un régimen de libertades civiles y permitió la inscripción del PCS como partido político legal.[26]

La época del autoritarismo militar (1931-1979)

Ante la grave situación económica que vivía el país por la caída de los precios del café, el gobierno de Araujo entró en crisis y fue derrocado por un grupo de militares, el 2 de diciembre de 1931. Estos entregaron el poder al vicepresidente de Araujo, general Maximiliano Hernández Martínez, dando inicio a un período de gobiernos autoritarios controlados por la Fuerza Armada y apoyados por los terratenientes cafetaleros.

Desde 1931 hasta 1979, los gobiernos autoritarios de este régimen militar-oligárquico emplearon una política que combinaba la represión política y las reformas limitadas para mantenerse el poder.[27]

La dictadura de Martínez (1931-1944)

Apenas había asumido el poder el general Maximiliano Hernández Martínez, cuando en enero de 1932, el PCS participó en una insurrección popular junto a grupos indígenas y campesinos del occidente del país. Los planes de dicha insurrección fueron conocidos por el gobierno, y Farabundo Martí y otros líderes del PCS fueron arrestados antes de la misma. Los alzados lograron apoderarse de las ciudades de Juayúa, Nahuizalco, Izalco, Sonzacate, Tacuba y Salcoatitan, en donde atacaron a las familias terratenientes. Posteriormente, la insurrección, fue aplastada sangrientamente por la dictadura de Martínez. El número de víctimas civiles de la represión militar ha sido debatido por los historiadores; algunos hablan de 10,000 muertos; otros elevan la cifra a entre 20,000 y 30,000 muertos.[28] Farabundo Martí y los otros líderes del PCS fueron fusilados el 1 de febrero. También fue ejecutado Feliciano Ama, cacique de los indígenas Izalcos y Francisco Sánchez, líder campesino de Juayúa.

Aunque el PCS se inspiró en el triunfo de la Revolución Bolchevique en 1917 para organizar la insurrección de 1932, en realidad el Partido estaba conformado por un núcleo pequeño de intelectuales y estudiantes universitarios y tuvo un rol muy limitado en la insurrección. Las masas que participaron en la insurrección fueron mayoritariamente indígenas. Esto es muy importante indicarlo, ya que la insurrección de 1932 es reconocida por varios sociólogos e historiadores salvadoreños como la continuidad de la lucha de resistencia indígena iniciada por el indígena Anastasio Aquino, cacique de los Nonualcos. Entonces ocurrió que varios procesos históricos confluyeron y chocaron en El Salvador a partir de 1932: la dictadura oligarca de las grandes familias cafetaleras, la resistencia indígena salvadoreña, y la Segunda Guerra Mundial, en la que el país acabó alineándose con los Aliados principalmente por motivos económicos. Luego de la sangrienta represión considerada por muchos historiadores como un genocidio, se produjo una progresiva desaparición de las costumbres indígenas.

Vencida la insurrección, el general Martínez consolidó su gobierno e inauguró lo que más tarde sería conocido como la Dictadura Militar de corte fascista. Martínez aprobó una serie de medidas económicas para afrontar la crisis que vivía el país ante la caída de los precios del café, entre ellas la condonación de las deudas a los hacendados cafetaleros y la creación del Banco Hipotecario, entidad financiera estatal que concedió créditos a los terratenientes. Martínez fue derrocado en 1944 luego de una paralización social en todo el país conocida como la "Huelga de Brazos Caídos", pero el Ejército y la oligarquía retomaron el poder.

Después del derrocamiento del dictador, ocupo el gobierno el general Andrés Ignacio Menéndez, el cual al intentar hacer elecciones libres, fue derrocado el 21 de octubre de 1944. Asumió la presidencia el coronel Osmín Aguirre y Salinas, que convocó elecciones presidenciales en 1945. La oposición afirmó la victoria de su candidato Miguel Tomás Molina, pero los militares proclamaron el triunfo del general Salvador Castaneda Castro.

Entre 1945 y 1948, el breve gobierno de Castaneda Castro, continuó muchas de las políticas del gobierno dictatorial de Martínez.[29]

La era del PRUD (1948-1960)

El 14 de diciembre de 1948, Castaneda Castro fue derrocado por un golpe de Estado promovido por sectores renovadores del Ejército que llevó al poder al llamado Consejo de Gobierno Revolucionario. En 1950 se redactó una nueva Constitución de cáracter social-progresista y se creó un nuevo partido oficial, el Partido Revolucionario de Unificación Democrática (PRUD) que se proponía imitar muchos aspectos del PRI mexicano. El PRUD gobernó con el teniente coronel Óscar Osorio (1950-1956) y el teniente coronel José María Lemus (1956-1960) quienes impulsaron una serie de reformas de corte socialdemócrata como la creación del Seguro Social (ISSS) y el Instituto de Vivienda Urbana (IVU) además de impulsar un proceso limitado de industrialización, dentro del modelo de sustitución de importaciones que promovía en ese momento la CEPAL. También se impulsó un programa de construcción de mega proyectos de infraestructura como la Carretera del Litoral y la Presa Hidroeléctrica "5 de Noviembre"

Los gobiernos de Osorio y Lemus pudieron llevar a cabo sus planes sociales y obras de infraestructura gracias a un período de bonanza en los precios del café y a la introducción de un nuevo cultivo bastante rentable: el algodón. Cuando al final de la década de 1950 el precio del café decayó, el gobierno de Lemus entró en crisis y fue derrocado el 26 de octubre de 1960.[18]

Los gobiernos del PCN (1962-1979)

Luego del derrocamiento de Lemus, hubo dos breves gobiernos provisionales: la Junta de Gobierno (octubre de 1960-enero de 1961), controlada por oficiales militares próximos a Óscar Osorio, al que se incorporaron civiles progresistas. La Junta fue derrocada y sustituida por el Directorio Cívico Militar (enero de 1961-enero de 1962), formado por oficiales y civiles conservadores. En 1962 se redactó una nueva Constitución, que prohibía "las doctrinas anárquicas y contrarias a la democracia", prohibición que los gobiernos militares aplicaron en contra del Partido Comunista Salvadoreño y de los movimientos de izquierda. En abril de ese año, se convocaron elecciones presidenciales. Se fundó un nuevo partido oficial del régimen militar, el Partido de Conciliación Nacional (PCN) que llevó al gobierno al coronel Julio Adalberto Rivera (1962-1967). Bajo Rivera, El Salvador se adhirió al programa de la Alianza para el Progreso, impulsado por la administración de John F. Kennedy para contrarrestar la oleada de movimientos guerrilleros y fuerzas de izquierda inspiradas en la revolución cubana en 1959.

Mediante lo que se constituyó como una política de desarrollo, Estados Unidos aprobó préstamos para la construcción de infraestructuras económicas para modernizar la base atrasada del Estado salvadoreño. Durante este período se planificaron y construyeron obras de infraestructura: el muelle de Acajutla, el aeropuerto internacional de El Salvador, el Hospital Bloom, la autopista a Comalapa, nuevas instalaciones del Instituto Francisco Menéndez, etc. El tipo de cambio permaneció estable, así como los índices de precios; la emigración hacia el exterior (particularmente a los Estados Unidos) y las migraciones internas hacia los centros urbanos no fueron particularmente significativas.

El coronel Fidel Sánchez Hernández fue electo presidente para el período 1967 -1972. En este período, Estados Unidos también envió un grupo de asesores militares para organizar lo que más tarde se conoció como la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), siglas bajo las cuales se organizaron a grupos paramilitares. La introducción de ORDEN intensificó la represión hacia la población civil, involucrando a miembros activos del PCN, los cuales fueron denominados "orejas" por la gente común, por su labor de informantes del régimen militar.

General Carlos Humberto Romero, último de los presidentes militares (1977).

En este contexto, Estados Unidos enfocó su política a la neutralización de los posibles focos de comunismo. Así fue como Estados Unidos envió a un grupo de asesores técnicos del Instituto Americano del Desarrollo del Sindicalismo Libre, IADSL, para crear dos organizaciones populares que, según sus cálculos, se "encargarían" de hacer su trabajo: la Unión Comunal Salvadoreña, UCS, y la Asociación Nacional de Indígenas Salvadoreños, ANIS. A estos dos grupos, Estados Unidos les facilitó créditos para la compra de tierras e insumos para la producción agropecuaria, y luego bajo la dictadura del coronel Arturo Armando Molina los convirtieron en los principales beneficiarios de la Reforma Agraria. Pero la dimensión de este proyecto no fue significativa, ya que el número de cooperativas formadas fue insignificante, además de no haber tenido cobertura nacional, debido a que la naturaleza de proyecto respondía a la política de Estados Unidos en el área. Luego de establecidas, estas dos organizaciones fueron afiliadas a la AFL-CIO estadounidense.

Artículo principal: Guerra del Fútbol

En 1969 se produjo la “Guerra de las 100 horas” con la invasión del sur de Honduras por el Ejército y la Aviación salvadoreña. Este conflicto tenía su origen en la década de 1920, cuando miles de salvadoreños emigraron a Honduras en busca de mejorar sus condiciones de vida. A finales de la década de 1960, el gobierno hondureño estaba bajo presión de organizaciones populares demandando una reforma agraria. A la comunidad salvadoreña, que sobrepasaba los 3,000, le fueron confiscados negocios y propiedades. Esto generó un clima de violencia contra los salvadoreños, con la aprobación del gobierno de turno de López Arellano. El Salvador tomó acción y el 14 de julio de 1969 invadió Honduras. Las Fuerzas Armadas de El Salvador, comandadas por el general José Alberto “El Chele” Medrano, capturaron 1650 km² de territorio hondureño, entre ellos Nueva Ocotepeque, territorio que fue restituido en agosto de ese mismo año. Fuentes estiman que en esta guerra murieron más de 2.000 personas. La guerra fue etiquetada erróneamente por periodistas extranjeros como la "Guerra del Fútbol", pues su inicio coincidió con una escaramuza generada entre los hinchas de las selecciones de ambos países después del tercer encuentro del campeonato por la eliminación hacia la Copa del Mundo 1970.[30]

Durante la década de los 1970, la situación política que desembocó en la guerra civil comenzó a configurarse. En abril de 1970, una corriente interna del Partido Comunista de El Salvador se separó para formar las Fuerzas Populares de Liberación "Farabundo Martí" (FPL). En 1971, "el Grupo" una organización de jóvenes universitarios, antecedente del Ejército Revolucionario del Pueblo, secuestraron y asesinaron al empresario Ernesto Regalado Dueñas, miembro de una de las más poderosas familias terratenientes del país.[31]

En la elección presidencial de 1972, los opositores a la dictadura militar, principalmente el Dr. Guillermo Manuel Ungo, dirigente del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), y el Dr. Francisco Lima del partido Unión Democrática Nacionalista (UDN), se unieron al Ing. José Napoleón Duarte, líder del Partido Demócrata Cristiano (PDC), en la alianza conocida como Unión Nacional Opositora (UNO).[32] Muchos historiadores consideran que el movimiento reformista de Duarte ganó las elecciones, pero los militares proclamaron el triunfo del coronel Arturo Armando Molina, del Partido Conciliación Nacional (PCN).[33] [34] Las protestas subsecuentes y un intento de golpe de estado fueron aplastados y Duarte obligado a exiliarse en Venezuela.

La UNO se mantuvo unida y procedió a participar en las próximas elecciones de 1977. Esta vez llevó al general Ernesto Claramount como candidato presidencial. Muchos historiadores consideran que nuevamente, la UNO ganó las elecciones, pero los militares volvieron a colocar al candidato pecenista, esta vez, el general Carlos Humberto Romero.[35] Cuando los acontecimientos electorales terminaron con la esperanza de la reforma por medios democráticos, la situación persuadió a algunos grupos opuestos al gobierno para armarse.[36]

En ésta época, surgieron más grupos armados como el ERP, y la Resistencia Nacional (FARN). Estas organizaciones a su vez crearon organizaciones populares (BPR, FAPU, LP-28, MERS, UR-19, FUR-30, ARDES, MLP, entre otros) con participación activa en organizaciones de la sociedad civil como sindicatos, asociaciones profesionales, grupos campesinos, congregaciones religiosas y centros educativos de nivel medio y superior.[37]

La crisis política durante el período del general Romero se incrementó. Los grupos armados de izquierda realizaron actos de violencia en contra de funcionarios del gobierno y civiles terratenientes, mientras la Fuerza Armada y los cuerpos de seguridad, recrudecieron la represión, la cual fue desencadenada mediante la organización de grupos paramilitares (Escuadrones de la Muerte) con conexiones directas con los militares como la Unión Guerrera Blanca (UGB), el Ejército Secreto Anticomunista (ESA), las Fuerzas Armadas de Liberación Anticomunista – Guerra de Eliminación – (FALANGE), y la Organización para la Liberación del Comunismo (OLC).

La Guerra Civil (1980-1992)

Artículo principal: Guerra Civil de El Salvador
Mural de Monseñor Romero, el arzobispo asesinado en 1980.

El 15 de octubre de 1979, un grupo de militares liderados por el coronel Adolfo Majano expulsó al general Carlos Humberto Romero y formó una Junta Revolucionaria de Gobierno tras anunciar la Proclama de la Fuerza Armada. La Junta cayó tres meses después que el coronel Jaime Abdul Gutiérrez y el coronel Guillermo García, Ministro de Defensa, controlarán la transición política.

El año 1980 fue muy determinante para el inicio de la guerra civil en El Salvador, dada la serie de eventos represivos por parte del Estado y organizaciones paramilitares, replicados por acciones violentas de las organizaciones guerrilleras.

En febrero, el mayor Roberto d'Aubuisson, ex Jefe de la sección política del Departamento de Inteligencia (G-2) de la Guardia Nacional y director de la ANSESAL, una agencia de inteligencia del Ejército, apareció en la televisión vinculando a un grupo de demócratacristianos con las organizaciones revolucionarias. Como resultado de esta acción, según fuentes del PDC, fue asesinado el procurador general de la República, el Dr. Mario Zamora Rivas. En marzo el Partido Comunista Salvadoreño funda las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL. Se recomponen dos juntas más y a la tercera se integra Napoleón Duarte en marzo de 1980. Inmediatamente, Duarte puso en práctica un programa de gobierno diseñado por asesores de Estados Unidos con las siguientes reformas políticas: se implementó una reforma agraria, la nacionalización de la banca, del comercio exterior, y del procesamiento del café y el azúcar. Asimismo, Duarte decretó el Estado de sitio y la suspensión de las garantías constitucionales, que sería prorrogada sucesivamente hasta la firma de los acuerdos de paz.

El 24 de marzo fue asesinado el Arzobispo de San Salvador, Monseñor Óscar Arnulfo Romero,[38] después de haberle exigido a Estados Unidos retirar su apoyo militar al régimen salvadoreño y ordenar a la misma Junta el cese de la represión. El mayor Roberto D’Aubuisson fue posteriormente imputado como organizador del crimen, pese a que nunca se le llevó a juicio.[39]

Las fuerzas de las FPL, el Partido Comunista Salvadoreño y la FARN se unificaron en la Dirección Revolucionaria Unificada, DRU, formada en mayo. Las corrientes de izquierda conformaron la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM), para luego formar el 18 de abril un abanico todavía más amplio de fuerzas sociales y políticas bajo el nombre de Frente Democrático Revolucionario (FDR), cuyo director fue secuestrado y posteriormente asesinado en noviembre por un escuadrón de la muerte vinculado a la Policía de Hacienda.

En mayo, el mundo fue estremecido por la violenta masacre de más de 600 personas en el Río Sumpul ubicado en la frontera con Honduras. Este crimen fue llevado a cabo por fuerzas militares combinadas de El Salvador y Honduras. En el mismo mes de mayo, las fuerzas guerrilleras fundaron la Dirección Revolucionaria Unificada – Político Militar (DRU-PM), y el 10 de octubre, las mismas se organizaron bajo el nombre de Frente “Farabundo Martí” para la Liberación Nacional (FMLN); posteriormente en diciembre se une el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC).

En el mes de diciembre, cuatro monjas estadounidenses fueron violadas y asesinadas por efectivos de la Guardia Nacional. Duarte es elegido presidente de la junta y el coronel Gutiérrez su vicepresidente. Al final de 1980, la iglesia contabilizó 28 miembros asesinados (incluyendo al Arzobispo) y 21 detenidos, además de acciones terroristas como 14 bombas, 41 ataques con ráfagas de ametralladora, 15 robos, y 33 tomas de iglesias.

El 10 de enero de 1981, el FMLN lanzó una ofensiva general y llamó a una insurrección a nivel nacional, la cual no tuvo éxito en la toma del poder, pero fue la acción de la guerra civil propiamente dicha. En mayo el mayor D’Aubuisson es capturado (y luego liberado) por intentar organizar un golpe de Estado contra Duarte.

En septiembre de 1981, la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES), informó que un total de 32,000 civiles fueron asesinados por fuerzas gubernamentales o por escuadrones de la muerte vinculados al Ejército, desde que la primera junta asumió el poder en el país. Ese mismo mes, D’Aubuisson anuncia la fundación del partido Alianza Republicana Nacionalista, ARENA, y posteriormente, su postulación como candidato presidencial.

Monumento a las víctimas de la Masacre del Mozote.

Las Fuerzas Armadas salvadoreñas también se involucraron directamente en la represión indiscriminada, siendo el más notorio de estos incidentes la denominada Masacre de El Mozote entre el 10 y el 13 de diciembre de 1981.[40] Durante una incursión del Batallón Atlacatl a esta localidad del departamento de Morazán fueron asesinados varios cientos de civiles, probablemente más de un millar, y muchos más huyeron a refugiarse a Honduras.[41] Se calcula que la junta militar recibió 1.000 millones de dólares de Estados Unidos en concepto de ayuda militar para combatir la insurgencia.

Por otro lado, debe tomarse en cuenta que la guerrilla iniciaría hostilidades tales como secuestro y asesinato de empresarios y alcaldes, destrucción de infraestructura pública, enfrentamientos armados y destrucción de objetivos militares, repartición de propaganda y extorsión a empresarios. Dichas acciones se darían repetidamente durante toda la guerra, dando paso a casos muy sonados tales como la masacre de la Zona Rosa y el secuestro y posterior asesinato en los Planes de Renderos, del empresario Roberto Poma. Dada la gravedad de la guerra, la guerrilla cometió diversos crímenes, que si bien no se equipararon en volumen con los cometidos por las Fuerzas Armadas, no pueden dejarse sin tomar en cuenta.[42]

El FDR se alió al FMLN, esta vez liderado por el Dr. Guillermo Manuel Ungo, y plantearon el diálogo y la negociación para resolver el conflicto en forma pacífica. La alianza FMLN-FDR logró el reconocimiento como fuerza política representativa del país por parte de la comunidad internacional con la Declaración Franco-Mexicana en julio de 1981.

El 28 de marzo de 1982 fue elegida una nueva Asamblea Constituyente. Durante los 20 meses siguientes, la asamblea constituyente desarrolló intensos debates en el proceso de redacción de la nueva Constitución de la República, que fue finalmente promulgada el 15 de diciembre de 1983. Posteriormente, Álvaro Magaña fue nombrado presidente provisional por la asamblea constituyente. Duarte ganó las elecciones presidenciales en 1984 ante D'Aubuisson de ARENA. Según el PDC y Duarte, D'Aubuisson y su partido de ARENA tenían lazos directos con los escuadrones de la muerte, el embajador estadounidense, Robert White, había descrito como “un asesino patológico” al fundador de ARENA

En 1984, Duarte realizó dos reuniones históricas de diálogo y negociación con la alianza FMLN-FDR, una en el pueblo de La Palma, Departamento de Chalatenango, y la segunda en Ayagualo, Departamento de La Libertad. Pero ninguna de estas reuniones dio solución al conflicto armado. En mayo de 1987, la alianza FMLN-FDR presentó su propuesta de paz de 18 puntos.

En 1989, el voto popular otorgó a Alfredo Cristiani de ARENA la elección presidencial. En abril de 1989, el FMLN presentó en Washington su plataforma para negociar el fin de la guerra. El gobierno de Cristiani se reúne por primera vez con el FMLN en México en septiembre. El 11 de noviembre, siguiendo un plan estratégico que según algunos medios de prensa Fidel Castro conocía de antemano,[43] el FMLN lanza su ofensiva militar llamada “Hasta el Tope”. La madrugada del día 16, una unidad del Ejército invade la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" y asesina a 6 sacerdotes jesuitas vinculados a la teología de la liberación: Ignacio Ellacuría, Ignacio Martin Baró, Segundo Montes, Joaquín López y López, Amado López, Juan Ramón Moreno y a dos de sus colaboradoras Elba y Celina Ramos.[44]

La ofensiva montada por el FMLN dejó claro que no habían posibilidades de una victoria militar de alguno de los bandos.[45] Las negociaciones con ARENA continuaron con la firma del protocolo en Ginebra, Suiza, en abril de 1990, luego las delegaciones de ambas partes en conflicto suscriben en mayo el Acuerdo de Caracas con la mediación del representante personal del Secretario General de la ONU, Álvaro de Soto.

En diciembre de 1990 el FMLN lanza lo que sería la última ofensiva militar de carácter nacional y en la que se derriban los primeros aviones con misiles tierra-aire. Al establecerse una especie de equilibrio de fuerza, el gobierno de ARENA accede a la firma del Acuerdo de Nueva York el 31 de diciembre, y el 16 de enero de 1992 las negociaciones terminaron con la firma de los Acuerdos de Paz en el Castillo de Chapultepec, en México, poniendo fin a 12 años de conflicto interno. Al final de la guerra civil se contabilizó la muerte de más de 75,000 civiles salvadoreños y de alrededor de 9,000 desaparecidos.

La Comisión para la Verdad para El Salvador de las Naciones Unidas, organizada bajo el mandato de los Acuerdos de Paz, elaboró su informe titulado “De la Locura a la Esperanza” entre 1992-93 en el que publicó los resultados de la investigación de los hechos ocurridos entre 1980 y julio de 1991.[46]

Véase también: Víctimas de la Guerra Civil de El Salvador

Período de la posguerra (1992-actualidad)

Carlos Mauricio Funes Cartagena, actual Presidente de El Salvador

En las elecciones presidenciales de 1994 se destaca la participación del FMLN ahora como partido político; en estos comicios se impuso el candidato presidencial de ARENA, Armando Calderón Sol. Durante su gobierno, Calderón Sol, aplicó un plan de privatizaciones de varias grandes empresas del Estado, y otras políticas de corte neoliberal. El FMLN salió fortalecido de los comicios legislativos y municipales de 1997, en los que ganó la alcaldía de San Salvador. Sin embargo, las divisiones internas en el proceso de elección del candidato presidencial, dañaron la imagen del partido. En la elección presidencial del 7 de marzo de 1999, se produce un nuevo triunfo electoral del partido ARENA con su candidato Francisco Flores.

En las elecciones presidenciales del 21 de marzo de 2004, nuevamente ARENA logró la victoria, esta vez con el candidato Elías Antonio Saca González, afianzando un cuarto período consecutivo. En es misma elección, la economista Ana Vilma Albanez de Escobar se convierte en la primera mujer en ocupar el cargo de Vicepresidenta de la República.

El resultado electoral también liquidó a todos los partidos "pequeños" (PCN, PDC, y CD), que no obtuvieron el 3% requerido por la ley electoral para mantener su registro como partidos, de manera que de no haber sido aprobadas unas disposiciones especiales de la Asamblea Legislativa, el sistema político sería actualmente bipartidista.

A 15 años de los Acuerdos de Paz, el proceso democrático en El Salvador descansa sobre un sistema de precario equilibrio desde que la Asamblea Legislativa[47] decretara una amnistía después de los Acuerdos de Paz en 1993. Como resultado de esta amnistía, ningún responsable de los crímenes efectuados antes, durante y después de la guerra ha sido juzgado.

El fenómeno social que El Salvador empezó a afrontar en la posguerra es la existencia de las "Maras" o pandillas, generado principalmente por la deportación de salvadoreños ilegales en Estados Unidos. El nivel de criminalidad ha llegado a retar al mismo sistema judicial y al mismo gobierno, y dos programas - Mano Dura y Mano Superdura - creados para luchar contra el crimen han fallado. Sólo en los cuatro primeros meses del 2004, El Diario de Hoy reportó casi 10,000 salvadoreños deportados.[48]

En la actualidad, el mayor ingreso de divisas que El Salvador tiene, es el originado por el total de las remesas - que llega a un estimado de mucho más de $2,000 millones - enviadas por salvadoreños que viven en el exterior. El Diario de Hoy informó en noviembre del 2004 que ese fue el mes que registró la mayor cantidad de dinero ingresada al país: más de $2,300 millones. Existen más de 2 millones de salvadoreños viviendo en el exterior en países como Estados Unidos, Canadá, México, Guatemala, Costa Rica, Australia, Suecia y otros.[49]

Como suceso político relevante, el partido político FMLN alcanzó la victoria en las elecciones presidenciales del 15 de marzo de 2009 por medio de su candidato, el ex periodista Carlos Mauricio Funes Cartagena. Este constituye el primer triunfo de un partido de izquierda en la historia de este país, venciendo a su único rival, el ex director de la PNC el Ing. Rodrigo Ávila del partido ARENA. Funes asumió el cargo de Presidente de la República el 1 de junio de 2009 junto con Salvador Sánchez Cerén como Vicepresidente de la República.

Véase también

Referencias

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Bibliografía

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  • Historia de El Salvador, Tomo I y II, Ministerio de Educación, El Salvador, 1994.
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Para las secciones "El autoritarismo militar (1931-1979)", "La guerra civil (1980-1992)", y "Período de la posguerra: la integración de la izquierda a la democracia".

  • Virginia Tilley, Seeing Indians: A Study of Race, Nation and Power in El Salvador, 2005.
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  • Marta Harnecker, Con la mirada en alto, Historia de las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí, UCA Editores, San Salvador, El Salvador 1993.
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Enlaces externos

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